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Resumen
Trayectorias sinuosas llevaron a nuestra Semiótica, desde los estudios sobre medios masivos y sus
relaciones con los espacios sociales, al estudio de las plataformas mediáticas y las interfaces de
interacción de redes soportadas en la Web.
Mientras se profundizan las investigaciones sobre el universo de las nuevas mediatizaciones, los
trayectos se especializan y las disciplinas van encontrando nuevas maneras de abordar a los
diferentes fenómenos. Se va comprendiendo que, en el mundo de la hipermediatización, uno de
los componentes centrales sigue siendo el intercambio discursivo mediatizado, que presenta
novedades trascendentes, pero que conserva ciertos rasgos centrales de la comunicación masiva.
Este artículo está enfocado en el desarrollo del trabajo de un equipo que, desde la semiótica de
los medios, comenzó a estudiar las mediatizaciones del sonido y sus relaciones con lo urbano y
cuya trayectoria de investigación lo llevó al estudio de plataformas mediáticas y circuitos
musicales. En ese recorrido se han discutido y profundizado enfoques semióticos, pero también
se han generado relaciones en nuevas escenas transdisciplinarias con la etnografía, la
microsociología, la ecología de los medios y el big-data.
Palabras clave: mediatizaciones, plataformas, semiótica, etnografía, ecología
Abstract
Sinuous trajectories led our Semiotics, from studies on mass media and their relationships with
social spaces, to the study of media platforms, the interaction interfaces of social networks
supported on the Web.
As research on the universe of new mediatizations deepens, studies become specialized and
disciplines find new ways to approach different phenomena. It is understood that, in the world of
hypermedia, one of the central components continues to be the mediatizated discursive
exchange, which presents significant novelties, but which retains certain central features of mass
communication.
This article is focused on the development of the work of a team that, from the semiotics of the
media, began to study the media of sound and its relations with the urban, and whose research
career led to the study of media platforms and musical circuits. In that journey, semiotic
approaches have been discussed and deepened, but relationships have also been generated in
new transdisciplinary scenes with ethnography, microsociology, media ecology and big-data.
Keywords: mediatizations, platforms, semiotics, ethnography, ecology
1
En esta versión escrita se sigue con bastante fidelidad la presentación oral de treinta minutos en un panel
compartido con Peter Torop, en el 14° Congreso Mundial de Semiótica, organizado por la AAS y la UNA,
junto con la IASS/AIS, en Buenos Aires. El título de la convocatoria era TRAYECTORIAS y ello justifica buena
parte del enfoque decidido que, además, se eligió para abrir campos de discusión a nivel internacional. Se
ha mantenido por ello un cierto tono coloquial. No se incluyen todas las referencias bibliográficas que serían
necesarias porque haría demasiado denso el texto, se han privilegiado las necesarias para la comprensión
del enfoque y la de las redes efectivas de trabajo en el que está contenido nuestro equipo.
1
1. Introducción. La trayectoria desde la experiencia de investigación
Aquí hemos elegido organizar nuestra presentación desde el punto de vista de nuestro
equipo de investigación en el que, gracias a subsidios de la investigación universitaria,
hemos desarrollado una trayectoria de trabajo de cerca de un cuarto de siglo. En esa
trayectoria se han visto, primero, conmovidos nuestros objetos de estudio y luego,
progresivamente, buena parte de nuestras formulaciones teóricas y propuestas
metodológicas.
Dada la extensión del tema, no organizamos esta presentación con formato narrativo
(como secuencia temporal) ni argumentativo (de lo general a lo particular, o viceversa).
Lo hacemos en formato mosaico, poco frecuentado por la vida académica pero muy
presente en diversas mediatizaciones. Esa idea la había formulado Abraham Moles (1978)
2
como un componente general de la cultura de masas, la que actuaría como “un mosaico
de elementos dispersos”. Una idea fuerte y difícil de instalar por la hegemonía de lo
narrativo en nuestra sociedad. Esa propuesta trae a la escena la noción greimasiana de
isotopía, pensada para responder a la heterogeneidad discursiva, desde la que “el
problema de la unidad del mensaje, indiscutiblemente captado como un todo de
significación, se plantea inevitablemente” (Greimas 1976: 106). Las redundancias
gramaticales y las jerarquías semánticas, pero también la presencia de relatos y
argumentaciones han servido para proponer isotopías. De todas las que ha propuesto
Greimas, confiamos aquí en las isotopías estilísticas, esos rasgos conflictivamente
comunes que agrupan, para la propia sociedad, a conjuntos de textos y/o a sectores
sociales.
3
convocatoria en su título mencionaba la presencia del código lengua. De hecho, en el
recorrido de sus páginas, se recogen o producen los primeros cuestionamientos que se
hacen en nuestro país a la aplicación directa del saber de la lingüística al estudio de los
discursos materialmente complejos de los denominados medios masivos de
comunicación.
Tanto Eliseo Verón, como Oscar Steimberg y Oscar Traversa, hasta donde conocemos, han
evitado hablar de una corriente argentina de estudios semióticos sobre mediatizaciones
4
y se debe respetar esa voluntad implícita. Pero esos rasgos descriptos, seguramente entre
otros posibles de seleccionar, hablan de un estilo de trabajo que ha organizado la vida
académica de decenas de investigadores a través de un buen número de décadas2.
− Internas entre quienes sostienen por un largo período, como es el caso de nuestro
equipo, el enfoque sobre campos de estudio, como Oscar Steimberg, sobre géneros,
estilos y transposiciones, Oscar Traversa, sobre los diversos soportes de cada
mediatización y sus matices, Lucrecia Escudero-Chauvel, sobre el estudio de los
discursos políticos y sus relaciones con las teorías de la Agenda o Mario Carlón, sobre
la tensión entre mediatizaciones y circulaciones; en estos casos la exploración de un
fenómeno mediático se desborda hacia temas ecológicos, sociológicos, etnográficos o
2
No pretendemos referirnos al conjunto de la semiótica argentina, sino tan solo a la que se enfocado
durante décadas en las mediatizaciones. Un primer esfuerzo de historización de las relaciones entre lo
semiótico con otras vertientes de los estudios comunicacionales en la Argentina es el realizado por
Ricardo Diviani (2019). Muy interesantes las relaciones complejas entre estudios sobre los medios masivos
y la cultura popular y el componente ideológico y político, muy especialmente en sus artículos 4 y 6.
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de estudios culturales. Y por supuesto, la insistencia en las ciudades imaginarias de
Armando Silva, tan importante para nosotros, cuyo foco en la semiótica no le ha
impedido dialogar con el lacanismo en diversos niveles.
− Centrífugas quienes van explícitamente a cruzar a una disciplina ajena, como Eliseo
Verón y Oscar Traversa explorando las mediatizaciones de larga duración y cruzándose
con la con la arqueología y la historia de larga duración de Leroi-Gourhan; o José
Enrique Finol, Rocco Mangieri o Massimo Leone cruzando semiótica con lo
antropológico; o Carlos Alberto Scolari, yendo desde una semiótica de las interfaces a
la ecología de los medios; en todos estos casos, sea por registrar limitaciones
disciplinarias o desbordes o reformulación de nuevos objetos, la búsqueda multi o
transdisciplinaria es explícita.
Cualquier listado sería incompleto y superficial pero el recorrido aquí muestra que lo
semiótico hace tiempo, y respecto de muchos espacios, que está en convergencia con
otros enfoques disciplinarios y hasta temáticos3.
¿Qué es lo que está en el origen de esas líneas de trabajo, que cuestionan el esfuerzo de
la institución académica por clasificar y encorsetar a las disciplinas y a sus objetos
respectivos? ¿Qué es lo que las sostiene? ¿Las preocupaciones originales de cada
3
Lo dicho aquí no representa al conjunto del trabajo de ninguno de los autores citados y, tal vez, ni siquiera
el componente central de su trabajo. Los mencionamos sólo para mostrar que el supuesto aislamiento de
la Semiótica, si es que existe en extensión, no se debe la voluntad de secesión de sus investigadores sino,
más bien, a la falta de transversalidad de muchos otros puntos de vista.
6
investigador? ¿El modo en el que un campo académico en su devenir cotidiano redefine
los temas a los que se dedica? ¿Esa interrelación, que parece inevitable, con otras
disciplinas cercanas? No hay respuestas puras, el trabajo de investigación es un camino
sinuoso y hojaldrado con múltiples límites y posibilidades, influencias, atajos y laberintos.
Pero no puede dudarse que este universo de semiótica dedicada a las mediatizaciones,
no ha hecho nada más que expandir las fronteras de la disciplina, defendiendo la
complejidad de sus objetos y buscando puentes para relacionar sus resultados con otros
enfoques y/o intereses.
El clima, apenas sugerido aquí, de la Semiótica de los medios en la Argentina de los años
80, facilitaba el enfocar una investigación en el espacio vacante de lo radiofónico, en un
momento en que esa mediatización enfrentaba nuevos cambios. Desde el primer
momento entendimos que la radio se construía en sistema con lo telefónico y lo
radiofónico. Las industrias de lo informativo y de lo musical no se explican sin la
interacción de los tres medios en un modo que hoy denominaríamos como en plataforma
más que en red. Fue una revolución lateralizada por lo escritural y lo audiovisual, pero
aun el cine y la gráfica tuvieron que establecer relaciones de dependencia con el sistema
sonoro.
Entre los 60 y los 80, las mediatizaciones del sonido resistieron la pérdida de centralidad
en la preocupación social y académica, que pasó a la televisión, con la revolución sonora
de lo estereofónico y la edición en estudio, por un lado, y la miniaturización y la
portabilidad sosteniendo su importancia en lo intersticial, por el otro, para desembocar
en la telefonía móvil y la digitalización que abrirían, desde lo sonoro, la puerta a las nuevas
mediatizaciones digitales y en red (Fernández 2017a).
Hoy estamos agregando a nuestras reflexiones sobre la mediatización del sonido otra
mediatización que también tenemos siempre frente a nosotros: la comunicación gráfica
en la vía pública, que les llega a los individuos fuera de su voluntad, como en profundidad,
sólo por desplazarse por las calles de una ciudad. Cada individuo va seleccionando, más o
menos conscientemente, entre los múltiples textos con que se encuentra, cuáles va a
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recordar y qué va a recordar entre esa diversidad. Y eso ocurre, con sus diferencias, tanto
en New York, Paris o Buenos Aires, como en ciudades de pequeña escala.
Si se entrevista, como hemos hecho hace algunos años, a caminantes que acaban de
recorrer la calle Cerrito, paralela a la Av. 9 de Julio, entre Lavalle e Hipólito Yrigoyen,
cruzando entre ambas a la Av. Corrientes, acerca de qué registran haber visto y
comprendido, y a qué lo atribuyen, se comprobarán dos fenómenos de interés: recuerdan
muy poco y lo que recuerdan está relacionado con algún interés coyuntural (apetito,
cansancio, deseo) o estilístico (interés por la tecnología o la política). Es decir que la
participación en el intercambio discursivo, como ocurre con la radio, no está relacionada
solamente con la oferta, sino con la interacción con diversidades de, por decir así, las
demandas en recepción.
Así descriptas, las mediatizaciones del sonido y las gráficas en vía pública (a veces se
presentan también audiovisuales, pero con este régimen de recepción) pueden
denominarse como intersticiales, tal como Igarza (2009) denomina a las mediatizaciones
móviles en producción, si bien en estos casos se trata de intercambios en broadcasting y
solamente en recepción. Pero ambas mediatizaciones requieren la acción del receptor
para, más que recibir pasivamente, interactuar con los textos que busca o que lo
encuentran a él. Como se, en el mismo movimiento, la temática actual de la movilidad
tiene una trayectoria previa a la de la explosión del smartphone (Scolari y Logan 2014).
Más allá de que, por supuesto, ese enfoque entre etnográfico y sociosemiótico de
construir la audiencia es aplicable a cualquier mediatización, de hecho, confirma a estas
mediatizaciones como específicas, diferentes. Por esa diferenciación profunda puede
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entenderse la escasa atención que prestaron y prestan los investigadores de medios
audiovisuales y escriturales a las mediatizaciones que no utilizan imagen y letra y espacios
fijos de recepción.
A las dificultades del ejercicio de los sistemas de intercambio referidos, debemos agregar
la insistencia del modelo mosaico, que mencionamos antes. Lo mosaico se encuentra en
todo tipo de mediatización masiva. En realidad, los modelos organizados alrededor de un
relato o de una argumentación jerarquizada se los encuentra solamente en el cine y en el
libro, y en una parte importante pero no hegemónica, de la televisión. La radio, la vía
pública, la prensa desde el siglo XIX, buena parte de la televisión están constituidas con
textos mosaicos a los que las audiencias pueden acceder o de los que pueden retirarse sin
perder algún posible sentido general. Una especie de función que comienza cuando usted
llega.4
4
Un caso muy especial, y que hemos hecho notar desde el trabajo citado de 1987, son los programas de
relatos deportivos que no están construidos alrededor de un relato, en el sentido de Todorov sino como
mosaicos. Para ver la génesis de este género en la radiodifusión argentina a fines de la década del siglo XX
Fraticelli (2008), y para ver ciertos procesamientos de los programas de relatos radiofónicas en la prensa
on-line, Porto López (2010).
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mediatizaciones.
Las mediatizaciones intersticiales, como las de sonido y las de vía pública instalan en los
estudios semióticos una problemática específica respecto de la complejidad: no resulta
sencilla la elección de un corpus que represente el tema a estudiar, ni presuponer
siquiera, qué enunciadores y enunciatarios son pertinentes para ese fragmento de la
semiosis. Esa complejidad, se puede aceptar y comprender mejor ahora cuando
plataformas de uso cotidiano como Facebook, Twitter, Instagram, Google, WhatsApp y
YouTube, por mencionar a las de mayor incidencia social, incluyen en sus
pantallas/interfaces muy diferentes discursividades.
Tal vez como parte de ese fenómeno, se produce la complejidad creciente de las diversas
líneas de investigación en diferentes disciplinas, que nos obliga a precisar cuál es nuestra
unidad de análisis en nuestros proyectos de investigación.
La unidad de análisis que proponemos como general, desde los estudios semióticos sobre
mediatizaciones, es la de sistema de intercambio discursivo mediatizado; denominamos
así a todo proceso de interacción/pasaje de textos (materiales portadores de sentido
social) entre actores humanos o maquínicos, individuales o institucionales, en toma
directa o con desplazamientos temporales, en contextos semejantes o diversos.
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lectores o los llamados telefónicos muy tempranos a las radios fueron procedimientos
de intercambio, aunque con un delay que justificó la aplicación sobre ellos del modelo
veroniano de distancia entre producción y reconocimiento, con la siguiente
imposibilidad de estudio de la circulación (volveremos sobre esto más tarde).
La propuesta metodológica básica es que, siguiendo al Verón peirciano, en los textos que
se intercambian en los sistemas mediáticos, se encuentran marcas del uso que se
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constituyen en huellas de sus materialidades y dispositivos técnicos con los que está
construidos y distribuidos, de las clasificaciones genérico-estilísticas en las que se
inscriben, y de las propuestas de prácticas comunicacionales y relaciones con usos y
hábitos de la vida social. En esas marcas se deben encontrar los actores (individuales,
maquínicos o institucionales) que intervienen y no en estructura institucional, pública o
privada, que los sostiene.
Conviene tener en cuenta las observaciones que hace Lévi-Strauss al privilegio otorgado
por Mauss al objeto maná como central en los sistemas de intercambio y al registro de
que el cambio es lo que se observa sólo en el “dar, recibir, devolver”; Lévi-Strauss aclara
que el sistema no está en el maná, o sus equivalentes, y sus circulaciones, sino que lo
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importante es el sistema relacional en el que se inscribe (Lévi-Strauss, 1979: 32-39).
Llevado esto a los sistemas de intercambio discursivo, desde que Verón dejó en claro que
los discursos son lugares de pasaje del sentido y no de depósito o de acumulación, lo
interesante de estos sistemas de intercambio no está en los imprescindibles textos que
se intercambian, el maná comunicacional, sino en el sistema de relaciones que permiten
su construcción y su intercambio y que dejan marcas textuales.
Tal vez nadie como Umberto Eco haya hecho un gran esfuerzo, en sus momentos
fundacionales, en proponer y discutir fronteras, límites y umbrales para diferenciar los
sistemas de intercambio comunicacionales de los otros grandes sistemas de intercambio
social, como el de los bienes y los de parentesco (Eco,1980). Su conclusión es que “la
semiótica estudia todos los procesos culturales como proceso de comunicación; (y) tiende
a demostrar que bajo los procesos culturales hay unos sistemas” (Eco, 1980: 40).
Buena parte de esa discusión, que incluía términos como código y como mensaje,
quedaron un tanto olvidados por nosotros a partir de la definición de Verón de la semiosis
social como “la dimensión significante de los fenómenos sociales” ) y el enfoque en lo
discursivo y el sentido (Verón 1987: 125), pero la posición fundante de Eco recobra
vigencia en la medida en que Verón asimila mediatización a la autonomía y persistencia
de la fabricación de instrumentos cortantes de piedra, como “primer interpretante, en la
historia humana, del que tengamos una prueba material (Verón 2013: 176). Estas
generalizaciones tan productivas, no han impedido que diferenciemos en diversas
plataformas de la actualidad, intercambios discursivos, intercambios de vínculos afectivos
e intercambios de bienes y servicios; y dejar constancia, en cada caso, de la presencia
imprescindible de los intercambios discursivos.
Las relaciones a tener en cuenta, que provienen de diversas tradiciones dentro de las
ciencias sociales, son las de:
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− Reciprocidad: es un patrón, generalmente menos recordado que los de la simetría y
los de la complementariedad, pero que puede ser considerado como básico porque
tiende a disolver conflictos; hay reciprocidad cuando se parte de condiciones de
asimetría en un intercambio, pero se tiende a la simetría en el largo plazo.
− Simetría: esta relación se observa cuando los integrantes del intercambio tienen los
mismos patrones de conducta o estilísticos, pero se diferencian en la orientación de
esos patrones, la simetría es necesaria para sostener intercambios argumentativos o
combativos, que requieren cierta equivalencia en los intervinientes.
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construye una situación comunicacional, a través de dispositivos que podrán ser o no
de carácter lingüístico” y que puede incluir relaciones entre emisores y receptores
“implícitos, no personalizables”. (Steimberg 2013: 53). Lo enunciativo es, entonces, la
función de construcción de intercambio discursivo, estén o no presentes los
intervinientes durante todo su despliegue. En el enfoque de Eliseo Verón sobre la
mediatización lo enunciativo es clave. Cuando da su tan citado seminario sobre el tema
en Filosofía y Letras de la UBA, lo enunciativo es el nivel clave de descripción y de
periodización del noticiero televisivo; aplica las categorías de simetría y
complementariedad sin incluir lo verbal: el diseño de pantalla, la cantidad de
participantes en ella y la posición de la cámara frente al estudio, definen las relaciones
enunciativas.
Las tres primeras fueron descriptas por Gregory Bateson (1979: 93-94) tratando de
precisar modos de contacto y construcciones de grupos y conflictos entre ellos; las tres
siguientes, en cambio, son producto de las transformaciones de los estudios sobre lo
discursivo en el proceso de comprender los límites del enfoque lingüístico para su
comprensión. La de interacción recupera una larga tradición de los estudios
microsociológicos de base conductista no mecanicista.
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intercambio: así como puede haber respuestas simétricas o complementarias (a una
opinión responder con una opinión, o a una pregunta responder con una respuesta,
también se puede considerar a una opinión como pregunta), en los intercambios se
producen respuestas con diversas temporalidades: leer un texto impreso milenios
después de ser escrito es un tipo de respuesta dentro de un intercambio.
La presuposición y la implicación son dos maneras en las que la verdad de un enunciado puede estar
ligada de modo importante con la verdad de otro, sin que sea el caso que de uno se siga al otro en
el único sentido que toman en cuenta las personas obsesionadas por la lógica (Austin 1982: 97).
“El comportamiento interactivo se basa en reglas de redundancia de este tipo, y si tuviéramos que
escuchar, leer u observar cada expresión que se nos comunica, analizándola elemento por elemento,
la comunicación sería una actividad bastante fatigosa” (Eco 1980: 243).
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La noción de enunciación, por su parte, es propia de la semiótica en general, desde el
momento en que desde la lingüística se trató de construir la noción de discurso. La
importancia que tiene en nuestros estudios está siendo cuestionada por lo que podemos
denominar como evidencias interactivas en la práctica de las nuevas mediatizaciones.
es ese acuerdo que transforma a un individuo en un actor momentáneo, este último, a su vez, objeto
que puede ser visto sin riesgo (offense) en forma completa y extensa, en búsqueda de un
comportamiento involucrado por parte de personas en un rol de ‘audiencia’. (Goffman, 1974: 124,
T.d.A.)
Es decir, nada de contacto directo en las performances cara a cara y recordemos además
que Goffman relaciona la etimología de persona con la de máscara, es decir, más bien en
la línea de personajes más que de personas
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5. El enfoque metodológico
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Estado 5
Semio-Eco Resultados
Dispositivos técnicos
Transposición
Sistema de
intercambio Géneros/Estilos
discursivo
Etno-Socio
Usos/Prácticas
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Semio Análisis 1
historia discursivo Corpus
La fase 1 es el de la selección del corpus a estudiar, que, como vimos, debe representar
al sistema de intercambio discursivo a estudiar (un estudio semiótico presupone el
conocimiento de la vida sociocultural asociada a ese sistema de intercambio). Por
supuesto que para que una investigación avance productivamente, es muy importante
que el corpus, que será el material de estudio, represente muy bien la materialidad del
sistema.
El corpus está constituido, al menos, por las tres series básicas que hemos mencionado:
la de los dispositivos técnicos, la de las presencias genérico-estilísticas y la de las
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propuestas de uso o de prácticas comunicacionales asociadas; además, como evidencia
de su complejidad, estas series se pueden descomponer internamente.
Dispositivos técnicos
RELACIONES
Transparencia/opacidad
TRANSMEDIA
Transposiciones
INTERTEXTUALES
Sistema de
Lo Genérico-estilístico intercambio
discursivo
RELACIONES
Propuestas de uso
ETNO-ECO-
Tipos de interacciones
SOCIOLÓGICAS
Usos y prácticas
Corpus
Objetivos de
investigación
El resultado de ese trabajo, que nos enfoca progresivamente en nuestro corpus, es el que
se presenta en la fase 3, al que denominamos estado sociosemiótico y que puede ser
entendido como el ecosistema mediático discursivo en el que nuestro objeto de análisis
se sitúa. Una esquematización del estado sociosemiótico puede verse en la Figura 2
construido como corte transversal al recorrido semiohistórico. Allí vemos que el proceso
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de investigación sobre las tres series que, en principio, tienen una cantidad infinita de
rasgos, sólo es limitada por la adecuación a los objetivos de investigación.
Recién una vez establecido el estado sociosemiótico de nuestro corpus, y dadas por
conocidas las trayectorias de las diversas series y sus relaciones en sus costumbres
sociodiscursivas, se comienza con el análisis propiamente discursivo de en la fase 4 de la
Figura 2.
¿En qué consiste el análisis discursivo propiamente dicho en este modelo? Ya lo dijimos
antes: en el registro de las marcas en el corpus que se convierten en huellas del
tratamiento de las diversas series presentes en el material y cuyas trayectorias ya hemos
reconstruido en el momento anterior. Allí circunscribiremos texturas que indican el modo
de construcción de los dispositivos técnicos, tematizaciones y figuraciones que proponen
reciprocidades, simetrías, complementariedades, o figuraciones enunciativas que
construyen interlocutores posibles mediante implicaturas o presuposiciones.
20
(Menezes, 2007; de Araújo, 2007). En La construcción de lo radiofónico (Fernández, 2008)
presentamos, por primera vez el modelo de trabajo del punto anterior y, desde ese
enfoque, diversos artículos provenientes de investigaciones individuales dentro de ese
momento del grupo, dieron cuenta del modo en que se fue construyendo la mediatización
radiofónica en la ciudad de Buenos Aires. En artículos de Ximena Tobi, Matías Gutiérrez
Reto, Damián Fraticelli, Mónica Berman, Betina González y Mariano Lapuente se
describieron, tanto el surgimiento de la radio como institución y como discurso, como las
relaciones que la nueva mediatización estableció con la ficción, la música popular y los
deportes. Es, en realidad, un libro sobre historia de los medios, desde un enfoque
semiohistórico, que tal vez tuvo relativamente poca repercusión local, por la secesión que
se registraba en ese momento, todavía, entre lo semiótico y lo histórico en los estudios
sobre medios. Por otra parte, esta publicación nos relacionó con investigadores, al mismo
tiempo, con los medios de sonido y con la sociosemiótica, como el extrañado Mariano
Cebrián Herreros (2007) y Marcelo Kischinhevsky (2017). Con ellos aprendimos y
seguimos haciéndolo sobre las transformaciones de lo radiofónico hacia su
plataformización on-line.
21
Letra. Imagen. Sonido. Ciudad Mediatizada #5, que incluía trabajos de López-Cano, Di
Liscia y Martín Liut (Fernández 2010).
Como uno de los tipos de resultados de nuestro recorrido, hemos construido tres
periodizaciones que relacionan vidas musicales y mediatizaciones: la que denominamos
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interna porque tiene que ver con las consecuencias que cada mediatización tiene sobre
el producto final musical, ese que antes de lo digital se compraba finalmente como objeto
y que ahora circula mayoritariamente como archivos en plataformas de streaming
(Fernández 2014: 34-36). También construimos una periodización que denominamos
como cultural, porque relaciona presencias en las vidas de lo musical en el conjunto de
las mediatizaciones de prácticas artísticas y sus relaciones con diversos espacios de
performances en vivo. Por último, propusimos una periodización de las mediatizaciones
del sonido, con especial enfoque en lo musical, desde la presencia callejera y en
conciertos, hasta la escucha con auriculares en movilidad (Fernández 2017b; 2019). Esas
periodizaciones no las hemos propuesto como historizaciones concluyentes sino como
aproximaciones heurísticas para comprender de un modo innovador fenómenos que se
suceden pero que no necesariamente se relacionan directamente.
Villa Crespo tiene un perfil particular, quizás debido a sus orígenes en las orillas del Arroyo
Maldonado, actualmente canalizado. O tal vez porque es el lugar de nacimiento de figuras
clave del tango, como Paquita Bernardo, el primer bandoneón del tango, u Osvaldo
Pugliese, legendario compositor, pianista y director de orquesta.
5
Dentro del equipo se van ampliando los estudios en diversas plataformas, así, entre otros investigadores,
Pablo Porto-López (2014) avanza con sus estudios sobre la edición/curadoría en las plataformas
informativas on-line y Ximena Tobi (2019) se mete con las propias mediatizaciones que organizan (o
desorganizan) la vida dentro de la comunidad universitaria de Fsoc-UBA.
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En la actualidad, los centros culturales deberían ser importantes objetos de estudio
porque presentan relaciones entre vidas musicales en plataformas mediáticas y
actuaciones cara a cara. Es decir, se trata de casos privilegiados de postbroadcasting.
Nuestra hipótesis es que, a través de esas relaciones, se están generando nuevos circuitos
de prácticas musicales sostenibles más allá del alcance de las grandes plataformas, como
Spotify, y de las grandes disqueras que, a través de las plataformas en streaming, han
visto volver a crecer sus ganancias y su hegemonía (Rocha Alonso 2016).
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El proceso de maduración de las plataformas genera procesos divergentes que dificultan
la investigación y aún la intervención profesional en sus usos. Frente a esa situación se
requieren diversas líneas de investigación, entre ellas la que tienen que ver con
fenómenos de curaduría (Koldobsky 2016) y de recomendación (Cingolani 2017).
En el filtrado colaborativo, mientras Netflix utiliza las evaluaciones en estrellas dada por
sus usuarios, en Spotify se tiene en cuenta la aprobación implícita en las solicitudes de
músicas. Como datos adicionales se aplican otras informaciones del streaming como la
utilización de los temas en las propias play-lists de los usuarios y las visitas a las páginas
de los músicos. Es, por decirlo así, el sistema algorítmico más sencillo, matchea usuarios
y calificaciones parecidos
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El tercer modelo de recomendación que sugiere Ciocca nos resulta de interés porque
cuestiona la necesidad de contar con teorías discursivas, lo cual, si bien debe inquietar a
los semióticos, también puede verse como una oportunidad de reconstruir objetos y
enfoques de estudio. Se trata de la aplicación de Modelos de audio en bruto (Raw Audio
Models)6. Lo de audio en bruto remite a que se trabaja con perfiles sonoros de los temas
musicales, más allá de su clasificación genérico-estilística. Este es un componente de
novedad que nos obligará a discutir estos aspectos con nuestros colegas del mundo
electroacústico. Este tipo de modelo de recomendación sería útil para las
recomendaciones predictivas sobre temas nuevos o desconocidos por el usuario. Es una
proposición rara, porque presupondría que los nuevos temas no estarían incluidos en
paradigmas genérico-estilísticos, sino que se los asociaría a patrones de uso (momentos,
actividades o estados de ánimo). Si bien cuestiona lo que entendemos como actividad
metadiscursiva necesaria para comprender las circulaciones culturales, tiene el interés de
asociar temas y usuarios de lo musical por lo que se considera la materia prima de la
música: los perfiles de audio. Imaginamos que esto generará discusiones específicas con
la musicología, pero ello mismo es también un motivo de interés.
Como se ve, nuestras dos líneas de investigación nos llevan hacia las fronteras de nuestra
disciplina: en un caso, hacia afuera, a interactuar con la etnografía, la ecología de los
medios y la redología y hacia adentro, a observar y entender desde otro punto de vista la
materialidad musical y su relación con las recepciones no conscientes.
6
Las tecnologías clasificatorias de estos perfiles de audio son las convolutional neural networks, la misma
tecnología que está en la base del reconocimiento facial. Sobre ésta área, nueva para nosotros, estamos
avanzando en estos momentos
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La recurrencia de términos como postbroadcasting, complejidad, intersticialidad y
fronteras representa que estamos, y lo estaremos por bastante tiempo, en terrenos
inseguros, no metabolizados todavía por los verosímiles académicos.
Por último, esperamos que haya quedado en evidencia la importancia de estudiar, por un
lado, mediatizaciones y aspectos intersticiales, aun en plataformas que están en el centro
de la escena sociocultural. Además, sostener a las vidas de lo musical como un escenario
clave en el que, lo que otras áreas de la vida social y hasta laboral, son motivo de
experiencia, en ellas ya son práctica profesional.
Referencias
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27
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En: Letra. Imagen. Sonido L.I.S. Ciudad Mediatizada. Buenos Aires: UBACyT, 2011. Nº 10,
1do. Semestre 2015, pp. 43-60.
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Recuperado en https://medium.com/s/story/spotifys-discover-weekly-how-machine-
learning-finds-your-new-music-19a41ab76efe.
De Araújo Duarte Valente, H. (2007). Música e mídia. Novas abordagens sobre a canção.
São Paulo: Via Lettera/Fapesp.
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