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La lectura nos empieza introduciendo al tema dándonos una serie de conceptos, como “estilo de
desarrollo” y “modelo de desarrollo” pero ambos siendo limitantes a la hora de analizar el devenir
de la economía costarricense a lo largo de los años, debido a que el concepto estilo de desarrollo es
principalmente un concepto político, y evoca los conflictos, rupturas y eventuales negociaciones y
acuerdos, entre diversos actores sociales, donde también se toman en cuenta las influencias
externas, y cuya interacción con el país o sociedad imprime, finalmente, esos rasgos y tendencias
evolutivas dominantes; mientras que el concepto de modelo de desarrollo es un concepto que
circula más en estos ámbitos sociales, cuya definición es un tanto imprecisa, pero va mas relacionado
hacia el ámbito económico, pero también se relaciona un poco con lo político. Y es que la limitante
de estos dos conceptos es la unilateralidad, el énfasis en las luchas y procesos políticos en un caso;
la descripción de los rasgos de la economía en el otro. Debido a esto el autor nos propone el
concepto “proyecto histórico”, y en relación con el período 1984 y hasta la actualidad se refiere
propone el concepto “Proyecto Histórico Neoliberal” (PHN), el cual englobaría de una forma
compleja las diversas facetas que están presente y que interactúan para definir los rasgos
dominantes y las evoluciones principales del desarrollo de un país y una sociedad a lo largo de un
determinado período.
Donde el “proyecto histórico” se construye a lo largo de la línea del tiempo, recogiendo influencias
que vienen de un pasado relativamente remoto, en interacción con fuerzas de un pasado reciente y
del momento actual, y esas fuerzas pueden ser tanto internas como externas, donde en ambas se
reconocen los diferentes ámbitos de los cuales pueden venir, por ejemplo, puede haber factores
internos del orden económico como fuerzas externas que están vinculadas con la geopolítica.
Asimismo, el autor propone el concepto específico de “Proyecto Histórico Neoliberal” (PHN) para
caracterizar sintéticamente tantos los elementos estructurales como el devenir y evolución
dinámica de tales estructuras, durante el período 1984-2015 en Costa Rica.
Con respecto al concepto de neoliberal, es una teoría económica que resalta el egoísmo individual
y la búsqueda del provecho personal como las fuerzas motoras del desarrollo de las economías y
sociedades, y que afirman que los mercado capitalistas desregulados y sin interferencias, son
garantía de prosperidad económica puesto que poseen capacidades intrínsecas para lograr
equilibrios virtuosos de pleno empleo, también afirman que la intervención del estado debe de ser
la mínima indispensable, por lo cual su intervención en los mercados debería ser suprimida. Por
todo esto no es sorpresa que este sea un instrumento ideológico a favor de las corporaciones
transnacionales y el libre ir y venir de los capitales financieros globales hay solo un paso, que
generalmente se da sin la menor vacilación.
Esta ideología también conduce a procesos de apertura externa de la economía a los flujos del
comercio, y propician la privatización de la obra publica o servicios de salud y educación. Y como
nos menciona el autor sobre el neoliberalismo “o es una ideología que refleja determinadas
relaciones de poder, en correspondencia con lo cual termina entonces actuando como una
cobertura de justificación y apología que legitima determinadas políticas públicas favorables a los
intereses hegemónicos”
Antecedentes históricos
Con respecto a los antecedentes históricos encontramos que el periodo posterior a la crisis de los
ochenta del siglo XX como un período en el que ha predominado un determinado proyecto político-
ideológico que, en lo económico, ha conllevado imprimirle ciertas características dominantes a la
economía costarricense y que ese es el Proyecto Histórico Neoliberal (PHN). Y que desde finales de
los años cuarenta del siglo XX corresponde al del Proyecto Histórico Desarrollista y de Estado de
Bienestar.
También en este proyecto histórico neoliberal se gesta en una determinada matriz histórica, que a
su vez es geopolítica, económica e ideológica, y bajo influencias tanto externas como internas.
En relación con las influencias externas, tenemos al ascenso político de Reagan de EEUU y Thatcher
en Gran Bretaña, lo que a su vez significa el ascenso de una nueva ortodoxia económica, que
recupera las ideas viejas y las transforma, donde también se hace una reconstrucción de la destruida
teorización neoclásica, lo cual facilita la introducción de reformas políticas e institucionales que
facilitan los procesos de transnacionalización y potencial mundialización de los capitales y del
comercio.
Las influencias o factores internos están principalmente asociados a la severa crisis de 1980-82, la
cual sirve de acicate para que en Costa Rica se echaran raíces de aquellas ideas de la ortodoxia
económica, con su correlato ideológico en los programas de inspiración neoliberal.
El Proyecto Histórico Neoliberal en sus diversas etapas
Este periodo inicia tras la crisis de los ochenta y se extiende hasta la actualidad este marcado por
esa impronta neoliberal, y gira alrededor de la idea de la fe en los mercadores desregulados y más
bien son escépticos en el papel del estado. Por lo cual se opta por desarmar diversos mecanismos
proteccionistas y de intervención estatal. El modelo productivo se centrará en la producción para
los mercados externos, donde cada vez tendrá mas peso el capital extranjero.
• La primera: que dura hasta 1997 estaba centrada en lo que llamo “exportación ligera”,
todavía con una presencia dominante del capital nacional.
• La segunda, de abierta y agresiva transnacionalización, se enfoca de sobre manera en la
atracción de grandes corporaciones transnacionales de alta tecnología y de servicios. Esa
fase arranca hacia 1998 con el inicio de operaciones de Intel y culmina hacia 2005-2006.
• La tercera: muy hacia lo financiero, y dominada por el predominio del negocio financiero y
la entrada de grandes flujos de capitales y la revalorización tendencial del tipo de cambio,
lo que a su vez pone en cuestionamiento el aparato exportador anteriormente construido,
y se agudizan las tendencias a la concentración del ingreso y la riqueza en los sectores
vinculados a las finanzas y la especulación inmobiliaria
La primera fase
Durante esta fase se construye el aparato exportador y turístico, que todavía estaba bajo control del
capital nacional. Por lo cual Eduardo Lizano formula muchas propuestas con este espíritu neoliberal,
y el discurso lo que propugnaba es que el Estados debe sacar sus manos de los mercados, quedando
así anulado cuando de las actividades del turismo y la exportación se trataba. Podemos ver una
especie de transfiguración del proteccionismo, la cual viraba de la protección industrial en los
marcos del Mercado Común Centroamericano y de la protección a la agricultura tradicional de
producción de alimentos para el mercado nacional hacia la protección frente a estas nuevas
actividades relacionadas con el mercado externo.
Asimismo, está etapa está relacionada con avances importantes en el proceso de desregulación y
privatización de los mercados financieros, y sus cambios iniciaron a mediados de los 80 con una
paulatina liberación del crédito en las tasas de intereses y así avanzar con el rápido crecimiento de
la banca privada, que hasta ese momento estaba el control de capital nacional. Sin embargo,
también aparece una doble personalidad del proyecto neoliberal en cuanto su discurso, que va
fácilmente que a favor del proteccionismo y fomento deliberado según el peso de los intereses del
sector que se trate.
Segunda fase
Y en esta segunda fase con la llegada de Intel a 1997 y 1998 marca un cambio importante ya que de
ahora en adelante el énfasis de las políticas económicas vas a hacer sobre la atracción de
corporaciones trasnacionales de alta tecnología y posteriormente a la tracción de servicios de
localizados desde las economías ricas por algunas grandes empresas. En esta etapa también se ve
una mayor presencia en las cadenas hoteleras transnacionales, y se vuelven así un sector dominante
en el negocio turístico donde, ya estas alturas el “viejo” sector exportador comienza a quedar
ubicado en segundo plano, este todavía recibe beneficios importantes de las políticas en la
aplicación, pero su protagonismo se ve opacado con el incremento de las corporaciones
trasnacionales. Paralelamente empieza crecer también la presencia trasnacional en el sector
bancario
Entonces estos desarrollos que iniciaron en los 90s agudizan la tendencia hacia la dualización de la
economía entre un sector dinámico que está vinculado al capital trasnacional, la tecnología y los
servicios de localizados y el resto de la economía donde la mayor parte de la planta empresarial
costarricense y del empleo del país quedó dentro de ese sector tradicional rezagado.
Con base a esto podemos ver una caracterización que el programa estado de la nación ha
popularizado según el cual la economía se divide entre las nueva economía y la vieja economía lo
que es correcto en términos descriptivos, pero muy pobre en su profundidad crítico-analítica la
limitación de este planteamiento tiene claramente que ver con su carácter descriptivo, asimismo en
aludir el examen crítico de las fuerzas políticas ideológicas y económicas lo que terminó haciendo
ver la cuestión como si todo dependiera de decisiones técnicas más o menos correctas.
Tercera fase
A nivel mundial lo que podemos ver en el periodo posterior a 2003 es la burbuja inmobiliaria la cual
estaba centrada en Estados Unidos, a su vez vemos la consolidación de tendencias que venían de
años atrás, como el asentamiento cada vez más claro del capital financiero especulativo y en cuyas
manos quedaba el timón de las economías a escala mundial.
Esta burbuja también llegó a Costa Rica entre los años 2006 y 2007 justamente cuando la burbuja
de Estados Unidos empezaba explotar, en el país también hubo un auge especulativo con relación,
sobre todo en la construcción en zonas costeras. Y lo que pasó posteriormente es bien conocido, se
precipitó en Estados Unidos y Europa una explosión de esta burbuja donde los principales eran
actores financieros, donde los neoliberales decían que éste se autorregular de forma plenamente
virtuosa, pero esto no se dio cuando del banco se trataba, ya que debido a que esto causó, se tuvo
que dar una intervención estatal a escala masiva para salvar los bancos.
Ya para entonces empezar a detectar un cambio significativo en la orientación del PHN, en cuanto
la pequeña economía del país también va quedando enredada en una telaraña financiera. Donde
las fuerzas financieras llegan dominantes, y si bien, su poder e influencia actúa sobre todo de
manera subterránea y difícilmente reconocible es esa invisibilidad en parte consustancial a los
propios mecanismos de funcionamiento.
Ese último paso pasa a aumentar el número de perdedores con el PHN en donde la hegemonía pasa
a manos de las finanzas, por las ventajas que en ese contexto obtiene la banca y el negocio
financiero se incrementa la capacidad de esta última para desarrollar y alimentar sus ganancias por
medio de la extracción de rentas provenientes del endeudamiento de las familias y empresas
productivas, y por la influencia que adquiere tanto en lo político, en lo que podemos entender lo
que el Banco Central respecta como en el curso general de la economía estos actores terminan
teniendo una influencia determinante.
La estabilidad del dólar que implica a su vez una revalorización del colon, contribuye a la baja en la
inflación y a su vez propicia un endeudamiento en dólares incluso por las personas cuyos ingresos
sean en colones, lo que genera un riesgo cambiario importante. En consecuencia, se da un régimen
de tipo de cambio cuasi-fijo por lo cual, a mediados de 2010 y enero de 2014 el cambio del dólar
apenas oscila entre los 500 colones por dólar, por lo cual luego de algunos sobresaltos entre finales
de enero y mediados de marzo de 2014 se restablece el control sobre el tipo de cambio. Dónde
hasta la actualidad el valor de dólar se ha estabilizado en alrededor de 540 colones.
Con respecto a las tasas de intereses en la mayoría de los casos se desprenden ampliamente de las
tasas de inflación por lo cual las tasas de intereses reales sobre créditos son de niveles muy elevados
cuando por otra parte podemos ver una brecha enorme entre las tasas pasivas.
Problemas en la actualidad
Todo eso se hizo posible no sólo por la influencia de ciertas tendencias que impactaron desde afuera
si no por ciertos arreglos institucionales como los siguientes: la forma de regulación de la banca la
cual privilegia la rentabilidad por encima de cualquier otro criterio, la completa liberalización de los
flujos capitales y la estrecha visión ortodoxa que se ha tratado de imprimir en la gestión del Banco
Central y una presunta autonomía que se le ha inferido a este.
Por otro lado, tenemos el problema del déficit fiscal que enfrenta el país, el cual ha estado presente
a lo largo de estos 30 años de vigencia del PHN, donde este ha pasado por idas y venidas pero que
jamás logran una solución perdurable. Es innegable la influencia que esto ha tenido en el llamado
ciclo electoral, pero eso no pasa a ser más que un agravamiento espasmódico que actúa sobre este
fondo estructural. A esto de una sumarle la elevada evasión y elusión tributaria que existe la cual es
equivalente entre un 7% y un 8% del PIB según estudios de la Contraloría general de la República,
lo cual esto es consecuencia de las deficiencias de la administración tributaria e ineficiente
legislación, pero a su vez esto es incrementado por la capacidad de los capitales más poderosos para
hacerse “invisibles” e inmunes ante las obligaciones tributarias. Tenemos aquí en realidad un
problema estructural y por lo tanto uno que es persistente, también tenemos que tomar en cuenta
que la carga tributaria en Costa Rica es muy baja de forma que hablar de exceso de gasto resulta
simplemente abusivo, donde de lo que realmente debe hablarse es de la insuficiencia en los
ingresos tributarios y lo que termina llevando a una deriva hacia el endeudamiento que nos presiona
las cuentas fiscales de forma acumulativa y conforme la deuda aumenta el pago de intereses va
aumentando también. Tenemos el agravante de que el aceleramiento reciente de la deuda pública
va acompañado de un movimiento deflacionario y sin que la tasa de intereses se ajuste a este bajón
en los precios, todo esto nos crea un panorama que potencialmente será insostenible de la deuda
y una oportunidad inmejorable de la ganancia para bancos y rentistas.
Por esto es urgente lograr que el Estado costarricense sea mucho más eficiente de lo que
actualmente es, que sus servicios sean de mucho mejor calidad como también que se regulen y
corrijan ciertos excesos que existen, y todo eso en la mayor brevedad posible. La corrupción es algo
que debe combatirse y solucionarse en todos los niveles, pero debe quedar claro que corregir esto
no significa que se ca a corregir el déficit fiscal ya que eso sólo representa una parte muy pequeña
del déficit, y también los márgenes de mejora del funcionamiento del sector público son limitados
directamente relacionados a tener los recursos necesarios, siendo que hoy en día estos son
insuficientes por lo cual no se puede hacer mucho.
con respecto al problema de fondo, este tiene que ver con el debilitamiento progresivo de la base
tributaria del Estado costarricense, por lo cual es importante atribuirle una estrategia de desarrollo,
este debilitamiento en otra parte también es atribuida a la capacidad de los sectores más ricos para
eludir el pago de tributos, lo cual se ve favorecido por la incapacidad de las autoridades económicas
para generar mecanismos más eficientes y eficaces que permitan controlar el cumplimiento de sus
obligaciones.
esta estrategia de políticas seguidas han debilitado la base tributaria por la multitud de exenciones
que se conceden y los múltiples tributos que son suprimidos, como podemos ver en las extensiones
en la inversión extranjera en las zonas francas y en la actividad exportadora y turística, sumándole
también tasas reducidas para las ganancias de capital, la limitada tributación sobre herencias y
patrimonios y una insuficiente progresividad de los impuestos sobre ingresos y ganancias, y no
podemos olvidar todas la supresión de tributos con respecto al comercio exterior derivado de la
opción ideológica asumida y los diversos tratados comerciales.
Y por su parte podemos encontrar que los capitales más ricos han desarrollado estrategias
sofisticadas para evadir sus responsabilidades tributarias, y podemos evidenciar que no es muy
difícil debido a que tienen a su favor la opacidad de los conocidos “paraísos fiscales” y las
limitaciones de la administración tributaria en Costa Rica.
Y con respecto al agotamiento y la crisis del PHN, podemos ver que las bases económicas en las que
ésta se asienta están gravemente debilitadas, por lo que podemos cuestionarnos la viabilidad que
tiene esto en el futuro. Presentamos también rezagos en materia de infraestructura educación
ciencia y tecnología, aunque esos son realmente graves son un detalle secundario frente a la
magnitud de las deformaciones que se han propiciado en la estructura productiva, donde vemos
una especie de derretimiento de los tejidos productivos y el empleo, todo esto a favor de lo
financiero, pero sobre todo, vemos que ese proyecto ha sido inviable especialmente en el ámbito
social y político, todo esto polariza y fragmenta la sociedad, donde también podemos ver una
fractura de la democracia donde como nos mencionan, es una especie de rompecabezas, cuyas
piezas no hay forma de hacerlas encajar, y hemos terminado siendo un país donde el descontento
que se ha acumulado genera una gritería incomprensible donde todos vociferan y quieren hacerse
oír dónde en la pura realidad nadie los escucha y nadie escucha nadie, por lo que podemos afirmar
que al país le urge un cambio y ese debe ser a profundidad pero debe hacerse antes de que sea
tarde.