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A los coros:

En este tiempo tan significativo de preparación para la Semana Santa, como comunidad
parroquial, nos acercamos a este momento con gratitud y devoción, conscientes de la
importancia de vivir estos días con profunda reverencia y compromiso.
En nuestro camino hacia la celebración de los misterios de nuestra fe, es esencial
recordar las normas y pautas que guían nuestro servicio en el ministerio de la música
durante la santa Misa. Por ello, hemos preparado un documento que reitera las rubricas,
junto con algunas decisiones adicionales sobre el uso de instrumentos en nuestras
liturgias.
Este documento tiene como objetivo fortalecer nuestra comprensión y compromiso con
la belleza y solemnidad de la liturgia, al tiempo que fomenta la unidad y armonía en
nuestro servicio al Señor y a su pueblo.
Que nuestras acciones en el ministerio de la música reflejen siempre nuestro amor y
devoción a Dios, y que nuestras voces resuenen con alegría y gratitud, proclamando su
gloria y edificando la fe de aquellos que nos escuchan.
Sobre la Santa misa:

 Durante el desarrollo de la eucaristía la naturaleza de las partes


“presidenciales” (Partes de la misa que le corresponden solo al sacerdote) exige
que se pronuncien con voz clara y alta, y que todos las escuchen con atención.
Por consiguiente, mientras el sacerdote las dice, no se tengan cantos ni
oraciones y callen el órgano y otros instrumentos musicales. (IGMR 32)
 El canto de la aclamación antes del evangelio, tienen por sí mismo el valor de
rito o de acto, por lo que este se canta estando de pie y se debe dar de tal forma
que lo cante unánimemente todo el pueblo, y no sólo el cantor o el coro que lo
empiezan, así como este debe ser desde un lugar conveniente y no desde el
ambón. (OGLM 23, CC 51)
 El canto del "Agnus Dei" debe iniciarse en el momento oportuno para
acompañar la acción ritual de la fracción del pan realizada por el sacerdote. Es
imperativo, por lo tanto, que se respete un intervalo adecuado entre el rito de la
paz y el inicio de este canto. (IGMR 83)
 El canto durante la comunión debe coincidir con el rito de la comunión,
finalizando puntualmente y sin prolongarse más allá de este momento, para
permitir el sagrado silencio destinado a la oración personal de los fieles y a la
oración comunitaria. (IGMR 86, 88)
Sobre el uso de los instrumentos:

 Se debe cuidar y preservar la índole y carácter de cada celebración, en cuanto el


uso de los instrumentos, así como se expresa en las rubricas: Desde el Miércoles
de Ceniza hasta el himno Gloria a Dios en el cielo en la Vigilia Pascual, el
sonido del órgano y de los otros instrumentos se reserven sólo para sostener el
canto. Sin embargo, se exceptúan las solemnidades y las fiestas. Desde que
termina el himno Gloria a Dios en el cielo en la Misa en la Cena del Señor
hasta el mismo himno en la Vigilia Pascual, el órgano y los otros instrumentos
musicales se usarán solo para sostener el canto. (CC 41, CC 252, CC 300,
IGMR 313)
 Los instrumentos musicales deben ser selectos y adecuados al lugar sagrado,
sirviendo a la belleza del canto y no distrayendo de la oración; se deben evitar
excesos o una exuberancia con estos, El empleo de instrumentos en el
acompañamiento de los cantos puede ser bueno para sostener las voces,
facilitar la participación y hacer más profunda la unidad de una asamblea.
Pero el sonido de los instrumentos jamás debe cubrir las voces ni dificultar la
comprensión del texto. (IGMR 393, SC 120, MS 64)
 En relación con el uso del órgano electrónico, una vez realizado el
discernimiento y la evaluación correspondientes dentro del contexto litúrgico,
siguiendo el mandato de la Iglesia que excluye totalmente el empleo de medios
electrónicos, como discos o cintas grabadas, para suplir el canto del pueblo, del
coro, de los ministros o de los músicos acompañantes, se permitirá únicamente
utilizar estos instrumentos para emular el sonido de instrumentos aprobados en
la liturgia, como el órgano u otros similares. Es vital enfatizar que no se debera
utilizar pistas pregrabadas de percusión o música de fondo, ya que esto va en
contra del espíritu y la adecuación a la liturgia, generando disonancia y
distracción. Es importante recordar que el canto con un instrumento es un
ministerio litúrgico vivo, que no puede ser reemplazado por un recurso artificial.
Solo se puede emplear antes de la misa, durante el ensayo. Se puede utilizar el
bombo o la caja como alternativa, siempre ajustándose al espíritu de la liturgia y
considerando el carácter y la índole de cada celebración.

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