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América Latina en La Primera Mitad Del Siglo XX
América Latina en La Primera Mitad Del Siglo XX
1. Propósitos
Identificar los procesos sociales, económicos y políticos vividos en América Latina durante la primera
mitad del Siglo XX.
2. Contenidos
En este período los países de América Latina exportaban materias primas, como productos agropecuarios y
minerales, hacia los países industrializados de Europa, especialmente Inglaterra, y hacia EEUU. A su vez
importaban los productos industrializados desde aquellos países y también recibían desde ellos las inversiones
de dinero necesarias para aumentar la producción o mejorar los transportes y comunicaciones.
Los países de América Latina se especializaron en la producción de uno o pocos productos por cada país; esto
se conoce como monoproducción. En el caso de ser productos agrícolas se le llama monocultivo.
de sus colonias en Africa, los precios de venta eran generalmente bajos y la abundante población campesina
que trabajaba en las plantaciones vivía en la miseria
Exportadores de minerales (grupo formado por Chile, Perú, Bolivia, México y luego se sumó Venezuela al
comenzar a explotar el petróleo) En estos países fueron necesarias importantes inversiones de dinero de los
países industrializados para poder explotar los minerales y hubo una importante concentración de mano de
obra en las zonas donde se ubicaban los yacimientos.
La monoproducción tenía consecuencias negativas para los países latinoamericanos: al depender sus
exportaciones de uno o escasos productos, el ingreso de dinero por las ventas al exterior se podía ver
afectado, ya que los países compradores podían ser pocos y si alguno dejaba de comprar disminuían las
ventas. Si el precio de ese producto bajaba también descendía el dinero que ingresaba al país.
En el caso del monocultivo las consecuencias negativas eran aún mayores: al cultivar el mismo producto en
el mismo suelo, este se iba debilitando y la producción disminuía. También sucedía que casi todas las tierras o
las mejores se dedicaban para plantar el cultivo que se exportaba y se descuidaban los cultivos para alimentar
a la población local, provocando el hambre.
Los más beneficiados con la economía agroexportadora eran las oligarquías, los dueños del poder económico
y político. Se trataba de un grupo cerrado de familias que ocupaban los cargos de gobierno, eran propietarios
de las tierras y eran los exportadores de lo que sus tierras producían. Desde el gobierno impusieron el
liberalismo económico, permitiendo el libre comercio con el exterior que tenía como consecuencia la libre
importación de productos manufacturados. La oligarquía mantenía muy buenas relaciones con las potencias
industriales porque sus intereses eran comunes y se beneficiaban mutuamente: las potencias obtenían las
materias primas que necesitaban y las oligarquías les vendían esas materias primas. La modernización que se
hizo en las últimas décadas del siglo XIX estrechó los vínculos: las potencias invertían dinero en mejoras que
permitían explotar mejor las materias primas y por lo tanto beneficiar a las oligarquías.
Políticamente las oligarquías latinoamericanas impusieron democracias muy limitadas, con un derecho al voto
muy restringido, excluyendo a la mayoría de la población. De esa manera se aseguraban mantenerse en el
gobierno y a través de las leyes defender sus intereses económicos. Tenían una visión negativa de las clases
populares, especialmente de los campesinos, a quienes consideraban ignorantes e incapaces de gobernarse
por si mismos.
Como consecuencia de la crisis económica iniciada en EEUU en 1929, los países de América Latina
exportaron menos cantidad y a menor precio, ya que sus habituales compradores, Europa y EEUU, limitaron
las importaciones.
El descenso de los ingresos de dinero a los países latinoamericanos hizo que el pago de las deudas externas
fuese más difícil. Una de las medidas tomadas para enfrentar los pagos de la deuda fue la reducción de las
importaciones. Los gobiernos de la región impusieron tasas arancelarias altas para mejorar los ingresos
estatales. Esto limitaba las importaciones. A esta medida se sumó una devaluación de las monedas, lo que
encarecía los productos importados.
Por la crisis y los cambios económicos que la siguieron, las sociedades latinoamericanas sufrieron grandes
cambios. Al tiempo que se detenía casi por completo la llegada de inmigrantes desde Europa, los problemas
económicos obligaron a emigrar hacia la ciudad a importantes sectores de población rural.
Hacia 1930 la población latinoamericana era predominantemente rural. Esta situación comienza a cambiar a
partir de ese año: se observa un crecimiento de algunas ciudades en desmedro del campo y de las ciudades
más chicas que se convierten en expulsoras de sus habitantes. En un primer momento las migraciones del
campo a la ciudad se explican por la crisis que afectó a los sectores agropecuarios. Luego se agrega la
tecnificación de la producción agrícola y el atractivo del mejor sueldo en las industrias que se creaban en las
ciudades. En 1925 el 62% de la población trabajadora estaba ocupada en el campo; en 1945 esa cifra se había
reducido a 45%.
Pero los puestos de trabajo que ofrecía la ciudad eran inferiores a la cantidad de migrantes campesinos, lo que
contribuyó a mantener bajos los salarios. La consecuencia fue que se formaron áreas muy pobres, dentro y
alrededor de las ciudades, caracterizadas por la precariedad de la vivienda. Estos asentamientos de
población mostraban con claridad las enormes diferencias económicas que separaban a los sectores populares
que vivían en ellos, de los sectores medios y altos, que comenzaron a buscar nuevas ubicaciones para sus
confortables viviendas.
En cada país donde se dieron los populismos, las características fueron variando, pero en general se puede
decir que respetaron el sistema de elecciones y el voto universal, aunque fueron gobiernos “fuertes” con un
dominio absoluto del aparato estatal, restricciones a las libertades individuales y culto al líder.
Los gobiernos populistas tomaron medidas “populares” destinadas a ganarse la simpatía de la población y
obtener el apoyo electoral. El populismo en América Latina es un fenómeno político que se desarrolló después
que el sufragio se hizo universal y por lo tanto el voto de las amplias mayorías decidía quien gobernaba. Los
líderes populistas usaron un lenguaje entendible por las masas y en muchos casos apelaron al discurso
emocional y a decir aquellas cosas “que el pueblo quería escuchar”.
Otra característica de los populismos fue la existencia de un líder carismático, un dirigente que contaba con
capacidad de mando y era seguido ciegamente por la población. Los líderes populistas no pertenecían a los
sectores populares, pero se entendían muy bien con ellos. Algunos líderes fueron militares (Juan D. Perón en
Argentina, Lázaro Cárdenas en México), otros eran periodistas (Haya de la Torre en Perú) o integrantes de la
pequeña burguesía (Getulio Vargas en Brasil). Poseían cierto nivel cultural, pero se manejaban con un lenguaje
sencillo fácil de comprender por un electorado poco instruido. La extensión del sufragio a las masas populares
fue una de las causas del populismo, ahora la política ya no era resuelta por unos pocos “doctores” o los
generales, sino que los sectores populares podían decidir con su voto. A esos sectores se dirigieron los líderes
populistas.
Los ejemplos típicos de gobiernos populistas fueron: Juan Domingo Perón en Argentina (desde 1946 a 1955),
Getulio Vargas en Brasil (desde 1946 a 1954) y Lázaro Cárdenas en México (desde 1934 a 1940).
BIBLIOGRAFÍA
Fuente consultada: Secundaria activa, 9°, Historia de América Latina, Ministerio de Educación
Nacional.
Estándares de Ciencias Sociales, Ministerio de Educación Nacional.