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LIBROS / BOOK REVIEWS • 535

Raquel OSBORNE
Apuntes sobre violencia de género
Edicions Bellaterra, Barcelona, 2009. 187 páginas.

Este libro, según su propia autora, denunciando las agresiones sexuales que
“ha sido concebido como el resultado sufrían las mujeres, de las que incluso se
de lo que los anglosajones denominan hacía responsable a ellas y no se culpaba a
una research in progress, tras sucesivas sus agresores. Estas dos manifestaciones
etapas de adquisición de conocimientos de la violencia de género, el maltrato a
y su subsiguiente divulgación en forma de mujeres-pareja y las agresiones sexuales,
charlas, organización de cursos, jornadas se abordan en los capítulos 3 y 2, res-
y escritos” (p. 12). Se trata, por tanto, de pectivamente. Pero antes de destacar lo
un texto que revela la dilatada experiencia esencial de los mismos, debemos empezar
de Osborne en la materia. por el principio.
Aunque su título pudiera hacer pensar “La violencia en los modelos de género”
que los temas que aborda se tratan some- es el título del primer capítulo, en el que se
ramente, en realidad dista mucho de ser analiza el marco conceptual de la violencia
así y están fundamentados con el rigor de género y se parte de cuatro ideas fun-
teórico que debe caracterizar cualquier damentales: es un fenómeno estructural,
obra científica. Además, no se han obviado es un mecanismo de control de todas las
los principales debates teóricos y prácticos mujeres, representa un continuo porque es
que en torno a determinadas cuestiones el extremo de conductas que se consideran
relacionadas con la violencia de género normales y, por último, sigue existiendo una
existen, no sólo en la literatura sobre la gran tolerancia hacia la misma.
materia, sino también entre profesionales De lo anterior se deriva que la domina-
que desarrollan su trabajo en diversos ción patriarcal en las sociedades democrá-
ámbitos relacionados con la misma. ticas se mantiene no sólo por la violencia
El contenido del libro se estructura en directa contra las mujeres, sino también por
cinco capítulos precedidos de una introduc- otras formas de violencia más sutiles que
ción, en la que la autora destaca que “1997 las propias mujeres consienten, en la mayo-
fue una fecha clave: murió Ana Orantes. ría de los casos de manera inconsciente,
Apareció en televisión denunciando el porque se trata de conductas aprendidas.
maltrato al que la había sometido su marido Precisamente por ello, hay que distinguir
toda su vida. A los pocos días, éste la entre las mujeres que sufren directamente
asesinó prendiéndole fuego con gasolina. la violencia, las que la sufren de manera
Este crimen sacudió las conciencias, no indirecta y las que sufren el efecto intimi-
dormidas pero sí aletargadas, en la socie- datorio que tener conocimiento de dicha
dad española, que se puso en marcha de violencia causa en todas las mujeres.
forma colectiva para combatir esta lacra” (p. En el ámbito internacional, las Naciones
11). Antes de dicha fecha, desde los años Unidas son el marco en el que se han desa-
ochenta, el feminismo en España venía rrollado los derechos de las mujeres y las

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actuaciones que han permitido reconocer ha sido destacada por la perspectiva de


la violencia de género como un problema género y se explica por una socialización
que los estados deben condenar y poner diferencial, que atribuye como rasgo inhe-
los medios para su erradicación. El artículo rente de la masculinidad la violencia, mien-
1 de la Declaración sobre la eliminación de tras que a las mujeres se las asocia “con
la violencia contra la mujer de 1993 define los valores ligados a la vida, a la creación
la violencia contra las mujeres como “todo de la vida, a la maternidad, al cuidado, a
acto de violencia basado en la pertenencia la dulzura y a la entrega” (p. 42).
al sexo femenino que tenga o pueda tener Este capítulo concluye con la referencia
como resultado un daño o sufrimiento a la división del deseo entre los sexos (el
físico, sexual o psicológico para la mujer, sexo para los chicos y el amor para las
así como las amenazas de tales actos, chicas) como una consecuencia más de la
la coacción o la privación arbitraria de la socialización diferencial. Se trata de una
libertad, tanto si se producen en la vida división asimétrica, muy negativa para las
pública como en la privada.” mujeres, porque condiciona sus relaciones
Osborne analiza diferentes conceptos sexuales a la existencia de amor, siendo
que se usan cotidianamente para referirse fuertemente censuradas si se salen de este
a la violencia de la que venimos hablando, patrón. Por tanto, la autora defiende “que
de los que hay que hacer un análisis no se propugne solamente la (necesaria)
crítico porque no siempre definen bien la transformación de la sexualidad masculina
realidad conceptuada. Dichos conceptos sino también de la femenina, explorando las
son: violencia doméstica, violencia fami- posibilidades del deseo sexual femenino,
liar, terrorismo familiar/terrorismo sexual sin tabúes ni inhibiciones heteroinducidas”
o terrorismo de género, feminicidio o (p. 48). En los varones se legitima, por el
femicidio, violencia contra las mujeres y contrario, la división entre sexo y amor,
violencia de género. El último es el que más con el resultado de que se están perdiendo
se ha generalizado, pero, pese a ello, la parte del mundo de las emociones deriva-
autora no oculta que también es objeto de das de la generosidad y el sacrificio que se
críticas por quienes consideran que puede desprende del amor, pero ello forma parte
referirse también a la violencia de mujeres de sus privilegios y, en última instancia, de
a hombres y proponen como alternativa el su autonomía, que temen perder.
concepto de violencia masculina contra las En el capítulo 2 se analizan las agresio-
mujeres. nes sexuales como una forma de control
Es cierto que las mujeres también masculino de las mujeres. Este enfoque es
agreden a los hombres, pero existen diver- determinante: “cuando se esgrime que la
gencias importantes entre las violencias violación constituye un atentado contra la
de mujeres y hombres que no se deben libertad individual y colectiva de las mujeres
obviar. Así, ellos agreden mucho más que se está queriendo resaltar la forma en que,
las mujeres, lo hacen de forma más violenta no ya sólo la violación en sí sino el temor a
y con una finalidad diferente: controlar las ser violadas, representa una constatación
vidas de aquéllas. Esta última diferencia palpable de la devaluación, objetualización

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y carencia de autonomía de las mujeres, lo tengan más posibilidades que otras de


cual actúa como mecanismo de dependen- ser víctimas de violencia de género. Por
cia y sujeción al control masculino” (p. 59). tanto, y contrariamente a determinados
¿Por qué se dan tantas agresiones sexua- planteamientos feministas, va a insistir en
les de hombres a mujeres? Osborne que la desigualdad de género no es el único
responde a esta cuestión destacando motivo que explica tal violencia.
algunas causas estructurales. En primer Argumenta más si cabe lo anterior
lugar, la tradición histórica que atribuye a haciendo referencia a cómo “los enfoques
la sexualidad masculina unas necesidades poscoloniales o con perspectiva queer
irrefrenables de naturaleza sexual y de vienen cuestionando que sólo el género
dominio de las mujeres, mientras que a sea capaz de explicar todas las opresiones
ellas se les niega una sexualidad propia. que sufren las mujeres. El concepto de
Segundo, los mitos en torno a la violación interseccionalidad se ha abierto paso para
que culpan a las mujeres de ser violadas, señalar que un análisis más aproximado
que le restan importancia al problema o a la realidad de cada quien reconoce que
que consideran que los agresores son unos los factores son diversos y múltiples las
psicópatas. Tercero, la prevalencia de la opresiones que convergen en las personas:
violencia sexual en las familias; ni siquiera factores de clase, de nacionalidad, de etnia,
en sus propios hogares las mujeres y las de orientación sexual, de edad, de religión
niñas están a salvo de ser víctimas de o de cultura se unen al género para marcar
agresiones y abusos sexuales de maridos, nuestra posición en la vida” (p. 86).
padres, hermanos u otros familiares mascu- Asumiendo la complejidad de la vio-
linos. Finalmente, hay que tener en cuenta lencia de género, introduce otro hecho
que “las agresiones y los abusos sexuales, objetivo: el número de mujeres muertas
y en sentido más amplio, la violencia de a manos de sus parejas o exparejas se
género, resultan delitos en apariencia mantiene alto, por lo que se habla de una
muy denostados pero en los que llama la “cifra estructural” de muertas. Tal vez se
atención la notable impunidad con que a entienda bien este hecho si se recuerda
menudo actúan los agresores” (p. 77). que los cambios sociales y legislativos
Llegamos al capítulo 3, el más extenso que han introducido más igualdad entre
del libro, en el que se abordan los malos mujeres y hombres constatan la correlación
tratos en las relaciones de pareja. La autora “a menor subordinación, mayor violencia”.
parte de una serie de consideraciones Objetivamente, también se asume que
generales, que se sintetizan en lo siguiente: para visibilizar la violencia es fundamental
“todas las mujeres podemos ser víctimas de disponer de datos estadísticos y Osborne
violencia de género, pero <<unas más que se detiene en un análisis detallado de las
otras>> dependiendo de la concurrencia tres Macroencuestas (2000, 2002 y 2006)
de ciertos factores” (p. 86). Factores como realizadas en España hasta la fecha de
la edad, la clase social y la nacionalidad publicación de este libro. En ellas se analiza
son fundamentales para explicar por la violencia llamada entonces doméstica y
qué es más probable que unas mujeres se distingue entre maltrato técnico (mujeres

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consideradas técnicamente maltratadas y barreras externas sociales. El concepto


por sus respuestas a una batería de del ciclo de la violencia también es clave
preguntas) y maltrato declarado (mujeres para entenderlo, ya que describe las fases
que se autoclasifican como maltratadas). del proceso de una relación de maltrato
Además, dos de los aspectos que más en la que el maltratador persigue anular la
merecen destacarse son el relativo al personalidad de su compañera y lograr que
tamaño de las muestras utilizadas (20.552 dependa totalmente de él.
y 32.426 mujeres mayores de edad, en El análisis de los malos tratos en las
la de 2000 y 2006, respectivamente) y la relaciones de pareja se completa con la
comparación de las maltratadas con la referencia obligada a la Ley Orgánica
población femenina total. 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de
Pero no sólo destaca las virtudes de protección integral contra la violencia de
las Macroencuestas, también introduce género (designada habitualmente como
cuestiones que considera discutibles. Ley Integral). Se trata de una ley que ha
Sobre todo insiste en que se mezclan sido –y continúa siendo– muy alabada
situaciones sexistas y de maltrato que son y, al mismo tiempo, bastante criticada,
muy diferentes; igualmente, defiende que circunstancia que la autora describe a la
se establece una relación de causa-efecto perfección. Por una parte, resalta que fue
entre el sexismo y la violencia que no acogida como un instrumento necesario
es totalmente cierta. También cuestiona para atajar la violencia contra las mujeres
el que las Macroencuestas no analicen y supuso el reconocimiento formal de que
las cifras de las situaciones de violencia no se trata de un problema privado, sino
perpetradas por mujeres y, a su juicio, en social, de derechos humanos; igualmente,
consonancia con lo expresado ya en el introduce una visión integral que también
capítulo 1, “se podría haber señalado que ha sido merecedora de alabanzas. Sin
las cantidades de una y otra violencia no embargo, por otra parte, las críticas han
son comparables, así como que la violencia cuestionado aspectos tales como el objeto
de mujer a hombre no viene amparada por mismo de la ley y la “excesiva” judicializa-
una ideología que apoya la dominación y ción del problema. Recordemos que su
el control a los hombres por parte de las objeto es la violencia que se produce en
mujeres. Mencionar y tener en cuenta la las relaciones de pareja heterosexuales de
violencia perpetrada por las mujeres no hombres a mujeres, por tanto, no engloba
tiene que rebajar un ápice la gravedad de otras violencias que las mujeres sufren por
la violencia de hombres a mujeres” (p. 101). el hecho de ser mujeres. Y en cuanto a la
Otro tema relevante es el tiempo que las “excesiva” judicialización del problema, las
mujeres víctimas de malos tratos aguan- críticas coinciden en que implica la preemi-
tan al lado de una pareja que tanto daño nencia de los aspectos penales sobre los
les hace. Osborne analiza aportaciones relativos a la prevención y asistencia a las
teóricas que lo explican a partir de ele- víctimas y agresores. En este punto, es
mentos como el masoquismo femenino, importante reseñar que: “Una recomen-
condicionamientos internos psicológicos dación del Consejo de Europa de 2002

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señalaba que la atención a las víctimas de En el ámbito europeo comunitario hay que
esta violencia no debe depender de la pre- esperar a 1986 para que se recomiende
sentación previa de denuncia. Sin embargo, a sus estados miembros combatirlo; y en
la Ley Integral ha supeditado la obtención España, se empieza a asumir su gravedad
de ayudas económicas, derechos laborales a partir de 1987.
y prestaciones de la seguridad social a la En palabras de Osborne, “la mujer que
obtención de la orden de protección” (p. lo padece lo vive como una agresión a su
119). Osborne no se queda aquí, va más dignidad, como una vejación, profesional
allá: “En el Informe de Amnistía se apunta a y personal a la vez” (p. 140). Concreta-
que uno de los efectos indeseados de estos mente, en el ámbito laboral, existe un doble
requisitos es que se puede estar “forzando” discurso sobre la sexualidad: “las manifes-
a muchas mujeres que no lo desean –y taciones en torno a la misma por parte de
está claro a tenor de las estadísticas que los varones son una demostración de su
muchas no lo desean– a que se metan potencia, de su naturaleza y es algo para
por la vía judicial. Si lo que se necesita, lo que están legitimados. La misma mani-
obviamente, es algún tipo de acreditación festación por parte de una mujer la hace
de que se está padeciendo esta violencia, sospechosa de utilización de la sexualidad
Amnistía apunta a otros posibles caminos como un vehículo “para conseguir algo a
como informes de trabajadores sociales o través del deseo masculino” (p. 142).
profesionales de atención primaria como Hay características que favorecen la
fuentes más que solventes para semejante vulnerabilidad de las mujeres ante situacio-
acreditación” (p. 120). nes de acoso: el estado civil, la precariedad
Se termina este capítulo con una en el empleo y el pertenecer a una minoría
reflexión sobre los tratamientos de reha- con escasa aceptación o integración social.
bilitación de los agresores. La autora es Un mito muy extendido es que el acoso es
partidaria de los mismos y reconoce que la siempre un abuso de poder de un jefe a
Ley Integral, que los contempla, no se está una subordinada; sin embargo, no siempre
cumpliendo, por lo que muchos agresores es una cuestión de jerarquía y se da entre
no están recibiendo tratamiento debido a la iguales. También es un mito asumir que
falta de programas de rehabilitación y de la mejor estrategia frente al acoso es la
centros para impartirlos. denuncia formal, pero se recurre poco a
El acoso sexual es un tipo de violencia ella; las afectadas suelen optar por estra-
que también sufren más las mujeres que tegias defensivas, que les pueden permitir
los hombres, por ser una manifestación solucionar el problema de manera informal.
del poder patriarcal, y en el capítulo 4 se No obstante, lo deseable sería que estados,
describen sus principales características e sindicatos y empresarios asumieran su res-
implicaciones. ponsabilidad en la materia y establecieran
El movimiento feminista de Estados las condiciones laborales que impidiesen
Unidos es el primero en identificar como el acoso. En España, la Ley de Igualdad
problema el acoso sexual, en la segunda propone códigos de buenas prácticas en
mitad de los años setenta del siglo pasado. materia de acoso sexual.

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El último capítulo, “Mujeres, guerra defensa de la patria. Se las ha tratado de


y violencia de género”, aborda la parti- convencer de que éstos no son realmente
cipación de las mujeres en las guerras. suyos sino que pertenecen a una comu-
El punto de partida es el reconocimiento nidad más amplia: los hijos son entonces
histórico del papel activo de los hombres públicos y deben ser entregados a un ente
en los conflictos bélicos, mientras que a las superior, llámese patria o humanidad” (pp.
mujeres se las ha considerado pacifistas y 165-166).
se ha ocultado su participación activa en También analiza el reciente acceso de
los mismos. las mujeres a los ejércitos, durante mucho
La investigación feminista contempo- tiempo prohibido. Se ha convertido en una
ránea ha evidenciado el androcentrismo salida laboral para la población femenina,
de esta manera de contar la historia que aunque existen resistencias para que se
perpetúa la división clásica de funciones. Lo consolide su participación en igualdad de
ha hecho, sacando a la luz el protagonismo condiciones con los hombres.
activo de las mujeres en las guerras y La denuncia de la autora de la tolerancia
desmontado el mito del supuesto pacifismo hacia la violencia sexual contra las mujeres
femenino. en los conflictos armados es central en este
Osborne describe cómo la función capítulo y con ella terminamos: “Mucho se
maternal de las mujeres ha sido su nexo ha tardado en reconocer la importancia y la
con la guerra: “la llamada más frecuente a gravedad de la violencia contra las mujeres
las mujeres para participar en lo militar ha como estrategias integradas en las políticas
derivado siempre de la división patriarcal de estado para vencer al enemigo” (p. 178).
que las ha relegado al cuidado de los hijos
en la esfera privada. Cuando los políticos
han necesitado a los jóvenes para el
reclutamiento militar, las fronteras entre la Isabel Jiménez Carrasco
maternidad pública y privada se han visto Profesora tutora de la UNED
desdibujadas y se ha alentado a las madres Centro Asociado de Cádiz
para que entreguen a sus hijos para la

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