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Loam Manjarrez Jaqueline

¿A quién vamos a invadir ahora?


La principal misión de este documental es relatar una serie de verdades incómodas
sobre un sistema que lleva a sus propios creadores a perder la felicidad de la vida.
Esto, porque se tiene un gran romanticismo al “sueño americano”, principalmente a
nivel mundial, siendo esto únicamente parte de la larga cuenta de explotación social,
económica y política que los Estados Unidos de América ha implementado a lo largo
de su historia provocando la ilusión de ser el mejor país del mundo. Sin embargo,
para mí no lo es y nunca lo fue. Lo que hace a un país extraordinario es que la
columna estructural de su sociedad sea el respeto a la dignidad humana.

A causa de, lo que más impresión me causo es la diferencia cultural laboral; las
distintas prestaciones laborales que los países europeos implementan para evitar a
toda costa un ambiente estresante en sus trabajadores, a tal grado de decir: “Es
mejor trabajar con gente que sonríe” o “¿De qué sirve ser rico si no soy feliz?”
solo me hace pensar en la triste realidad de un mexicano que trabaja para sobrevivir
y piensa en algún día poder alcanzar ese sueño americano que le fue implantado
por aquella sucia mentira llamada >dólar<.

Ciertamente, esto vuelve a demostrar que su formación tiene una visión humana,
su educación está basada en el respeto por los otros y a la dignidad que merece un
ser humano, por lo que es fácil decir que los trabajadores europeos no tienen jefes,
si no líderes; líderes que escuchan y buscan mejorar en cada aspecto de su
construcción como empresa sin la necesidad de lucrar.

De la misma manera, la educación escolar fue otro punto que me sorprendió


demasiado, desde la diferencia cultural de la alimentación hasta su formación
académica sin tareas, resuena a grandes voces la forma de aprendizaje pleno y
saludable que llevan a cabo desde pequeños. Así pues, como futura psicóloga me
parece realmente importante porque la realidad de mi país mantiene a sus
ciudadanos bajo un nulo crecimiento personal, espiritual y social, siendo lo laboral
el núcleo indispensable de la vida dejando en último lugar, como siempre, a la salud
mental porque el que “no tranza, no avanza” y el bienestar común es inexistente.
Loam Manjarrez Jaqueline

Según el Centro Especializado en Formación de Posgrado en Psicología,


Educación, Logopedia y Trabajo Social de España, el cerebro se debe relajar para
lograr un mejor aprendizaje; esto debido a que la relajación sirve para distender el
organismo y disminuir el estrés mental. Es por esto que las escuelas a nivel primaria,
secundaria y superior erradican la idea de someter a sus estudiantes a una rutina
estresante y prefieren enfocarse en aumentar la confianza en uno mismo, la
memoria y la concentración, lo cual permite mejorar la calidad del aprendizaje, y así
mejorar su bienestar emocional haciendo que el cuidado de la salud mental no solo
sea un imperativo moral, sino una forma de lograr un desarrollo sostenible.

Por algo es que Finlandia es considerado el país más feliz del mundo y el número
uno en educación…

Sobre todo, mencionan algo muy curioso: “La educación escolar se trata de
encontrar lo que te hace feliz”, esta frase causo un choque fuerte en mis creencias
porque mi núcleo familiar y social me ha enseñado que a veces debemos olvidar lo
que nos hace feliz para poder subsistir en un mundo lucrativo y cruel. Me parece
realmente increíble que los niños europeos crezcan bajo esta doctrina de amar el
estudiar y no verlo como una responsabilidad aburrida, porque esto les hará pensar
más adelante que “lo más importante no es encontrar un trabajo, sino la felicidad” y
así mismo, la felicidad se define como un estado duradero, un balance de salud
emocional, y al alcanzarlo, como futura psicóloga siento plenitud al saber que hay
países que ayudan a sus ciudadanos a desarrollar habilidad emocionales y su pilar
de crecimiento es el bienestar común

De la misma manera, no busco únicamente enaltecer a los países europeos, ya que


se menciona que todas sus ideas esenciales, como brindar un sistema educativo
gratuito de nivel universitario a sus ciudadanos, fueron traídas de Norteamérica. Sin
embargo, en lo que no fallaron, a comparación de Estados Unidos, fue llevarlo a
cabo. Para entender mejor, hago la analogía de un psicólogo que sabe a la
perfección todas las teorías y corrientes psicológicas, pero que no es capaz de
aplicarlo en las terapias que le brinda sus pacientes y termina fracasando.
Loam Manjarrez Jaqueline

Otro ejemplo es Alemania, quien reconoce su lado oscuro y repara diariamente el


daño causado para lograr ser libre y formar mejores personas con el objetivo de
hacer el bien a los demás.

Con relación a esto, el tema de las prisiones y los castigos a los reclusos me parece
el correcto pues se busca que se reivindiquen en la sociedad a través del respeto
de la dignidad que ellos merecen como personas sin importar sus delitos. Esto me
recuerda al trabajo que un psicólogo hace todos los días con un paciente que por
consecuencia de sus conductas o un diagnóstico haya sido tachado por la sociedad.
De igual manera, me pareció curioso que los guardias utilicen el método del
condicionamiento operante de Skinner, ya que los presos obtienen recompensas
por buen comportamiento, lo que me hace pensar que la Psicología está presente
en las cosas más simples de la vida, y por eso la amo tanto.

En conclusión, considero que esta pregunta finaliza todo el análisis anteriormente


realizado ¿Por qué en México pensamos como norteamericanos? Porque no
tenemos otra visión más que la que se nos ha enseñado desde tiempos remotos, y
me atrevería decir que desde la Conquista de Tenochtitlan. Por ejemplo, Samuel
Ramos, psicólogo mexicano, expone su propio psicoanálisis del mexicano, donde
existe un complejo de inferioridad por culpa de colonialismo; el cual ha permanecido
como malinchismo, como enfermedad social ligada a un complejo donde el
mexicano NO es inferior, sin embargo, se siente inferior. Así pues, nosotros también
debemos invadir otros países y sus ideas innovadoras sin la necesidad de imitar lo
extranjero, sino buscando mejorar como nacionalidad misma desde nuestro
pensamiento.

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