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Manuel López

Cómo se
·fabrican
las noticias
Fuentes, selección
y planificación

Paidós Papeles de Comunicación 9


Manuel López
Cómo se fabrican
las noticias
Fuentes, selección y planificación

~
ediciones
PAIDOS
Barcelona
Buenos Aires
México
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Cubierta de Mario Eskenazi

1~ edición, 1995

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Las primeras noticias recibidas por los lectores de Europa y
América sobre las matanzas en Ruarida no procedieron directa-
mente de los periodistas destacados en el continente africano.
Fueron unos misioneros belgas los que dieron la voz de alarma.
Estos misioneros, sin saberlo, se convirtieron en una fuente
informativa privilegiada para las empresas periodísticas del mun-
do: habían presenciado las primeras matanzas y conocían los
antecedentes hist6ricos de por qué estaba sucediendo el genocidio.
Luego se desplazaron periodistas por decenas y vieron, per-
sonalmente, lo que sucedía o hablaron con nuevos testimo-
nios, «porque la mayoría de los periodistas no han sido testigos
presenciales de los hechos sobre los que informan» (De Fontcu-
berta, 1993, pág. 57).
Estamos ante uno de los problemas de la confecci6n del te-
mario periodístico: buscar buenas fuentes.
Podríamos definir a una fuente informativa como un canal
-persona o instituci6n- que nos proporciona datos sustancia-
les o complementarios -al ser testigo directo o indirecto- para
poder confeccionar noticias, reportajes, cr6nicas e informes.
«Quien dice la primera palabra al mundo es quien tiene la
raz6n», dice Doob (citado en Klapper, 1974, pág. 51), que decía
el lugarteniente de Adolf Hitler, Goebbles.
Sin olvidar el interés malsano de esta definici6n, sí admitire-
mos que el primero que habla, que aparece en un medio de co-
municaci6n diciendo algo, consigue mayor impacto entre la
audiencia y la opini6n pública que el que lo hace en segunda
. .
mstanc1a.
La fuente informativa es una persona, un grupo de personas,
una instituci6n, una empresa, un gobierno, una religi6n, una
secta, un club deportivo ... y quién sabe cuántas variables más,
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que han visto u oído algo, o que tienen documentos sobre ese
algo y que están dispuestos a proporcionarlo a algún medio in-
formativo por interés público o porque conviene a sus propias
.
estrategtas.
El periodista sabe que entre fuente informativa y noticia hay
una relación directa (Tuchman, 1983). Tan directa es esta rela-
ción que la elección y selección de fuentes va a condicionar nues-
tra labor en un periódico, emisora de radio, televisión o agencia
de noticias.
«Cuantas más [fuentes] tiene uno, más [información] consi-
gue» (Tuchman, 1983, pág. 83) 1 y disponer de numerosas y ga-
rantizadas fuentes significa para un periodista un incremento de
su prestigio profesional. («Es un periodista muy bien informa-
do» suele decirse de alguien que tiene muchos contactos.)
Tener buenas fuentes informativas a nuestro alcance signifi-
ca ser menos dependientes de ciertas partes interesadas, o, como
dice Borrat (1989), cuanto más intensos y plurales sean los flu-
jos de información <<menor será para el periódico la necesi-
dad de usar la información filtrada o la información investigada
y a la inversa ,,)) (Borrat, 1989, pág. 93).
Tener buenas fuentes informativas es una garantÍa de que es-
tamos en mejor disposición que otros medios para obtener la
primicia informativa. Pero para ello los cuadros medios del pe-
riódico deben haber tejido una amplia red de contactos, esta-
bleciendo con cada uno de ellos una especie de protocolo que
nos permita acceder a las noticias y, al mismo tiempo, evitar
. . .
mtoxtcactones.
Por «intoxicación» debemos entender cualquier intento de
proporcionar informaciones falsas a un medio con el objetivo
de crear un estado de ánimo favorable o desfavorable a determi-
nadas instituciones, empresas o personas. Un claro ejemplo de
intoxicación lo tenemos en la denominada Guerra del Golfo,
1991. Iván Tubau (1991, pág. 101) señaló que «la Guerra del Gol-

l. A partir de ahora las palabras que aparecen entre corchetes son mías.
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fo mató a muchas personas cuyo único pecado fue nacer en Bag-


dad, pero asestó también un golpe de muerte a la credibilidad
periodística».

2.1. La polifonía es democracia informativa

Tener muchas fuentes informativas es bueno para el público


porque le permitirá al periodista contrastar informaciones y rea-
lizar operaciones de verificación.
Todos los periodistas deben pasar un tiempo verificando sus
afirmaciones, cuestionando las fuentes, generando dudas razo-
nables que puedan ser resueltas de forma honesta y sincera.
Dice Borrat {1988) que la credibilidad de un medio está en
relación directa con la cantidad, calidad y diversidad· de las in-
formaciones y de las fuentes que cita.
Bernstein y Woodward, los periodistas que descubrieron y
profundizaron en el «escándalo Watergate))' que supuso la dimi-
sión en la historia de un presidente de los Estados Unidos de
América del Norte -Richard Nixon-, sostienen que todo he-
cho debe estar verificado en dos fuentes independientes entre
sí (Tuchman, 1983).
Esta misma propuesta la encontraremos en numerosos libros
de estilo y manuales de la redacción, tanto en periódicos euro-
peos como latinoamericanos. La tienen:, por ejemplo, las redac-
ciones de Le Monde, El País, The Washington Post, The New York
Times y se hace especial hincapié en el tema en El Espectador,
de Bogotá, un periódico ejemplar en la lucha contra el narco-
tráfico.
Si dos personas diferentes, y con intereses no compartidos,
confirman un hecho, este hecho será, sin duda, un hecho verifi-
cado y publicable de inmediato.
El redactor-jefe de la agencia Europa-Press que la madrugada
del 20 de noviembre del año 1975 lanzó el siguiente despacho:
«S. E. El Jefe del Estado, Francisco Franco Bahamonde, ha muer-
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to» había confirmado poco segundos antes de emitirlo su vero-


similitud a través de dos fuentes diferentes: una del cuadro mé-
dico y otra del gobierno.
Este periodista se jugaba su futuro al adelantarse a la agencia
oficialista EFE en dar la muerte del dictador. EFE, en teoría,
debiera de tener el monopolio de esa exclusiva. El periodista se
jugó su carrera porque tenía el hecho verificado y contrastado
en dos buenas fuentes.
El periodista de Europa-Press supo discernir entre hechos y
juicios de valor, como propone Tuchman (1983). Quizás algu-
na enfermera pudiera haberle dado alguna pista minutos antes
de que tuviera en sus manos las dos confirmaciones oficiales («es
muy raro, pero no nos dejan entrar en la habitación de Franco,
lo que puede significar que ha muerto, pero yo no lo he visto»),
diría por ejemplo, pero el redactor-jefe se esperó y entró en la
historia del periodismo español.

2.2. El equilibrio entre las fuentes

En nuestra carrera periodística podríamos encontrarnos con


un cierto desequilibrio en cuanto a fuentes informativas. El pe-
riodista del ámbito local, por ejemplo, podría tener magníficas
relaciones (y pactos) con el alcalde y su equipo de gobierno. Con
la secretaria del alcalde y con el chófer del primer teniente de
alcalde, con lo que siempre estaría en disposición de saber adónde
había ido la primera autoridad municipal y así seguirle la pista.
Sin embargo, este mismo periodista podría disponer de po-
cas conexiones con la oposición. Quizás algún que otro desayu-
no de trabajo con el jefe del partido minoritario, alguna llama-
da telefónica del secretario del segundo grupo en la oposición
y basta.
En cuanto surgiera un tema de cierta importancia, este pe-
riodista vería su agenda repleta de referencias y opiniones del
equipo del gobierno y poquísimas de la oposición. En buena
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ley y dado que el tiempo aprieta, su noticia resultaría más bien


tendenciosa aunque él no lo quisiera. El equipo del gobierno.
podría engañarle, intoxicarle informativamente.
Así pues, la «potencia informativa del periódico se pone de
manifiesto ... en el número, la calidad y el pluralismo de sus fuen-
tes de informaciÓn» (Borrat, 1989, pág. 57).

2.3. Valor de las fuentes

¿Hay que hacer más caso a unas fuentes que a otras?, ¿qué
fuentes tienen más valor? Éstas son dos preguntas básicas de los
estudiantes de primer ciclo de nuestras facultades de periodis-
mo que vamos a tratar de resolver a través de una sencilla res-
puesta: toda fuente es valiosa en sí misma y en contraposición
a las otras porque se enriquecen a través del contraste y la po-
lémica.
Sin embargo, estamos acostumbrados a ver cómo algunos pe-
riodistas hacen más caso, por ejemplo, de la policía que de los
amotinados de un penal (Tuchman, 1983).
Sí, ya sabemos que los penados suelen ser delincuentes más
o menos peligrosos y que al recibir la sentencia pierden parte
de sus derechos cívicos. No obstante, en relación con un motín
se convierten en la mitad de las fuentes informativas.
Gaye Tuchman advierte sobre una toma de posición previa
del periodista. Diríamos que el informador sale a la calle en busca
de noticias con una concepción bastante definida de la sociedad
que le suele llevar a pensar que ésta está dividida en «buenas»
y «malas» fuentes.
Y, precisamente, las «buenas fuentes» siempre suelen estar cer-
canas al poder (político, social, financiero o religioso, e incluso
deportivo).
El buen periodista debe estar advertido de esta posibilidad
y aún más si tenemos en cuenta que las cárceles europeas em-
piezan a estar llenas de banqueros y políticos.
36 CÓMO SE FABRICAN LAS NOTICIAS

La verdad informativa no está en manos de nadie y debemos


pensar que ninguna fuente tiene el ciento por ciento de la ra-
zón, aunque sí podemos establecer una cierta categoría entre las
fuentes a través del análisis de su cercanía a los procesos de toma
de decisiones.
En esta línea convendremos que la mayoría de individuos que
están en la directiva d~ una junta saben más que los que no es-
tán en la junta.
Algunos miembros de la junta saben más que otros miem-
bros de la junta (Tuchman, 1983).
Saber c6mo funciona la junta (o el ayuntamiento, o el parla-
mento, o el gobierno de la naci6n) nos ayudará a conceder valo-
res distintos a distintas fuentes informativas.
Nuestro tiempo es precioso y no podemos esperar, en teo-
ría, que el vicepresidente tercero sepa más que el propio presi-
dente, aunque debemos estar alerta ante esta posibilidad, pero
no es normal.

2.4. Busquemos bien nuestras fuentes

La selección previa de las fuentes se convierte, en el proceso


de producción periodística, en una fase clave para materializar
una oferta informativa veraz, seria, honesta y profunda.
La selección de nuestras fuentes y su constante revisi6n nos
servirá para eludir uno de los peligros de la «producción del te-
mario periodístico»: reiterar fuentes institucionales y, dentro de
ellas, establecer unas rutinas burocratizadas que vienen justifi-
cadas por la falta de ganas de trabajar y de ser críticos.
La selección previa de nuestras fuentes comporta, también,
que establezcamos una metodología específica en su tratamien-
to. N osotros podríamos elegir una buena relación de fuentes y,
sin embargo, no ser correspondidos por ellas.
Las fuentes informativas deben ser cultivadas y cuidadas. Es
decir, debemos tratar periódicamente con ellas, consultarlas, so-

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