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TEMA 1: ROMANIZACIÓN

INTRODUCCIÓN:​ La romanización en la península ibérica abarca desde finales del s. III a.c hasta finales del
s.V d.c . Durante este periodo se produce el proceso de aculturación que se define por la asimilación política,
tecnológica, económica, cultural... que experimentaron diversas regiones conquistadas por Roma. La conquista
supuso una romanización con diferencias en el tiempo y el espacio, con zonas más romanizadas como el valle
del Guadalquivir con gran riqueza agrícola y menos romanizadas como la cornisa cantábrica. Este proceso a
menudo es apoyado por las élites indígenas, con el propósito de mantener sus privilegios (derechos a la
ciudadanía, acceso a las magistraturas municipales...etc ). La llegada de los romanos a la península ibérica se
enmarca dentro de la II Guerra Púnica, iniciándose así la conquista de la península. Durante la primera etapa de
conquista los romanos desembarcan en Ampurias y toman la fachada mediterránea y el valle del Guadalquivir
(218 a.c - 197 d.c). En la segunda etapa, (197 a.c - 139 a.c) los romanos luchan contra los celtíberos (Numancia)
y los lusitanos (derrotando a Viriato) haciéndose con el dominio de la meseta. Por último, en la tercera etapa
(29 a.c - 19 a.c) Augusto, primer emperador con poder absoluto, conquista la península acabando con los
saqueos y controlando las minas de oro del norte de España al dominar a los cántabros y astures.

DESARROLLO:​ Para administrar el territorio, los romanos dividieron la península en provincias que a su vez se
subdividieron en conventos jurídicos (conventus). Cada una de ellas estaba dirigida por un pretor asesorado por
el consilium. En los inicios de la conquista (siglo III a.c) Hispania se dividió en provincias de ulterior (valle del
Guadalquivir) y de citerior (fachada mediterránea). En la época de Augusto (27 a.c) existían dos tipos de
provincias, las senatoriales controladas por el Senado romano (Bética) o imperiales controladas por el
emperador (Tarraconensis y Lusitania). Posteriormente, en el año 294 d.c el territorio se subdividió en
Tarraconensis, carthaginensis, bética, Lusitania y Gallaecia. Más tarde, aparece la Mauritania-Tingitana (en
África) y la balearica con las cuales quedaron integradas en el gobierno de Diocleciano con una unidad
administrativa superior: La diócesis de Hispania (perteneciente a la Prefectura de las Galias).

En lo que respecta a la civilización romana fue esencialmente urbana diferenciándose en ciudades privilegiadas
(colonias y municipios) y no privilegiadas (estipendiarias, libres y federadas). Las colonias fueron territorios
fundados por Roma (Caesaraugusta, Emerita Augusta y Asturica Augusta), gobernadas por los magistrados
(elites, cuestores y diumvirus) con poder legislativo y sus ciudadanos disfrutaban del derecho romano (civil y
legislativo). Los municipios eran ciudades que ya existían cuando llegaron los romanos, sus ciudadanos
disfrutaban de derecho latino (civil) y los magistrados del romano. Debían de pagar tributo y prestar auxilio
militar. Dentro de las ciudades no privilegiadas, las estipendiarias estaban sometidas a la fuerza por Roma,
pagaban impuestos (estipendium), debían suministrar tropas y eran gobernadas por el pretor. Las libres eran
ciudades que habían sido colonias de Roma, no estaban gobernadas por el pretor y los ciudadanos pagaban un
tributo.​ ​Por último, las federadas conservaban su independencia política, no estaban sometidas por el pretor y

debían prestar ayuda militar.


Con respecto a la sociedad, podemos destacar en la cúspide el orden senatorial, formado por grandes
terratenientes que monopolizaban los altos cargos de la administración y la vida municipal (consejo).
Después, se encuentra el orden ecuestre, formado por comerciantes y funcionarios que controlaban el ejército
y los cargos municipales. A continuación, los populus que eran pequeños propietarios, artesanos y libertos
(antiguos esclavos que habían comprado su libertad) que se agrupaban en gremios. Por último, los esclavos
podían ser públicos o privados y no poseían de derechos.
En cuanto al comercio, va a ser del tipo colonial, al menos hasta el Alto Imperio que se basaba en la exportación
de materias primas y la importación de productos manufacturados o de lujo. A partir del Bajo Imperio, poco a
poco este comercio colonial va a ir desapareciendo como consecuencia del desarrollo de la producción que
demandaban las ciudades. Además, la mano de obra es esclava en su mayoría, sobre todo en la mina y en los
latifundios. La mayoría de las minas eran del Estado, aunque algunas se alquilaban y con el paso del tiempo
pasaron a ser propiedad privada. Por otra parte, en principio todo el territorio es propiedad del Estado (Ager
publicus), pero las tierras podían ser devueltas a sus antiguos dueños, o ser repartidas entre los colonos o
pueblos indígenas.

Dentro de las actividades económicas destaca la agricultura y la ganadería, la pesca, la artesanía y la minería. Se
alcanza un gran desarrollo de la agricultura gracias a la introducción del regadío, el barbecho y el arado romano
y los principales cultivos son los cereales, el olivo y la vid que forman la triada mediterránea y las frutas y
hortalizas. En la ganadería se desarrolla la cría de bovinos (producción de lana) y en la pesca destaca el salazón
(garum). La minería es una de las actividades más importantes y extraían oro de las minas de Las médulas, plata
de Cartagena y Sierra Morena, mercurio de Almadén y cobre de Huelva. Las ciudades se convierten en centro
de intercambios comerciales con la introducción y gran uso de la moneda. Por último, los romanos construyen
una red de calzadas que unen los centros de producción con los de consumo y los puertos de exportación con
propósito económico y militar. Destaca la vía Augusta que conectaba la Bética con Roma y la Vía de la Plata que
unía los centros mineros del sur con el noroeste peninsular.

Durante el s. III el imperio romano sufre una gran crisis en todos los ámbitos (económico, político y militar)
debido a la dificultad de administrar territorios tan amplios y de la incapacidad tecnológica de poder conquistar
más territorios. Esto dio lugar a la disminución de mano de obra y esclavos y también al encarecimiento de
estos y de los productos. Además, en el año 212 d.c Caracalla otorga el derecho romano a todos los ciudadanos
dando lugar a que no pagaran impuestos y a una disminución en los ingresos fiscales. Esto acaba con el freno de
actividades productivas como el comercio y la agricultura y el colapso total del imperio.

Por otra parte, los gobernadores empiezan a gobernar de forma absoluta convirtiéndose en dictadores,
asimismo los continuos golpes de estado provocando guerras civiles. El campo y los grandes latifundios se
convierten en el principal sustento económico y las ciudades comienzan a despoblarse produciéndose la
ruralización. Debido a la inseguridad, los pueblos buscan protección en los terratenientes a cambio de su
trabajo en los campos dando lugar al sistema de colonato, antecedente del feudalismo. Esto conlleva al
desarrollo de una producción de autosuficiencia, la desaparición de la moneda y la aparición del trueque que
acabó totalmente con el freno del comercio. Por último, la invasión por parte de los bárbaros (francos y
alamanes) acelera más el proceso de crisis económica y política conduciendo así a la desaparición del Imperio
romano en el 476.

CONCLUSIÓN:​ En conclusión, Hispania se incorpora completamente a la cultura romana. El latín se difundió


como lengua de prestigio que más tarde ha dado origen a las principales lenguas de España: el catalán, el
gallego y el castellano. Además, destacan Trajano y Adriano como emperadores hispanos y grandes autores
latinos como Séneca, Marcial, Lucano… En cuanto a las manifestaciones artísticas encontramos multitud de
monumentos y manifestaciones artísticas como el acueducto de Segovia , el arco de Barà (Tarragona), el puente
de Alcántara… Por último, el derecho romano (básico para comprender el derecho occidental actual)
se extendió por toda la península y en el año 380, Teodosio I impone el cristianismo como religión oficial y única
en el resto del imperio.

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