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La “Nacho Nostra”
Peor que un politiquero es un politiquero que posa de estadista. Peor que un clan político es
un clan político sin “políticos” que funciona como cartel de la contratación bajo ropajes de
“técnicos” y académicos. Peor que el autoritarismo confeso, es un autoritarismo que se
disfraza con retórica comprensiva para presentarse con una impostada superioridad moral.
Más antiético que una red de corruptelas, es que éstas reciban la reverencia de la opinión
pública como “autoridades intelectuales”, cuando más tienden a ser autores intelectuales del
detrimento del erario. Aún más grave que derechizar la educación, es hacerlo a nombre de “no
meterle política”, para mantener un manejo antidemocrático de espaldas a la necesaria
rendición de cuentas. La legalidad solo es parte del problema, ya que hay mafias legales que
hacen palidecer a cualquier cartel ilícito.
Para no hacer infinito el carrusel de cargos en que se rota este grupo político que se apropió
la UN, basta mencionar cómo bajo la participación del vicerrector de Mantilla, Diego
Hernández en el gobierno Duque, crea la pomposa y fracasada “Misión de Sabios 2019”
coordinada -vuelve y juega- por el exrector y exdecano de Ciencias, Moisés Wasserman. De
forma por decir menos curiosa, la única facultad de la UN que adquiere categoría de
“secretaría técnica” de dicho informe será la Facultad de Ciencias, bajo la relatoría del
docente Diego Alejandro Torres, hoy representante profesoral al CSU a quien el comité de
representantes profesorales le pide su renuncia por su participación en el concierto de
elección de rector en casa de su exdecano Mantilla.
Además de los debates de fondo de las recomendaciones la supuesta Misión de Sabios -como
la articulación “universidad empresa”- aparece bajo este contexto otro actor clave de la burla
a la consulta universitaria. Como ficha de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez participa con
el pintoresco cargo de “asesor gerente” de tan sapiente misión, un joven de nombre Humberto
Rosanía Ortega, quien será ternado por el gobierno Duque para ser el delegado del CESU ante
la UN, sin que perteneciera a dicho cuerpo colegiado ni hubiese tenido relación alguna con la
Nacional, salvo su trabajo con Hernández, Wasserman, Torres y Cía.
No estamos solo ante una jugadita matemática del exrector Mantilla para su enésima rectoría
en cuerpo ajeno. La excusa de las amenazas además de estigmatizar a la comunidad
universitaria y develar la doble moral de unas directivas indolentes contra reales casos de
riesgo, solo buscan ocultar el necesario debate público que sustenta cualquier ejercicio
democrático. Estamos presenciando una práctica propia de la acumulación por desojo que
caracteriza David Harvey, donde el pillaje y la coerción posibilitan la apropiación privada de
bienes y recursos que no lo eran. Mucho academicismo impostado, pero una praxis similar a
la de cualquier captor de renta pública y de una simple red clientelista.
Bien definió Ford Coppola que su trilogía de El Padrino no era la historia de la “Cosa Nostra”
sino una metáfora del ascenso del capitalismo y la concentración mafiosa de poder y
recursos. Quizás si conociera la U. Nacional podría ampliar su saga, con aventuras de un
gansterismo reputado y plagado de títulos, con Dones matemáticos y consiglieres físicos.
Pero mejor que no venga al campus, no sea que se le caiga encima el techo del deteriorado
edificio de Cine y TV, para el que no han alcanzado los cálculos presupuestales de la rectoría.
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(/francisco-toloza/632-la-nacho-nostra.html)