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Cualidades de una buena familia

La familia es importante para Dios. Y Dios siempre ha querido usar la familia,


por eso la instituyó en su plan perfecto, antes que la Iglesia.

Sin embargo, la familia en nuestro país y en el mundo está en franco deterioro,


lamentablemente la situación es sumamente grave; hemos aprendido en la
escuela que la familia es el núcleo de la sociedad, y si la sociedad no está
conformada por familias sólida, no está estable, la sociedad tiene problemas
serios.

Hace cientos de años, el imperio romano, un imperio que gobernaba grandes


territorios, se vino abajo…y desapareció completamente. ¿Y por qué
desapareció? Los historiadores dicen que una de las causas fue la destrucción
de la familia.

El problema de la familia, no solamente le incumbe al gobierno y a la sociedad


hondureña es una situación que afecta la iglesia Directamente.

¿Cuántos pueden decir que su familia está estable o es exitosa?


Miremos la actitud de Jesús en la cruz. Aún estando ahí tenía una actitud, una
conducta, un compromiso bien claro con respecto a su familia. Dice la Palabra
en Juan 19:26-27, que Jesús vio a María le dijo «Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre».
Para Jesús la familia es importante, para el Reino de Dios la familia es
importante, para los propósitos de Dios la familia es importante. Tan importante
es que en Efesio 5:22-25,
Efesios 5
22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la
iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo
estén a sus maridos en todo.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra,
27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese
mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos
cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la
cuida, como también Cristo a la iglesia,
30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y
los dos serán una sola carne.
32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí
mismo; y la mujer respete a su marido.

se habla de los deberes del esposo, de la esposa, pero el versículo 32


dice: “Grande es este misterio; más yo digo esto respecto de Cristo y de
la iglesia”; muchas veces este versículo no se entiende que significa que el
modelo de la familia no es la iglesia, sino todo lo contrario. El modelo y ejemplo
para la iglesia es la familia, de la vinculación de Cristo con su iglesia. ¿Cuántas
familias reflejan en su vida a Cristo?
La Palabra dice en 1 Timoteo 5:8: “El que no provee para los suyos, y sobre
todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un
incrédulo”, niega el evangelio de Jesucristo. Y Tito 1:16 dice que algunas
personas “profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo
niegan”. Una pregunta importante: ¿su familia niega su fe?, o ¿su familia es un
reflejo de Cristo? Si nuestra familia refleja a Cristo, démosle la gloria a Dios.
Dios.

1. Compromiso con la vida familiar. (1 Cor 13:4-7)


1 Corintios 13
3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser;

Es muy difícil encontrar a una familia con dos o tres décadas de vida familiar
que no hayan tenido problemas, o una familia de un año de vida que no hayan
tenido problemas. Muchas parejas, a los pocos años de casados, se divorcian
porque no son capaces de resistir a los problemas.

Toda familia desde que comienza hasta que se encuentre con el Señor, tendrá
problemas económicos o interpersonales, enfermedades, conflictos, etc. Y
todos siempre tendremos problemas como individuos.

La diferencia entre una familia que fracasa y una que tiene éxito es el
compromiso, eso hace que pueda resistir. El compromiso significa esa
responsabilidad, que se tiene de salir adelante con la familia tanto en las
buenas como en las malas. No son sólo palabras, se demuestra con hechos
completos y específicos;
cuando hay compromiso las metas de la familia son más importantes que
las metas personales, que todos los miembros de mi familia tengan éxito
es más valioso que mi éxito personal. Ejemplo: si yo llego a mi casa y les
digo a mis hijos que no me moleste porque estoy cansado de trabajar todo el
día para lograr mi éxito…yo no puedo decir eso.
Debo sacrificarme por mis hijos, y aún cansado debo ayudarles, compartir,
amarles, proveerles para sus necesidades, no pensar solamente en lo mío,
sino en el bien de toda la familia, porque tengo compromiso con mi familia.

2. Aprecio de unos por otros. (1 Pedro 1:22)

22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante


el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro;

El aprecio hay que demostrarlo, hay que decirlo, debemos decir a nuestra
pareja que le amamos, a nuestros hijos expresarles nuestro afecto.
Si hay algo que hace mucho daño es la falta de estimación personal, la
falta de valoración. Una de las debilidades más fuerte de la familia es el
maltrato, muchas veces no hay comprensión, sino gritos.
¿Cuánto vale su esposo, su esposa? ¿Cuánto valen sus hijos? El valor de
cada uno de ellos es tan grande, que Cristo dio su vida por ellos. Y si Dios
mismo fue capaz de dar la vida por mi, ¿cuánto valgo yo? Lo que vale Dios. Yo
no puedo maltratar a la persona que es imagen y semejanza de Dios.

Ahora bien, si mi esposa, esposo, mis hijos valen, ¿qué significa


apreciar? En el mundo mercantil es colocarle es precio, el valor que le
corresponde; para Dios todos somos importante.
Nuestra esposa, nuestro esposo, nuestros hijos son un tesoro; la familia es una
herencia, un regalo que Dios nos ha dado. Pero con que frecuencia se nos
olvida que lo que Dios nos ha dado es muy valioso.

3. Comunicación.
Hace algunos años atrás, la familia comía junta, se divertía junta, la sociedad
de antes tenía tiempo para compartir, para comunicarse; la sociedad moderna
atenta contra la comunicación, todo el tiempo está evitando que nos
comuniquemos, lo que tenemos es una malísima comunicación. Es importante
aprender a escuchar, a captar lo que la otra persona nos dice. De la misma
manera, debemos aprender a hablar.
1 Pedro 3
1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que
también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la
conducta de sus esposas,
2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro
o de vestidos lujosos,
4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable
y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que
esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;
6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras
habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la
mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida,
para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Hay una gran diferencia en como se comunican los hombres, de cómo se


comunican las mujeres. La Biblia dice en 1 Pedro 3:7 al hombre se
recomienda que trate a su esposa sabiamente, eso significa que la trate
conforme al conocimiento, como esposos debemos aprender a conocer a
nuestra esposa, conocer a cada uno de mis hijos y eso pasa cuando;

a. Pasan tiempo juntos. Es una tremenda necesidad en este tiempo. Todos


los miembros de una familia tienen necesidades, de conversar, de descansar,
de jugar, afectivas y emocionales, es una larga lista de necesidades que deben
ser suplidas en la casa, de lo contrario la buscarán en otro lado. Si se cultiva el
pasar tiempos juntos, esto perdurará con los años y los hijos se lo enseñarán a
sus hijos.

b. Pueden resolver los problemas. Todas las familias tienen problemas. No


olvidemos que los problemas siempre van a existir y algunos conflictos; por
muy maduro que podamos ser, siempre van aparecer. Con el tiempo las
situaciones cambian en una familia, no es lo mismo como somos recién
casados, que al pasar 6 años, nacen los hijos, en el trabajo también hay
cambios, todo a nuestro alrededor cambia, los cambios producen crisis. El
punto es que los cambios y las crisis requieren ajustes, no debemos dejar ahí
los problemas que sigan, debemos enfrentarlos, para ello se requiere de
sabiduría, de madurez, se requiere de Dios.

Al enfrentar los conflictos en la vida familiar con la sabiduría de Dios, somos


modelos a nuestros hijos, para que cuando tengan su matrimonio aprenderán a
enfrentar sus conflictos; dejando a un lado los modelos del mundo. Las
dificultades que tenemos en el hogar son permitidos por Dios con un propósito,
y el esposo, la esposa los hijos, cada uno con sus debilidades y fortalezas, son
instrumento de Dios para fortalecer nuestra fe, carácter y para hacernos
modelos para la gloria del Señor.

4. Cultivar la vida espiritual.(Josué 24:14-15)


Para desarrollar la familia debemos tener nuestra confianza en el carácter
santo de Dios. Él es soberano, a veces lo cantamos, lo danzamos, lo decimos
de muchas maneras, pero no lo vivimos. Él quiso que tuviésemos a esa
esposa, ese esposo. En su soberanía perfecta, el éxito que tengamos con
nuestra familia se va a deber a la confianza que podamos tener en ese Dios
que es perfecto, que es eterno, que sabe hacer las cosas bien.

¿Cuál es el Dios que reina en tu familia? ¿Cuánto le conoces? ¿De qué


tamaño es ese Dios?

Muchas veces las cosas no van bien porque no confiamos en ese Dios
soberano, todopoderoso, sanador, sustentador, restaurador, que hace milagros
y que puede cambiar a su conyugue o a sus hijos; y además puede hacer que
la familia cumpla sus propósitos. Cuando ponemos nuestra confianza en Dios,
cuando lo colocamos en el lugar que le corresponde en el hogar pasan grandes
cosas.

 Temor
 Servicio
 Integridad
 Verdad

5. Tomar decisiones. (Josué 24:14-15)


15
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los
dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del
río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa
serviremos a Jehová.

6. Practicar o poner en práctica nuestra fe. (Josué 24:16)


16
Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a
Jehová para servir a otros dioses;
La Iglesia es tu casa, eres tu mismo

Deuteronomio 6
1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro
Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la
cual pasáis vosotros para tomarla;
2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus
mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de
tu vida, para que tus días sean prolongados.
3 Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en
la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el
Dios de tus padres.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas
tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus
ojos;
9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

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