Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el má s alto el hombre
tiene que entrar en este orden del sacerdocio (es decir, el nuevo y sempiterno
convenio del matrimonio).
“Y ademá s, de cierto te digo, si un hombre se casa con una mujer por mi palabra, la
cual es mi ley, y por el nuevo y sempiterno convenio, y les es sellado por el Santo
Espíritu de la promesa, por conducto del que es ungido, a quien he otorgado este
poder y las llaves de este Sacerdocio”…” y cumplen mi convenio” …” no tendrá n fin
y existirá n de eternidad en eternidad”
Ahora todos los que estamos casados sabemos que el matrimonio tiene sus
desafíos, a veces derivados de nuestro cará cter, otras veces por problemas de
comunicació n, problemas econó micos o de salud, que hacen que nuestro diario
vivir presente dificultades que nos causan pena y dolor. Es por ello, que los
profetas y las escrituras nos han guiado a seguir sus consejos y nos muestran có mo
prepararnos, para tener un matrimonio celestial.
Algo importante que debemos saber antes de casarnos parte primero por escoger a
la persona adecuada para nosotros, el Presidente Gordon B. Hinckley en 1999 dijo
lo siguiente: “ésta será la cosa má s importante de sus vidas: escoger a la persona
con quién se casará n… cá sense con la persona apropiada en el lugar apropiada y en
el tiempo apropiado”. Por su parte, el presidente David O. Mckay comenta que “a la
hora de escoger al compañ ero, es necesario analizar el temperamento, el legado y
la instrucció n que ha recibido la persona con la cual se está considerando hacer el
viaje por la eternidad”. El É lder Boyd K. Packer también comentó que “ determinar
el momento má s oportuno para contraer matrimonio tal vez sea el mejor ejemplo
de un acontecimiento extremadamente importante en nuestra vida y que depende
del albedrío de otras personas o de la voluntad y del tiempo del Señ or y es por ello
que debemos trabajar y orar en pos de nuestros deseos justos”.
Es por esta razó n que vivir y aplicar los principios del evangelio, durante toda
nuestra vida nos prepara para esta importe etapa de nuestras vidas.
“ he aquí, os digo que el santo espíritu de Dios me las hace saber. He aquí he
ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora
sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señ or Dios me las ha manifestado
por su Santo Espíritu; y éste es el Espíritu de revelació n que está en mí”. Alma 5:46
Por su parte, el estudio de las escrituras nos fortalece ya que es aquí en donde
encontramos la palabra de Dios y por medio de ellas podemos sentir y aprender de
Jesucristo y su expiació n. Las escrituras son un manual en nuestra vida.
-El perdó n: En las escrituras aprendemos acerca del perdó n que Dios da a sus hijos
(previo al arrepentimiento de los hombres) y del perdó n que las personas deben
procurar entre sí. El perdó n es un poder liberador para quién lo practica, ya que
nos hace libres del rencor y del odio. Cuando nos perdonamos entre nosotros, nos
tratamos con amor cristiano y no tenemos malos sentimientos hacia los demá s.
Por otra parte, doctrina y convenios 64:10 nos enseñ a: “ yo perdonaré a quién sea
mi voluntad, má s a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres”.
Y esto aplica a nosotros mismo, ya que en ocasiones cuando nos estamos
preparando para el templo, no podemos perdonarnos a nosotros mismos y nos
cuesta olvidar nuestros errores. El señ or ha sido claro en esto, en doctrina y.
convenios 1:132
“el que se arrepiente y cumple los mandamientos del Señ or, será perdonado”
El É lder Robert D. Hales del Quó rum de los Doce Apó stoles enseñ a:
“Después de hacer los votos, un matrimonio celestial exige una vida de continua
consagració n a la dignidad que conduzca a la felicidad y a la exaltació n. Si
obedecemos las leyes en la forma apropiada, podremos lograr un pedacito de cielo
en la tierra junto con otra persona y con nuestra familia. Algo tan maravilloso
como el matrimonio celestial no surge por casualidad”. Es decir, las mismas
ordenanzas y leyes vistas antes vistas nos sirven para guiar y tomar decisiones
correctas en nuestro matrimonio, pero la diferencia es que esta vez no es de forma
individual; sino en conjunto con nuestro có nyuge.
El É lder Robert E. Wells, comentó que “Debemos procurar recibir la ayuda del
Señ or al intentar entendernos mutuamente, afrontar retos y llegar a decisiones
correctas, y todo eso sin ponernos a la defensiva. Es aú n má s importante que
procuremos obtener Su ayuda al intentar cambiar nuestro comportamiento y
corazó n. El Señ or nos cambiará el corazó n a medida que lo invitemos a ablandar
nuestro corazó n hacia nuestro có nyuge y a medida que nos arrepintamos de
nuestras debilidades. É l nos alejará de nuestras actitudes egoístas, mezquinas y
mundanas para llenarnos de un amor puro como el de Cristo. Por má s que
hablemos y nos comuniquemos, no podremos realmente resolver nuestras
diferencias a menos que tengamos un matrimonio en el cual su base sean los
principios verdaderos como la fe en el Señ or Jesucristo, el arrepentimiento y la
obediencia. A medida que nos acercamos Cristo, É l nos puede ayudar a acercarnos
a nuestro có nyuge. Só lo por medio de Su gracia podemos recibir la bendició n del
amor semejante al de Cristo, la capacidad de amar a nuestro có nyuge con todo el
corazó n y de allegarnos a él o ella y a nadie má s”.
Por esta razó n es importante cumplir los principios y ordenanzas del evangelio
siempre, ya que la revelació n a hacer lo correcto es algo que necesitamos a diario,
durante toda nuestra vida.
El É lder Marlin K. Jensen Del Quó rum de los Setenta, dijo lo siguiente:
“El Padre Celestial ha diseñ ado el matrimonio de manera tal que primero entramos
en una relació n de convenio con Cristo y después con el có nyuge. Tanto É l como
Sus enseñ anzas deben estar en el centro de nuestra unió n. A medida que nos
parecemos má s a (Cristo) y nos acercamos a É l, de forma natural nos volveremos
má s amorosos y nos acercaremos má s el uno al otro (con nuestro có nyuge). El
matrimonio eterno es un matrimonio de divinidad. El vocablo eterno se refiere
tanto a la calidad del matrimonio como a su duració n”.
Por ú ltimo. Moroni cuando ya está en sus ú ltimas líneas del libro de mormó n
expresa lo siguiente:
Estamos en un mundo que nos dice que el matrimonio no es importante, que ser
fiel a nuestro có nyuge y a nuestros convenios son cosa del pasado, pero yo sé que
el mundo está en error, yo sé si ambos escogemos seguir a Cristo y cumplir con las
promesas que hicimos en el santo templo, cumplir los principios que siempre se
nos está n enseñ ando en la Iglesia, el Señ or también cumplirá su promesa, y
aprenderemos a ver que sí podemos ser má s felices, pero para ello debemos poner
de nuestro tiempo, dedicació n y constancia día a día.