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Esquema de vacunación recomendado para en niños en Guatemala1

La vacunación se considera como una intervención de gran impacto en la salud de la población, especialmente en los niños, por lo
que se debe dar especial importancia al hecho de que todos los menores de 4 años, lleven en forma sistemática el esquema y
calendario de vacunación según su edad. El Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social ha definido para niños de 0-4 años, el
siguiente esquema básico de vacunación:

Edad Vacuna
Al nacer  BCG
 Hepatitis B

2 meses  1a. Dosis de OPV y Pentavalente


 Rotavirus 1

4 meses  2a. Dosis de OPV y Pentavalente


 Rotavirus 2

6 meses  3a. Dosis de OPV y Pentavalente

12 meses SPR
18 meses 1er. Refuerzo de OPV y DPT
4 años 2o. Refuerzo de OPV y DPT

Las vacunas que se incluyen en el esquema básico de vacunación protegen contra las enfermedades siguientes:

 BCG: Tuberculosis (meningitis e infección diseminada en varios órganos y tejidos)


 Hepatitis B: Hepatitis
 OPV: Poliomielitis
 Pentavalente: Difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B, haemophilus influenzae tipo b;
 Rotavirus: Diarreas en niños menores de 5 años
 SPR (triple viral): Sarampión, parotiditis y rubéola.
 DPT:Difteria, el tétanos y la tos ferina.

Si un niño no tiene el esquema completo según su edad o va retrasado en alguno de los refuerzos, no es necesario iniciar
nuevamente el esquema de la vacuna, pero si es importante no atrasar más estos refuerzos y lograr que el efecto de la vacuna sea el
deseado.

Las vacunas son gratuitas y están a disposición de los guatemaltecos en todos los centros de salud y hospitales del país; con ello
ayudamos a la eliminación y erradicación de enfermedades prevenibles por vacunación en Guatemala.

Las vacunas salvan vidas y evitan secuelas en niños1

Desde la antigüedad el hombre buscó ser resistente a las infecciones. De hecho, la palabra
“Inmunidad” se utilizó siglos antes de que apareciera la moderna inmunología, como ahora
la comprendemos.

Las vacunas son productos biológicos que sirven para prevenir enfermedades infecciosas
activando nuestro organismo para que desarrolle defensas específicas contra ellas. Las
vacunas “enseñan” al sistema inmunológico a defenderse. Por esa razón contienen, por lo
general, parte del microorganismo causante de la enfermedad o el germen entero, pero
muerto o debilitado.

Tras recibir la vacuna, por medio de una inyección o ingiriéndola, nuestro organismo produce anticuerpos contra los gérmenes.
Estos anticuerpos nos protegerán frente a los agentes verdaderos causantes de la enfermedad, destruyéndolos y haciendo que no
enfermemos. Esta forma de reaccionar “aprendida” nos proporciona inmunidad ante futuros encuentros con el microbio agresor,
que desencadenará de nuevo la producción de anticuerpos defensores.

Las principales características que debe reunir una vacuna son: capacidad para generar una respuesta inmunitaria adecuada,
seguridad para evitar la aparición de efectos adversos, estabilidad para mantener sus propiedades, eficacia para aportar beneficios
a la salud de un individuo en condiciones ideales, efectividad para aportar beneficios a la salud de una población en condiciones
reales y eficiencia para establecer una relación favorable entre los beneficios de la vacuna y los recursos necesarios para
administrarla.

Las vacunas son medicamentos muy seguros, pues son sometidas a estudios estrictos antes de poder administrarse a la población y
siguen siendo vigiladas incluso una vez comercializadas. No obstante, como todos los medicamentos, pueden producir efectos
secundarios que por lo general son muy leves, del tipo de dolor en lugar del pinchazo o un poco de fiebre o incluso un sarpullido,
dependiendo siempre de cada vacuna.

Excepcionalmente, una vacuna puede desencadenar reacciones graves en personas alérgicas a ese preparado o con otro tipo de
circunstancias especiales. Por eso se recomienda su control y administración por profesionales sanitarios y la permanencia en el
centro de vacunación durante 15-20 minutos tras la vacunación.

Aspectos clave:

No existe una vacuna «perfecta» que proteja a todos los vacunados y que sea además,
absolutamente segura para todos.

Las vacunas eficaces (es decir, que inducen inmunidad protectora) pueden producir algunos
efectos secundarios no deseables que son, por lo general, leves y desaparecen rápidamente.

La mayoría de los incidentes que se relacionan con la administración de una vacuna no se


deben en realidad a la vacuna en sí; muchos son simplemente incidentes coincidentes.

Las contraindicaciones de las vacunas son muy raras. Los procesos febriles importantes durante el día previsto para la vacunación
pueden aconsejar su retraso, pero la única contraindicación real habitual es la alergia grave conocida a la vacuna o a alguno de sus
componentes.

Se podrán administrar las vacunas aunque tu hijo esté resfriado o esté tomando otras medicinas o pueda estar incubando alguna
enfermedad. El contacto con otros niños, con embarazadas o mujeres que estén amamantando no contraindica la vacunación.

Contar con un carné de vacunación y tenerlo en buen estado te ayuda a ti y a tu médico a administrar las vacunas a tiempo. El carné
debe llenarse cuando el niño recibe su primera vacuna, y debe ser actualizado cada vez que reciba nueva dosis. Esta información
será de utilidad si te mudas de domicilio o cambias de médico. Recuerda llevar el registro cada vez que lleves al niño al médico.

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