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GRUPO: 5BSM
❖ OBJETIVO GENERAL: Contextualizar durante la clase él tema de la
hemorragia y la coagulación, estudiando de manera general la sangre, su
composición y todo lo que abarca.
Todas las células del cuerpo necesitan oxígeno y agua para vivir, también necesitan
nutrientes como azúcar, proteínas y grasas. La sangre recoge oxígeno de sus pulmones y
agua y nutrientes de su estómago e intestinos, crean productos de desecho cuando procesan
nutrientes, el oxígeno y los nutrientes se convierten en dióxido de carbono y en los productos
químicos de desecho que forman parte de la orina, de igual forma transporta dióxido de
carbono a los pulmones, donde se exhala. Los productos de desecho son transportados a
sus riñones, donde se filtran a la orina desde la sangre, transporta otros productos de
desecho a su hígado para su posterior procesamiento y eliminación.
Los vasos sanguíneos son tubos huecos como cañerías que transportan la sangre a través de
nuestro cuerpo, la sangre suministra oxígeno y nutrientes a todas las partes de su cuerpo y
elimina los productos de desecho, como el dióxido de carbono.
Existen 3 tipos principales de vasos sanguíneos: las arterias, las venas y los capilares.
1) Las arterias transportan sangre limpia desde su corazón hasta sus órganos, tienen
paredes gruesas forradas de músculo, son fuertes porque la presión arterial es más
elevada en las mismas, los músculos de las arterias se comprimen y relajan
constantemente para ayudar a ajustar su presión arterial.
2) Las venas devuelven la sangre sucia con desechos a su corazón, tienen paredes finas
con muy poco músculo, la presión arterial es más baja en las venas, también pueden
ensancharse para manejar el aumento de sangre. Algunas venas poseen válvulas para
evitar que la sangre circule en sentido retrógrado.
3) Las arterias y las venas están conectadas por vasos microscópicos denominados
capilares
Anatomía de los vasos sanguíneos.
Los principales vasos conductores del sistema circulatorio se llaman arterias, venas y capilares,
tanto arterias como venas están formadas por tres capas o túnicas: túnica íntima, túnica media
y túnica adventicia.
A.) La túnica íntima es la más interna, más próxima a la sangre, y está formada por un epitelio
simple plano (endotelio), una lámina basal y una capa de tejido conectivo laxo.
B.) La túnica media está formada sobre todo por fibras de músculo liso.
C.) La túnica adventicia es la capa más externa y está formada por tejido conectivo.
Las arterias y las arteriolas tienen las paredes más gruesas que las venas y vénulas ya que
tienen que soportar mayor presión sanguínea por estar más cerca del corazón, las arterias
suelen tener menor diámetro que las venas, lo que junto con el mayor grosor de sus paredes
les da un aspecto más redondeado, es decir, el contorno de las venas es más irregular que el
de las arterias.
Composición de la sangre.
• Líquido (plasma)
• Glóbulos rojos (eritrocitos)
• Glóbulos blancos (leucocitos)
• Plaquetas (trombocitos)
Plasma.
El plasma está compuesto principalmente por agua, también contiene importantes minerales y
sales (electrólitos) y muchas proteínas útiles. Algunas de las proteínas contribuyen a la
formación de coágulos de sangre. Otras proteínas atacan a los invasores, como los gérmenes.
Los glóbulos rojos contienen un material de color rojo llamado hemoglobina, cuando la sangre
circula a través de sus pulmones, la hemoglobina recoge oxígeno para llevarlo a sus tejidos, la
hemoglobina también devuelve el dióxido de carbono a sus pulmones para que usted pueda
exhalarlo.
Los glóbulos blancos forman parte del sistema inmunológico de su cuerpo contra las
infecciones y el cáncer, viajan a través de su sangre para encontrar y combatir sustancias
extrañas como gérmenes y células cancerosas, una vez combaten una determinada sustancia,
los glóbulos blancos generalmente la recuerdan para poder combatirla más rápido la próxima
vez que aparece.
Plaquetas (trombocitos)
Las plaquetas (trombocitos) son partículas diminutas, más pequeñas que los glóbulos rojos y
blancos. Actúan junto con proteínas de su sangre para contribuir a la coagulación sanguínea
de modo que usted pueda dejar de sangrar.
Hematopoyesis.
La hematopoyesis es la producción de células sanguíneas (hema, “sangre”; poiesis,
“formación”). En el ser humano se lleva a cabo en la médula ósea durante toda la vida; este
tejido es uno de los más activos en cuanto a proliferación, puesto que diariamente se producen
alrededor de 231011 eritrocitos, 231011 plaquetas y 731010 granulocitos, indispensables para
mantener los valores normales de las células circulando en la sangre.
No sólo la médula ósea es un órgano hematopoyético, pues durante la vida embrionaria y fetal
otros órganos tienen esta función, inicia en el saco vitelino, alrededor de la segunda semana
de gestación (fase mesoblástica), continúa alrededor de la quinta semana en el hígado y
posteriormente en el bazo, son estos dos los que toman esta función y son los responsables
de la hematopoyesis en el segundo trimestre del embarazo (fases hepática y esplénica). La
médula ósea inicia la producción sanguínea a partir del cuarto mes y continúa con esta función
durante toda la vida de la persona (fase mieloide). Sólo en condiciones patológicas el hígado
y el bazo pueden recuperar su función hematopoyética después del nacimiento.
Las células que dan origen a las células sanguíneas se dividen en varios compartimientos:
Células troncales hematopoyéticas (CTH). Llamadas también células madre, las cuales son
capaces de autorrenovarse y son multipotenciales (tienen la capacidad de diferenciarse en
cualquier linaje sanguíneo). Sus marcadores de superficie son CD34, CD133, CD90 y carecen
de marcadores específicos de linaje.
Células precursoras. Son aquellas que al madurar dan origen a las células que circulan en la
sangre, forman más de 90% de las células de la médula ósea y son reconocibles por su
morfología, de las cuales se hablará durante este capítulo.
Hemorragia.
La hemorragia es un trastorno caracterizado por la extravasación de sangre del lecho vascular,
el sistema hemostático es el encargado de evitar esta pérdida hemática a través de precisas
interacciones entre componentes de la pared vascular, plaquetas circulantes y proteínas
plasmáticas, sin embargo, cuando enfermedad o traumatismo son lo suficientemente graves o
intensos como para lesionar arterias o venas se produce una hemorragia, aun en presencia de
una hemostasia normal (trastornos hemorrágicos secundarios).
Con menor frecuencia, la existencia de trastornos hereditarios o adquiridos del propio sistema
hemostático da lugar a la aparición de hemorragias más o menos difusas, de forma espontánea
o provocadas por traumatismos cuya importancia no siempre guarda relación con la intensidad
de la hemorragia que sigue al golpe (trastornos hemorrágicos primarios).
Desde un punto de vista clínico, esta clasificación constituye una excelente primera
aproximación al estudio de las hemorragias porque, además de existir una serie de
características clínicas propias de cada uno de los dos trastornos, con gran frecuencia su
diagnóstico comporta una actitud terapéutica distinta, si bien el signo guía de cualquier
trastorno, primario o secundario, es la hemorragia, ésta no siempre se produce como
consecuencia de la misma noxa, ni en la misma localización ni con la misma intensidad.
Por todo ello resulta razonable que la estructura del capítulo que nos ocupa comprenda una
revisión de las fases de la hemostasia, un esquema de cómo detectar sus alteraciones
(trastornos hemorrágicos primarios) y, finalmente, una descripción topográfica de las
hemorragias, haciendo hincapié en el manejo terapéutico de las mismas.
El sistema hemostático.
Se entiende por hemostasia el conjunto de mecanismos fisiológicos mediante los cuales se
consigue detener y cohibir los procesos hemorrágicos y mantener la fluidez de la sangre
circulante.
Dentro de la hemostasia se distingue una serie de fases totalmente imbricadas entre sí:
1) En un primer tiempo se forma el trombo plaquetario que tiene como función el cese inicial
de la hemorragia (hemostasia primaria), ocurre en término de minutos y es de importancia
básica para detener la hemorragia de capilares, arteriolas pequeñas y vénulas, la eficacia de
la hemostasia primaria requiere de dos fenómenos de importancia capital: el endotelio vascular
(fase vascular) y las plaquetas (fase plaquear).
Tiene particular importancia en grandes vasos y evita la hemorragia secundaria horas o días
después de la lesión inicial, la conversión de la protrombina en trombina (fase de los factores
de coagulación) tiene lugar merced a diversas reacciones enzimáticas en las que intervienen
los factores de la coagulación que se agrupan en dos vías: la vía intrínseca y la vía extrínseca,
que entre otros incluye los factores vitamina K-dependientes (II, VII, IX, X).
Desde un punto de vista práctico, por las implicaciones terapéuticas que conlleva, el médico
de urgencias debe ser capaz de clasificar sincrónicamente un trastorno hemorrágico primario
en uno de los siguientes grupos (tabla 1): por alteración de la fase vascular, plaquetario, de la
fase de los factores de coagulación (vía intrínseca y vía extrínseca) y por último de la fibrinólisis.
Clasificación.
A.) Capilar: afecta a vasos superficiales que irrigan la piel y se cierra por sí misma. Está
causada por traumatismos y se suelen formar hematomas.
B.) Venosa: sangre roja oscura. Es más fácil de controlar que la arterial.
C.) Arterial: salida abundante e intermitente de sangre roja brillante.
Si existe rotura arterial se intentará pinzar la arteria con unas pinzas o, en su defecto, se
realizará compresión digital sobre la misma trasladando al paciente a un centro hospitalario. Si
se trata de una fractura abierta se inmovilizará la extremidad afecta de la mejor forma posible
y se trasladará al paciente a un centro hospitalario. Cuando haya compromiso nervioso se
realizará compresión sobre el foco de hemorragia y se trasladará al paciente a un centro
hospitalario.
F.) Hematemesis
G.) Melenas
I.) Rectorragia
Es la presencia de sangre roja brillante por el recto, sola o mezclada con las heces. La causa
más frecuente son las hemorroides y su sangrado puede ir desde estrías de sangre roja,
mezcladas con las heces o en el papel higiénico, hasta un sangrado masivo con repercusión
hemodinámica (muy raro) que requiera incluso de cirugía urgente.
J.) Gingivorragia
La gingivorragia es una hemorragia procedente de las encías. Si no son por piorrea o gingivitis,
a menudo constituyen el síntoma inicial de algunas hemopatías malignas. Suelen autolimitarse
y no precisan de tratamiento específico, por lo que su manejo debería ser ambulatorio. Si
estuviere indicada la práctica de un hemograma sanguíneo, éste debería realizarse de forma
preferente, pero no urgente.
Se define por la acumulación anómala de sangre dentro de la cavidad craneal. Aunque existen
diversas formas de presentación (hematoma epidural, hematoma subdural, hemorragia
subaracnoidea y hematoma intraparenquimatoso), la etiología suele ser traumática, secundaria
a la existencia de una lesión orgánica intracraneal (aneurisma, tumor, malformaciones
vasculares, etc.) o secundaria a un proceso sistémico como la hipertensión arterial.
L.) Hemoptisis
Se trata de la expulsión de sangre por la boca procedente del parénquima pulmonar o de las
vías aéreas situadas por debajo de la glotis.
Debe diferenciarse de una epistaxis con drenaje posterior de una hematemesis o de un
sangrado de la cavidad oral.
Se consideran graves aquellas hemoptisis que condicionan repercusión hemodinámica,
insuficiencia respiratoria o aquellas que sobrepasan los 20-30 cc/h. El resto suelen
autolimitarse, ceder tras la administración de codeína o controlar la presión arterial (si estuviere
elevada), por lo que pueden manejarse ambulatoriamente.
M.)Hematoma ungueal
N.) Hematuria
Se define como la pérdida de sangre con la orina. Puede ser motivo de urgencia urológica
cuando es macroscópica o bien tratarse de un hallazgo incidental en una analítica de orina
cuando es microcópica.
Se define como la salida de sangre a través del conducto auditivo externo. La etiología suele
ser local (objetivable con examen otoscópico), autolimitada o tratable de forma ambulatoria,
excepto en los casos de traumatismos craneales, en cuyo caso la otorragia indica fracturas de
los huesos del cráneo. Bajo estas últimas circunstancias la coexistencia del antecedente
traumático con la otorragia obligan al traslado urgente del paciente a un centro hospitalario.
P.) Metrorragia
Se trata de la salida de sangre a través de la vagina de una mujer menopáusica o de una mujer
fértil fuera de su menstruación normal.
Excepto en mujeres fértiles en tratamiento con anovulatorios orales donde puede aparecer
algún sangrado vaginal anómalo generalmente autolimitado y de escasa cuantía, una
metrorragia suele traducir, sobre todo en una mujer menopáusica, la existencia de una lesión
orgánica. La necesidad de traslado hospitalario urgente vendrá dada por la cuantía del
sangrado, su repercusión hemodinámica y por si el proceso se autolimita.
Q.) Menorrea
Se trata de una menstruación anormalmente abundante. Aunque en la mujer fértil es una causa
frecuente de anemia ferropénica crónica, rara vez es motivo de traslado a un centro
hospitalario. Sin embargo, si coexiste con un trastorno hemorrágico primario (habitualmente
una púrpura trombocitopénica idiopática), el sangrado puede ser muy abundante, incluso con
repercusión hemodinámica.
R.) Hemotórax
S.) Hemoperitoneo
Se define como la ocupación de la cavidad peritoneal por sangre. Puede producirse por la
ruptura de un órgano intraabdominal (hígado, bazo) como consecuencia de un traumatismo y,
menos frecuente, de forma espontánea en determinadas patologías (tumor hepático,
paludismo, etc.).
El cuadro clínico suele ser cataclísmico, con repercusión hemodinámica y un fuerte dolor
peritonítico que por sí solos indican el traslado a un centro hospitalario. El diagnóstico de
confirmación se establece con una paracentesis exploradora o un lavado peritoneal.
T.) Hemopericardio
• Bleeding and thrombosis. En: Harrison. Principles of internal medicine (14.a ed). New
York: The McGraw-Hill Companies Inc., 1998
• [0]
• Evaluation of the bleeding patient. En: Emergency medicine. A comprehensive study
guide (4.a ed). The McGraw-Hill Companies Inc., 1996.
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• Adquired bleeding disorders. En: Emergency medicine. A comprehensive study guide
(4.a ed). The McGraw-Hill Companies Inc., 1996.
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• Urgencias en medicina (2.a ed). Burgos: Ediciones Aldecoa, SA, 1996.
CONCLUSION.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
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