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La revolución industrial y la cuestión del maquinismo .

Estamos ante una tabla que recoge los costes del hilado de una pieza de algodón inglés
durante los siglos XVIII Y XIX, concretamente los años 1784, 1812 y 1832.

Estas fechas corresponden coinciden con el movimiento encabezado por artesanos


ingleses que protestaron contra las nuevas máquinas incorporadas en su trabajo que
destruían su empleo, el ludismo.

En la tabla se puede observar una clara reducción del coste de la materia prima a la vez
que del precio de venta a medida que avanzan los años. Esto es debido a una serie de
factores, a unos incentivos para que se llevase a cabo un cambio tecnológico: los altos
salarios de los trabajadores, el aumento de la productividad y la reducción de los costes
gracias a la maquinaria.

La reducción de los costes es uno de los cambios más significativos. Como se puede ver
pasa de 24 a 18 en tan solo 28 años, y después a 7,5 en otros 10 años. Es decir, se
reduce a más de la mitad en casi 40 años. Esto es fruto de la sustitución del trabajo
manual con sus sistemas tradicionales en talleres artesanales, por un proceso más
mecanizado en fábricas.

Esto suponía poder fabricar un mayor número en un menor tiempo, por lo que también
se pudo bajar el precio de venta. Es el cambio más notable en la gráfica ya que pasa de
131 a 11,5 en sólo 38 años. Gracias a esto el poder adquisitivo de la población creció
considerablemente.

Todo esto potenció el desarrollo la exportación, e Inglaterra se convirtió en exportador


neto en todos los ámbitos.

Si estudiamos la tercera columna sobre la diferencia, vemos que en un inicio la


diferencia era abismal, pero se va reduciendo a medida que avanzan los años. Como en
los primeros años todo era fabricado de manera artesanal con mano de obra, se
producía menos cantidad en un mayor tiempo. Por lo que los propietarios decidían
vender la producción con una mayor diferencia para sacar el mayor beneficio posible.
Pero con la entrada de la maquinaria en las fábricas se producía un mayor número en
un menor tiempo. Así se podía vender a un precio menor habiendo una menor
diferencia entre coste de
fabricación y precio de venta, es decir, un menor beneficio. Pero esto era compensado
ya que, al ser un precio de venta menor, se vendía mucha más cantidad.

En conclusión, la entrada de maquinaria trajo beneficios como la reducción de costes, la


caída del precio de venta, el aumento de la productividad, el mayor poder adquisitivo
de la población… Pero también trajo consigo daños y perjuicios como la pérdida de
trabajo de miles de jornaleros, lo que llevó a protestas, destrucción de las máquinas y
al inicio del movimiento obrero como tal.

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