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Cuento

Un cuento (Del latín compŭtus, cuenta) es una narración breve creada por uno o varios
autores, basada en hechos reales o imaginarios, inspirada o no en anteriores escritos o
leyendas, cuya trama es protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un
argumento relativamente sencillo y, por lo tanto, fácil de entender.

El cuento es compartido tanto por vía oral como escrita; aunque en un principio, lo más
común era por tradición oral. Además, puede dar cuenta de hechos reales o fantásticos
pero siempre partiendo de la base de ser un acto de ficción, o mezcla de ficción con
hechos reales y personajes reales. Suele contener pocos personajes que participan en
una sola acción central, y hay quienes opinan que un final impactante es requisito
indispensable de este género. Su objetivo es despertar una reacción emocional
impactante en el lector. Aunque puede ser escrito en verso, total o parcialmente, de
forma general se da en prosa. Se realiza mediante la intervención de un narrador, y con
preponderancia de la narración sobre el monólogo, el diálogo, o la descripción.

El cuento, dice Julio Cortázar, como en el boxeo, gana por knock out, mientras que la
novela gana por puntos. El cuento recrea situaciones. La novela recrea mundos y
personajes (su psicología y sus caracteres).1 2 3

En resumen, un cuento es una obra de ficción que se desarrolla con ciertos seres y
acontecimientos. Además, un narrador es quien presenta a los personajes, los puntos de
vista, los conflictos, y el desenlace.

EL TREN

QUE QUERÍA VOLAR

Había un tren, muy grande y


pesado, que pasaba todo el tiempo
pensando en volar. Los otros
trenes le decían que era imposible,
que solo los pájaros y los aviones
volaban. Entonces el tren decía
¡Quiero ser un pájaro! ¡Quiero ser
un avión!, pero seguía siendo un
pesado tren de carga que quería volar.

Hasta que un día, hubo una gran tormenta, la cual destruyó un puente que unía dos
cerros, justo cuando se acercaba el tren que quería volar. Frente a él se encontraba el
vacío. El maquinista aplicó el freno y saltó a tierra para salvar su vida. En ese
momento, el tren que quería volar vió su oportunidad. Desconectó los frenos con un
fuerte sacudón y aceleró directo al vacío. Y entonces voló, voló, voló...

Y era tan fuerte su deseo de volar, que se mantuvo en el aire a pesar de su cuerpo de
hierro. Y sintió que era un pájaro. Y sintió que era un avión.
Se mantuvo en el aire mientras las nubes, que habían bajado a ver la hazaña, pasaban
sonriendo a su lado. Llegó volando al otro lado del barranco y las ruedas tomaron su
camino de metal. Desde ese día, el tren que quería volar fue completamente feliz y se
olvidó de ser un pájaro o un avión.

Entendió que lo suyo era ser un tren de carga y sonreía cuando alguien decía que para
un tren era imposible volar.

PUNTITO,

EL ELEFANTE AMARILLITO

Como todos saben, los elefantes son grandes y de


color gris. Hasta que nació Puntito, el elefante enanito
y amarillito... Como era diferente, los demás hacían
bromas y se reían de Puntito. Los elefantes grandes y
grises se jactaban de su fuerza y de los grandes pesos
que eran capaces de mover. Puntito solo podía llevar
ramitas, hojas secas, pasto y granitos de maíz, en su
pequeña trompa amarilla.

Un día, un gran árbol cayó sobre el jefe de los elefantes, dejándolo atrapado. Todos los
fuertes elefantes corrieron a salvar a su jefe. Pero por más fuerza que hacían, no podían
levantar el árbol. Todos transpiraban y jadeaban tratando de levantar aquel tremendo
peso.

Pero no podían.

Hasta que de pronto, un relámpago amarillo llamado Puntito, saltó sobre el tronco y con
gran sorpresa para ellos, vieron que el árbol se levantó y el jefe quedó libre. La fuerza
de todos no pudo levantar el árbol porque faltaba un poquito más... justamente la
poquita fuerza del pequeño elefantito.

Y así fue que los grandes elefantes comprendieron que todos eran útiles, incluso
Puntito... el amarillito.

Fábula
La fábula es una composición literaria breve en la que los personajes son animales o cosas
inanimadas que presentan características humanas. En el Diccionario de uso del español de
María Moliner1 de Helena Beristáin se indica que “se trata de un género didáctico mediante el
cual suele hacerse crítica de las costumbres y de los vicios locales o nacionales, pero también
de las características universales de la naturaleza humana en general”

El náufrago
Navegaba un rico ateniense en una nave junto con
otros pasajeros. De pronto, a causa de una súbita y
violenta tempestad, empezó rápidamente a hacer
agua el navío.

Y mientras los demás pasajeros, con su esfuerzo,


trataban de salvarse a nado, el rico ateniense,
invocando a cada instante a la diosa Atenea, le
prometía efusivamente toda clase de ofrendas si por
su medio lograba salvarse.

Uno de los náufragos que lo oía a su lado le dijo:

-Pide a Atenea, pero también a tus brazos.

Cuando pidas ayuda en tus problemas, primero demuestra que ya estás trabajando para
solucionarlos.

Hércules y el boyero

Conducía un boyero una carreta hacia una


aldea, y la carreta se despeñó a un barranco
profundo.

El boyero, en lugar de ayudar a los bueyes a


salir de aquel trance, se quedó allí cruzado de
brazos, invocando entre todos los dioses a
Hércules, que era el de su mayor devoción.
Llegó entonces Hércules y le dijo:

-¡Toma una rueda, hostiga a los bueyes y no


invoques a los dioses si no hay esfuerzo de tu
parte!

- Si no lo haces así, nos invocarás en vano.

La oración debe acompañarse siempre previamente de


la acción.
Leyenda
Para otros usos de este término, véase Leyenda (desambiguación).

Una leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se


transmite de generación en generación de forma oral o escrita. Generalmente, el relato
se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico, lo que le confiere cierta
singularidad.

Se ubica en un tiempo y lugar que resultan familiares a los miembros de una


comunidad, lo que aporta al relato cierta verosimilitud. En las leyendas que presentan
elementos sobrenaturales, como milagros, presencia de criaturas férricas o de
ultratumba, etc., estos se presentan como reales, pues forman parte de la visión del
mundo propia de la comunidad en la que se origina la leyenda. En su proceso de
transmisión a través de la tradición oral las leyendas experimentan a menudo
supresiones, añadidos o modificaciones que expresan un estado extraño, surgiendo así
todo un mundo lleno de variantes.

La leyenda de la bañera con hielo

Un joven tímido y retraído decide pasar una noche con sus amigos, que tras mucho
insistir,
consiguen que
los acompañe a
una discoteca. El
joven se llamaba
Ariel y apenas
ingresó al local, se
maravilló por el ambiente y la algarabía que se vivía en el lugar. Se quedo en un rincón
mientras sus amigos se divertían pero vio como una hermosa muchacha lo observaba sin
disimulo.
Esto se extendió por media hora, tras la cual y beber un par de tragos para
envalentonarse, decidió ir a charlar con ella. Inmediatamente entablaron conversación y
tras un par de besos, la chica lo invitó a ir a su departamento. Sin ninguna duda, Ariel se
dirigió con la joven hacia su domicilio, donde le ofreció un trago mientras ella se fue al
baño.
Al cabo de unos minutos comenzó a sentirse mareado y se desvaneció para despertarse a
la mañana siguiente. En medio de una nebulosa pudo reconocer que estaba en una
bañera llena de hielo y unas extrañas cicatrices en su espalda. A un costado había un
papel que decía: “Llama urgente a emergencias sino quieres morir en pocas horas ya
que te hemos extirpado los riñones”… Se trataba de una banda de traficantes de órganos
que utilizaba a una bella joven para lograr su macabro cometido.
La leyenda del Dybbuk

La leyenda del dybbuk, surgida de la


teología judía, que afirma que se trata de
almas que no han podido continuar con el
ciclo de las reencarnaciones y vagan por el
mundo de los vivos en busca de un cuerpo
donde continuar con su existencia (Posesión
demoniaca). Estos espectros buscan un lugar
donde puedan satisfacer sus deseos y anhelos
que no pudieron concretar cuando estaban
vivos aunque hay que aclarar que nunca
tienen buenas intenciones y la mayoría de las veces cuando un Dybbuk se mete en una
persona generalmente acaba mal.
En el dybbuk el mal ha triunfado sobre el bien y por tal motivo intentan huir del
castigo divino o acabar con asuntos pendientes. También puede suceder que sean las
almas de personas malas como asesinos o violadores aunque en su gran mayoría son
seres que se han desviado de la buena senda de Dios como borrachos o drogadictos.
Para poder exorcizar a una persona poseída por un dybbuk, es necesario un rabino
experto en la Cabala, junto con otras 10 personas en un círculo dentro la sinagoga y
haciendo sonar un cuerno para desorientar al espectro. Mientras se realiza el sonido, se
debe leer el Salmo 91 en tres ocasiones para comunicarse con el dybbuk y de esta
forma solicitarle que abandone el cuerpo mientras se le indica el camino correcto que
debe seguir para traerle paz a su alma.

Como dato curioso, el Dybbuk suele vivir en una caja de madera que debe permanecer
cerrada por los siglos… pobre del desafortunado que habrá la caja sin saber ya que
desatará una cadena de acontecimientos perturbadores en su vida… Si alguna vez ves
alguna caja con inscripciones judías cerrada, no trates abrirla bajo ninguna circunstancia
pues has sido advertido.

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