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DILEMA MORAL

Un día te despiertas y en vez de estar en tu cómoda cama, te encuentras en una


habitación cerrada con llave, sentado en una silla frente a un asesino dormido,
este atado de pies y manos. Este asesino en cuestión lleva siendo perseguido
durante años, ha matado a más de 800 personas y entre ellas, a tu hermana. Se
te deja a un lado una pistola y al otro una nota que dice lo siguiente:
“Esta es tu oportunidad de oro. Está en tus manos acabar con la vida de este
desgraciado.” Y antes de continuar el mensaje se te adjunta toda la
investigación de la policía nacional que da detalles de sus crímenes y lo dejan
como claro culpable. “Esta es una orden del Gobierno. Si cumples tu cometido,
se te encubrirá y no tendrás ninguna condena por asesinarlo. Si decides no
matarlo, toca tres veces en la puerta y te sacaremos de aquí. Pero debes
considerar que entonces lo dejaremos libre, y seguirá cometiendo crímenes. Si
hablas de lo ocurrido, se te ejecutará o condenará por “complot contra el
Gobierno”. Está en tus manos qué hacer. ”
Revisas la nota una y otra vez, considerando que esto podría ser una broma
pesada, pero la firma del presidente del Gobierno, el papel y el tipo de
documento hace parecer que este caso es verídico, y no se trata de ningún
juego.
Tienes dos opciones, asesinar a quien te arrebató a un familiar y ha hecho daño
a muchas personas o no hacerlo y no tener que cargar con la culpa.
Es una decisión complicada.
Por una parte, podrías asesinarlo. Estarías obedeciendo a lo que te pide el
gobierno, así que no estarías haciendo nada “malo”. No solo eso, sino que
ahorrarías la pérdida de más personas en sus manos. Para colmo, conseguirías la
venganza que tanto has deseado desde que mató a tu hermana, y, ¿quién es más
indicado para matar a un asesino que el familiar de la víctima? Le guardas un
rencor y odio absoluto, y puedes acabar con todo solo apretando el gatillo.
Haciendo esto te beneficiarías a ti mismo y a toda la sociedad, además de ser un
buen ciudadano del gobierno y sentirte como el héroe de la historia. Si no lo
mataras, sentirías todo el día culpa de que él siguiese en las calles, llevándose la
vida de más inocentes, y tendrías miedo de hacer el más mínimo movimiento
porque estarías bajo amenaza del gobierno.
Pero, ¿y si no lo haces? Si no lo haces no vivirás con la culpa de haber matado a
alguien, pues básicamente dándole de su propia medicina te estarías rebajando a
su nivel. Si no lo haces, aunque te quede la incertidumbre de qué habría pasado
si lo hubieses hecho y el miedo al gobierno, no te convertirías tú también en un
asesino. Además, es probable que aunque lo dejasen suelto, acabarían por
detenerlo si ya lo tienen localizado y analizado de manera precisa. Es decir, si lo
han capturado una vez, podrían capturarlo otra y ya juzgarlo de una manera más
humana que asesinándolo como si fuese un cordero.
Aquí hay un claro dilema ético, basado en si es más correcto obedecer a las
órdenes de un mando superior, o hacer caso a tus propia ética personal y
preocuparte por ser justo. Debido a que el gobierno es un organismo de poder
sobre nosotros, se nos hace lo más correcto normalmente obedecer a las normas
o leyes que establece, o a lo que nos dicen que debemos hacer. A su vez,
tampoco está bien visto devolver a un criminal su culpa o sus crímenes
mediante los mismo crímenes que él comete.
Para mí, claramente la mejor opción sería tocar tres veces a la puerta, y sería lo
más correcto. Un ser humano no tiene ningún derecho a decidir el destino de la
vida de otros seres humanos, no se puede jugar a ser Dios ni aunque sea el Papa
de Roma quién te lo dice. Nada, ni siquiera una orden superior, te da derecho a
matar a una persona, independientemente de la gravedad de sus crímenes. Por
mucho daño emocional que te haya hecho, matarlo no te va a devolver a la vida
a tu hermana ni a todas las víctimas. Solo va a ser una razón más por la que no
vas a poder dormir por las noches, de la culpa. La amenaza del gobierno va a
estar ahí, da igual si lo matas o no, pues si lo matases también deberías guardar
el secreto. No estoy de acuerdo con el punto de vista de Kant, que defendía
hacer siempre lo legalmente correcto, pues pienso que es más importante hacer
caso a tu propia razón. Tampoco creo que si matases al criminal, seguirías
siendo una persona normal que solo está obedeciendo, como dice Hannah
Arendt, pues para mí la persona que asesina da igual la razón, siempre que no
sea autodefensa, es un psicópata y no es una persona normal. En conclusión,
pienso que es mejor no rebajarte como persona y tener la conciencia limpia a
obedecer a órdenes de otros y matar por despecho o venganza.

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