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La familia con principios

12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor,
espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12
Introducción
Buenos días familias, para mi es un privilegio poder compartir este hermoso tiempo en la presencia
de Dios con ustedes. En esta mañana quiero compartir un versículo bíblico muy especial que nos
permite vivir una vida en familia guiada por el Espíritu Santo.
Vivimos en una sociedad donde las familias cada vez son más distorsionadas, disfuncionales, se está
destruyendo los vínculos de amor en las familias. En este versículo hay seis palabras claves, todas
ellas relacionadas entre si y fundamentales para entender como debe ser nuestra vida en familia.
Desarrollo
Cuando mi mama llego a los caminos de Dios había una familia fundamentada sobre la arena, es decir
no estaba basada en Cristo como la roca de mi casa, éramos cinco los miembros de mi hogar, mis
padres mis dos hermanas mayores y yo siendo el menor de todos.
Mi mama conoce de Dios, y se da cuenta que muchas cosas que había hecho en su vida estaban mal,
cuando ella entrega su vida a Jesucristo yo tenía 3 años. Mi niñez y adolescencia fueron etapas muy
difíciles ya que mi papa estaba ausente la mayor parte del tiempo, su trabajo implicaba que viajaba
constantemente, mi mama trabajaba casi todo el día, por lo tanto me sentía desprotegido, vulnerable
aun cuando mis hermanas me cuidaban. Empecé a tener enormes vacíos en mi crecimiento al no tener
una figura paterna clara que me diese firmeza, ejemplo y una formación en cada etapa de mi niñez.
En el colegio sufrí de bulling la mayor parte del tiempo, eso hizo que yo me volviera agresivo, me
llenaba de ira y me desquitaba con los seres que más debía amar, mis padres y mis hermanas.
Aunque íbamos a la iglesia no era suficiente lo que recibíamos ya que no había una correcta formación
en casa, por lo tanto el trabajo que Dios hacia se perdía al salir del culto, en la mesa cuando
almorzábamos no había paz, todo el tiempo estábamos en división.
La palabra de Dios dice una casa dividida contra sí misma no prospera, y precisamente eso era lo
que pasaba en mi hogar, no estábamos de acuerdo en nada, cada uno estaba en su mundo y quería
hacer su voluntad de manera egosita. Por eso no se veían cambios para bien a nivel familiar.
Mis papas se divorcian cuando yo tenía 10 años, inicialmente no sentí el cambio tan fuerte ya que me
había acostumbrado a ver a mi papa por periodos de tiempo semanales y a veces esporádicos.
Mi mama a raíz del divorcio y todo el estrés que esto implicaba se enfermó al punto de que sus pies
se degeneraron casi por completo.
Yo además era un niño maledicente, hablaba todo el tiempo mal y usaba mi boca para herir a otros
como un arma de defensa.
No había resultados porque dudábamos de Dios, de su palabra, de nuestra autoridad espiritual y eso
nos estancó muchos años. El que duda es como las olas del mar que van de un lado a otro, el que no
esta conmigo decía el Señor Jesucristo desparrama, y nosotros estábamos desparramando todo lo que
recibíamos por Dios al no prestarle atención a su palabra, al no creer en sus promesas, al no llevar
una vida de oración comprometida, al no obedecer y sobre todo al no tener un corazón sincero y
dispuesto para que el entrara en nuestra vida.
Todo el tiempo recibíamos sanidad, liberación, veíamos milagros pero no podíamos sostener cada
obra de Dios en nuestras vidas.
Cuando el apóstol le recomienda a Timoteo estas palabras es porque tienen un sentido importante en
el desarrollo de su ministerio, podemos ver que en mi vida y mi familia las cosas estaban mal, las
palabras eran el reflejo de lo que había en mi corazón y mi conducta reflejaba los vacíos, los temores
y la falta de Dios en mi vida, aun cuando ya estábamos asistiendo a la iglesia. No había amor en mí,
ni entre hijos, padres y hermanos. Yo maltrataba a mis hermanas y a mis padres con mi conducta. En
mi había un espíritu de cobardía como dice la palabra, de Dios, y mucho menos no había fe y pureza,
asi paso durante mucho tiempo, hasta que de verdad tomamos la decisión de unirnos como familia,
me refiero a que debíamos todos apuntar hacia un mismo lugar, hacia un encuentro con Cristo.
Quiero que entendamos algo en esta mañana, nosotros podemos asistir a una iglesia toda la vida, pero
sino tenemos un encuentro con Jesucristo no va haber una trasformación en nuestros hogares. Es
necesario que Cristo pueda entrar y hacer parte de nosotros porque solo mediante su presencia en
nuestras vidas, podremos tener una palabra, una conducta, un amor, un espíritu una fe y pureza que
nos sostiene durante las tempestades.
Hasta este momento solo he contado las tempestades, a pesar de todo lo que les he relatado, Dios
estaba con nosotros, nos guardó de situaciones peores y su palabra no quedo vacía en nosotros.
Actualmente Dios a través de mi iglesia ha sanado mi corazón he podido perdonar a mis padres,
hermanas, a la sociedad, a mi iglesia y he podido ver el cambio en mi vida. Ya no soy ese niño de 5
años grosero, amargado, ansioso, rebelde, sino que he podido madurar, he tenido la experiencia de
reconciliarme con Dios porque muchas veces culpaba a Dios de todas las situaciones de mi infancia
y adolescencia. He visto como Dios ha bendecido a mi familia dándonos una buena relación,
actualmente vivo con mi mama y es un tiempo en el que hemos podido disfrutar del amor de Dios en
nuestra casa, para también llevarlo a mis hermanas y a mi papa.
Conclusión
Como familias en esta mañana mi invitación es a que permitamos que El Espíritu Santo entre y tome
el control de nuestros hogares. Cuando Dios entra en nuestras vidas podemos recibir su palabra, que
es la que limpia nuestro corazón y nos permite hablar y actuar correctamente , su amor para poder
amar a nuestras familias aun con todos los conflictos inherentes a la vida humana, el amor para
perdonar, para perdonarnos , para poder tener un espíritu diferente, el espíritu de Dios que es amor,
poder y dominio propio, para tener la fe, en que Dios nos puede transformar aun las situaciones más
difíciles en nuestras casas, y la pureza, que nos permite vivir una vida sin dañar nuestro cuerpo que
es templo del Espíritu Santo.
La falta de Dios en nuestros corazones da como resultado que vivamos una vida llena de maldad, de
apariencias pero con nuestros corazones llenos de heridas que cada vez supuran. Jesús le dio a los
fariseos en Mateo 12: 34, 35
34 !!Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia
del corazón habla la boca
35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro
saca malas cosas.
Los fariseos creían que por decir que seguían los mandamientos estaban en lo correcto cuando en
realidad ni siquiera los podian cumplir a la perfeccion.
Mi consejo para terminar esta pequeña charla es padres no tengan en poco a sus hijos, hijos honren a
sus padres, esposos sean fieles, honestos entre ustedes y procuren siempre buscar la coherencia en la
forma de pensar, hablar y actuar para que así nuestras casas vean el cambio en nuestras vidas.

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