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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

Carrera: Médico cirujano

Salud Mental

Ensayo

“El asma y su relación con las emociones”.

Alumna: Ramírez Ramos Mariana.

Grupo: 1309

Número de cuenta: 320234303

Fecha: 18 de marzo del 2024


El asma y su relación con las emociones.

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que puede
manifestar la manifestación aguda y crónica. Esta enfermedad se caracteriza por
una restricción del flujo de aire debido a la broncoconstricción, la secreción de
edema y moco. La interacción entre la obstrucción del tracto respiratorio, la
hiperreactividad bronquial y la inflamación determina las manifestaciones clínicas, la
gravedad del asma y la reacción al tratamiento.

Uno de los factores predisponentes más importantes para el asma es la ATOPIA,


una predisposición genética a la producción de inmunoglobulina E (IGE) como una
reacción específica de antígeno a alérgenos frecuentes como polvo, animales de
animales o polen. Además de los factores genéticos y ambientales, las emociones
también juegan un papel importante en esta enfermedad.

Según el libro "Neurastenia y la neurosis de angustia" de Sigmund Freud, el asma


puede ser una manifestación de miedo porque tienen propiedades similares. Por
otro lado, Nicolás Caparrós habla sobre la relación significativa entre las emociones
y el asma en su libro "El proceso psicosomático". Se ha observado que las personas
asmáticas expresan más emociones negativas que las personas sanas, y la
presencia de emociones negativas está fuertemente asociada con la
broncoconstricción. Además, se encontró que en personas con asma moderada o
severa, el 35% de los trastornos de ansiedad tienen como origen de la enfermedad,
mientras que el 20% de depresión.

Los estudios también han demostrado que dos regiones del cerebro asociadas con
emociones están involucradas en la corteza cingulada anterior y la ínsula, en
procesos asmáticos. Este descubrimiento confirma la relación entre las condiciones
emocionales y el sistema inmune y abre nuevas formas para el tratamiento de la
enfermedad.

Según Antonio Cano Vindel de Psicología de la Universidad Complutense de


Madrid, las impresiones de miedo, ira y tristeza son reacciones emocionales
fundamentales, que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable o
negativa y una alta activación fisiológica. Estas emociones negativas son
experimentadas por todas las personas en diferentes situaciones y se consideran
adaptativas. Sin embargo, si estas reacciones se vuelven intensamente, con
frecuencia y permanecen con el tiempo, pueden tener un impacto negativo en la
salud mental y física.

Las reacciones emocionales intensas y más largas pueden conducir a cambios en el


comportamiento, como la tarea de los hábitos saludables y el desarrollo de
comportamientos adictivos o dañinos para la salud. Además, el miedo puede influir
en el asma a través de la hiperventilación y la reacción del controlador bronco que
aumenta en las reacciones emocionales intensas. La ruptura de la enfermedad y la
multitud de desencadenantes también crean una gran actividad cognitiva en
personas con asma que pueden aumentar el miedo crónico y los síntomas
asmáticos.

Los pacientes asmáticos generalmente tienen un alto grado de miedo, ira y tristeza
en comparación con las personas sin problemas de salud. Estas reacciones
emocionales pueden influir en los juicios médicos, la reacción al tratamiento y el
desarrollo de la enfermedad. Además, las personas con problemas de salud
generalmente tienden a preocuparse y a tomar exactamente la atención sobre su
enfermedad, lo que puede crear una reacción de alarma emocional como el miedo.
Esto crea un ciclo en el que la activación emocional puede cambiar la disfunción
fisiológica y, a su vez, la disfunción o la enfermedad física pueden causar más
miedo.

Un alto grado de miedo puede interactuar con las propiedades individuales y


manifestarse como ira, irritabilidad o ira. Si un problema que le preocupa a una
persona no se resuelve a largo plazo, es probable que una persona no resuelva,
tristeza o depresión que pueda deteriorarse con el tiempo y la falta de esperanza
para resolver el problema.

En el artículo “Problemas psicológicos y asma”, Amparo Belloch, profesora de


psicopatología de la Universidad de Valencia, España, destaca esta conexión y
destaca la frecuente coexistencia del asma con ciertos trastornos mentales y del
comportamiento. Belloch señala que los estudios epidemiológicos muestran una
mayor prevalencia de trastornos mentales en personas con asma que en la
población general, tanto en adultos como en niños. Las enfermedades más
comunes son los trastornos de ansiedad, especialmente el trastorno de pánico y el
trastorno de ansiedad generalizada, así como los trastornos depresivos.

Los trastornos de ansiedad son muy comunes en personas con asma y provocan un
consumo innecesario de recursos sanitarios y una mala calidad de vida. El trastorno
de pánico (TP) y el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) tienen el mayor
impacto en el asma. Estos trastornos pueden empeorar los síntomas del asma, lo
que a su vez puede aumentar la ansiedad y crear un círculo vicioso.

Los trastornos depresivos también son comunes en los asmáticos y resultan en la


trivialización o negación de los síntomas, exacerbaciones excesivas, visitas a la sala
de emergencias, mala adherencia a la medicación y falta de confianza en el manejo
de la enfermedad. La depresión puede hacer que a las personas les resulte más
difícil controlar el asma y cumplir con su plan de tratamiento, lo que puede conducir
a un peor control del asma.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es particularmente común entre los


asmáticos. La exposición a acontecimientos traumáticos de la vida perjudica la
función del sistema inmunológico y aumenta la susceptibilidad a enfermedades
como el asma. Es difícil determinar la prevalencia del asma entre los consumidores
de sustancias y alcohol, pero los estudios existentes sugieren una asociación
significativa. El consumo de sustancias puede empeorar los síntomas del asma y
hacerlos más difíciles de controlar.

Las emociones juegan un papel importante en el asma, las negativas como la


ansiedad, la ira y la tristeza se asocian con un mayor riesgo de desarrollar esta
enfermedad, así como con una mayor gravedad de los síntomas. La interacción
entre emociones, fisiología y enfermedad física es compleja y puede crear un ciclo
de retroalimentación negativa.

El asma se asocia con síntomas asociados a un evento doloroso como una ruptura
o incluso un conflicto vivido que es rechazado violentamente, luego pasa por el
mecanismo de represión y permanece enterrado en el inconsciente. Entonces, si de
alguna manera revivimos el suceso que tanto daño nos causó, el cuerpo siente una
sensación de asfixia y en muchos casos desarrollan síntomas de asma u otras
enfermedades respiratorias, incluyendo casos graves como el cáncer.

En conclusión, el asma es una enfermedad compleja influenciada no sólo por


factores biológicos, sino también por características individuales, incluida la
posibilidad de tener un trastorno mental. Los datos revisados sugieren una posible
asociación bidireccional entre el asma y los trastornos mentales, con mecanismos
causales comunes. Esto puede requerir cambios en los enfoques terapéuticos
cuando es evidente una asociación clínicamente significativa entre el asma y el
trastorno mental. El asma emocional hace que las emociones se “ahoguen”, dejando
al individuo sintiéndose atrapado e incapaz de decidir su propia realidad. Queda
atrapado en un bucle del que no puede escapar porque no tiene las herramientas
necesarias para superar el dolor que lo bloquea y le impide seguir adelante con su
vida. Surge como un importante impacto emocional en el organismo y afecta cuatro
realidades del individuo: orgánica, cerebral, psicológica y energética, y de esta
manera toda la biología del cuerpo entra en un estado de shock biológico.

Referencias

● Río-Navarro, B. E. del, Hidalgo-Castro, E. M., & Sienra-Monge, J. J. L. (2009). Asma. Boletín

Médico Del Hospital Infantil de México, 66(1), 3–33.

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-11462009000100002

● ‌Freud, S. (2015). La neurastenia y la neurosis de angustia. NoBooks Editorial.

● Nicolás Caparrós Sánchez. (2008). El proceso psicosomático : el ser humano en el

paradigma de la complejidad. Biblioteca Nueva, D.L.

● Asma y Emociones: Ansiedad, Ira y Tristeza-Depresión | madrimasd. (n.d.).

Www.madrimasd.org. Retrieved March 18, 2024, from

https://www.madrimasd.org/asma-emociones-ansiedad-ira-tristeza-depresion

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● Belloch, A., Correspondencia, A., & Belloch. (n.d.). Problemas psicológicos y asma Resumen.

Retrieved March 18, 2024, from

http://separcontenidos.es/revista3/index.php/revista/article/viewFile/141/187

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