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Tercer día del triduo Pascual

DOMINGO DE PASCUA
DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

PRIMERA PARTE
LUCERNARIO O SOLEMNE COMIENZO DE LA VIGILIA PASCUAL

Hermanos: nos reunimos para celebrar la Vigilia Pascual, que es la


máxima celebración de todo el Año, y el centro y corazón de la vida de la
Iglesia. Esta Vigilia “es el culmen y centro del Año Litúrgico; es la solemnidad
hacia la que convergen todas las demás fiestas; es la celebración de
acontecimientos históricos y de prodigios divinos extraordinarios.
Es por eso que la celebración de esta solemne Vigilia Pascual contiene
toda la verdad y centralidad del Ministerio Pascual. Nosotros en el aquí y
ahora pregustamos y tomamos parte en aquella Liturgia celestial que se
celebra en la ciudad santa Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como
peregrinos y donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.
Vivamos intensamente esta actualización del acontecimiento redentor
de nuestra existencia: la Muerte y resurrección del Señor, su tránsito desde
la Cruz al Cielo.
2.- Bendición del Fuego
Monición para la Bendición del fuego
El fuego será bendecido y se identificará esta luz con el propio Cristo.
Cuando el sol cósmico ya no nos alumbra, recordemos como siempre somos
iluminados por el Señor, luz del mundo, que disipa nuestras tinieblas.
3 Ornato del Cirio Pascual
El Cirio Pascual que es imagen de Cristo glorioso y resucitado, se
convierten en parte integrante y esencial de esta celebración. Por eso ahora,
se grabará en él, una cruz, que al mismo tiempo une el viernes santo con la
resurrección que ahora celebramos. Después se trazarán la primera y última
letra del alfabeto griego, así como los números de este año. Por último, se
incrustarán cinco granos de incienso, signo de las llagas de Cristo.
4.- Procesión con el cirio
Ahora que el Cirio se ha encendido, iremos en procesión hacia el
interior de la Iglesia. Así evocaremos el nuevo éxodo hacia la tierra
prometida, pero ya conquistada; del mismo modo que los hijos de Israel
durante la noche eran guiados por una columna de fuego, así los cristianos
seguimos a Cristo resucitado.
Pregón Pascual
En este Cirio Pascual que arde y nos alumbra y que representa el
misterio de la luz de Cristo; como la Iglesia expectante –que con sus velas
encendidas esperan el retorno definitivo de su Señor-, roguemos al Señor
que en esta hora nos haga experimentar la alergia de su luz y pidámosle que
nosotros mismos seamos portadores de su luz.
SEGUNDA PARTE
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a la primera lectura (Génesis 1, 1—2, 2)
Empezamos la escucha de la Palabra con el relato de la creación del
mundo y del género humano según el primer libro de la Biblia, el Génesis.
En esta noche nos disponemos a celebrar el «nacimiento» a la vida
resucitada del segundo Adán, Cristo, el primogénito de la nueva creación.
Escuchemos atentos esta primera lectura.
Monición a la segunda lectura (Génesis 22, 1-18)
Escucharemos a continuación un relato que nos muestra la confianza
absoluta puesta en Dios por parte de Abraham. El sacrificio de Isaac es
figura de la pasión de Cristo. Aunque Abraham evitó el sacrificio de Isaac,
Dios sí entregó hasta las últimas consecuencias a su Hijo en solidaridad con
la salvación del mundo.
Monición a la Tercera Lectura (Éxodo 14, 15—15, 1)
El Libro de Éxodo nos narra la salida de Egipto y el paso del Mar Rojo,
camino de la libertad. Este es el acontecimiento fundamental en la historia
del pueblo israelita y el mejor símbolo para todos los procesos de liberación
de un pueblo.
Monición a la cuarta lectura (Isaías 54, 5-14)
El mensaje de los profetas es fundamental para comprender la
historia de la salvación. Terminadas las tres lecturas «históricas», el primer
pasaje de Isaías nos habla de la fidelidad con que Dios nos quiere. A pesar
del pecado humano, continúa firme el amor de Dios, con símbolos muy
expresivos la hace saber el profeta en esta noche santa.
Monición a la quinta Lectura (Isaías 55, 1-11)
Haciendo uso de la metáfora del agua que sacia la sed nunca
satisfecha de la humanidad, el segundo pasaje de Isaías nos hace ver cómo
Dios nos promete una alianza renovada, que nos llevará a la vida. Después
del castigo merecido a causa de la infidelidad, promete a su pueblo el
advenimiento de una era de abundancia y de paz.
Monición a la sexta Lectura (Baruc 3, 9-15. 32—4,4)
El siguiente relato plasma el sentimiento del pueblo judío en el
destierro y el desempeño de la misión del profeta, que llama al pueblo a la
conversión y hace una invitación constante a buscar en la sabiduría la
respuesta al sufrimiento y a la desesperanza.
Monición a la séptima Lectura (Ezequiel 36, 16-28)
La última lectura del AT es del profeta Ezequiel, testigo, en el siglo VI
antes de Cristo, del destierro del pueblo a Babilonia. De parte de Dios él
anuncia el perdón a su pueblo, y le promete un agua pura y un corazón
nuevo, una nueva creación y un nuevo espíritu.
Monición a la epístola (Romanos 6, 3-11)
Ahora pasamos a las lecturas del NT, después del canto festivo del
Gloria. En el Nuevo Testamento encontramos el cumplimiento de las
promesas de la Antigua Alianza. De la carta a los Romanos leemos hoy el
pasaje en que Pablo compara la experiencia del bautizo en agua con la
Pascua del Señor.
Monición al salmo Responsorial: Salmo 117
En esta noche santa, agradecemos a Dios porque es bueno y su
misericordia es infinita, respondiendo con el salmista:
TERCERA PARTE
LITURGIA BAUTISMAL

Inicia el tercer momento de esta celebración, llamada “Liturgia


Bautismal”. La Vigilia Pascual puede ser definida también como la Noche
del Agua, pues Dios a través de ella, ha hecho maravillas a lo largo de toda
la historia de salvación. Ella es símbolo de fertilidad, de fecundidad y de
vida. Pero también aparece como una fuerza incontrolable que causa
muerte. Por eso en el Bautismo vemos esta doble vertiente de vida y de
muerte, poniendo énfasis en su aspecto de vida.
El agua es símbolo de Aquel que es Señor y dador de vida. Con expectación
y gratitud vivamos este momento.

CUARTA PARTE
LITURGIA EUCARÍSTICA
Monición
El punto culminante de esta Vigilia Pascual es la celebración de la
Eucaristía que es el sacramento pascual por excelencia, memorial del
sacrificio de la cruz, presencia de cristo resucitado, consumación de la
Iniciación Cristiana y pregustación de la Pascua Eterna.
Esta Vigilia, culmina con la fiesta de las fiestas con el banquete
eucarístico donde a través de los signos del pan y del vino, participamos con
Cristo de su resurrección y de su vida inmortal.
Ahora, mientras se acercan las ofrendas, preparemos para unirnos
íntimamente con Cristo y con nuestros prójimos por medio de la comunión.
Ya que comulgar es recibir a Cristo y aceptara todos los que nos rodean
Comunión: En el Banquete Pascual es Cristo resucitado quien se nos da
como alimento... Al ir a la comunión, recibamos con fe esta “semilla” de la
vida eterna, pues, Cristo Resucitado se hace accesible a cada uno de
nosotros y se nos ofrece en su Cuerpo y en su Sangre. Vayamos a comulgar
cantando.

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