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EL JUEGO INFANTIL Y SU METODOLOGÍA

El papel del
profesional en el
juego

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/ 1. Introducción y contextualización práctica 3

/ 2. Papel del educador 4


2.1. Observar 4
2.2. Acompañar 4
2.3. Dirigir 4
2.4. Dejar hacer 5
2.5. Los juicios 5
2.6. Las expectativas 6

/ 3. Caso práctico 1: “En el arenero” 6

/ 4. Finalidad del Juego e influencia del adulto 7


4.1. Según el menor 7
4.2. El juego sin objetivo aparente 7
4.3. Cuando se antepone el interés del adulto 7
4.4. Posibles roles del profesional 8

/ 5. Entonces ¿qué hace el profesional? 8

/ 6. Caso práctico 2: “El caso de Meri” 9

/ 7. Mitos sobre la labor profesional con la infancia 9

/ 8. Resumen y resolución del caso práctico de la unidad 10

/ 9. Bibliografía 11

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bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción, transmisión y distribución total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
Conocer las distintas formas de intervención del educador en el juego.

Valorar distintos acercamientos al juego.

Conocer las implicaciones del rol en el desarrollo del menor.

/ 1. Introducción y contextualización práctica


Nos adentramos en nuevos conceptos acerca del rol del profesional, observar,
acompañar y dirigir, y sus implicaciones en el desarrollo del menor, junto con
las premisas de juego libre que incluyen el dejar hacer, el no juzgar, el no
interrumpir…

Esta unidad habla de cómo influye nuestro rol y qué tipos de rol hay junto
con información acerca de las repercusiones en el juego.

A continuación, vamos a plantear un caso práctico a través del cual podremos


aproximarnos de forma práctica a la teoría de este tema. Fig.1. Cómo aprenden los menores

Escucha el siguiente audio donde planteamos la contextualización práctica de este tema, encontrarás su resolución
en el apartado Resumen y Resolución del caso práctico.

Audio Intro. “El tobogán”


https://bit.ly/3v89EmU
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
El juego infantil y su metodología /4

/ 2. Papel del educador


El adulto que está al cargo de los menores es un adulto referente, todo lo que realice va a ser ejemplo en el que
fijarse y reconocerse. Cómo actúa, cómo responde a las demandas, cómo se relaciona con las personas, pequeñas y
grandes, cómo se mueve, cómo gesticula… Todo su ser es espejo y reflejo para los niños y niñas.

La respuesta ante situaciones cotidianas, sobre todo la respuesta emocional, es información clave, es aprendizaje.
Tenemos la obligación profesional de aprender a observar todos los aprendizajes y contenidos que tiene cada juego,
no cada material, sino cada juego individual. Se abre, así, un imponente rol que va a definir muchas bases del futuro
adulto de los pequeños que ahora tenemos ante nosotros. Existen las siguientes premisas básicas:

• El niño y la niña son los protagonistas del juego, siendo ellos los que deciden a qué jugar y cómo.

• El juego está siempre bien, no hay error en el juego.

• Respetar a la persona es respetar su juego.

2.1. Observar
Parece que el adulto que se “limita” a observar es un profesional que no hace nada, concepto bien lejano a la realidad.
Observar necesita de un adulto totalmente conectado con las necesidades e intereses de los menores que les permita
ser.

Es dejar hacer sin interferir en las dinámicas y relaciones que se dan en el juego, actuando para salvaguardar la
seguridad física y emocional de los menores. Los límites básicos en la educación activa hacen referencia a la seguridad
física, sin agresiones, seguridad emocional, actuando ante el malestar, y el buen trato a los materiales. Necesita de
un adulto que se libere de sus necesidades, sus intereses, sus pretensiones, sus miedos, sus bloqueos… y permita a la
persona que tiene enfrente ser.

2.2. Acompañar
Acompañar los procesos de vida de las personas requiere de un adulto que sepa esperar, que controle su necesidad
de resolución y dé tiempo para que cada ser que acompaña llegue por sí mismo a la meta. Es tener presente a la
otra persona y, sin juicios ni expectativas, atender su individualidad, dar respuesta real a su proceso vital. Es permitir
a la otra persona tener su propio ritmo y su propio interés, confiando en las capacidades innatas de aprendizaje,
desarrollo y conocimiento. Confiar en que lo que hace en ese momento es lo necesario. Es estar a su disposición.

Audio 1. “Efecto Pigmalión”


https://bit.ly/3zg2oIG

2.3. Dirigir
En el momento en que el adulto dirige, el juego del menor ha desaparecido y pasa a ser un sujeto pasivo que lleva a
cabo las directrices del adulto. El menor puede disfrutar del tiempo lúdico dirigido, pero no es el concepto juego del
que hablamos. El juego ha de ser libre, placentero, dando respuesta al interés intrínseco del menor.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
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Dirigir el juego limita la expresión del menor, la creatividad y la iniciativa,


dado que priorizamos nuestra propuesta adulta. Coarta su autoestima y sus
intereses, ya que el mensaje que transmitimos de forma indirecta, es “tu
juego no es válido, realiza el que yo digo”. Destruye el juego real del menor
porque el adulto toma las riendas y el niño pierde la conexión interna con su
necesidad e interés, por lo que cada vez se hace más dependiente.

Parafraseando a Jordi Mateu, dirigir hace que el objetivo principal del juego
se pierda, pues la mirada del adulto es “No es suficiente con jugar (…) tiene
que haber algo más” Fig.2. Dirige el adulto

Recuerda...
En el tema 1 estuvimos hablando, en el apartado “El juego no se aprende”,
sobre el hecho de dirigir el juego. El jugar es por naturaleza, es innato. De
hecho, casi el 80% de los mamíferos juega.

2.4. Dejar hacer


Cuando permitimos ser, cuando permitimos hacer y deshacer, se nos muestra ante nosotros la plenitud del ser que
tenemos delante. Facilitar un espacio sin juicios y sin expectativas el menor puede ser él mismo y él mismo es mucho
más de lo que cualquier adulto podría mostrarle.

A vosotros, profesionales en formación, os invitamos a que os liberéis del currículum y de los objetivos desde una
visión estanca a la cual solo es posible acceder si se realizan actividades dirigidas. Abrid los ojos a lo que viene. Son
muchos los centros en España que están apostando por el juego libre como eje metodológico, como lo primordial y
necesario para el desarrollo y la salud del menor.

Recuperamos el ejemplo de Finlandia o de Noruega. En ambos países, la principal tarea del menor es jugar, jugar
libre, jugar con el acompañamiento y la mirada atenta de su referente. Se rigen a través del juego y éste marca si
necesitan sentarse o no.

Dejar hacer es dejar de lado las intenciones académicas del adulto en las que parece ser que si no está en el rol
de maestro que enseña es que no está haciendo nada. Permitir, investigar, crear, hacer, deshacer, pasear, correr…
aparentemente sin fin académico.

Investigamos...
Busca en la plataforma de Instagram el perfil “@desdequearriba” de una
educadora de infantil en Noruega. Revisa sus publicaciones del día a día
para comprobar su manera de trabajo diario.

2.5. Los juicios


Los juicios negativos hacia el juego del menor repercuten directamente de forma negativa en su autoestima.
Podríamos pensar que ante un juicio positivo estamos repercutiendo positivamente en la autoestima del menor,
pero reflexionemos en el uso de nuestras palabras y en lo que transmitimos con ello, reflexionemos en qué queremos
comunicar.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
El juego infantil y su metodología /6

Es posible que la respuesta primera que tengamos sea que lo hacemos “por potenciar su autoestima” ¿Acaso su
autoestima estaba mal antes de realizar una actividad? Si es así, hemos de realizar un trabajo profundo. La autoestima
se refuerza con una atención de respeto hacia el menor, de empatía y con las necesidades básicas cubiertas.

Debemos preguntarnos por qué tenemos la necesidad interna de aportar juicios de valor a todo lo que realizan los
menores ¿Es acaso el adulto que necesita la aprobación de otra persona un ser psicológicamente sano y autónomo?
Los juicios negativos y positivos limitan al menor y merman su autoestima.

2.6. Las expectativas


Las expectativas es lo que “esperamos de”. Es lo que esperamos que aprenda el menor, lo que esperamos que haga,
a lo que esperamos que juegue, lo que esperamos que utilice…

Las expectativas limitan al menor, pues tienen presión por agradar, por hacerlo mejor, por hacer más. Les hace pensar
“no soy suficiente”. Y, al mismo tiempo, limitan al adulto, ya que pierde la capacidad de observar la realidad y se centra
en el futuro al que quiere llegar. Limitan en el acompañamiento del menor, ya que no aprecia al menor por ser como es,
si no por lo que puede llegar a ser, ofreciendo un mensaje de “no merezco su atención hasta lograr lo que pide”

Las expectativas hacen que el menor pierda la seguridad en sí mismo, ya que


aquello que hace “nunca es suficiente”, por lo que su interés intrínseco se va
a ir mermando hasta ser dependiente de motivación y exigencia externa.
De la misma forma, el tener bajas expectativas hacia un menor le repercute
de forma negativa, dado que “no esperamos nada” de ellos, no confiamos en
que pueda hacerlo, y esto se traduce en un “no hacer” por parte los alumnos
y alumnas.

¿Entonces qué? Es la gran pregunta y, a veces, complicada de llevar a cabo.


La respuesta la hemos dado en todas las páginas que preceden: confiar, dejar
hacer, permitir, respetar, aceptar. El niño tiene un potencial interno que
hemos de dejar fluir a su ritmo. Fig.3. Expectativa vs realidad

/ 3. Caso práctico 1: “En el arenero”


Planteamiento: Rubén y Lucía, de dos años, están
jugando en el arenero. Tienen a su alcance las palas, los
cubos y han cogido algunos palos del jardín. Entre ellos
verbalizan la palabra tarta y se cantan cumpleaños feliz.

Nudo: Tú, que observas cerca, ves que los palos que están
usando, que simulan ser las velas de la tarta, los colocan
siempre al lado de la tarta, nunca encima. Por lo que te
diriges a ellos y les dices “las velas van aquí” mientras las
colocas en lo alto de la tarta. Rubén, enfadado, las vuelve
a colocar al lado de la tarta ¿Qué acabas de transmitirles
con este gesto y frase? ¿Qué ha pasado en su juego? Fig.4. Juegos en el arenero

Desenlace: Este acto aparentemente “educativo”, dado que tu intención es que sepan dónde van las velas, no ha
agradado a Rubén, quien se ha enfadado y las ha vuelto a colocar en el sitio que él les había otorgado. El mensaje
que les has transmitido es “tu opción no es válida, yo tengo la verdad y las velas van aquí”. Por lo que hemos atacado
directamente a su autoestima, a su juego simbólico y a su bienestar emocional – dado que se ha enfadado y su juego
ahora va a cambiar. El juego siempre está bien, nunca hay error.

* Como curiosidad, hay personas que ponen las velas aparte porque no les gusta que se sople en la tarta por higiene.
Quizá en casa de Rubén así lo hacen.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
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/ 4. Finalidad del Juego e influencia del adulto


4.1. Según el menor
Para entenderlo mejor, podemos basarnos en un ejemplo. Un niño de 4 años que recorta papel y pajitas de plástico,
las mete en un cuenco con agua y con la cuchara las saca. Ese es su juego, necesidad e interés intrínseco. La finalidad
del juego para el menor es cortar pajita, cortar papel, sumergir ambos, sacarlos. Los actos que está realizando es el
juego, sin ir más allá del puro placer de realizarlo.

La finalidad del juego para el adulto es lo complicado aquí ¿Por qué hemos de buscarle una finalidad más allá de lo
que vemos? ¿Por qué necesitamos aportar nuestro “granito” de conocimiento? Podríamos aprovechar la tesitura
para hablar sobre las cualidades del material, sobre la densidad, el que flota y el que no, para corregir la posición de
la mano en la tijera, la posición en el agarre de la cuchara… Pero, en ningún caso, estaría dando una respuesta real a
su interés.

Y, muy posiblemente, cuando nos adentremos más allá de lo que es su juego, el menor pierda el interés, o podría
sentir que lo que está haciendo no es suficiente y deje el juego para acudir a otro lugar.

4.2. El juego sin objetivo aparente


El niño juega por jugar, sin un objetivo aparente a ojos del adulto, pues
su objetivo es el mero placer de la acción. A medida que van creciendo,
su objetivo se va enfocando en quehaceres, aunque si se ha realizado un
acompañamiento libre de expectativas continúa presente el juego por puro
placer. Lo que el adulto ha de aprender a ver es la cantidad de acciones que
realizan en el transcurso de su juego y extrapolarlos a los objetivos actuales
del currículum de educación infantil.

El juego tiene el objetivo primordial de generar placer en quien lo realiza y


ése es el que hemos de salvaguardar.

Ante un niño o niña que está jugando con piedras, a amontonarlas en una
superficie, el adulto le busca la finalidad con preguntas ¿Estás haciendo un
castillo? O afirmaciones, “menuda tarta tan grande”. El menor, que no tenía
ningún foco, crea en su imaginario que eso es un castillo, o una tarta y a
partir de eso entiende que para que el adulto permita el juego con las piedras
es porque ha de hacer algo. Fig.5. En el parque con las piedras

4.3. Cuando se antepone el interés del adulto


Cuando el menor es preguntado sobre el por qué y el para qué de su juego se limita la espontaneidad del juego.

Al menor le gusta agradar, necesita aprobación. Ante esta pregunta entiende que aquello que haga ha de tener una
finalidad, para así poder agradar al adulto. Entonces, va a crear en su imaginario un fin, para, así, trasladárselo al
adulto y que éste le permita continuar con su juego. Pero la espontaneidad se ha perdido.

Si consideramos al menor como ser pleno, que tiene poder de decisión, dispone de sabiduría interna para hacer y
deshacer, crear, explorar e investigar ¿por qué cuesta confiar en su juego?

La autorregulación está en todos los seres vivos. Un ejemplo muy extendido es la semilla que tiene en su interior la
información para saber cuándo ha de germinar, cuándo ha de salir al exterior, cuándo ha de florecer, etc. La infancia
tiene en su interior la información para saber cuándo andar, a qué jugar, cómo jugar, etc.
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El juego infantil y su metodología /8

Hemos de adentrarnos en un enfoque sistémico de la educación que permita observar todo el potencial interno del
que se dispone.

Aprender a observar, sin juicios y sin expectativas, es un proceso de desarrollo y conocimiento que ha de realizar el
adulto.

Enlaces de interés...
La Red de Educación Libre de Catalunya dispone de varias formaciones
a profesionales al respecto. Entra e investiga en la web: https://
educaciolliure.org/es/

4.4. Posibles roles del profesional


Esta clasificación de tipos de rol del adulto junto con sus implicaciones, está extraída de la charla de Jordi Mateu.

Directivo. Dirigir, guiar, enseñar. Transmite que el adulto tiene la verdad y no puede aprender. El juego lo marca el
adulto.

Motivador. Estimular, acelerar. Tiene que haber un objetivo en lo que haces y el interés es externo, está en el adulto.

Excluyente. El adulto lo resuelve. Hay que cumplir con el resultado y como tú no eres capaz lo hago yo. En el juego
se excluye al menor.

Protector. Evita la frustración del menor. Yo te ayudo que así es más fácil y
no sufres. Hay muchas normas y límites en el juego.

Ausente. No acompaña ni está presente. Esto es muy fácil y no necesitas mi


acompañamiento. Transmite al menor que no es merecedor de tener una
figura de referencia.

Igualitario. Estamos al mismo nivel, somos iguales. La autoridad es negativa


y frustrante. En el juego no hay ningún tipo de normas. Fig.6. Rol del profesor igualitario

/ 5. Entonces ¿qué hace el profesional?


Dada toda la información aportada, la gran pregunta que nos puede surgir es la siguiente ¿Y entonces, yo qué hago?
Eres profesional de la educación especializado en la etapa de 0-6 años, tus conocimientos son básicos para poder
atender a las necesidades de los menores.

El adulto ha de velar por la seguridad de los menores, eso implica la seguridad emocional y la seguridad física, lo
hemos visto en el apartado 3. El adulto ha de acompañar las necesidades reales de los menores, siendo las básicas
la presencia física y la emocional. Una vez ésta está cubierta, deberá atender el resto de necesidades que puedan
surgir. El adulto ha de observar qué tipos de juego realiza cada menor para, así, conocer con más detalle a la persona
que acompañamos en su proceso vital.
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En esta observación, el adulto contempla si el juego del menor es intrínseco o


extrínseco, y actúa en consecuencia para aportar al menor las herramientas
necesarias para conectar con su interior. También nos permite conocer qué
materiales son los más utilizados y qué uso se les da, de forma que podemos
ampliar, reducir y cambiar los materiales para adecuarnos a los intereses y
necesidades.

Tus conocimientos técnicos de esta etapa son esenciales en el


acompañamiento adecuado del menor de una forma “indirecta”, pues no
repercuten directamente en el juego del menor. Fig.7. ¿Qué hago?

Video 1. “Espacio educativo El Cárabo”


https://bit.ly/3pEjueS

/ 6. Caso práctico 2: “El caso de Meri”


Planteamiento: Meri es una niña de 22 meses recién llegada al centro de educación infantil. Viene de otra escuela, la
cual ha adjuntado un informe psicopedagógico en el que, a modo de resumen, dice que Meri nunca va a alcanzar los
hitos de desarrollo establecidos por el currículum, puesto que no pone interés en ninguna actividad que se organiza.
En la reunión con los padres es latente el pesar y la preocupación hacia su hija.

Nudo: En tu aula os regís por los intereses propios de cada niño, de modo
que cada uno acude allá donde considera. Según el informe, Meri no tiene
interés, pero pone explícitamente que el nulo interés es en las actividades
que se organizan. Decides obviar el informe y observar y acompañar a Meri
“desde cero”, sin (pre)juicios ni expectativas.

Desenlace: Dado que aquí no hay actividades organizadas, al principio está


desubicada y no encuentra su lugar en el aula. Va rondado por la sala a espera
que haya “algo que hacer”.

A las dos semanas se interesa por un material con el cual está toda la jornada.
En la tercera semana se mueve libremente por el espacio y va usando y
tocando todos los materiales, actitud normal cuando recién descubres que
tienes el mundo a tu alcance. Al mes y una semana, Meri ha conectado con
su ser y dedica la mañana a sus intereses y necesidades. Es un claro ejemplo Fig.8. Meri se interesa por materiales y
de u adulto y un menor liberados de juicios y expectativas. descubre lo que tiene a su alcance

/ 7. Mitos sobre la labor profesional con la infancia


Lo diferente impone y saca a relucir nuestros miedos y los de todo el colectivo profesional, pues el desconocimiento
es traicionero. A lo largo de esta unidad hemos expuesto una forma de hacer del educador que difiere de lo que se
ha hecho hasta ahora, y que, en algunos centros, aún continúa. Pero es, también, lo que sí se realiza en otros centros
educativos, lo que nos permite observar a los menores a corto y a largo plazo y desmentir muchos de los mitos que
sobrevuelan en este tipo de acompañamiento.
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El juego infantil y su metodología / 10

Mitos más comunes:

• No hay límites ni normas, todo vale. Los límites y las normas existen,
en menor cantidad, dado que, en un espacio preparado y seguro, hay
que velar por el respeto hacia el otro.

• Hacen lo que ellos quieren y perdemos autoridad. Ambos conceptos


son complementarios, la toma de decisiones por parte de los menores
no resta la autoridad del adulto.

• No hacen nada. Cuando permitimos al menor estar conectado con su


interés intrínseco y llevarlos a término, su actividad no cesa.

• Nunca aprenden conceptos académicos. Dentro de sus intereses está


el saber leer, escribir y las matemáticas, así como las ciencias naturales,
las sociales, ética… Tienen interés en comprender el mundo.

Como bien decimos, son mitos. Es por ello que es importante como
profesionales que investigamos, que acudamos a centros donde llevan años
acompañando bajo esta mirada y podamos tener una visión crítica de qué
aporta a los menores esta pedagogía a corto, medio y largo plazo. Fig.9. Dejemos la mitología donde corresponde

/ 8. Resumen y resolución del caso práctico de la unidad


A lo largo de la unidad hemos hablado del rol del educador, sobre qué significa acompañar y observar el juego y qué
implicaciones tienen nuestros actos como referentes de los menores.

Para ello, hemos hablado sobre juicios y expectativas, nuestra implicación, objetivos y finalidades del juego.
Finalizamos la unidad con los mitos que engloban a este enfoque pedagógico.

Observar

Acompañar
EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO

Papel del educador Dirigir Según el menor

Dejar hacer Sin objetivo aparente

Los juicios Cuando se antepone el interés del adulto

Las expectativas Posibles roles del profesional


Finalidad del juego e
influencia del adulto

Entonces qué hace el profesional

Mitos sobre la labor profesional con la infancia

Fig.10. Esquema resumen del tema


TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
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Resolución del caso práctico de la unidad


El rol del adulto, a sabiendas de la fuerza que ejerce como espejo y reflejo en la autoestima del menor, puede limitar el
desarrollo del niño. Siempre hay implicaciones en el desarrollo con nuestra forma de relacionarnos con los menores.

El adulto que dirige y lo coge limita el juego del menor, su expresión, interés y necesidad. Se adelanta a la demanda
real, coarta su desarrollo motriz, transmite “no eres válido, me necesitas para subir”.

Es posible que no quisiera subir al tobogán, simplemente observar los escalones, es posible que su juego fuera mirar
a los demás desde abajo, es posible que… Es muy importante que el adulto aprenda a observar y acompañar.

El adulto que acompaña sencillamente pregunta por su necesidad, recuerda al menor su presencia, acompaña los
movimientos del menor, ofrece una respuesta real a su necesidad. Trasmite al menor “tu interés es válido, tú puedes
hacerlo”.

Aún podríamos ir más allá y acomodar un tronco a modo de escalón previo para, así, tampoco depender de las
manos del adulto.

/ 9. Bibliografía
Mateu, J. (s.f.). Qué entendemos por acompañar la infancia. Recuperado de: https://www.youtube.com/
watch?v=HwlnGTIwLjE

Imagine Elephants. Una experiencia sobre el juego y la infancia. (s.f.). Imagine Elephants. Recuperado de: http://
imaginelephants.com/es/

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