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"Moratorias Previsionales": Distintas Moratorias


Previsionales. Ley 24476. Ley 26.970. Comparaciones
y Diferencias. Evaluación Socioeconómica. Requisitos
y alcances.
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Moratorias Previsionales

Las moratorias previsionales son como un plan de pagos que te permite


ponerte al día con tus aportes jubilatorios. Imagínate que debes unas
cuotas de tu auto y, para evitar que te lo quiten, haces un plan de pagos.
Bueno, acá es lo mismo, pero con tus aportes a la jubilación.
Las moratorias previsionales en Argentina, son un recurso que tienen los
trabajadores que, por distintos motivos, no lograron hacer los aportes

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necesarios para jubilarse. Son como un salvavidas, viste, te permiten
regularizar tu situación para acceder a la jubilación.

Y te preguntarás: ¿Y cómo se da esto, profe? Bueno, imagina que sos un


laburante que estuvo años en negro, o quizás tuviste períodos de
desocupación, o te quedaste cuidando a los pibes y no pudiste hacer los
aportes como corresponde. Entonces te encontrás con que tenés la edad
para jubilarte pero no te alcanza con lo que has aportado al sistema.

Ahí es donde entran en juego las moratorias previsionales. Son como un


plan de pagos que te ofrecen, en cómodas cuotas, pagar esos años que te
faltaron para llegar a la jubilación.
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Vos dirás: ¡Ah, perfecto, entonces pago y listo! ¡Me jubilo! Pero ojo al
piojo, que no es tan simple. No todo el mundo puede acceder a estas
moratorias. Hay que cumplir ciertos requisitos y condiciones que te pide
el Estado.

Además, hay que tener en cuenta que las moratorias no son gratis. No es
que te regalan los años de aportes que te faltan, sino que vos vas a tener

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que pagar por esos años. Y, dependiendo de cuántos años te falten, el
precio puede ser bastante salado.

¿Y cómo sabés cuánto tenés que pagar? Bueno, eso depende de la ley que
te aplique. En Argentina, tenemos dos leyes principales de moratorias: la
Ley 24.476 y la Ley 26.970. Ambas son distintas y tienen sus pro y sus
contras. En los próximos puntos vamos a meternos a fondo en cada una
de estas leyes, y vamos a compararlas para que entiendas cuál te
conviene más en tu situación.

Así que ponete cómodo, preparate un buen mate y vamos a seguir


adelante. Ahora que ya sabes qué son las moratorias previsionales,
podemos meternos en la Ley 24.476 3
Fue sancionada en 1995, pero para que te la imagines mejor, es como si
fuera una especie de tarjeta de crédito para tus años de aportes
jubilatorios.

Esta ley te permite regularizar deudas de aportes previsionales hasta


el año 1993. Si pensás en ello como una línea de tiempo, es como si esta
ley dibujara una línea en el año '93 y te dijera: "Todo lo que quedó
atrás, podés pagarlo conmigo". Si te faltaron aportes después de esa

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fecha, entonces esta ley no es para vos.

Y ahora, ¿cómo se paga eso? Bueno, se establece un plan de pagos que


se ajusta al salario mínimo vital y móvil. Esto es como si tuvieras una
tarjeta de crédito con una cuota que se ajusta con la inflación.

Además, es importante que sepas que, para acceder a esta moratoria,


tenés que cumplir algunos requisitos. Tenés que tener al menos 60 años
si sos mujer, o 65 si sos hombre. Además, no tenés que estar trabajando
en relación de dependencia ni ser autónomo, y si lo estás, los ingresos
que recibas no deben superar el salario mínimo vital y móvil.

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Ahora, ¿qué pasa si querés acceder a esta ley y estás trabajando? Bueno,
entonces te aplicaría la Ley 24.476 solo para los períodos en los que no
estuviste trabajando. Es como si tuvieras una tarjeta de crédito con
ciertas limitaciones, que solo podés usar en algunos momentos. Además,
la Ley 24.476 tiene un detalle interesante: si la usás, no podés acceder a
la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) hasta que termines
de pagar todas las cuotas. Es como si tuvieras una tarjeta de crédito,
pero no podés comprar en algunos lugares hasta que la termines de

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pagar.

Y, por último, es importante que sepas que si accedés a esta moratoria,


se va a aplicar un recargo sobre las cuotas, que varía según tu edad y los
años que te falten para jubilarte. Es como si tu tarjeta de crédito te
cobrara intereses por usarla.

Es una opción interesante para regularizar aportes, pero como cualquier


opción, tiene sus pros y sus contras. Ahora, en el próximo punto, vamos a
hablar de la Ley 26.970, la prima joven de la Ley 24.476.

Regenerate response
Esta ley, aprobada en 2014, es como el plan más nuevo y mejorado que
te ofrece una compañía de teléfonos. Te da más beneficios, pero con
algunos contratiempos.

¿Y qué te ofrece esta ley? Bueno, permite regularizar los aportes hasta
2003, diez años más que la ley anterior. Imaginate que la Ley 24.476 te
permitía pagar tus deudas hasta la mitad de la cancha, pero la Ley
26.970 te deja llegar hasta el área grande. Te da más campo de acción.

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Además, esta ley es más flexible en términos de quiénes pueden
acceder. Mientras que la Ley 24.476 te pedía tener 60 años si eras
mujer o 65 si eras hombre, la Ley 26.970 dice: "¿Tenés 18 años y querés
regularizar tus aportes? ¡Adelante!" No importa tu edad ni tu sexo,
podés acceder a esta moratoria. Es como un plan de telefonía que no te
discrimina por tu edad.

Pero ojo, no todo lo que brilla es oro. Esta ley tiene sus contras. Por un
lado, los intereses que te cobra son mayores que los de la Ley 24.476. Es
como si este nuevo plan de telefonía te ofreciera más beneficios, pero
también te cobrara más por ellos.
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Por otro lado, para acceder a la Ley 26.970, tenés que demostrar que no
tenés ingresos suficientes para afrontar los pagos de la moratoria. Es
como si la compañía de teléfonos te pidiera comprobar que no podés pagar
el plan antes de darte el plan.

Además, si optás por esta ley, tenés que saber que no podrás acceder a la
PUAM hasta que termines de pagar todas las cuotas, igual que en la ley
anterior. Es como si este plan de telefonía te dejara usar ciertas

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aplicaciones solo cuando termines de pagar el plan.

Así que ya ves, cada ley tiene sus pros y sus contras, y lo importante es
saber cuál se ajusta mejor a tus necesidades. En el próximo punto, vamos
a comparar estas dos leyes para que puedas ver claramente cuáles son sus
diferencias.

Síntesis y resúmen de ambas leyes


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Las leyes 24.476 y 26.970 son como dos herramientas diferentes en tu
caja de herramientas de jubilación. Ambas te permiten regularizar tus
aportes para poder jubilarte, pero cada una tiene sus particularidades.

La Ley 24.476, la más antigua, te permite regularizar aportes hasta 1993


y tiene requisitos más estrictos para acceder, pero también tiene menores
intereses. Es como el martillo en tu caja de herramientas, sencillo y

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confiable.

Por otro lado, la Ley 26.970 te permite regularizar aportes hasta 2003, es
más flexible en cuanto a quién puede acceder, pero te cobra intereses
más altos. Es como la llave inglesa de tu caja de herramientas, más
versátil, pero más cara.

Lo más importante a recordar es que ambas leyes son un medio para un


fin: ayudarte a regularizar tus aportes y acceder a la jubilación. Cada
una tiene sus pros y sus contras, y la que elijas dependerá de tu situación
personal.

Espero que esto te haya ayudado a entender mejor las diferencias entre
estas dos leyes.
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Ahora que ya conocemos ambas leyes, vamos a hacer una
tabla comparativa para entender mejor las diferencias.

Ley 24.476 Ley 26.970


Año de
1995 2014
aprobación
Años a
Hasta 1993 Hasta 2003

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regularizar
60 (mujeres), 65
Edad mínima 18 (para todos)
(hombres)
No puede estar
Estado laboral trabajando ni ser Sin restricciones
autónomo

No deben superar el Debe demostrar que


Ingresos salario mínimo vital no puede afrontar
y móvil los pagos

Intereses Menores Mayores

No, hasta que No, hasta que 9


Acceso a la PUAM
termines de pagar termines de pagar
En el próximo punto, vamos a hablar sobre la evaluación
socioeconómica que realiza el Anses para determinar si podés
acceder a estas moratorias

Ahora, ya conocemos las leyes de moratorias y cómo funcionan, pero hay


algo más que necesitamos tener en cuenta: la evaluación socioeconómica
que realiza la Anses. ¿Por qué necesitamos esta evaluación? Bueno, esta
evaluación es como la prueba que tenés que pasar para demostrar que

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realmente necesitás acceder a la moratoria.

La Anses no te va a dar la moratoria si puede comprobar que tenés los


recursos suficientes para pagar tus aportes. Imagínate que la moratoria
es como una beca para estudiar en una universidad: no te la van a dar si
podés pagar la carrera por tu cuenta.

¿Y cómo realiza la Anses esta evaluación? Bueno, mira tus ingresos, tu


patrimonio, tu nivel de vida y tus gastos. Si demostrás que no tenés
ingresos suficientes para afrontar los pagos de la moratoria, entonces te
la conceden. Es como si tuvieras que demostrar que no podés pagar la
carrera para que te den la beca.
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Por ejemplo, si tenés un sueldo bajo, no tenés propiedades y tus gastos
son elevados, entonces es probable que la Anses te conceda la moratoria.
Pero si tenés un buen sueldo, varias propiedades y un nivel de vida alto,
entonces es probable que la Anses te la niegue.

Además, tené en cuenta que esta evaluación no es algo que hagas una
sola vez y ya está. La Anses puede revisar tu situación en cualquier
momento y, si encuentra que tus condiciones económicas han cambiado,

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puede modificar o incluso cancelar la moratoria. Es como si tuvieras que
mantener un buen promedio en la universidad para seguir recibiendo la
beca.

Entonces, recordá: la moratoria no es un derecho que podés exigir, sino


un beneficio que te puede conceder el Estado si demostrás que
realmente lo necesitás.

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