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TEMA 5

Introducción
La etapa anterior fue la del reinado de Isabel II en la que se implantó el Régimen Liberal, destacando
tensiones políticas y dificultades de la economía. A partir de 1860, esta situación se agravó, facilitando la
unión de diferentes grupos políticos que reclamarían el fin de la monarquía de Isabel II, acabando con su
exilio.
1.1 Causas de la revolución de 1868

La crisis económica y política pusieron fin a la etapa de prosperidad económica y provocar una inestable
situación política.
Una crisis financiera reveló la falta de rentabilidad en inversiones ferroviarias, resultando en una caída
drástica de las acciones y afectando la cotización de la deuda pública.
La guerra de Sucesión estadounidense encareció el algodón, desencadenando una crisis industrial con
quiebras y aumento del desempleo. Malas cosechas provocaron una crisis de subsistencias con escasez de
trigo y aumento de precios.
En 1868, descontento generalizado hacia el sistema isabelino llevó a reclamos de diversos sectores, y el
deterioro político culminó en un levantamiento contra el gobierno y la monarquía tras el Pacto de Ostende.
1.2 La Revolución Gloriosa
En septiembre de 1868, una revuelta liderada por el brigadier Juan B. Topete y apoyada por los generales
Prim y Serrano, se inició en Cádiz denunciando la corrupción monárquica. El manifiesto proclamaba la
formación de un gobierno provisional y la convocatoria de Cortes constituyentes por sufragio universal. La
sublevación, dirigida por Prim, se extendió por ciudades andaluzas y toda la Península. La reacción
gubernamental resultó en la derrota en la batalla de Alcolea el 28 de septiembre, provocando la dimisión del
Gobierno y el exilio de la reina Isabel II.
1.3 El movimiento revolucionario y las juntas

Tras el levantamiento militar, ciudades como Málaga, Almería, Sevilla y otras experimentaron un
levantamiento popular con juntas revolucionarias que se convirtieron en poderes autónomos. Estas juntas,
lideradas por progresistas, demócratas y republicanos, abogaban por reformas como la abolición de
impuestos, rebaja de aranceles, educación gratuita y sufragio universal. A pesar de ello, líderes como Prim y
Serrano, preocupados por estas demandas y la participación popular, percibían la revolución como un
movimiento desde arriba con objetivos políticos limitados.
1.4 El Gobierno Porvisional y las primeras reformas

Tras el acuerdo de la Junta de Madrid, se formó un Gobierno Provisional liderado por Prim, y Serrano como
nuevo regente. Aunque disolvieron las juntas y frenaron el proceso revolucionario, promulgaron decretos
democratizadores y aceptaron demandas populares. Convocaron elecciones con sufragio universal masculino
En las elecciones de diciembre de 1868, los republicanos triunfaron en 20 capitales de provincia. En enero de
1869, las elecciones a Cortes constituyentes dieron victoria a la coalición gubernamental, aunque surgieron
minorías carlistas y republicanas.
1.5 La Constitución de 1869
En febrero de 1869, las Cortes aprobaron una Constitución democrática que garantizaba derechos
como manifestación, reunión y sufragio universal masculino. Reconocía la libertad religiosa,
mantenía el culto católico y establecía una monarquía parlamentaria sin veto real.
La descentralización se reflejaba en la autonomía local. Tras la votación, Serrano fue designado
regente y Prim jefe de gobierno, con respaldo de unionistas, progresistas y demócratas
monárquicos.
1.6 El auge del republicanismo
El republicanismo se dividió en unitarios y federales. Los unitarios liderados por Emilio Castelar
abogaban por una república unitaria con posturas conservadoras. Por otro lado, el Partido
Republicano Federal, dirigido por Pi y Margall y Estanislao Figueras, promovía una república
federal, laicista, oponiéndose a la intervención militar y abogando por derechos democráticos y la
intervención estatal en favor de las clases populares. Dentro del federalismo, los benévolos,
liderados por Pi y Margall, preferían el respeto a la legalidad, mientras que los intransigentes,
encabezados por José María de Orense, respaldaban insurrecciones populares y la posibilidad de
territorios independientes antes de unirse a la república.
1.7 Las reformas económicas
Durante la Gloriosa, se buscó cambiar la política económica para fomentar el crecimiento y reducir la deuda.
En 1869, el ministro Laureano Figuerola implementó una reforma arancelaria, abriendo la economía al libre
comercio y reduciendo la protección a productos nacionales, lo que generó oposición de industriales y
productores. También se introdujo una reforma fiscal con contribución directa y eliminación de consumos, se
estableció la peseta como moneda nacional, y se llevó a cabo la desamortización del subsuelo. La Ley de
Minas de 1871 impulsó la producción minera al vender y concesionar yacimientos a compañías extranjeras.
1.8 Las dificultades de la regencia (1869-1870)
El nuevo gobierno enfrentó la oposición de carlistas y moderados, partidarios de distintas formas de
monarquía. Descontentos con la monarquía, algunos republicanos federales promovieron levantamientos en
1869 para instaurar la república federal. La falta de mejoras sociales generó conflictividad, con campesinos
demandando la redistribución de tierras, motines urbanos contra impuestos y conscripción, y un movimiento
obrero radicalizado con influencia del internacionalismo. Además, en 1868, se inició en Cuba un movimiento
independentista que desencadenó una guerra de 10 años.

Desde la Guerra de la Independencia, el ejército evolucionó de ser una institución noble a adquirir un
carácter nacional y abierto a la ciudadanía. Los cambios en la oficialidad, iniciados en 1808-1814,
eliminaron el privilegio noble en 1836. El liberalismo estableció el reemplazo como método principal de
reclutamiento y el servicio militar obligatorio, conocido como las quintas. La redención, introducida en
1837, permitía a clases medias y altas evitar el servicio, pero suponía una carga económica para las familias
trabajadoras. La injusticia social, el riesgo de muerte y el impacto económico llevaron a la abolición de las
quintas, una demanda clave y motivo de revueltas en el siglo XIX.
LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA (1871-1873)
3.1 Una nueva monarquía
Tras la definición de España como monarquía parlamentaria en 1869, el general Prim lideró la búsqueda de
un nuevo rey, resultando elegido Amadeo de Saboya en noviembre de 1870. A pesar de obtener mayoría en
las Cortes, Amadeo I enfrentó dificultades desde el inicio, con falta de aceptación popular, oposición
aristocrática, reticencia militar e hostilidad de la Iglesia. Su llegada a España en diciembre fue empañada por
el asesinato de Prim. Además, los carlistas consideraron ilegítimo su reinado y comenzaron la lucha armada
en 1872.
3.2 Una institucionalización frágil e inestable
Serrano encabezó el primer gobierno de la monarquía con la coalición de unionistas, progresistas y
demócratas. Sin embargo, la fragmentación fue rápida, dividiendo a los progresistas en el Partido
Constitucional, liderado por Sagasta, y el Partido Radical, de Ruiz Zorrilla. La lucha entre radicales y
constitucionales generó inestabilidad, con seis gobiernos y tres elecciones en dos años, marcadas por
personalismos y fraude. La coalición gubernamental se desintegró, debilitando la monarquía al limitar su
apoyo a los radicales y dificultar la respuesta a los problemas del país, mientras enfrentaba movimientos de
oposición radicalizados.
3.3 Los movimientos contra la monarquía
Serrano encabezó el primer gobierno de la monarquía con la coalición de unionistas, progresistas y
demócratas. Sin embargo, la fragmentación fue rápida, dividiendo a los progresistas en el Partido
Constitucional, liderado por Sagasta, y el Partido Radical, de Ruiz Zorrilla. La lucha entre radicales y
constitucionales generó inestabilidad, con seis gobiernos y tres elecciones en dos años, marcadas por
personalismos y fraude. La coalición gubernamental se desintegró, debilitando la monarquía al limitar su
apoyo a los radicales y dificultar la respuesta a los problemas del país, mientras enfrentaba movimientos de
oposición radicalizados.
LA PRIMERA REPÚBLICA
5.1 El proyecto constitucional federal de 1873
El gobierno presidido por Pi y Margall, tras la proclamación de la República, buscó pacificar insurrecciones
y elaborar una nueva Constitución. Inspirada en la de 1869, garantizaba derechos y libertades con sufragio
universal masculino y una estructura federal para la nación española compuesta por 17 estados, incluyendo
Cuba y Puerto Rico. Establecía la separación de Iglesia y Estado, libertad de culto y autonomía para los
estados regionales. Sin embargo, la Constitución no fue aprobada.
5.2 Las guerras y el cantonalismo
Tras la proclamación de la República, el conflicto carlista se intensificó, convirtiéndose en un frente abierto
con un ejército carlista consolidado en Cataluña, el Maestrazgo y provincias vascas. En Cuba, la guerra
continuaba sin control republicano, y en un intento federal, se consideró a Cuba y Puerto Rico parte de la
Federación española. La sublevación cantonal, mezcla de aspiraciones autonomistas y revolución social,
provocó la proclamación de cantones independientes. Pi y Margall se opuso a sofocarla militarmente,
dimitió, y Salmerón asumió la presidencia, enfrentándose a la revuelta cantonalista. Aunque Castelar asumió
después y restableció la autoridad, la situación política se volvió inestable con tensiones entre republicanos
federales y unitarios.
5.3 La liquidación de la República
El golpe de Estado liderado por el general Pavía en enero de 1874 derrocó al gobierno republicano,
evidenciando la fragilidad de la República. Una coalición autoritaria dirigida por el general Serrano tomó el
poder, disolviendo las Cortes, suspendiendo garantías constitucionales y aplicando medidas represivas. Ante
la falta de apoyo monárquico, Martínez Campos proclamó a Alfonso XII como rey el 29 de diciembre de
1874, marcando el inicio de la Restauración.
Conclusión
La revolución de 1868 abrió una era democrática en España con constituciones en 1869 y 1873 (monárquica
y republicana). Sin embargo, las dificultades para consolidar ambos sistemas, junto con conflictos sociales y
políticos, llevaron a la prevalecencia de una alternativa borbónica conservadora en 1874.

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