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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA


CENTRO UNIVERITARIO DE OCCIDENTE CUNOC
DIVISION DE CIENCIAS ECONOMICAS

LIC. BARTOLO COYOY JUÁREZ

CURSO: CIENCIA POLITICA

TEMA:
POPULISMO

ESTUDIANTES:
JUAN TUCH PUAC 200419368
CARLOS ARMANDO PEREZ DE PAZ 201231975
WILLIAMS GABRIEL MARROQUIN OCHOA 202230930
HENRY ALEJANDRO SOTO SILIEZAR 202230631
ALAN ANDERSON SIC TZUL 202132056
DANCY MELODY RACHELLE VILLATORO AJQUI 202132637
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Indice:

Introducccion. …………………………………………………………………………………3

Historia y Origen del Populismo……………………………………………………………….4

Ejemplos de populismos en Latinoamérica…………………………………………………….5

El populismo ruso…………………………………………..………………………………….6

Populismo Izquierda Derecha…………………………..………………………………..…7-10

El populismo en América Latina, ¿modelo político o estrategia política para

ganar el poder?......................................................................................................................11-13

Conclusión…………………… ………….………………………………………………..14

Bibliografía…………………………………..…………………………………………….15
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Introducción

Definitivamente, el Populismo y la demagogia no tienen límites. Hacer una propuesta de esta

naturaleza no solamente evidencia el desconocimiento del país en el que vivimos, sino además

una estrategia superficial y sin fundamento.

El populismo no ocupa un lugar fijo y determinada en el eje ideológico izquierda-derecha. Sin

embargo, a principios del presente siglo en América Latina parecía no caber duda en que el

populismo estuviera asociado a posiciones de izquierda e incluso socialistas.


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Historia y Origen del populismo

Es correcto decir que el populismo surgió en el siglo XIX simultáneamente en

territorio ruso y estadounidense. A lo largo de la historia, tanto los sectores

comunistas como los socialistas han llamado populistas a los gobiernos de países

que no pretendían derribar el capitalismo, sino que eran funcionales a ese sistema

económico.

Algunas prácticas usuales del populismo tienen que ver con sostener una actitud

crítica hacia los Estados Unidos y con planificar la economía bajo el modelo

keynesiano. Estos gobiernos también han pretendido que los sectores populares

detenten la totalidad del poder, como una cara enemiga de las clases acomodadas

que tienen intereses opuestos a la clase trabajadora.

Los regímenes populistas han fomentado la cultura autóctona para rechazar el

imperialismo, sin necesariamente reforzar el nacionalismo. Algunos ejemplos de

estos regímenes fueron el agrarismo mexicano, el populismo estadounidense, los

carbonarios italianos y el cantonalismo español.

Si bien los gobiernos de estas características han intentado mantener relaciones

frías con los Estados Unidos, en ese país también han existido presidentes que

implementaron prácticas populistas, como por ejemplo Roosevelt y Kennedy. En

algunos diarios españoles se han llegado a tildar a Obama de populista, pero este

calificativo resultó controversial.


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Ejemplos de populismos en Latinoamérica

Venezuela. Las presidencias de Carlos Andrés Perez entre los años 1989 y 1993,

Hugo Chavez de 1999 y 2013, y finalmente, el de Nicolás Maduro desde el año

2013 a la actualidad.

Ecuador. Los presidentes José María Velazco Ibarra en sus múltiples gobiernos y a

Rafael Correa a partir del 2007.

Bolivia. Tenemos a la presidencia de Evo Morales desde el año 2006 en adelante.

Brasil. Tres presidencias populistas, como Vargas en sus múltiples gobiernos, Lula

desde el 2002 hasta el 2006 y Dilma Rousseff desde el 2011.

Chile. Existe una única presidencia como exponente de este tipo de política, la de

Michelle Bachelet.

Argentina. Varios analistas han caracterizado como populistas a los gobiernos de

Perón, y recientemente a los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.

Costa Rica. Podemos ver la presidencia de Rafael Ángel Calderón Guardia entre los

años 1940 y 1944.

Puerto Rico. Hubo una sola presidencia populista, la de Luis Muñoz Marín entre

los años 1949 y 1965.

México. Tenemos el gobierno de Lázaro Cárdenas entre 1934 y 1940.


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El populismo ruso

En Rusia el populismo fue una doctrina y una estructura ideológica producto de

una generación de jóvenes intelectuales que criticaron las condiciones sociales,

económicas y políticas nacionales a mediados del siglo XIX.

El populismo era considerado un pensamiento radical, por lo que muchos jóvenes

no pasaban de la acción de teorizar al compromiso político. Entre las

repercusiones que podía tener el profesar el pensamiento populista encontramos

la persecución, los secuestros y los asesinatos. En ese contexto, Herzen es

considerado el padre de este sistema, ya que se oponía firmemente al desarrollo

burgués y anhelaba que la transición al socialismo se lograra sin pasar primero por

el capitalismo.

El populismo ruso le devolvió al pueblo la fe en que podían intervenir en su

devenir y al ser un sector ideológico amplio y permitirse abarcar muchas

posiciones de naturalezas diferentes, consiguió muchos adeptos. Herzen, dentro de

la doctrina populista clásica, explicaba la necesidad de una revolución del tipo

económico, porque una del tipo político no podría resolver la totalidad de las

contradicciones en la nación.

Finalmente, podemos hacer una división cronológica del populismo ruso:

Etapa radical. Es la primera etapa, que va desde 1850 a 1870. Aquí se gesta todo

el aparato teórico e ideológico pero no se llega a la acción.

Etapa anarquista. En esta segunda etapa, que dura una década y va desde 1860 a

1870, se produce un acercamiento de los intelectuales al campesinado con el fin de

educarlos y prepararlos teóricamente para el accionar.


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Etapa liberal. En la tercera etapa, que va desde 1880 al 1900, el populismo ruso

intenta adecuarse a la capitalización de la economía. El pueblo deja de reconocer a

esas ideas como doctrinas liberadoras y adopta en su lugar al marxismo.

Populismo de izquierda y derecha.

Juan Velasco Alvarado, general del ejército peruano que ocupó el cargo de presidente entre

1968 y 1975

después de un golpe de Estado, sus políticas fueron de izquierda populista.

Alberto Fujimori, político peruano que ocupó el cargo de presidente de 1990 y 2000, su último

mandato lo realizó después de un autogolpe de Estado, sus políticas fueron de derecha populista.

El populismo de derecha es una categoría específica dentro del populismo, que se utiliza en

algunos casos para identificar a políticos y gobiernos que emplean diversos mecanismos de

manipulación para obtener el apoyo popular, con el fin de poner en práctica políticas de derecha.

Se han puesto como ejemplos de populismo de derecha a políticos como Donald Trump en

Estados Unidos, Marine Le Pen en Francia y Mauricio Macri y la alianza Cambiemos en

Argentina, el UKIP liderado por Nigel Farage, partido que ayudó a definir el voto del Reino

Unido para salir de la Unión Europea, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania y

el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, nacionalista de derecha; el dirigente polaco

Jaroslaw Kaczynski, entre otros han sido descritos como populistas de derecha.

En Europa el populismo de derecha posee generalmente un carácter euroescéptico. El

populismo de derecha estigmatiza a los grupos que considera peligrosos para la sociedad, como

los menos productivos—generalmente extranjeros y creyentes de religiones distintas a la de la


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cultura mayoritaria— y afirma la existencia de conspiraciones contra el bien común. En el plano

económico, apoya normalmente una combinación de medidas liberales como la reducción de los

impuestos. También tienen en común una hostilidad hacia los inmigrantes, combinado con

discursos xenófobos. El populismo de derechas contiene elementos programáticos que forman

parte de su propuesta, como asociar inmigración a la criminalidad y a la disgregación de la patria,

o la preocupación por la seguridad ciudadana.

En lo que se refiere a la izquierda populista normalmente se caracterizan ideológicamente por

el anticapitalismo y la antiglobalización, mientras que la ideología de la clase social o la teoría

socialista no es tan importante como para los partidos de la izquierda tradicional. Entre ejemplos

de populismos de izquierdas encontramos el ascenso del partido griego Syriza. En el ámbito

Iberoamericano, el populismo se ha manifestado en diferentes países llegando a gobernar como

Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Andrés Manuel

López Obrador en México y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina.

En sentido negativo

El populismo con una «significación peyorativa» es el uso de «medidas de gobierno

populares», destinadas a ganar la simpatía de la población, particularmente si esta posee derecho

a voto, aun a costa de tomar medidas contrarias al Estado democrático. Sin embargo, a pesar de

las características antinstitucionales que pueda tener, su objetivo primordial no es transformar

profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas (en muchos casos los

movimientos populistas planean evitarlo), sino preservar el poder y la hegemonía política a través

de la popularidad entre las masas.


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En sentido general, sectores socialistas y comunistas han utilizado el término «populista» para

definir a los Gobiernos que ―aun favoreciendo a los «sectores populares» (principalmente a la

clase obrera)― no pretenden terminar con el sistema capitalista.

Tanto la economía keynesiana, como una posición crítica de la política exterior de Estados

Unidos han sido prácticas sustanciales del populismo latinoamericano, tanto de los años 1930-

1950, como la más reciente ola de la «nueva izquierda» de los 2000. En el caso europeo de los

2010, la crítica principal es a la hegemonía y dominio de los intereses políticos alemanes y el

sector financiero global.

Desde un punto de vista opuesto, los sectores conservadores han utilizado el término

«populista» para definir a los gobiernos que presentan los intereses de las clases económicamente

más altas (grandes grupos económicos, etc.) como separados y contrarios a los de las más bajas

consideradas como una mayoría permanente con intereses homogéneos autoevidentes que no

requerirían así del pluralismo político, destruyendo la posibilidad del disenso político y del

crecimiento económico por vías privadas.

Según Ylarri, el rasgo más característico del populismo es la construcción de la idea del

«pueblo» como agente histórico, depositario de las virtudes sociales de justicia y moralidad y

responsable del cambio social, confrontado a «otro» que impide el desarrollo del destino del

pueblo.

En sentido positivo

Varios movimientos sociopolíticos a través de la historia mundial moderna han pretendido que

«el pueblo» ―es decir, los agricultores y campesinos, los obreros, los pequeños empresarios, el

bajo clero, las clases profesionales (médicos, maestros, profesores, contables, ingenieros,

empleados públicos, etc.)― sea quien ostente el poder en los Estados democráticos, en contra así

de las élites o clases dominantes.


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Estos movimientos populistas se han basado en las ideas políticas de la cultura autóctona sin

reivindicar necesariamente el nacionalismo, y oponiéndose siempre al imperialismo. Ejemplos de

este tipo han sido el populismo ruso y el populismo estadounidense del siglo XIX (este último

llamado también «productivismo»); el cantonalismo español; el agrarismo mexicano; los

carbonarios italianos.

Pueden estar influenciados (o no) por una o varias ideologías o proyectos políticos definidos.

Sin embargo, normalmente no se adhieren a ellos de forma explícita.

En su crítica de la novela Todos los hombres del rey, del premio Pulitzer Robert Penn Warren,

Esteban Hernández hace un interesante análisis de la relación entre populismo y aristocracia.

Hernández sostiene que en los países menos desarrollados, el populismo va de la mano con la

lucha contra elhambre, el aumento de impuestos a los ricos y la supeditación del mundo

empresarial a la política, talcomo fue planteado por Franklin Delano Roosevelt en los Estados

Unidos con el New Deal. Hernándezseñala que, en esos países, el populismo definiría una

alternativa a la aristocracia mucho más probableque el comunismo, y que por esa razón ha sido (y

es) denostado por los sectores conservadores.

El populismo en América Latina, ¿modelo político o estrategia política para

ganar el poder?

Cuando hablamos del populismo latino americano, nos referimos en realidad a una

pluralidad de populismos, que podemos distinguir en una perspectiva histórica.

Parece posible retener esquemáticamente dos formas de populismo en la historia

de América latina en el siglo XX: el populismo estatal y el populismo liberal o

neoliberal. Así, se trata de un fenómeno que evolucionó, en sus valores y principios,

pero también es su forma. En efecto, mientras que podemos asociar el populismo a


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un modelo político, parece que se volvió finalmente un tipo de comunicación usado

por los responsables políticos a dentro de su estrategia política. De hecho, podemos

preguntarnos si el populismo pasó de ser un modelo político para volverse una

estrategia política.

El populismo como modelo político

En América Latina, el populismo aparece en los años 1930, en reacción

al monopolio político por parte de la oligarquía. Aparece como una alternativa en un

contexto de bipartidismo político, con un sistema político compartido

entroliberales y conservadores. Estos movimientos populistas, quienes se apoyan

en los movimientos sociales y se presentan como sus porta voces, son actores de

una cierta ampliación del poder político y económico a dentro de la población. En

este sentido, aparecen como movimientos demócratas, en el sentido que Robert

Dahl da al concepto de “democracia”, que, al revés de la oligarquía, consiste en la

extensión a la mayoría de la gente de la decisión política, de los bienes materiales

y de los bienes morales, simbólicos y culturales; Vargas que llega al poder en 1930

en Brasil y Perón en 1943 en Argentina. De otra parte, esos movimientos pretenden

a una “refundación nacional”, objetivo que se ilustra en los hechos a través de

políticas Estado-centrales, con la implementación del modelo

de Industrialización por Sustitución de las Importaciones (ISI) y por una voluntad de

ser independiente a los capitales extranjeros que organizaban hasta entonces las

economías latinoamericanas.

Este populismo se acaba con el avenamiento de las dictaduras militares a partir de

los años 1960 y hasta los años 1980. A partir de la última década del siglo XX,

aparecen en varios países latinoamericanos nuevas figuras también caracterizadas


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de populistas. Pero se trata de un populismo que ya no tiene más las mismas

características que los populismos de los años 1930, hasta que algunos

especialistas hablan de “neopopulismo”, refiriéndose a un populismo de tipo liberal.

Nace en un contexto de transición política y de apertura de las diferentes economías

latino americanas a la globalización. Estos gobiernos ilustran un cierto

pragmatismo, encarnado por figuras como Carlos Menem en Argentina, Fujimori en

Perú o Banzer en Bolivia. Su política se resume esencialmente por la

implementación de reformas liberales y la aceptación de las leyes del mercado.

Con esta mutación de la forma del populismo entendido como modelo político,

perdió unas características que antes permitían insertarlo a dentro de los “modelos”

políticos. Ahora, parece que el populismo se redujo a una simple estrategia política

y se resume más a un discurso para acceder o mantenerse al poder.

El populismo se reduce finalmente a una simple estrategia política

Decir que el populismo se volvió un discurso es decir que se identifica un

responsable político populista a través del vocabulario que utiliza y que se sitúa a

dentro de un referencial común. Este discurso pone de relieve

la democracia política, se apoya en clivajes como el pueblo VS las élites

corruptas (en contra de las cuales se posiciona) y pretende defender el interés de

la gente “de abajo”. Llama a la verdadera democracia mientras que, según él, la

democracia que conocemos, a menudo parlamentaria, no es una democracia sino

un acaparamiento del poder político en los manos de pocos. El discurso del

presidente brasilero Jair Bolsonaro ilustra bien este punto. En su discurso de

campaña, se posicionaba en contra de los “corruptos” haciendo referencia a los


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últimos responsables políticos de Brasil. También insistió en que centrará sus

esfuerzos al nivel nacional y que sus medidas serán hechas para su país y su

población.

Además, el discurso populista asocia el hecho de votar con una manera para los

ciudadanos de retomar la libertad y la decisión política. Pretende favorecer lo que

Bernard Manin llama una “democracia del público”, en la que es el pueblo quien

toma las decisiones. Porque justamente se presenta como una alternativa a lo

tradicional que ya ha mostrado sus límites mientras que él puede iniciar un cambio

radical. Pero este discurso populista puede llevar a modelos políticos distintos. Así,

el populismo ya no es más un modelo político sino una estrategia que lleva a

modelos políticos y maneras de gobernar que pueden ser diferentes. Como lo afirma

Taguieff, el populismo es ahora esencialmente un “estilo”, es decir un elemento que

se puede mesclar con varios otros elementos.

Entonces, hoy en día, parece que el populismo como estrategia política se extendió

largamente entre los diferentes responsables políticos. En América Latina, pasó de

ser asociado a la izquierda para extenderse al conjunto del espectro político y

finalmente para ser asociado a figuras que se ponen en contra del sistema político

él mismo. Ahora, no es más que una “disposición de la acción política”, es decir una

herramienta a la disposición de cada uno a dentro del juego político y que permite

ganar la confianza y el voto de los electores.


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Conclusión:

Por lo tanto, se entiende que el populismo es antiliberal pero no necesariamente

antidemocrático.

El populismo latinoamericano incorpora políticamente a los excluidos, promueve su

inclusión material y su inclusión simbólica, pero sin respetar necesariamente los derechos

de la oposición.

El populismo es una forma de incorporación política que ha tenido rasgos

democratizadores y autoritarios. A la vez que regenera la democracia, politiza las

desigualdades sociales y las humillaciones cotidianas de los pobres y de los no blancos.

El populismo es un enfoque político que busca apelar a las preocupaciones y deseos de la "gente

común" en lugar de centrarse en las élites y establecimientos políticos. Los líderes populistas suelen

utilizar un lenguaje emocional y retórica simple para conectar con las masas y movilizarlas en torno

a ciertos temas o demandas. Aunque el populismo puede ser asociado tanto con la izquierda como

con la derecha política, a menudo se caracteriza por su enfoque en la identidad nacional, el

proteccionismo económico y la crítica a las instituciones establecidas.


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BIBLIOGRAFIA

Fuente: https://concepto.de/populismo/

Fuente: https://concepto.de/populismo/#ixzz7wC5qq7Pn

https://librepensador.uexternado.edu.co/el-populismo-en-america-latina-modelo-politico-o-

estrategia-politica-para-ganar-el-poder/

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