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Cazzaniga, S. (2005)
Cazzaniga, S. (2005)
Lic. Susana Cazzaniga- Lic. Rosa Franco- Lic. Laura Salazar- Lic. Rosana Pieruzzini-
Lic. Verónica Villagra.
Introducción
Este trabajo presenta reflexiones en torno a la categoría intervención social en el marco
de la formulación de contenidos de la Cátedra Historiografía de la Intervención Social del
primer año de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos,
destacando su interés en la formación disciplinar.
La intervención social entendida como un mecanismo destinado a restaurar las fisuras de
una sociedad, tendiendo a la integración social, nos orienta al estudio de las diferentes
modalidades que estos mecanismos han adquirido según los grupos e instituciones de
donde emergen, los sistemas de ideas en que se apoyan, las lógicas que sostienen, las
intenciones que persiguen.
Trabajo Social en sus múltiples determinaciones estará impregnado en sus prácticas y
discursos de diversas lógicas de intervención social que le otorgarán no sólo diversos
modos de comprensión de lo social anclados en el desarrollo de la teoría social, sino
también constituirán una institucionalidad social que conformará un espacio complejo
sobre el que construirá su trayectoria histórica la profesión. De este modo se distingue
intervención social e intervención profesional.
Historiografía de la Intervención Social recorre en sus contenidos lo que denominó
Estrategias Típicas de Intervención Social, las que se configuran en cada momento
histórico, acorde al sistema de ideas prevaleciente.
Entendemos que uno de los sentidos se expresará como aquella esfera que emerge,
después de la revolución francesa como intersección entre lo civil y lo político. Dice J.
Donzelot, “asociando estos dos registros en la búsqueda de la neutralización del violento
contraste que oponía el imaginario político moderno a las realidades de la sociedad civil y
mercantil... la necesidad de “hacer lo social” surge en el momento en que el ideal
republicano se ve enfrentado a la forma democrática en el momento en que ésta es
puesta en práctica por primera vez, inmediatamente después de la revolución de 1848...
así relacionado con su determinación política, lo social aparece como una invención
necesaria para volver gobernable una sociedad habiendo optado por un régimen
democrático”2 .
Esta forma de entender “lo social” tiene una vigencia importante en los debates públicos
societales, ya que a partir de allí se produce esta escisión de “lo social” con lo político y
económico, que implicará por un lado que lo social se explique a sí mismo y por otro, que
cuando se quiera argumentar otra perspectiva haya que remitirlo a las otras esferas, para
así comprenderlo en sus vínculos con lo político y económico de donde emerge.
Desde allí es que, según desde qué lugar teórico se defina a los “problemas sociales” o
“cuestiones del orden burgués” (tales como bajos salarios, condiciones indignas de
trabajo, de habitación, imposibilidad de acceso a servicios de salud y educación, etc),
implicarán diversas respuestas en términos de su reconocimiento y resolución.3
Se torna interesante la incorporación de la definición de cuestión social brindada por
Robert Castel en su conocido texto “Las Metamorfosis de la cuestión social”, cuando dice
que la misma se presenta como
Del concepto se pueden marcar algunas dimensiones significativas que a nuestro juicio
argumenta a favor de lo que estamos expresando. Por una parte se señala un riesgo de
disolución identificado en ciertas tensiones sociales, como el mismo autor dice en
párrafos posteriores, o en todo caso de una crisis que adquiere tal visibilidad que
involucra al conjunto de la sociedad; y por otro, se coloca la noción de “conjura”, dando
cuenta de la necesidad de alejar esa instancia de peligro, lo que da lugar a la búsqueda
de respuestas, que desde nuestra perspectiva se expresan en los dispositivos de
intervención social.
Robert Castel realiza una lectura que de alguna manera asimila “lo social” a “lo social-
asistencial” entendido como las respuestas que se estructuran para “los agentes y
víctimas de la revolución industrial”. Lo “social”, de este modo, consiste en sistemas de
regulación que no son los del mercado, instituidos para tratar de llenar la brecha... (en
2
DONZELOT, Jaques. L´Invention du social. Essai sur le déclin des passiones politiques. Editions
du Seuil, 1983. (Traducción de Mariana Vazquez para la Cátedra de Economía Internacional).
UBA. Mimeo.
3
Remitiéndonos a aquellos momentos históricos, para unos, los revolucionarios y socialistas, la
resolución sólo será factible mediante cambios políticos y económicos estructurales (tendientes a
transformar ese injusto orden burgués); para otros, los conservadores, los “problemas sociales”
serán apenas “defectos” de esta sociedad conformada a partir de ese orden burgués establecido y
de esta manera sólo será preciso realizar “reformas”, “mejoras”, en ese ordenamiento;
restringiendo las “modificaciones” a un plano técnico-administrativo. Paulo Netto plantea que bajo
este paraguas conservador es que se define la categoría de cuestión social, en cuanto que hay
problemas sociales que llevan a la desintegración de ese orden burgués, por lo cual es preciso
realizar intervenciones de tipo técnico-manipulativas, requiriéndose de “buenos técnicos”,y de una
“buena administración de los recursos”.
4
CASTEL, R. “Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado”. Editorial Paidós.
Bs. As. 1997.
3
5
Idem.
6
REPETTO, Marcelo Fabián. “La nueva cuestión social, las viejas respuestas públicas (o el vínculo
entre pobreza y asistencialismo en el marco del ajuste estructural...)”. Tesis de Maestría en
Administración Pública. FCE. UBA. Mimeo. Buenos Aires. 1995.-
4
7
ROZAS PAGAZA, Margarita. “La intervención profesional en relación con la cuestión social. El
caso del Trabajo Social”. Espacio Editorial. Argentina. 2001.-
8
MAX WEBER “Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva”. Fondo de Cultura
Económica. México. Cuarta reimpresión. 1979.
5
Conclusiones
Desde estas consideraciones queda expuesto que no existen “situaciones sociales”
aisladas y autoproducidas y si bien las problemáticas que aborda la profesión presentan
particularidades, sus expresiones no pueden ser atribuibles sólo a razones de índole
psicológico, familiar o de mero entorno, tradición muy extendida entre las profesiones que
actúan en el campo social. Es probable que cada una de estas dimensiones tenga alguna
gravitación, pero cuando se trata de la intervención social se necesita de un esfuerzo de
complejización, de producción de mediaciones que permita realizar los nexos con las
manifestaciones de la cuestión social y con las diversas respuestas que se han
estructurado en las diversas configuraciones históricas.
Encontramos sumamente relevante incluir como contenido la Intervención Social en la
formación disciplinar, en tanto el trabajador social deberá comprender las diversas lógicas
que se entrecruzan, las intencionalidades que pujan con sus diversos intereses, los
procedimientos establecidos, las diversas nominaciones de sujetos que se construyen en
la articulación de cada estrategia de intervención social.
La posibilidad de construir una intervención profesional orientada, con sentido, autonóma,
que defina sus propios objetivos, desde su propio campo conceptual y axiológico, se
juega en la posibilidad de distinguir el entramado que configuran los dispositivos actuales
de intervención social en los cuales el Trabajo Social articula su práctica singular. De otro
modo, la intervención profesional se presenta como una práctica vulnerable en tanto
podrá ser subsumida por este campo más amplio.
Como trabajadores sociales y particularmente como docentes, debemos potenciar la
6
1- Premisas
Como docentes somos sujetos de una práctica particular que tiene como objeto la
formación de Trabajadores Sociales; su intencionalidad se centra en lograr que alumnos
ingresantes a la institución académica -durante un tiempo determinado y pasando por
diferentes instancias- obtengan una certificación que los habilite para ejercer
profesionalmente, en este caso un profesional cuya especificidad en tanto saberes e
incumbencias se inscribe en un campo disciplinar también particular: Trabajo Social, en el
plano siempre tensional y condicionante de las configuraciones sociohistóricas en que
esa práctica se produce. Con esta premisa intentamos expresar la complejidad no
siempre lo suficientemente comprendida de la formación académica tanto como de las
necesarias revisiones y problematizaciones a la que debe ser sometida si aceptamos el
desafío de considerarnos actores de la construcción disciplinar. Desde allí que si bien las
reformas curriculares se constituyen en momentos fundamentales para repensar de
conjunto las apuestas a la consolidación del campo -vía, en este caso, la formación de
sus futuros agentes- no constituye un aspecto menor la actualización permanente de los
docentes, así como la investigación sobre la problemática teórica de la/s asignatura/s a
su cargo, a fin de mantener una vigilancia teórica y epistemológica de sus contenidos
tanto como de los modos de transferirlos.
2.- El tránsito
Esta organización curricular rompía con algunas cristalizaciones instituidas: por una parte
ponía en una misma jerarquía el espacio de la “práctica” y el de los “teóricos”, por otra
7
inauguraba una metodología que intentaba superar los métodos estancos de “Caso,
Grupo y Comunidad” en pos de una totalidad dialéctica, que remitía a la reflexión teórica
de la propia práctica; y por último definía la necesidad de que los alumnos desde el
primer año pudieran sostener la experiencia en terreno de lo que luego sería su lugar de
intervención como proceso de aproximaciones sucesivas. El lugar del conocimiento en
esta matriz se concebía como una construcción en base a la reflexión sobre la realidad.
Entrados los 90, o parafraseando a Estela Grassi “la otra década infame”[2] se nos
hacen presentes las perplejidades, no sólo por las drásticas transformaciones a las que
fuimos sometidos sucesivamente tanto en lo nacional como en el escenario mundial, sino
por las crisis de los paradigmas, la caída de los grandes relatos, el estallido de lo social
en fragmentos y la irradiación capilar por todo intersticio de la propuesta neoliberal. En la
Facultad de Trabajo Social paradójicamente y como seguramente en tantas otras
unidades académicas, podemos decir que el momento no necesariamente produjo
parálisis en muchos de los docentes sino nuevas búsquedas, puestas también en
diferentes tópicas y probablemente por diferentes intereses. El resultado sin embargo da
cuenta de inquietudes que se reflejan en la presentación de proyectos de investigación,
las iniciativas por la formación de pos grado, las discusiones a partir de las
insatisfacciones tanto de los docentes como de los alumnos, la incursión por otras
corrientes teóricas.
3.- El giro
Con las experiencias acumuladas, los docentes de las asignaturas específicas de primer
año y en el marco de los debates de conjunto, comenzamos a perfilar el giro de las
mismas. La primera apuesta fuerte tiene que ver con la decisión de considerar cada
materia como entidad en sí misma -independientemente de las relaciones lógicas de
todas las asignaturas que estructuran un plan de estudios- o dicho con otras palabras, la
inscripción en el presupuesto de que no hay una relación de cátedra que brinde insumos
a otra, sino que cada una en sí misma sostiene sus propios contenidos teóricos en torno
a una especificidad, si de la superación del positivismo se trata. De otra manera la
pretendida articulación resulta una ficción ya que no puede sino reproducir una división
instalada en el propio diseño del dispositivo curricular.
8
El primer nudo entonces tuvo que ver con lo epistemológico ya que pone en evidencia
que la relación teoría práctica no es discursiva en tanto que está expresada en las
mismas formas pedagógicas que se seleccionan para la formación. Así, plantear que la
asignatura Trabajo Social I debía tener otro contenido y que Práctica Sistematizada I en
sí misma reconocía el carácter indisoluble de la teoría y la práctica en torno al concepto
de praxis daba cuenta de otra matriz epistémica. Junto a esto, ya como Area de Trabajo
Social nos embarcamos en la discusión acerca de si los alumnos de primer año debían
tener inserción en terreno o no, poniendo en entredicho el corazón mismo de lo que había
sido "el conocer haciendo" que sostenía la Residencia Social y toda la estructura de la
Práctica Sistematizada. En efecto de lo que en un primer momento aparecía como una
discusión temporal (en qué momento resultaba propicia la inserción) se viró hacia la
cuestión de la construcción del conocimiento, las nociones de empiria, práctica y realidad,
y en particular los dispositivos que posibilitan el aprendizaje de esa construcción. La
pregunta histórica y recurrente de "qué y cómo hacer" dejaba de pensarse como
instrumental para incorporarse decididamente en el campo de lo teórico. En este sentido
la formación como globalidad es repensada como soporte que otorgue la solidez teórica y
de este modo habilite a los futuros profesionales para una intervención argumentada,
aportando a la vez las herramientas para encarar procesos investigativos.
En este plexo se construyen los contenidos de las asignaturas de primer año; ahora el
nudo a destacar es el teórico, en tanto selección de los temas que estructurarían junto
con las de segundo año, lo que denominamos como formación básica, con la idea a la
vez de superar los tradicionales nombres de Trabajo Social I, II, etc. La pregunta que se
instala es ¿Qué entendemos hoy por Trabajo Social?. ¿Qué y cómo significamos y
resignificamos esta práctica particular en los profundos cambios sociales?. Sosteníamos
que un debate profundo y riguroso sobre este tópico permitía:
- clarificar el Trabajo Social al que aspiramos, otorgándole contenido, habilitándonos en
la posibilidad de identificar los rasgos centrales en los que coincidimos, y dándole un
espacio claro a las diferencias, en todo caso, cuáles son las que de conjunto estamos
dispuestos a aceptar.
- proporcionar los elementos para identificar los atributos del egresado.
- definir los insumos necesarios en relación con los contenidos,
disciplinares y de otras disciplinas, y las modalidades pedagógicas pertinentes
que integran un plan de formación académica[3].
Debemos decir que este debate no se produjo de conjunto aunque como Area de Trabajo
Social logramos identificar que lo que queríamos superar era la perspectiva tecnológica
anclada en la disciplina. Los equipos de cátedra de las asignaturas específicas de primer
año junto a las colegas coordinadoras de la reforma del plan de estudios fuimos
articulando la problemática teórica respecto de Trabajo Social para este tramo de la
formación académica desde la convicción que el mismo debía aportar a los alumnos las
herramientas de comprensión del campo disciplinar en tanto historia de constitución,
corrientes teóricas que lo interpelan, categorías centrales que lo estructuran, la relación
con las diferentes configuraciones de lo social, entre otros, desde una lógica de
aprendizaje que provoque la actitud investigativa y la construcción de mediaciones
conceptuales.
De ese entramado de aspectos fue necesario discriminar las identidades de cada una de
las asignaturas. Pero el nudo del giro en este punto no se centra sólo en lo teórico en
tanto que es realizado con la proyección hacia el perfil del graduado en una articulación
con el resto de las asignaturas del plan de estudios. En esta lógica el cruce con lo político
es inevitable ya que se trata de decisiones que suponen el lugar de Trabajo Social en la
sociedad y los atributos que como práctica específica enraizada en las relaciones
sociales y de poder aportan a la construcción de su legitimidad. De este modo en una
coyuntura de fuertes agitaciones sociales, políticas y culturales, la crisis dela materialidad
de la profesión y las demandas de la propuesta neoliberal hacia la misma, se convertían
9
En efecto, en la "era del vacío" donde historia y memoria quedan secundarizadas volver
a los fundamentos remite a una reflexión ética, en tanto revisión de los mismos desde
una perspectiva que incorpore los múltiples sentidos y permita la toma de posición crítica.
Es esta concepción la que estructura la asignatura Fundamentos de Trabajo Social.
Además, el recurso a la historia se presenta como inmanente desde la necesidad de
incorporar un debate significativo que dé cuenta de las articulaciones del campo
disciplinar con los mecanismos más amplios de la intervención social; así se constituye la
segunda asignatura de primer año del Plan de Estudios 2001 Historiografía de la
Intervención Social.
4.- La pretensión
Introducción
En el marco de la reforma curricular podemos afirmar que muchos fueron los aspectos
puestos en cuestión para iniciar este proceso de revisión y reformulación tales como las
trasformaciones sociales, las búsquedas teóricas, las inconsistencias marcadas por los
propios egresados. Pero uno de los aspectos de preocupación y tema de debate fue el
conjunto de las dificultades observadas en el proceso de enseñanza aprendizaje que se
venía advirtiendo, en particular por las argumentaciones surgidas desde diferentes
lugares en relación con cierta insuficiencia que demostraba la formación para interpretar
e intervenir en el contexto actual.
Estos “perfiles” nos interpelan ya que sugieren además cómo se mira a la disciplina y
cómo es leída la profesión, cuestión que nos remite a la pregunta de cómo han jugado (y
de hecho juegan) en el imaginario social las miradas acerca de la profesión, cómo cada
sujeto, en este caso cada alumno, ha construido una forma particular que refiere a una
expresión colectiva.
A lo que los autores agregan a partir de esta idea de conocimiento socialmente elaborado
y compartido que “bajo sus múltiples aspectos intenta dominar esencialmente nuestro
entorno, comprender y explicar los hechos e ideas que pueblan nuestro universo de vida
o que surgen en él, actuar sobre y con otras personas, situarnos respecto a ellas,
responder a las preguntas que nos plantea el mundo, saber lo que significan los
descubrimientos de la ciencia y el devenir histórico para la conducta de nuestra vida, etc.
En otros términos, se trata de un conocimiento práctico”10.
Recuperando las experiencias del Seminario de Ingreso de los años 2003 y 200411
podemos tomar algunas respuestas de los alumnos acerca de lo que para ellos implica el
Trabajo Social, siendo estas respuestas tan disímiles como la propia heterogeneidad del
grupo. Aquí rescatamos aquellas respuestas que contribuyen como disparador para el
presente análisis12:
9 Ayuda/ Servicio
9 Solucionar, dar respuesta, comprender, atemperar los problemas de la sociedad,
aconsejar - brindar apoyo …
9 Proteger/defender los derechos, para que cada uno haga valer sus derechos
9 Mejorar la calidad de vida
9 Asistir al otro dentro de sus necesidades, demandas, intereses, reinvindicaciones-
sobrellevar casos, problemáticas de distintas características y cuestiones que
cada lugar o personas tengan
9
S. MOSCOVICI – Psicología Social , II (Pensamiento y vida cotidiana. Psicología social y
problemas sociales) – Punto 13 La representación social: fenómenos, concepto y teoría por
Denise Jodelet- Pág. 473- Ediciones Paidós 1993.-
10
S.MOSCOVICI Ob.cit
11
Se destaca que se trabaja en comparación con otros años.
12
En esta instancia al inicio de cada año académico en el Seminario de Ingreso a la carrera y
previo a la exposición teórica se relevan en los alumnos sus visiones- representaciones en
relación a la carrera elegida mediante un trabajo anónimo a través de consignas como ¿qué es el
trabajo social? ¿qué hace un trabajador social? ¿con quiénes trabaja? ¿el para qué del Trabajo
Social?.
12
9 Como una imperiosa necesidad surge la presencia del Trabajo Social para
ser un interlocutor válido entre el medio y los distintos organismos que
cumplen distintos roles para el mejoramiento de la condición de ser
humano.
9 Como una tentativa de respuesta para un sistema social desigual y excluyente.
9 Para tener la posibilidad de transformar nuestra realidad hacia un futuro de
igualdad de condiciones y democracia
9 Porque tiene que haber personas que se ocupen de investigar los problemas
sociales y darlos a conocer
9 El trabajador lo que hace es tratar de hacer justicia y luchar contra la pobreza
Destacamos que estas tendencias de las que hablamos no aparecen de manera explícita,
sino que subyacen en los discursos cuando los alumnos intentan dar cuenta de por qué
eligieron la carrera, también se pueden inferir a partir de analizar estos discursos de
”ayuda” de “servicio”, donde prepondera esta idea de “hacer el bien” desde una moral
religiosa (los alumnos no manifiestan explícitamente esta idea de la salvación eterna y el
reino de los cielos).
No obstante esto, observamos a lo largo del cursado de las asignaturas, cómo se van
desocultando en diferentes instancias, haciéndose más explícitas, apareciendo en casos
al intentar realizar análisis, comentarios y/o conclusiones. Como ejemplo la tendencia
religiosa es posible verla expresada a partir de un trabajo práctico13 donde aparece esta
significación en escena con un sesgo altamente positivo en los alumnos, donde la
reflexión se realiza desde un marco valorativo:
“Desde chica me dijeron en catequesis que para ganarnos la vida en el cielo tenemos
que darla aquí en la tierra, y estas monjas realmente viven para ganarse la vida
eterna; esto no es muy distinto a lo que hace un Trabajador Social, que es vivir
ayudando a otros desde el lugar que se pueda, así que seguramente ustedes también
13
Este trabajo práctico se realizó en el marco de la asignatura Historiografía de la Intervención
Social con el objetivo de analizar la estrategia de intervención social confesional a partir de
prácticas sociales actuales como “un pasado que se expresa en el presente “
13
Podríamos decir a partir de estas experiencias, que hay una cierta actitud reiterada en un
grupo importante de alumnos de tomar el discurso teórico conceptual y tratar de
“forzarlo/encajarlo” en la realidad que se pretende conocer e interpretar. Podemos decir
que se produce una “operación de yuxtaposición” de lo teórico sobre expresiones de la
realidad, inhibiendo así, el proceso de problematización de sus propias representaciones.
Este planteo es posible en una lógica de la formación que, tal como lo señalan Badano y
Benedetti 14 “remueve lógicas instituidas, promueve rupturas de sentido y cambia la
posición subjetiva del alumno ...”, a lo que agregamos que debe tratarse de una lógica
que produzca estas modificaciones también en los docentes.
14
BADANO Ma del Rosario y BENEDETTI Ma. Gracia. “La pedagogía universitaria y la reforma
curricular”. En “Formación Académica en Trabajo Social. Una apuesta política para repensar la
profesión”. Edit. Espacio. Bs As. 2003.
15
GUTIERREZ, Alicia- “Pierre Bourdieu, las prácticas sociales”- Centro Editor de América Latina-
Buenos Aires 1994-
16
MATUS TERESA –CARITAS Y CIUDADANÍA “Reflexiones sobre los fundamentos del Trabajo
Social” Trabajo que integró parte de la conferencia “¿Ciudadanos al sur del mundo?” ponencia
presentada en el Congreso Mundial de Escuelas de Trabajo Social- Montpellier. Julio de 2002
14
Siguiendo la línea argumentativa, Matus hace referencia a que muchos autores desde un
espíritu positivo de diversos estadios de desarrollo han planteado que “la profesión
emerge de la caridad y la filantropía y por acumulación sustantiva se transforma en
Trabajo Social (...) El programa de caridad era la reacción espontánea y sin mañana de
la sensibilidad humana conmovida por el espectáculo del dolor (....) mediante un don,
calmando el hambre, el frío, el sufrimiento, de una manera totalmente espontánea (...)
Una forma ya más organizada que reviste el deseo altruista de ayudar al prójimo, es el
que se conoce con el nombre de filantropía: personas que tienen lástima a una clase
determinada de miserias, reúnen medios económicos , colaboraciones, facilidades para
crear una obra que subsane dificultades de esta índole....... ”. 17
En esta idea de tomar la tensión que pretendemos hacer entre las representaciones
sociales construidas y los conceptos teóricos de las cátedras tenemos en cuenta un
límite real que nos imponen las posibilidades de cada alumno en tanto aquello que
internamente los moviliza en términos de aprendizaje. He aquí la importancia de la
selección de contenidos básicos tanto como las didácticas en función de las realidades
particulares en que se inscriben los alumnos, tendientes a facilitar el aprendizaje de los
contenidos y su apropiación.
En cuanto a la intencionalidad
Sostenemos que la formación académica es un proceso donde participan activamente
dos actores principales: los docentes y los alumnos. Ambos, desde sus diferentes
posiciones, tienen responsabilidades en el hecho educativo: los docentes, como guías del
aprendizaje que no sólo transfieren contenidos, sino que instrumentan las técnicas
pedagógicas consideradas pertinentes para estimular en los estudiantes su capacidad de
aprendizaje; los alumnos, demandando su derecho a aprender, comprometiéndose con el
aprendizaje a partir de su participación y su estudio. Sin estos aspectos es probable que
no se logren los objetivos del aprendizaje.
En cuanto a contenidos
Se expresan en dos vías de acuerdo a los contenidos mínimos de cada asignatura.
A modo de conclusiones
Se pretende destacar en una primera instancia la importancia de la revisión curricular
como esfuerzo teórico y político que se pone en acto a través de la voluntad colectiva
institucional, en la que todos los actores nos implicamos en el desafío de una formación
capaz de replantear sus propias matrices, miradas teóricas, epistemológicas e
ideológicas. Y es partir de allí que se inscriben nuestras preocupaciones, reflexiones y
búsquedas como docentes.
Nuestras preocupaciones no son sólo de docentes de primer año ya que muchos de los
obstáculos percibidos en este tramo continúan a lo largo del proceso de formación,
proceso en el que los docentes debemos asumir la responsabilidad que nos toca, esto es
como guías del aprendizaje. Esta reflexión sistemática nos pone en la coyuntura frente a
nuevas preguntas y discusiones, en particular ¿qué elementos operan en las nuevas
configuraciones de lo social para que estas tendencias - asociada una a lo religioso, otra
más vinculada a una postura filantrópica y por último aquella que refiere a lo político, esto
es un ideal de transformación radical- continúen presentes en términos de
representaciones sociales en el imaginario colectivo actual?.
18
BIBLIOGRAFÍA
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social. Cátedra: Historiografía de la Intervención Social. Facultad de Trabajo Social.
UNER. 2001. Mimeo.
CAZZANIGA, S. (1999) Las configuraciones sociales en la Argentina: primera
descripción. Ponencia presentada en el Seminario "Las nuevas configuraciones de lo
social”. Paraná, mayo de 2001.
DONZELOT, Jaques. L´Invention du social. Essai sur le déclin des passiones politiques.
Editions du Seuil, 1983. (Traducción de Mariana Vazquez para la Cátedra de
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vínculo entre pobreza y asistencialismo en el marco del ajuste estructural...). Tesis de
Maestría en Administración Pública. FCE. UBA. Mimeo. Buenos Aires. 1995.
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NETTO, José Paulo. Reflexiones en torno a la “cuestión social” en “Nuevos escenarios y
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GARCIA BORRON, Juan Carlos: Historia de la filosofía III. Siglos XVIII, XIX y XX. Edic.
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TENTI FANFANI, Emilio: Estado y pobreza: estrategias típicas de intervención/1. Centro
Editor de América Latina S.A. Buenos Aires.