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9 PDF. El Papel Del Profesional en El Juego
9 PDF. El Papel Del Profesional en El Juego
El papel del
profesional en el
juego
9
/ 1. Introducción y contextualización práctica 3
/ 9. Bibliografía 11
© MEDAC
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Conocer las distintas formas de intervención del educador en el juego.
Esta unidad habla de cómo influye nuestro rol y qué tipos de rol hay junto
con información acerca de las repercusiones en el juego.
Escucha el siguiente audio donde planteamos la contextualización práctica de este tema, encontrarás su resolución
en el apartado Resumen y Resolución del caso práctico.
La respuesta ante situaciones cotidianas, sobre todo la respuesta emocional, es información clave, es aprendizaje.
Tenemos la obligación profesional de aprender a observar todos los aprendizajes y contenidos que tiene cada juego,
no cada material, sino cada juego individual. Se abre, así, un imponente rol que va a definir muchas bases del futuro
adulto de los pequeños que ahora tenemos ante nosotros. Existen las siguientes premisas básicas:
• El niño y la niña son los protagonistas del juego, siendo ellos los que deciden a qué jugar y cómo.
2.1. Observar
Parece que el adulto que se “limita” a observar es un profesional que no hace nada, concepto bien lejano a la realidad.
Observar necesita de un adulto totalmente conectado con las necesidades e intereses de los menores que les permita
ser.
Es dejar hacer sin interferir en las dinámicas y relaciones que se dan en el juego, actuando para salvaguardar la
seguridad física y emocional de los menores. Los límites básicos en la educación activa hacen referencia a la seguridad
física, sin agresiones, seguridad emocional, actuando ante el malestar, y el buen trato a los materiales. Necesita de
un adulto que se libere de sus necesidades, sus intereses, sus pretensiones, sus miedos, sus bloqueos… y permita a la
persona que tiene enfrente ser.
2.2. Acompañar
Acompañar los procesos de vida de las personas requiere de un adulto que sepa esperar, que controle su necesidad
de resolución y dé tiempo para que cada ser que acompaña llegue por sí mismo a la meta. Es tener presente a la
otra persona y, sin juicios ni expectativas, atender su individualidad, dar respuesta real a su proceso vital. Es permitir
a la otra persona tener su propio ritmo y su propio interés, confiando en las capacidades innatas de aprendizaje,
desarrollo y conocimiento. Confiar en que lo que hace en ese momento es lo necesario. Es estar a su disposición.
2.3. Dirigir
En el momento en que el adulto dirige, el juego del menor ha desaparecido y pasa a ser un sujeto pasivo que lleva a
cabo las directrices del adulto. El menor puede disfrutar del tiempo lúdico dirigido, pero no es el concepto juego del
que hablamos. El juego ha de ser libre, placentero, dando respuesta al interés intrínseco del menor.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
/5 MEDAC · Instituto Oficial de Formación Profesional
Parafraseando a Jordi Mateu, dirigir hace que el objetivo principal del juego
se pierda, pues la mirada del adulto es “No es suficiente con jugar (…) tiene
que haber algo más” Fig.2. Dirige el adulto
Recuerda...
En el tema 1 estuvimos hablando, en el apartado “El juego no se aprende”,
sobre el hecho de dirigir el juego. El jugar es por naturaleza, es innato. De
hecho, casi el 80% de los mamíferos juega.
A vosotros, profesionales en formación, os invitamos a que os liberéis del currículum y de los objetivos desde una
visión estanca a la cual solo es posible acceder si se realizan actividades dirigidas. Abrid los ojos a lo que viene. Son
muchos los centros en España que están apostando por el juego libre como eje metodológico, como lo primordial y
necesario para el desarrollo y la salud del menor.
Recuperamos el ejemplo de Finlandia o de Noruega. En ambos países, la principal tarea del menor es jugar, jugar
libre, jugar con el acompañamiento y la mirada atenta de su referente. Se rigen a través del juego y éste marca si
necesitan sentarse o no.
Dejar hacer es dejar de lado las intenciones académicas del adulto en las que parece ser que si no está en el rol
de maestro que enseña es que no está haciendo nada. Permitir, investigar, crear, hacer, deshacer, pasear, correr…
aparentemente sin fin académico.
Investigamos...
Busca en la plataforma de Instagram el perfil “@desdequearriba” de una
educadora de infantil en Noruega. Revisa sus publicaciones del día a día
para comprobar su manera de trabajo diario.
Es posible que la respuesta primera que tengamos sea que lo hacemos “por potenciar su autoestima” ¿Acaso su
autoestima estaba mal antes de realizar una actividad? Si es así, hemos de realizar un trabajo profundo. La autoestima
se refuerza con una atención de respeto hacia el menor, de empatía y con las necesidades básicas cubiertas.
Debemos preguntarnos por qué tenemos la necesidad interna de aportar juicios de valor a todo lo que realizan los
menores ¿Es acaso el adulto que necesita la aprobación de otra persona un ser psicológicamente sano y autónomo?
Los juicios negativos y positivos limitan al menor y merman su autoestima.
Las expectativas limitan al menor, pues tienen presión por agradar, por hacerlo mejor, por hacer más. Les hace pensar
“no soy suficiente”. Y, al mismo tiempo, limitan al adulto, ya que pierde la capacidad de observar la realidad y se centra
en el futuro al que quiere llegar. Limitan en el acompañamiento del menor, ya que no aprecia al menor por ser como es,
si no por lo que puede llegar a ser, ofreciendo un mensaje de “no merezco su atención hasta lograr lo que pide”
Nudo: Tú, que observas cerca, ves que los palos que están
usando, que simulan ser las velas de la tarta, los colocan
siempre al lado de la tarta, nunca encima. Por lo que te
diriges a ellos y les dices “las velas van aquí” mientras las
colocas en lo alto de la tarta. Rubén, enfadado, las vuelve
a colocar al lado de la tarta ¿Qué acabas de transmitirles
con este gesto y frase? ¿Qué ha pasado en su juego? Fig.4. Juegos en el arenero
Desenlace: Este acto aparentemente “educativo”, dado que tu intención es que sepan dónde van las velas, no ha
agradado a Rubén, quien se ha enfadado y las ha vuelto a colocar en el sitio que él les había otorgado. El mensaje
que les has transmitido es “tu opción no es válida, yo tengo la verdad y las velas van aquí”. Por lo que hemos atacado
directamente a su autoestima, a su juego simbólico y a su bienestar emocional – dado que se ha enfadado y su juego
ahora va a cambiar. El juego siempre está bien, nunca hay error.
* Como curiosidad, hay personas que ponen las velas aparte porque no les gusta que se sople en la tarta por higiene.
Quizá en casa de Rubén así lo hacen.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
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La finalidad del juego para el adulto es lo complicado aquí ¿Por qué hemos de buscarle una finalidad más allá de lo
que vemos? ¿Por qué necesitamos aportar nuestro “granito” de conocimiento? Podríamos aprovechar la tesitura
para hablar sobre las cualidades del material, sobre la densidad, el que flota y el que no, para corregir la posición de
la mano en la tijera, la posición en el agarre de la cuchara… Pero, en ningún caso, estaría dando una respuesta real a
su interés.
Y, muy posiblemente, cuando nos adentremos más allá de lo que es su juego, el menor pierda el interés, o podría
sentir que lo que está haciendo no es suficiente y deje el juego para acudir a otro lugar.
Ante un niño o niña que está jugando con piedras, a amontonarlas en una
superficie, el adulto le busca la finalidad con preguntas ¿Estás haciendo un
castillo? O afirmaciones, “menuda tarta tan grande”. El menor, que no tenía
ningún foco, crea en su imaginario que eso es un castillo, o una tarta y a
partir de eso entiende que para que el adulto permita el juego con las piedras
es porque ha de hacer algo. Fig.5. En el parque con las piedras
Al menor le gusta agradar, necesita aprobación. Ante esta pregunta entiende que aquello que haga ha de tener una
finalidad, para así poder agradar al adulto. Entonces, va a crear en su imaginario un fin, para, así, trasladárselo al
adulto y que éste le permita continuar con su juego. Pero la espontaneidad se ha perdido.
Si consideramos al menor como ser pleno, que tiene poder de decisión, dispone de sabiduría interna para hacer y
deshacer, crear, explorar e investigar ¿por qué cuesta confiar en su juego?
La autorregulación está en todos los seres vivos. Un ejemplo muy extendido es la semilla que tiene en su interior la
información para saber cuándo ha de germinar, cuándo ha de salir al exterior, cuándo ha de florecer, etc. La infancia
tiene en su interior la información para saber cuándo andar, a qué jugar, cómo jugar, etc.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
El juego infantil y su metodología /8
Hemos de adentrarnos en un enfoque sistémico de la educación que permita observar todo el potencial interno del
que se dispone.
Aprender a observar, sin juicios y sin expectativas, es un proceso de desarrollo y conocimiento que ha de realizar el
adulto.
Enlaces de interés...
La Red de Educación Libre de Catalunya dispone de varias formaciones
a profesionales al respecto. Entra e investiga en la web: https://
educaciolliure.org/es/
Directivo. Dirigir, guiar, enseñar. Transmite que el adulto tiene la verdad y no puede aprender. El juego lo marca el
adulto.
Motivador. Estimular, acelerar. Tiene que haber un objetivo en lo que haces y el interés es externo, está en el adulto.
Excluyente. El adulto lo resuelve. Hay que cumplir con el resultado y como tú no eres capaz lo hago yo. En el juego
se excluye al menor.
Protector. Evita la frustración del menor. Yo te ayudo que así es más fácil y
no sufres. Hay muchas normas y límites en el juego.
El adulto ha de velar por la seguridad de los menores, eso implica la seguridad emocional y la seguridad física, lo
hemos visto en el apartado 3. El adulto ha de acompañar las necesidades reales de los menores, siendo las básicas
la presencia física y la emocional. Una vez ésta está cubierta, deberá atender el resto de necesidades que puedan
surgir. El adulto ha de observar qué tipos de juego realiza cada menor para, así, conocer con más detalle a la persona
que acompañamos en su proceso vital.
TEMA 9. EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
/9 MEDAC · Instituto Oficial de Formación Profesional
Nudo: En tu aula os regís por los intereses propios de cada niño, de modo
que cada uno acude allá donde considera. Según el informe, Meri no tiene
interés, pero pone explícitamente que el nulo interés es en las actividades
que se organizan. Decides obviar el informe y observar y acompañar a Meri
“desde cero”, sin (pre)juicios ni expectativas.
A las dos semanas se interesa por un material con el cual está toda la jornada.
En la tercera semana se mueve libremente por el espacio y va usando y
tocando todos los materiales, actitud normal cuando recién descubres que
tienes el mundo a tu alcance. Al mes y una semana, Meri ha conectado con
su ser y dedica la mañana a sus intereses y necesidades. Es un claro ejemplo Fig.8. Meri se interesa por materiales y
de u adulto y un menor liberados de juicios y expectativas. descubre lo que tiene a su alcance
• No hay límites ni normas, todo vale. Los límites y las normas existen,
en menor cantidad, dado que, en un espacio preparado y seguro, hay
que velar por el respeto hacia el otro.
Como bien decimos, son mitos. Es por ello que es importante como
profesionales que investigamos, que acudamos a centros donde llevan años
acompañando bajo esta mirada y podamos tener una visión crítica de qué
aporta a los menores esta pedagogía a corto, medio y largo plazo. Fig.9. Dejemos la mitología donde corresponde
Para ello, hemos hablado sobre juicios y expectativas, nuestra implicación, objetivos y finalidades del juego.
Finalizamos la unidad con los mitos que engloban a este enfoque pedagógico.
Observar
Acompañar
EL PAPEL DEL PROFESIONAL EN EL JUEGO
El adulto que dirige y lo coge limita el juego del menor, su expresión, interés y necesidad. Se adelanta a la demanda
real, coarta su desarrollo motriz, transmite “no eres válido, me necesitas para subir”.
Es posible que no quisiera subir al tobogán, simplemente observar los escalones, es posible que su juego fuera mirar
a los demás desde abajo, es posible que… Es muy importante que el adulto aprenda a observar y acompañar.
El adulto que acompaña sencillamente pregunta por su necesidad, recuerda al menor su presencia, acompaña los
movimientos del menor, ofrece una respuesta real a su necesidad. Trasmite al menor “tu interés es válido, tú puedes
hacerlo”.
Aún podríamos ir más allá y acomodar un tronco a modo de escalón previo para, así, tampoco depender de las
manos del adulto.
/ 9. Bibliografía
Mateu, J. (s.f.). Qué entendemos por acompañar la infancia. Recuperado de: https://www.youtube.com/
watch?v=HwlnGTIwLjE
Imagine Elephants. Una experiencia sobre el juego y la infancia. (s.f.). Imagine Elephants. Recuperado de: http://
imaginelephants.com/es/