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Novelas infantiles

Palabras por
minuto

Importancia de la velocidad lectora en la comprensión de textos

Leer bien significa no cometer errores, pero también leer con cierta
velocidad y entonación. Cuando una persona lee los textos de manera
precisa, con la velocidad adecuada y con buena entonación se dice que
tiene buena fluidez lectora. Y la fluidez lectora no solo es necesaria por
cuestiones de estética, sino porque favorece la comprensión de lo que se
lee. A mayor fluidez lectora mejor comprensión del texto.
¿Qué es la velocidad lectora?
Cuando hablamos de velocidad lectora nos referimos al número de
palabra leídas por minuto. La manera más común de medirla
consiste en poner un texto para que el lector lo lea y contar el número
de palabras que consigue leer en un minuto. También se puede medir
presentando una lista de palabras y comprobando cuanto tiempo tarda
en leer la lista completa. Dividiendo el número de palabras
correctamente leídas entre el tiempo invertido en leerlas se obtiene
también la velocidad lectora.
¿Cómo se puede mejorar la velocidad lectora?
La respuesta es sencilla: con la práctica. Para poder leer es necesario saber cuál es el sonido
que corresponde a cada letra. Pero además hay que automatizar esa relación para no tener que
pararse a pensar la pronunciación de las letras que forman cada palabra. Cuanto más
automatizada esté esa relación más rápida será la lectura y menos recursos cognitivos
necesitará. Los buenos lectores tienen tan automatizada la relación entre las letras y sonidos
que no pueden evitar leer cualquier palabra que aparezca ante sus ojos (algo de lo que se
aprovecha la publicidad).
Por otra parte, la práctica lectora lleva a que veamos las palabras escritas una y otra vez,
especialmente las más frecuentes, con lo cual formamos representaciones de esas palabras en
nuestra mente. Eso nos permite reconocerlas y leerlas directamente sin tener que ir
identificando una letras tras otra. De esta manera cuántas más palabras tengamos en la cabeza
más rápida será nuestra lectura. O dicho de otra forma, las personas que leen mucho tienen
almacenadas las formas ortográficas de muchas palabras. Y eso les permite leer de manera
más rápida y eficiente.
Leer a la velocidad adecuada
Leer de manera lenta dificulta la comprensión, ya que al dedicar excesivo
tiempo en descifrar cada palabra resulta difícil seguir el hilo de lo que se lee.
Pero una lectura demasiado rápida también dificulta la comprensión. De
hecho, los métodos que tratan de incrementar la velocidad lectora no suelen
ser recomendables porque el sistema no es capaz de procesar la información
tan rápido. Lo que se gana en velocidad se pierde en comprensión. Los ojos
se tienen que mover por el texto a la velocidad que indica el cerebro. Si se
mueven muy lentos se pierde el ritmo de lectura. Pero si mueven muy rápido
el cerebro no puede procesar toda la información que le llega.
En resumen, lectura fluida sí pero a una velocidad en la que el cerebro
pueda asimilar la información.

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