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La obra Nada se escribe en 1944, y, se publica en 1945.

Es el debut de Carmen Laforet con tan solo 23


años ganó la primera edición del premio Nadal. Se publica en plena posguerra española, tras la
Guerra Civil (1936-39). Son años marcados por la censura el miedo, el hambre y la pobreza, en general,
una época de crisis vital y cultural. Es una obra enmarcada en la dictadura franquista, que se
prolongará durante 40 años. El país sufre las consecuencias con una sequía artística por el asesinato de
unos autores como Lorca, el exilio de otros muchos como Alberti, Salinas o Cernuda y otros, como
Aleixandre que se quedaron sometidos a la censura.
En este ambiente, se escriben obras complacientes con el régimen, o, en otra línea, obras que esquivan
la censura buscando nuevas vías para realizar crítica social. De esta forma surge, el tremendismo, con
autores como Camilo José Cela y La familia de Pascual Duarte, o el existencialismo de Rosa Chacel en
Memorias de Leticia Valle, y también la obra ahora comentada Nada de Carmen Laforet. Estas obras se
centran en los dramas personales y no en los sociales. Predominan los personajes desorientados,
desarraigados o marginados. Este será el antecedente del realismo social de los 50. Utilizan la
primera persona, con relatos autobiográficos y un personaje protagonista que, a partir de su
realidad, nos cuenta la vida de la España de la época. Además estas obras están cargadas de
elementos que generan un gran pesimismo y decepción ante la vida.

La acción se sitúa en Barcelona, a donde llega Andrea para estudiar en la universidad y con la intención
de vivir con su familia materna. Llega con una ilusión inicial, divinizando sus recuerdos de la infancia,
que acaban desapareciendo y convirtiéndose en algo desesperanzador durante el año que está allí.
Durante ese tiempo conoce a Ena, de una familia acomodada, alegre, inteligente e incluso vengativa,
algo que se ve reflejado en su historia con Román, el artista bohemio que vive también en la calle de
Aribau.
La familia de Andrea es para algunos, una metáfora del país; sus familiares son personas
afectadas de distinta manera por lo que les marcó a todos en un determinado momento de la historia
de España: la Guerra Civil. La represión, la violencia de sus tíos, Juan y Román, el maltrato sufrido por
parte de Gloria, las infidelidades, la hipocresía de las relaciones y la insatisfacción que muestran
todos ellos consigue ahogar la ilusión de la joven universitaria nueva en la gran ciudad abierta a las
puertas de una vida nueva.

El único escape de Andrea será la universidad y las relaciones con otros jóvenes y, especialmente, con
Ena y su familia. Tras ese tiempo, todo parece quedar en, como indica el título, Nada, en decepción y
vacío... Resulta llamativo que una autora tan joven, 23 años, fuera capaz de captar la realidad de
esos personajes

El narrador es la propia Andrea que cuenta los recuerdos de su vida entre 1939-1940, con un orden
temporal lineal aunque incluye saltos en el tiempo con analepsis( flashback) y prolepsis. Todo
sucede en un año, desde su llegada del campo a la ciudad, cuando la protagonista tiene tan solo 18
años. Se desarrolla en espacios interiores como es la casa familiar y también en espacios abiertos
como la universidad, que representan respectivamente la opresión y la libertad.
En cuanto al ámbito social, distinguimos la clase alta con Ena y su círculo, la clase media con la familia de
Andrea y la clase baja, el barrio chino.
La estructura es bastante tradicional, consta de tres partes y un total de 25 capítulos, que corresponden
al planteamiento, el nudo y el desenlace. En la primera parte se narra la llegada de la protagonista a
Barcelona y la situación en la casa familiar. En la segunda parte, Andrea se enfrentará a los conflictos
amorosos de Román y Ena y sufrirá el desencanto y la soledad por el vacío que deja su amiga. Y en la
tercera parte, debido a los problemas vividos acepta la ayuda de la familia de Enay se traslada a Madrid.

Algo que resulta llamativo es que una autora tan joven, con tan solo 23 años, fuera capaz de captar la
realidad de los personajes. Andrea se muestra observadora con las historias que ocurren alrededor,
siendo la manera en la que el lector puede conocer las distintas tramas. Representa además, el
pesimismo la melancolía y el inconformismo.
Con respecto a los otros personajes, nos encontramos con los violentos Román y el tío Juan, quienes
maltratan a Ena y a Gloria, que es bastante ingenua y se relaciona mucho con la protagonista ya que
ambas quieren ser libres. La criada Antonia, por su parte es la cómplice de Román ejerciendo de
vigilante y sumisa.
La descripción, cargada de connotaciones negativas, donde todo y todos están marcados por la
suciedad, oscuridad, amargura y violencia.
Utiliza el habla coloquial en los diálogos y un estilo poético-lírico en las partes narrativas y
descriptivas. Aparecen la metáfora, el símil y la personificación como figuras más utilizadas. El
expresionismo o la sinestesia también están presentes. Se trata de una obra que atrae por la intriga
psicológica, con poca acción y cuyo atractivo reside en el análisis de los sentimientos y la búsqueda de
un sentido a la vida.

En resumen, Nada es una obra muy completa en cuanto a la formación psicológica de los personajes y
también respecto a la trama. Por otro lado, se discutió, cuando se publicó la novela, sobre el posible
carácter autobiográfico que tenía, ya que hay muchas coincidencias con la propia vida de la autora en
los ideales e incluso en el carácter. Aunque la técnica que una Carmen Laforet es escribir sobre un
ambiente vivido, pero con un argumento inventado.
Finalmente, como se mencionó al principio, esta novela fue su debut como escritora, pero no fue la
única obra que escribió Laforet, también publicó La isla y los demonios en 1952, La mujer nueva tres
años después y La insolación en 1963, además de numerosos cuentos y artículos, pero que no llegaron al
éxito y acogida que tuvo

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