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INSTITUCION UNIVERSITARIA COLEGIOS DE COLOMBIA

UNICOC

FAALENCIAS DEL MODELO DEL PRINCIPUIALISMO EN LA BIOETICA


CATEDRA DE BIOETICA

POR:
ANTHONY ADREY PUSHAINA VELASQUEZ
RESIDENTE ENDODONCIA 1 SEMESTRE
COD: EN232006

TUTOR:
DR. JUAN SEBASTIAN LOPEZ CARDONA

BOGOTA
DISTRITO CAPITAL
2023
FALENCIAS DEL MODELO DEL PRINCIPIALISMO EN LA BIOETICA
Los principios fundamentales de la bioética nacieron para hacer frente a los diferentes
tipos de modelos que regían las cuestiones éticas antes de la década de los 80.
principalmente la corriente del Deontologismo y la corriente Utilitarista que defendían
respectivamente el principio del deber y la implicación moral de las acciones versus la
premisa que dicta que la opción más ética es aquella que produce el mayor beneficio para
el mayor número de personas. Se pensó que valía la pena buscar un equilibrio y
aumentar el espectro de las soluciones prácticas a los problemas y dilemas éticos y por
tal razón se llevó a cabo la publicación del ampliamente estudiado informe de Belmont. en
1978 Tom Beauchamp y James Childress publican la primera edición de su libro
“Principles of biomedical ethics” que según sus propias palabras buscaban “lograr una
vía media entre el deontologismo y el utilitarismo (consecuencialismo)”, entre normativa y
disciplina profesional y finalmente para democratizar el debate bioético. A esto se le
denomino el principalismo modelo que ha llegado a ser la formulación bioética más
extendida en el mundo sanitario basada en los principios de beneficencia, no
maleficencia, justicia y autonomía. al principio era una solución sumamente practica
puesto que dejo de centrar el problema en las corrientes del pensamiento de los
implicados para centrarla los asuntos que conciernen a la toma de decisiones, es decir,
estipular principios de nivel intermedio que no se basaban en los fundamentos de las
teorías normativas (Deontologismo y Utilitarismo) sino en los instrumentos y herramientas
que todo el mundo usa en su vida diaria y con independencia de sus condiciones básicas
para llegar a conclusiones prácticas.
Sin embargo al momento de la aplicación de estos principios se evidenció la falta de
cohesión entre los mismos, puesto que si bien al comienzo el Principalismo fue ofrecido
como una herramienta de trabajo que favorecía el análisis y la toma de decisiones,
también es cierto que se abrió una jerarquía de unos principios por encima de los demás y
por tanto un imposible equilibrio en este modelo bioético. El principalismo está marcado
por un individualismo evidente y una mentalidad más jurídica que ética, de hecho el
principio de autonomía se convirtió en la guía que rige la reflexión teórica sobre como
negociar con el paciente para convenir el plan de tratamiento. en otras palabras el
principio de autonomía ha convertido al proceso de obtención de consentimiento
informados del paciente en algo tan ordinario como registrar un hallazgo clínico. esto
convierte a los principios en falibles, carentes de carácter absoluto y donde las
excepciones están a la mano según la corriente que quieran seguir
La noción de autonomía es vista como revolucionaria por los principales exponentes de la
bioética americana porque sirvió y sirve para poner límites por parte del paciente, al
criterio medico sobre las decisiones que se toman en su propio cuerpo. Sin embargo sus
homólogos europeos comentan que esta exaltación del principio de autonomía sacrifica la
solidaridad social y coloca al principio de autonomía como condición para que la ética
pueda existir no solo en el campo de las atenciones en salud sino en el seno de toda
sociedad pluralista. esta jerarquía de principios ha abierto una brecha en la relación
médico-paciente radicalizando la preeminencia del principio de autonomía. en 1991 Dan
Brock afirmo que por un lado el profesional de la salud ha quedado con la función de
proporcionar datos del diagnóstico y de proporcionar predicciones pronosticas con
respecto a las diferentes opciones de tratamiento y por otro lado corresponde al paciente
proporcional los valores, su pensamiento a cerca de lo que es mejor para él y escoja la
alternativa que se adapta mejor a sus necesidades y/o expectativas. así pues el
profesional de la salud pone la ciencia y la técnica y el paciente pone la ética. En esta
división de trabajos los profesionales de la salud se libera de responsabilidades éticas y
queda obligado a mantenerse neutral cuidando deliberadamente no inmiscuirse en el
campo de libertad para tomar decisiones de su paciente.
Este modo de ver las cosas convierte a la práctica medica en una profesión carente de
valores éticos en donde los conceptos de salud y enfermedad son determinados
exclusivamente en el territorio de valoración y decisión del paciente. así pues en el poder
ético del paciente es absoluto puesto que se impone y doblega al criterio del profesional
de la salud. en concreto las convicciones morales fuertes del profesional de la salud
deben quedar relegadas a su fuero interno, el respeto por la autonomía del cliente obliga,
en el contexto público, a renunciar a imponer o al menos expresar sus propias
convicciones morales para obsequiar las del que solicita de nosotros una intervención
aunque discrepen de su moralidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Agotamiento de la bioética de los principios. En búsqueda de nuevas soluciones.


Material de Bioética. Universidad de navarra. 1997.
2. Principios de la bioética y la inserción social de la practica medica. Perez G, Angel
M. Fundacion CESM. Madrid, España. 2006.
3. Utilitarismo, una corriente apluicada. Principios de la bioética. Universidad
Complutense de Madrid. 2017.

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