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LA ÉPICA BATALLA DE BALLIVIAN.

El fortín “Ballivián” era una fortificación militar, orgullo del Ejército Boliviano que, según sus
mentores, era inexpugnable y por lo tanto, un serio inconveniente para la progresión del Ejército
Paraguayo.
Sin embargo, los hechos posteriores demostraron, que después de siete meses de sucesivos
asaltos contra sus poderosas fortificaciones y cruentos rechazos a sus desesperados contraataques
en heroica defensa del terreno conquistado, que no existió tal obstáculo para el avance de
nuestros bravos soldados.
“Ballivián caerá en su hora”, había anunciado el General José Félix Estigarribia y mientras la
noticia de la caída de "Cañada el Carmen" provocaba un enorme júbilo popular en Asunción
donde una manifestación de más de 30.000 personas recorría las calles para celebrar la victoria,
la posición del fortín "Ballivián", se había vuelto completamente insostenible para los bolivianos.
Y a pesar de que el Coronel Toro telegrafiaba al General Peñaranda diciendo que “Ballivián”
tenía que ser defendido a cualquier precio, a las 7:30 de la mañana del día 17 de noviembre de
1.934, el Coronel Nicolás Delgado, al frente del 3er. Cuerpo de Ejército, capturaba el fortín
boliviano después de un impetuoso asalto.
Por estas alturas de la guerra el frente de batalla se situaba en el noroeste chaqueño; el Ejército
Paraguayo estaba en franca ofensiva y el frente boliviano se extendía desde “Ballivián” hasta “El
Carmen” y la lucha nuevamente fue encarnizada.
El Mayor PAM Isidoro Jara Cardozo, Comandante de la Escuadrilla de aviones de
Reconocimiento y Bombardeo de la Aviación en Campaña nos relata lo que sucedió en aquella
batalla de ribetes espectaculares, la más grande hasta el conflicto de las Malvinas, en la zona de
“Ballivián”, en un escrito que dejó para que las generaciones futuras puedan conocer de una
fuente primaria lo que sucedió aquel día nublado. El nos relata así:
“Este modesto veterano de la aeronáutica quiere rasgar el velo del olvido haciendo un poco de
luz sobre el bombardeo al fortín “Ballivián” y el combate aéreo en su cielo, episodio
extraordinario y poco conocido de la titánica lucha.
En la primera semana de julio de 1.934, el Comando en Jefe llevó a cabo una reunión de
Comandos de Cuerpos de Ejército, concurriendo los entonces Coroneles Carlos J. Fernández,
Rafael Franco y Nicolás Delgado del I, II y III Cuerpo de Ejército respectivamente.
Ellos habían sido transportados en los aviones Potez 25 y puestos a disposición a este efecto por
orden del Gral. Estigarribia.
En dicha oportunidad habíase resuelto realizar una demostración de fuerza contra el fortín
“Ballivián” el día 8 de julio, desde las primeras horas de la mañana, para obligar al enemigo a
concurrir a su auxilio con gente sustraída del frente de “El Carmen”, que de ésta suerte
quedaría debilitada, para aprovechar enseguida las circunstancias y el día 10 asestar a dicha
posición, el castigo principal, para lo cual fueron tomadas todas las disposiciones pertinentes.
El Tcnel. Raimundo Rolón, Jefe del Departamento de Operaciones del Estado Mayor del
Ejército del Chaco, me informa vía telefónica, que el Cnel. Delgado me entregará la misión que
la escuadrilla a mi cargo debe cumplir.
La misión específica era bombardear intensamente el fortín “Ballivián”, con el mayor número
de aviones y bombas y si no fuere posible llegar sobre “Ballivián”, bombardear el depósito de
municiones del fortín “Curururendá”.
La misma involucraba también observaciones de tropas del sector del fortín “Ballivián”,
especialmente desplazamientos de enemigos. El texto expresaba lo siguiente:

MISIÓN.
PRIMERO: La Escuadrilla de Reconocimiento y Bombardeo, mañana 8 de julio a la hora 05:00,
con los aviones Potez 5 – 10 – 11 y 13, estará formada en la aeropista de “Cabezón” con la
siguiente tripulación:
Potez Nº: 5: Piloto Tte. Luis Tuya y observador Tte. Alejandrino Martínez.
Potez Nº: 10: Piloto Arsenio Vaesken y observador Tte. Corvalan Doria.
Potez Nº: 11: Piloto Tte. Homero Duarte y observador Tte. Job Von Zastrow.
Potez Nº: 13: Piloto Cap. Isidoro Jara y observador Tte. Pablo Martínez.
SEGUNDO: Bombardear el fortín “Ballivián” antes de la hora 06:00.
TERCERO: Objetivo secundario: bombardeo de “Curururenda”
CUARTO: Cada máquina llevará 20 bombas de 14 kg
QUINTO: Observar movimiento y desplazamiento de tropas, dentro de la zona de “Ballivián”.
SEXTO: Se recomienda estricta y perfecta formación, cinco metros de máquina a máquina.
SÉPTIMO: Otras indicaciones y órdenes se darán antes del vuelo y en vuelo, por señales
convenidas.
Estas órdenes se dictaron a las 19:00 horas del día 7 de julio de 1.934.
A las 06:00 horas llama por teléfono el Cnel. Delgado y pide ponerse en contacto con el
Comandante de la Escuadrilla y me comunica que en “Ballivián” lloviznaba, que todo el cielo
estaba cubierto de nubes bajas y que se suspende hasta nueva orden el bombardeo de dicho
fortín.
Mientras esperaban que las condiciones del tiempo mejoraran, a las 9:00 de la mañana, llega la
noticia que en la pista de “Ballivián” bajaron 7 aviones caza enemigos, al parecer, nuevos y
muy veloces. De esta información se enteró toda la tripulación de la escuadrilla.
Al respecto el Cnel. Delgado dijo: “nunca hemos visto en el frente, máquinas tan veloces como
estas” y recomendó mucha prudencia en caso del bombardeo sobre “Ballivián”.
Por fin, a la hora 12:00, el Comandante del Cuerpo del Ejército, por teléfono ordenaba la salida
de la escuadrilla; ya que las condiciones por fin estaban dadas para bombardear el objetivo.
Así ordenó este Señor Comandante, que tenía fe y esperanza en esas máquinas de tela y madera,
pero tripuladas por una férrea voluntad que no conocía el miedo, pero sí, tan solamente el deber.
Se dio la última orden y la escuadrilla ya nada podía esperar.
Partimos de la pista de “Cabezón” a las 13:00 hs, dónde teníamos 300 metros de techo de nubes
con la seguridad de cumplir bien la misión y volver a la base de partida. Ya al entrar a la línea
enemiga, en estricta formación, notamos que en la pista de “Ballivián” se aprestaban las 7
máquinas de cazas bolivianas a levantar vuelo y a intentar impedir nuestro objetivo.
Sobre esas máquinas bolivianas descargamos 40 bombas y notamos que 4 máquinas levantaban
vuelo, quedando en el campo 3 de ellas destruidas.
Luego pasamos a insistir en cumplir nuestro objetivo principal. Nuestras aeronaves estaban más
livianas y el 40 % de las aeronaves enemigas quedó en tierra.
Ellos ponían feroz resistencia procurando impedir que lleguemos a nuestro objetivo.
Los restantes 4 Osprey despegaron para defender la base y se trabaron en combate con los
Potez mientras éstos descargaban el resto de las bombas sobre las posiciones bolivianas.
La aeronave del Comandante de Escuadrilla era atacada duramente por los bolivianos, el
observador Tte. Fabio Martínez recibió tres heridas en el brazo derecho, procuraba hacer uso
de su ametralladora, pero sus fuerzas no le permitían. Otra nueva pasada a nuestra formación y
el Tte. Martínez recibe otras tres heridas más, esta vez en el muslo.
La lucha seguía. Los viejos Potez se conducían maravillosamente, con las telas desagarradas,
con los tensores rotos, el Potez Nº: 13 casi sin parabrisas, con sus tanques de aceite y de
combustible perforadas, el piloto herido y el observador Tte. Fabio Martínez ya con siete
heridas graves e innumerables esquirlas en el cuerpo y en la cara, pero nadie aflojaba ni
titubeaba.
La máquina de Homero Duarte y Zastrow fue alcanzada. Los tensores de las cuatro aeronaves
fueron cortados por los proyectiles.
El Tte. Luis Tuya, emocionado, se paraba en su Potez 25 gritando que esa era la guerra que él
había venido a buscar en el cielo de nuestra patria.
Luís Tuya, era un piloto uruguayo, que combatió por Paraguay cuya inquietud por estar presente
en cada misión, lo hacía vivir en una permanente competencia con sus compañeros en el logro de
ocupar una cabina, no le importaban los riesgos, su ansiedad y valentía le ayudaban a satisfacer
su convicción.
"Yo vine a defender el derecho y la justicia del pueblo de mis amores, es más, mi compañero el
Tte. Sánchez Leiton, se encuentra ya herido de gravedad y yo, mi Capitán, no quisiera regresar
al Uruguay sin llevar cicatrices de fuego en mi cuerpo, por favor, desígneme como piloto en ésta
misión."
Estas fueron las palabras de Luís Tuya al Capitán Isidoro Jara, en el momento de designar las
tripulaciones para la misión de bombardeo al fortín “Ballivián”.
Nada pudieron hacer los Osprey para derribar a los Potez, pues éstos volaron en cerrada
formación y a baja altura, con todas sus bocas de fuego disparando al mismo tiempo.
La máquina de Homero Duarte era atacada a fondo. Zastrow no tenía tiempo de cargar sus
cargadores acosado por el enemigo que le disparaba de cinco metros de distancia y en tal
situación arrojó con la mano el cargador vacío contra la máquina enemiga que se le venía
encima. Tal vez, el único caso en una lucha aérea.
El Potez Nº: 13, del Comandante de Escuadrilla, siempre era defendido por Zastrow, pues los
bolivianos se dieron cuenta que éste avión ya no contaba con el observador y constantemente era
atacado.
Von Zastrow hacía caso omiso a su atacante, le importaba mucho más defender la aeronave de su
Comandante. Jamás en una lucha a muerte se vio una actitud tan heroica y caballeresca, como la
conducta de este Señor de la Guerra.
Aún así, los Potez fueron alcanzados por numerosas balas, tanto de los aviones bolivianos como
de la artillería antiaérea, siendo heridos el Tte. Fabio Martínez, el Cap. Isidoro Jara, el Tte.
Arsenio Vaesken y el Tte. César Corvalán Doria, pero no afectaron ninguna parte vital, por lo
que los cuatro aparatos regresaron a su base.
El Curtiss Osprey boliviano piloteado por el My Eliodoro Nery y el Subtte. René Dorado como
artillero fue derribado por uno de los Potez 25.
Aquel 8 de julio de 1.934, después de la memorable ofensiva aérea contra el fortín “Ballivián”,
los formidables bombarderos Potez de la Aviación Paraguaya volvían a su base de “Cabezón”.
El Mayor Isidoro Jara, sigue relatando lo que sucedió aquel día:
“La primera aeronave que aterrizó en “Cabezón”, fue la de Vaesken, luego la de Tuya, después
la de Duarte y por último la mía, cumpliendo así con las disposiciones del reglamento de la
Escuela de Guerra”.
Las bombas utilizadas fueron fabricadas en nuestros Arsenales de Guerra y Marina, bajo la
dirección del Ing. José Bozzano.
Nuestros aviadores consiguieron incendiar un depósito y destruir tres aparatos bolivianos en
tierra, más uno en el aire.
Como vemos en este combate, el 50 % del personal salió herido y todas las aeronaves averiadas,
pero ninguna inutilizada.
Veinticinco minutos duró la épica batalla aérea a 400 metros de altura sobre el cielo de
“Ballivián”, dónde en tierra ambos bandos pararon la lucha, también a muerte, para presenciar
embelesados el hermoso espectáculo que estaban protagonizando las dos fuerzas aéreas
enemigas. Una comprensión y una camaradería sobresaliente se demostraron en esa tarde del 8
de julio de 1.934.
El Gral. José Félix Estigarribia, emite un comunicado, en alusión al exitoso ataque aéreo
realizado por la Aviación Paraguaya en Campaña contra las posiciones bolivianas de “Ballivián”.
El comunicado, dice textualmente:
“El fortín “Ballivián” fue bombardeado hoy con pleno éxito por nuestros aviones, librándose
después sobre dicha posición, un combate aéreo en que volvieron a imponerse nuestros pilotos,
derribando una de las máquinas del enemigo, que cayó a escasa distancia de nuestras tropas en
terreno ocupado por los bolivianos. Nuestros aviones regresaron luego de cumplida a su misión,
a su campo de aterrizaje.”
Se evidenció a propios y extraños, que en el seno de la Aeronáutica militaban jóvenes capaces de
ir al sacrificio en defensa de la Patria y que no había misiones imposibles para los pesados y
lerdos Potez”.
En esta acción guerrera de la Aviación en Campaña, donde se balanceaba el destino de nuestra
arma, el delirio de patriotismo de los buenos y valientes observadores fue el que decidió la
victoria para nuestras armas.
La voluntad de vencer y la fe inquebrantable, fueron los factores decisivos en este encuentro
contra los valientes bolivianos. La fe, centuplica la fuerza y la energía.
Señores! la figura máxima del episodio que vengo describiendo fue Zastrow, motor y nervio fue
siempre de la Escuadrilla de Reconocimiento y Bombardeo y más que nadie, sin desmeritar a los
otros que participaron en la acción con valor y abnegación; el sobresalió!
El Mayor Jara termina su emocionante relato con las siguientes palabras: “Patria mía, ninguno
de tus hijos retrocedió frente al enemigo”!
Este ataque es considerado por los historiadores, como el ataque paraguayo de mayor éxito
durante la guerra, los cuatro únicos Potez en servicio escoltados por dos aviones de combate Fiat,
lanzaron bombas sobre la pista de aterrizaje boliviana y destruyeron cuatro aviones de combate
Curtiss estacionados, también atacaron y destruyeron el depósito de combustible principal en el
fortín “Ballivián” lo que ocasionó una escasez severa de combustible para un ejército que ya
estaba pereciendo la falta de combustible y abastos.
Nuestros aviadores estuvieron a la altura de las circunstancias, entregando también ellos su
tributo de sangre a la causa nacional, teniendo que lamentar la pérdida de 15 tripulantes entre
pilotos y observadores artilleros en el transcurso de la contienda.
Para todos aquellos valientes pilotos, observadores, mecánicos y operarios, va nuestro
reconocimiento y la eterna gratitud por el valor desinteresado demostrado en esos difíciles días
de nuestra Patria.
Hoy, la Escuela de Comando y Estado Mayor lleva el nombre del Mayor PAM Isidoro Jara
Cardozo, como reconocimiento a su valentía y en honra a muchos héroes de la aviación
paraguaya.
En conmemoración a ésta memorable “Batalla de Ballivián”, el día 8 de julio fue declarado por
Ley de la Nación “Día de la Aviación de Caza”.

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