Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
El periodo comprendido entre el destronamiento de la reina Isabel II, en 1868, y la restauración de la
monarquía borbónica, en 1874, se denomina Sexenio Democrático o Revolucionario porque
constituyó nuestro primer intento de establecer una democracia basada en el sufragio universal
masculino. Se implantaron nuevas formas de gobierno como la república y el federalismo para
integrar al pueblo en el nuevo Estado nacional pero estas reformas fracasaron.
Las tropas leales a la reina (isabelinos) fueron derrotadas en Alcolea (Córdoba) e Isabel I huyó a
Francia; por segunda vez en la historia esta dinastía partía al exilio.
Además, este gobierno se apresuró a tomar medidas para estabilizar la Revolución, como: el control
de la administración del Estado, la promulgación de los decretos que demandaban las Juntas y la
convocatoria de Cortes Constituyentes.
En enero de 1869 se celebraron las primeras elecciones de nuestra historia con sufragio universal
masculino. Las elecciones dieron la mayoría a la coalición de gobierno; unionistas, progresistas y
demócratas aunque los republicanos se hicieron notar.
La tarea fundamental de las Cortes fue elaborar la Constitución de 1869, inspirada en las de 1812 y
1837,es la primera Constitución democrática de nuestra historia. Entre sus características esenciales
destacan las siguientes:
Amadeo inició su reinado haciendo frente a una difícil situación interna. Este monarca fue
considerado un intruso por los partidarios de los Borbones (tanto carlistas como isabelinos);
también tuvo el rechazo de los republicanos. Se encontró sin apoyos políticos y sociales. A su
llegada a España tuvo que hacer frente a la Guerra de Cuba y a la Tercera Guerra Carlista.
Por si fuera poco, tras la muerte de Prim la coalición de gobierno se rompió, provocando una gran
inestabilidad política, lo que provocó la celebración de tres elecciones generales y el suceso de seis
gobiernos diferentes..
Por todo esto, el 11 de febrero de 1873, Amadeo presenta su abdicación de la Corona. Ese mismo
día, Congreso y Senado proclaman la República, como única solución.
El intento de Figueras de construir una república federal encontró una doble oposición: la de los
radicales, que propugnaban una república unitaria, y la de los intransigentes, federalistas extremos,
que pensaban que el federalismo se debía imponer desde el pueblo mediante una revolución.
Tras dimitir Figueras, el presidente Pi y Margall tuvo que hacer frente a dos graves problemas: el
aumento del carlismo y la rebelión cantonal.
Tercera Guerra Carlista (1872-1876): Tras la llegada de Amadeo I, los carlistas volvieron a la acción
militar. La caída de Amadeo I y la debilidad de la República les permitió obtener ventajas militares en
el País Vasco, Navarra y Cataluña. Tras la restauración de la monarquía borbónica, en 1876 fueron
derrotados definitivamente por el general Martínez Campos.
El movimiento cantonalista: Fue fruto de los particularismos regionales y locales y estuvo apoyado
por los intransigentes; atribuía todos los males de la nación a la uniformidad y al autoritarismo del
gobierno.
El movimiento cantonalista hizo evidente la debilidad del gobierno republicano. Tras la breve
presidencia de Salmerón, el presidente Castelar, aplicó la pena de muerte contra los rebeldes, llamó
al ejército para imponer el orden, reforzó el poder del estado y suprimió el principio federal.
La revuelta cantonalista había acabado pero la Guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista
continuaban. Por su parte, Cánovas del Castillo intentaba promover el regreso de los Borbones, cosa
que logró con el pronunciamiento de Sagunto, protagonizado por Martínez
Campos el 29 de diciembre de 1874