Está en la página 1de 6

Meditación

hooponopono,
¿alternativa a la
terapia?
por Isabel Reoyo
La meditación hooponopono, como veras a continuación, es una
técnica de sanación milenaria que cada vez toma más presencia en
medios de comunicación, en talleres, cursos, o redes sociales. Su éxito
actual tiene que ver con las promesas que hace respecto a nuestra
propia curación. Pero, ¿es realmente efectiva? ¿es una alternativa a la
terapia? Te contamos en qué consiste esta meditación y cuán
efectiva es.

¿Qué es la meditación hooponopono?


La meditación hooponopono es una técnica de curación milenaria
procedente del chamanismo polinésico. Concretamente, su origen y
desarrollo lo podemos situar en Hawai.

Pero el hooponopono va mucho más allá que una práctica


meditativa, ya que está enmarcada en toda una filosofía, en toda una
forma de afrontar el malestar, las dificultades vitales, los procesos de
perdón, y, en definitiva, de sanar nuestro interior y desprendernos de lo
que nos estanca y bloquea.

Vamos a ver un poco más en profundidad esto.

Bajo la filosofía del hooponopono, se entiende que las personas


somos enteramente responsables de lo que nos ocurre y de que
tenemos, también, la responsabilidad para sanar y mejorar nuestro
bienestar en la vida. Es decir, que cada persona es dueña de su
propia realidad, y que esta realidad va a depender de lo que nos esté
pasando dentro. De hecho, en la antigua Polinesia, se tenía la creencia
de que la enfermedad o la escasez en las cosechas -entre otras
penurias- estaban muy relacionadas con aquellos asuntos que no
estaban resueltos en nuestro interior, y, especialmente, con errores
que hemos cometido y que no hemos enmendado. Es por esto que a
la meditación hooponopono también se la conoce como la
“meditación del perdón”.

Esta tradición ancestral fue desarrollándose y ya no solo fue


empleándose para rectificar o corregir errores, sino para limpiar
nuestra energía y hacernos responsables de nuestra curación ante las
diferentes adversidades que se nos presentan. De hecho, la palabra
hawaiana Ho’oponopono se puede traducir como “higiene mental” o
“limpieza mental”.

La forma en la que esta limpieza mental se consigue, y a través de la


cual se espera -en esta tradición- llegar a la autosanación es
mediante la meditación Hooponopono. Consiste en hacer
respiraciones profundas mientras se repiten mentalmente los
siguientes mantras: “lo siento”, “perdóname”, “te amo”, “gracias”.
Es decir, manteniendo los ojos cerrados y en una postura meditativa,
vas repitiendo de forma continua y seguida estas palabras, una y otra
vez. Y, ¿por qué estas palabras? Porque cada una de ellas tiene
relación con los principios del Hooponopono: reconocer nuestros
errores, hacernos responsables de lo que vivimos, actuar desde la
gratitud, e integrar todo ello desde el amor y la autoayuda. En
conjunto, las frases podrían decir algo así como “perdona por la parte
que hay en mí que está creando esto”.

En conclusión, la meditación hooponopono pretende que, al


responsabilizarnos de nosotras y nuestro estado, nos podamos
liberar, llegar a la paz y equilibrio, y aprender de la adversidad para
llegar a un mayor crecimiento.
¿Qué hay de real en la meditación
hooponopono?
Vale, muy bonito hasta aquí, ¿verdad? Pero… ¿es todo tan bonito, fácil
y sencillo?
Quizá haya aspectos de la tradición del hooponopono con los que
estés de acuerdo o que a ti, personalmente, te sirvan de ayuda. Y está
bien si es así. Tú te conoces y eres libre de decidir sobre lo que sientes
que necesitas. Pero analicemos un poquito está práctica.

Es cierto que las personas tenemos una gran capacidad para tomar
la responsabilidad sobre la manera en la que afrontamos las
adversidades. Esto es lo que conocemos como resiliencia: la
capacidad para afrontar, aprender, y transformarnos y crecer ante las
dificultades que vivimos. Tenemos recursos que podemos usar para
ello, y, en el caso de no tenerlos, podemos desarrollarlos. Pero, ¡ojo! No
somos responsables de todo lo que nos sucede, ni por supuesto
somos culpables de nuestro malestar. Estos mensajes, lejos de
ayudarnos, nos hacen sentir culpables y frustradas cuando no
podemos solas. Y la realidad es que no siempre podemos solas… y,
¡está bien que sea así!

En este sentido, cuando se trata la meditación hooponopono como un


recurso de autoayuda, tenemos que tener en cuenta que esto no es
realista y que, cuando se anuncia como tal, se están creando unas
expectativas falsas que flaco favor pueden hacernos. Además, se
está tirando por tierra un recurso tan importante como es la terapia
psicológica.

Por otro lado, en relación a que la meditación hooponopono se use


como método para el perdón, ¡ojo también! El proceso de perdón -
tanto hacia otra persona como a nosotras mismas- es difícil y puede
estar asociado a trauma. Por tanto, es necesario procesarlo con
tiempo, cuidado y, en muchas ocasiones, con ayuda. Además, no en
todo momento estamos preparadas para perdonar y eso no nos
hace peores personas, ni tampoco culpables de nuestro malestar.

En definitiva, lo haces lo mejor que puedes con los recursos que tienes.
Por eso es esencial que huyamos de discursos que nos hacen sentir
culpables de cómo estamos o de lo que nos pasa.

¿Puede la meditación hooponopono ser una


alternativa a la terapia?
Al principio te decía que esta técnica está popularizándose cada vez
más, y esto tiene mucho que ver con las promesas o garantías que
suelen darse derivadas de su uso. En muchas ocasiones,
la meditación hooponopono se anuncia como una solución a los
problemas, como una forma de aumentar la autoestima, como un
método de autocuración efectivo, como una vía para superar
traumas, e incluso como una cura para la ansiedad y la depresión.

Ahora bien, es esencial que no confiemos en soluciones mágicas


ante problemas tan complejos como son la ansiedad, la depresión, o
el trauma, u otros tantos que nos pueden estar generando malestar.
Estas situaciones necesitan ser abordadas en un contexto
terapéutico y con el acompañamiento de un/a psicólogo/a, para que
puedas ir a la raíz del malestar actual, y, con comprensión,
compasión, empatía, tiempo y cuidado, vayas desarrollando
herramientas que te ayuden a afrontar la realidad de tu vida.

Desde la meditación hooponopono, frecuentemente, se dan garantías


de aumentar el bienestar general con su práctica. Sin
embargo, nuestro bienestar tiene muchas patas, y hay que revisar
todas ellas para que la silla sobre la que nos apoyamos no se quede
coja. No existen trucos, ni soluciones sencillas o rápidas.

Es cierto que la meditación es un recurso muy potente para cuidar


nuestra espiritualidad y nuestra salud en general, ya que tiene
beneficios como el entrenamiento de la atención plena o la relajación,
entre otros. En este sentido, quizá sientas que te gusta o te viene bien
practicar la meditación hooponopono, ¡genial!

Lo que sí es importante que hagamos es elegir lo que hacemos con


información y expectativas reales, y que nos podamos preguntar
para qué estamos haciendo lo que hacemos. Si utilizamos esta
meditación como un método de autosanación, autocuración,
autoayuda, o como la única forma de solucionar nuestro malestar, es
esencial saber que es probable que acabemos poniendo parches a lo
que realmente nos pasa y que nos sintamos frustradas al no
conseguir estar mejor. Puede ocurrir, incluso, que nos sintamos peor
en algunos casos en los que esta práctica toque heridas que no
tenemos curadas.

Como ves, la meditación hooponopono no ha de considerarse una


alternativa a la terapia. Es en terapia donde podemos trabajar de
forma profunda y efectiva los problemas que tenemos en nuestra
vida. Así que, porfi, ten cuidado de confiar en alternativas que se
anuncian bajo el paraguas de la autosanación y que te hagan sentir
responsable de todo. No quieras sanar rápido, sino sanar bien.

También podría gustarte