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“Parroquia San
Marcos”
Para completar, precisa el liturgista, es bueno recordar la
advertencia del Concilio Vaticano II en la Constitución
Litúrgica Sacrosanctum Concilium en el n. 22:
§1. La reglamentación de la sagrada Liturgia es de competencia
exclusiva de la autoridad eclesiástica; ésta reside en la Sede
Apostólica y, en la medida que determine la ley, en el Obispo.
§ 2. En virtud del poder concedido por el derecho la
reglamentación de las cuestiones litúrgicas corresponde
también, dentro de los límites establecidos, a las competentes
asambleas territoriales de Obispos de distintas clases,
legítimamente constituidos.
§3. Por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite
o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia.
CONSTITUCIÓN SOBRE LA SAGRADA LITURGIA,
CONCILIO VATICANO 11 # 14 – ROMA, 1963
“ La Iglesia desea
ardientemente que se lleve a
todos los fieles a aquella
participación plena,
consciente y activa, en las
Celebraciones litúrgicas,
que exige la naturaleza de la
Liturgia misma, y a la cual
tienen derecho y obligación
en virtud del Bautismo”.
“Los católicos, lectores, comentadores y cuantos pertenecen al
Coro, desempeñan un autentico ministerio litúrgico. Ejerzan,
por tanto, su oficio con la sincera piedad y el orden que
conviene a tan gran Misterio, y les exige con razón el Pueblo
de Dios”.
“La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los
oficios divinos se celebran solemnemente con canto, y en ellos
intervienen ministros sagrados y el pueblo participa
activamente”. (Idem #113)
“Foméntese con Emp.;o el canto religioso popular, de modo
que… en las acciones litúrgicas resuenan las voces de los
fieles”. (Idem #118) “Que los compositores compongan
obras… que no sólo puedan ser cantadas por los grandes
coros, sino también que estén al alcance de los coros más
modestos, y fomenten la participación de TODA LA
ASAMBLEA”. (Idem #121)
El sujeto del canto litúrgico es el mismo que el sujeto de la
celebración:
EL PUEBLO CONGREGADO.
1. En nuestro servicio, no suplantar el canto de la asamblea.
2. Cuidar el repertorio y la elección de los cantos .
3. Elegir y preparar los cantos anticipadamente.
4. Formarse en liturgia.
5. Formarse en música y en repertorios de canto litúrgico .
6. Respetar la melodía y el ritmo original de los cantos .
7. Estar atentos a la duración de los cantos
8. Equilibrar la repetición y el cambio
El año litúrgico está formado por seis estaciones o tiempos:
Adviento – las cuatro semanas de preparación al nacimiento de Jesús
Sagrado Triduo Pascual – los tres días más sagrados del año de la Iglesia, en el que el
pueblo cristiano recuerda la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo
Tiempo Pascual – 50 días de celebración gozosa por la resurrección del Señor de entre
los muertos y su envío del Espíritu Santo
Tiempo Ordinario – dividido en dos secciones (una parte de 4 a 8 semanas después de la
Navidad y otra que dura cerca de seis meses después del Tiempo Pascual), durante este
tiempo los fieles consideran todas las enseñazas y obras de Jesús con el pueblo
RITOS INICIALES
Canto de entrada
Señor, ten piedad (Kyrie, eleison)
Gloria
LITURGIA DE LA PALABRA
Salmo responsorial
Aclamación del Aleluya
Aclamación al Evangelio
Profesión de fe
LITURGIA EUCARÍSTICA
Canto de presentación de dones.
Santo
Aclamación al Memorial (Anámnesis) (“Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús”.)
El gran Amén de la Doxología (es el Amén de la oración
eucarística: “Por Cristo, con Él y en Él…“, proclamada solamente
por el sacerdote.)
Padrenuestro
Aclamación al Embolismo (si se canta el Padrenuestro es
adecuado cantar las siguientes palabras también: ¡Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria por siempre Señor!)
Saludo de la paz
Cordero de Dios
Canto de Comunión / Canto de acción de gracias
RITO DE CONCLUSIÓN
Canto de despedida
El Canto de entrada forma parte de los llamados “Cantos
procesionales”, que son aquellos que acompañan una acción, un
movimiento. No son cantos rituales, sino que surgen de un gesto
ritual al que acompañan.
En la Celebración eucarística hay tres cantos procesionales:
1- El de entrada,
2- El de presentación de los dones y,
3- El de comunión.
El Canto de entrada además de la función procesional
NO SE CANTA CUANDO:
*Se hace recitado
*Cuando se hace el rito de aspersion
*Cuando se reza el oficio divino.
GLORIA
El Gloria es un himno antiquísimo y venerable con el que la
Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre
y glorifica y le suplica al Cordero. El texto de este himno no
puede cambiarse por otro. Lo inicia el sacerdote o, según las
circunstancias, el cantor o el coro, y en cambio, es cantado
simultáneamente por todos, o por el pueblo alternando con los
cantores, o por los mismos cantores. Si no se canta, lo dirán en
voz alta todos simultáneamente, o en dos coros que se
responden el uno al otro.(IGMI 53)
El Gloria no se canta en Adviento y Cuaresma. Si se debe
cantar en todas las Solemnidades de la iglesia incluso en
aquellas que coinciden dentro de los tiempos litúrgicos antes
señalados, de igual forma en la octavas de las Solemnidades de
la Natividad y de la Pascua. O bien en algunas fiestas
diocesanas extraordinarias.
Hay que respetar el texto litúrgico
Forma parte del Ordinario por lo que el texto no varía. Si se
canta hay que cantar el texto del Gloria.
Se canta o se recita de pie. La postura, la actitud corporal de
alabanza, es la posición de pie frente al altar.
Conviene que el salmo responsorial sea cantado, al menos la
respuesta que pertenece al pueblo. Así pues, el salmista o el
cantor del salmo, desde el ambón o en otro sitio apropiado,
proclama las estrofas del salmo, mientras que toda la asamblea
permanece sentada, escucha y, más aún, de ordinario participa
por medio de la respuesta, a menos que el salmo se proclame
de modo directo, es decir, sin respuesta. Pero, para que el
pueblo pueda unirse con mayor facilidad a la respuesta
salmódica, se escogieron unos textos de respuesta y unos de
los salmos, según los distintos tiempos del año o las diversas
categorías de Santos, que pueden emplearse en vez del texto
correspondiente a la lectura, siempre que el salmo sea cantado.
Si el salmo no puede cantarse, se proclama de la manera más
apta para facilitar la meditación de la Palabra de Dios. (61
IGMR)
LITURGIA DE LA
PALABRA: ACLAMACIONES
Aclamación al Evangelio.
Es una aclamación por la cual la asamblea expresa su fe,
alabando a Cristo que nos ha entregado su Palabra que salva:
¡Aleluya!
Criterios:
· El Aleluya se canta en todos los tiempos litúrgicos fuera de la
cuaresma; acompañado por un versículo. No es un canto con un
Aleluya al final.
· En la Cuaresma se canta “Honor y Gloria a ti Señor Jesús”.
· Lo inicia todo el pueblo, el coro o sólo un cantor.
· Esta Aclamación siempre es cantada. Si no se canta puede
omitirse.
No debe durar tanto tiempo.
Las normas litúrgicas dicen que durante la procesión de las
ofrendas y a lo largo de todo el rito de Preparación de los
dones puede cantarse un “canto apropiado”. Tradicionalmente,
este canto no ha sido un canto que corriera a cargo del pueblo,
sino del coro. Puede ser aconsejable que en este momento el
pueblo descanse y medite lo que va a celebrar mirando y
escuchando.
El canto indicado para este momento es procesional y tiene el
sentido de acompañar la presentación de los dones, que
representan todo lo bueno que Dios nos da y que le
retornamos enriquecido con nuestro trabajo.
(Es un canto de presentación, no de ofertorio).
Durante la colecta, un coro o toda la asamblea, podría haber
cantado un canto de reflexión de la Palabra de Dios escuchada. O
pudo haber música sin canto.
El canto de ofrendas no debe extenderse más allá del rito al
que sirve.
*Una vez terminado el lavabo, debe finalizar el canto.
*Puede suprimirse el canto. No es necesario.
El canto concluye cuando los dones han sido depositados
sobre el altar
Una vez presentados los dones del pan y del vino da comienzo
la Plegaria eucarística, el centro y cumbre de la celebración.
El Santo es un himno que forma parte de la alabanza y acción
de gracias con que empieza la Plegaria eucarística.
Es un canto de toda la asamblea que requiere una música llena
y fuerte. Es un canto de la comunidad, el más admirable canto
de unidad que conoce la liturgia eucarística: unidad del cielo y
la tierra, unidad de los hombres entre sí, cantando a una sola
voz, mezclando sus voces con las de los ángeles asociándose al
canto celestial.
ACLAMACIONES
A lo largo de la celebración eucarística hay varios momentos