Está en la página 1de 10

CONTESTA EXPRESION DE AGRAVIOS

Excelentísima Cámara:

Alejandra Palacios, abogada, Tº 600 Fº 871 C.F.A.L.P, IVA Inscripto, CUIT 27-
24640040-2, Legajo Previsional 85158/5, con domicilio electrónico
27246400402@notificaciones.scba.gov.ar, teléfono 221 15 5527456 en los
autos caratulados: “ALONSO, HUGO DANIEL C/ ANSES S/REAJUSTE DE
HABERES” Expte. FLP 102345/2017, a VS. con respeto digo:

I- OBJETO:

I.- Que vengo a contestar en tiempo y forma el traslado de la interposición de


Recurso Extraordinario presentado por las demandadas contra la resolución de
V.E.

II- AGRAVIOS

PRIMER AGRAVIO: Declaración de inconstitucionalidad del Decreto


807/2016

Con respecto a la petición referida a la sustitución del ISBIC por el RIPTE como
pauta de movilidad para la determinación del primer haber jubilatorio, cabe
recordar que este índice fue instituido por la ley 27.260 para actualizar los
haberes y cancelar las deudas previsionales de todos aquellos jubilados y
pensionados del régimen nacional de previsión que adhiriesen en forma
voluntaria al denominado Programa Nacional de Reparación Histórica mediante
acuerdos transaccionales suscriptos con la Administración Nacional de
Seguridad Social (art. 4).
Como lo señalara uno de los más preclaros civilistas argentinos, “… la
transacción implica sustancialmente un reconocimiento parcial y una renuncia
parcial de derechos. En otras palabras, se renuncia parcialmente a un derecho
para obtener el reconocimiento y consolidación del resto de la pretensión” (v.
Guillermo A. Borda, “Tratado de Derecho Civil – Obligaciones – Octava Edición
Actualizada, Editorial Perrot, Buenos Aires, T. I pág. 553). No consta en autos,
que mi mandante haya adherido al referido Programa de Reparación Histórica,
ni suscripto el acuerdo transaccional que la ley 27.260 reglamenta, por lo que
deviene a todas luces improcedente aplicar el contenido hipotético de un

1
contrato contemplado en esta ley –o cualquiera de sus componentes- a un
tercero que no lo ha suscripto.
De ello se deriva que no corresponde aplicar en la presente causa el
mecanismo de actualización previsto en el art. 5° de la ley 27.260 (RIPTE),
toda vez que el actor no adhirió al referido programa de Reparación Histórica ni
suscribió el acuerdo transaccional que ella reglamenta.

El índice de actualización ratificado por la Corte Suprema en el precedente


“Elliff” se ajusta a su inveterada doctrina sobre la garantía constitucional de
movilidad, por lo que no parece razonable ni justo sustituirlo por otro índice que
es una mera secuela de la renuncia de derechos litigiosos de la transacción
que reglamenta la ley 27.260. Código Civil y Comercial, artículo 1643] y que
además no resulta consubstancial con esta doctrina. El Alto Tribunal señaló en
el considerando 6° de la sentencia que: “Tal conclusión concuerda con lo
señalado por el Tribunal en el sentido de que el empleo de un indicador salarial
en materia previsional no tiene como finalidad compensar el deterioro
inflacionario sino mantener una razonable proporción entre los ingresos activos
y pasivos, que se vería afectada si en el cálculo del haber jubilatorio no se
reflejaran las variaciones que se produjeron en las remuneraciones (causas
"Sánchez" y "Monzo" en Fallos: 328:1602, 2833 y 329:3211). Y más adelante,
concluyó del siguiente modo: “La prestación previsional viene a sustituir el
ingreso que tenía el peticionario como consecuencia de su labor, de modo que
el nivel de vida asegurado por la jubilación debe guardar una relación justa y
razonable con el que le proporcionaban al trabajador y a su núcleo familiar las
remuneraciones que venía recibiendo y que definían la cuantía de sus aportes,
lo que ha llevado a privilegiar como principio el de la necesaria
proporcionalidad entre los haberes de pasividad y de actividad.” (Considerando
11°) Dicho módulo, por lo demás, se ajusta al contenido y alcance de la
garantía constitucional de movilidad y de las dos pilastras en las cuales se
sustenta la misma, a saber, los principios de proporcionalidad y de
sustitutividad (C.N. art. 14 bis), que obligan al legislador y al juez –cada uno en
su ámbito de actuación o zona de reserva constitucional- a cuantificar la tasa
de sustitución razonable que corresponde aplicar, tanto para la determinación
del haber inicial, cuanto para su movilidad futura. En orden a lo anterior, no
parece justo ni equitativo sustituir el índice elegido por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación como pauta de actualización de los haberes devengados,
por otro que representa una mera secuela de la renuncia de derechos litigiosos
que toda transacción entraña y que, por otra parte, no resulta consubstancial
con esta doctrina constitucional. Desde antiguo ha puntualizado la Corte
Suprema de Justicia de la Nación que “… los jueces deben conformar sus
resoluciones a las decisiones que en casos análogos dicte la Corte Suprema
haciendo jurisprudencia” (v. “Videla Magdalena c/García Aguilera, Vicente”, año
1870 Fallos 9: 53; id. “Cerámica San Lorenzo S. A.”, Fallos 307: 1094);
seguimiento que entraña para todos los jueces de la República un “ … deber
moral que se funda principalmente en la presunción de verdad y justicia que a
sus doctrinas da la sabiduría e integridad de los magistrados que la componen
y tiene por objeto -dicho obligatorio seguimiento- evitar recursos inútiles.” (v.
2
“Pastorino, Bernardo, capitán de la barca Nuovo Principio c/Ronillón Marini y
Cía.” Año 1883, Fallos: 25: 364). En cuanto a la aplicación en la presente causa
del Decreto Nº 807/16 y de la Resolución ANSeS 56/2018 peticionada por el
organismo demandado en su memorial de expresión de agravios, no pueden
tener favorable acogida –aunque con diferente alcance por las siguientes
razones. En primer lugar, porque la actora obtuvo su prestación con
anterioridad al “mensual agosto 2016” previsto como “dies a quo” en el punto 5º
de la parte resolutiva del Decreto Nº807/2016. En segundo lugar, porque la
petición de la recurrente que se aplique en estos autos la Resolución ANSeS
Nº56/2018 –contradeciría las prescripciones de este decreto y las razones de
orden público que subyacen al artículo 7 del Código Civil y Comercial de la
Nación- deviene extemporánea o traduce una reflexión tardía que no guarda
relación con los hechos de la causa (CSJN Fallos 331:423).

La Corte Suprema ratificó la aplicación del índice “ISBIC” para la actualización


de las jubilaciones. Los ministros Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y
Horacio Rosatti, en su voto conjunto, confirmaron la aplicación del precedente
“Elliff” del año 2009, que estableció que las remuneraciones consideradas para
el cálculo de las jubilaciones debían actualizarse por el ISBIC (índice de
salarios básicos de la industria y la construcción) sin el límite temporal de la ley
de convertibilidad 23.928 que la Administración Nacional de la Seguridad Social
(ANSeS) había fijado en su resolución 140/95.
Asimismo, declaró la inconstitucionalidad de las resoluciones de ANSeS N°
56/2018 y de la Secretaría de Seguridad Social N° 1/2018 que cambiaban el
índice ISBIC por la variación del RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de
los Trabajadores Estables), y ordenó comunicar al Congreso de la Nación el
contenido de la sentencia a fin de que, en un plazo razonable, se fije el
indicador para la actualización de los salarios computables para el cálculo del
haber inicial en el período 1995-2008, ratificando que, hasta que ello ocurra,
esa actualización se hará por aplicación del citado ISBIC.
Lucio Orlando Blanco, jubilado desde el año 2003 bajo el régimen de la ley
24.241 de 1993, dedujo demanda contra la ANSeS con el objeto de obtener la
recomposición de su beneficio.
La Sala II de la Cámara Federal de la Seguridad Social confirmó la sentencia
de primera instancia que había ordenado, en consonancia con el criterio fijado
en el precedente de esta Corte “Elliff”, que para calcular el nivel inicial de la
jubilación las remuneraciones debían ser actualizadas mediante el ISBIC hasta
la fecha de vigencia de la ley 26.417.

En su voto, los ministros Maqueda, Lorenzetti y Rosatti rechazaron el índice


RIPTE que utilizaban el decreto 807/2016 y la ley 27.260 por no resultar
aplicables al caso. A su vez, ratificaron el criterio jurisprudencial fijado en “Elliff”
en cuanto a la utilización del citado ISBIC −sin el límite temporal de la ley de
convertibilidad 23.928− para la actualización de las remuneraciones utilizadas
para el cálculo de las jubilaciones.

3
La Corte Suprema, por mayoría, declaró de oficio la inconstitucionalidad de
ambas resoluciones −56/2018 ANSeS y 1/2018 SSS− por arrogarse los
organismos que las dictaron el ejercicio de una facultad de exclusivo resorte del
Poder Legislativo Nacional.

A tal efecto, los jueces Maqueda, Lorenzetti y Rosatti sostuvieron que el


Congreso de la Nación –poder representativo de la voluntad popular- recibe de
la Constitución Nacional el mandato de reglamentar el ejercicio de los derechos
constitucionales mediante el dictado de leyes, siempre cuidando de no
desnaturalizar su contenido (arts. 14 y 28 de la Constitución Nacional). La
Corte Suprema, a través de su jurisprudencia, ha reconocido la autoridad del
Congreso para legislar respecto de los derechos reconocidos por el art. 14 bis
de la Constitución Nacional, en particular en cuanto dispone que “la ley
establecerá (…) jubilaciones y pensiones móviles”, lo cual revela la voluntad del
constituyente de que el Poder Legislativo sea el que disponga la extensión y las
características del sistema de seguridad social con el objeto de otorgar “sus
beneficios” a los habitantes de la Nación, fije el contenido concreto de las
jubilaciones y contemple su actualización a los efectos de que cumpla con su
naturaleza sustitutiva.

Añadieron que aun cuando al dictar la ley 24.241 en 1993, el Congreso había
encomendado a la ANSeS que reglamente la aplicación del índice salarial a
utilizarse y en cumplimiento de ello el organismo había dictado dos
resoluciones –Nros. 63/94 y 140/95−, la facultad de elegir el indicador para la
actualización de los salarios computables fue reasumida por el legislador al
sancionarse la ley 26.417 en el año 2008, cuando el Congreso Nacional
escogió un índice combinado aplicable a las remuneraciones que se
devengasen a partir de su entrada en vigencia.

Destacaron que a partir de la mencionada ley 26.417, ni la ANSeS con


fundamento en el art. 36 de la ley 24.241 (según texto 1993 no reformado) ni la
Secretaría de Seguridad Social con fundamento en el nuevo texto del art. 24,
inc. a, de la ley 24.241 (según reforma de la ley 26.417) se encontraban
facultadas para elegir el índice de actualización. La elección de la variable de
ajuste no es un aspecto menor, de detalle, referente al cumplimiento del
régimen de jubilaciones, sino que es una cuestión de la mayor relevancia por
tener directa incidencia sobre el contenido económico de las prestaciones.

Señalaron que la intervención indebida del Poder Ejecutivo Nacional –a través


de la ANSeS y de la Secretaría de la Seguridad Social- al dictar y ratificar la
Resolución N° 56/2018 sin tener la potestad constitucional para hacerlo,
contradecía el art. 14 bis de la Ley Fundamental que conjuga el ideal
representativo con la realización de los derechos sociales, y transgredía la
regla básica republicana según la cual cada poder del Estado Federal debe
actuar dentro de su ámbito de competencia, siendo respetuoso del ejercicio
que los otros pudieran hacer de los poderes que la Constitución les atribuye.

4
Consideraron que es el Congreso de la Nación en su carácter de órgano
representativo de la voluntad popular, el que deberá establecer, conforme a las
facultades conferidas por la Constitución Nacional, el índice para la
actualización de los salarios computables para el cálculo del haber inicial en el
período en juego. Por ello, decidieron que correspondía llevar a su
conocimiento la presente decisión a fin de que en un plazo razonable hiciese
uso de las atribuciones constitucionales que le competen para hacer efectivo el
mandato del art. 14 bis citado.

Por último, los ministros Maqueda, Lorenzetti y Rosatti establecieron que hasta
que ello suceda y dado que la misión más delicada del Poder Judicial es la de
saberse mantener dentro del ámbito de su jurisdicción, sin menoscabar las
funciones que incumben a los otros poderes ni suplir las decisiones que deben
adoptar para solucionar el problema, las cuestiones suscitadas en torno al
haber inicial deberán ser resueltas de conformidad con las consideraciones
dadas por la Corte Suprema en el caso “Elliff”, que establece el ISBIC como
índice de ajuste, hasta tanto el Congreso cumpla con el mandato constitucional
del art. 14 bis. De este modo, el criterio de la Corte deberá ser aplicado de
inmediato a las causas judiciales en trámite.

Cabe destacar que es precisamente en tiempos de crisis económica cuando la


actualidad de los derechos sociales cobra su máximo significado. En tales
etapas críticas, deben profundizarse las respuestas institucionales en favor de
los grupos más débiles y postergados, pues son las democracias avanzadas y
maduras las que refuerzan la capacidad de los individuos y atienden las
situaciones de vulnerabilidad en momentos coyunturales adversos.

En su voto, Elena Highton de Nolasco destacó que originariamente la elección


del índice en cuestión había sido delegada -por el art. 24 inc. a) de la ley
24.241- a la ANSeS y que ese organismo, en ejercicio de dicha facultad, había
considerado que ÍSBIC resultaba el más adecuado a los fines de la ley (cf.
resol. 63/94 y 140/95), pero limitando el reajuste al 31 de marzo de 1991, con
pretendido fundamento en la ley de convertibilidad 23.928.

Agregó que en el conocido precedente “Elliff, Alberto José” –sentencia del 11


de agosto de 2009-, este Tribunal había rechazado la pretensión de la
administración previsional de limitar el ajuste de las remuneraciones base al
mes de marzo de 1991. Como consecuencia de esta decisión, sostuvo que no
resultaba arbitraria la aplicación en la presente del ISBIC, pues se había
convertido en la única pauta de actualización elegida por la ANSeS a los fines
señalados, hasta que el legislador reasumió la facultad de elegir el indicador de
ajuste para los salarios computables mediante la sanción de la ley 26.417.
Conforme a esta normativa, sería de aplicación en el futuro el índice combinado
previsto en el art. 32 a las remuneraciones que se devenguen a partir de su
vigencia (1°/03/2009).

5
Respecto del invocado decreto 807/2016, la ministra Highton de Nolasco
señaló que no era aplicable al caso, pues limitó su alcance a las futuras
prestaciones con alta mensual a partir de agosto de 2016; en tanto que la ley
27.260 (Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados y
Pensionados) destacó el carácter voluntario de su participación, supuesto que
no se verificaba en esta causa.

Con posterioridad a la interposición del recurso extraordinario, la ANSeS dictó


la resolución 56/2018, que disponía para el cálculo del nivel inicial de las
prestaciones –con altas anteriores al 1° de agosto de 2016- la aplicación del
índice combinado aprobado por la resolución de la Secretaría de Seguridad
Social N° 6/2016.

Al respecto, la ministra Highton de Nolasco consideró que la mencionada


resolución se encontraba viciada de nulidad absoluta por haberse emitido
mediando incompetencia. Ello pues fue dictada después de que concluyera –
con la sanción de la ley 26.417- la delegación prevista en el citado art. 24 de la
ley 24.241, sin que pudiese admitirse el ejercicio retroactivo de esa potestad,
declinada durante la vigencia de la norma.

A idéntica conclusión arribó respecto de la resolución 1/2018 emanada de la


Secretaría de Seguridad Social, que ratificó el índice previsto en la resolución
ANSeS 56/2018. Con relación a esta nueva normativa, concluyó que también
es nula, por contener disposiciones de carácter legislativo para la que no se
encontraba facultada esa Secretaría.

Por consiguiente, la ministra Highton de Nolasco confirmó la sentencia apelada


que era favorable a las pretensiones del actor Blanco.

Rosenkrantz concluyó que es innegable que, a lo largo de nuestra historia, la


situación de los jubilados y pensionados ha sido afectada por el dictado de
normas legales y sublegales cambiantes, poco claras y, lo que es más
importante, en muchas ocasiones dichas normas han perjudicado muy
severamente los derechos de quienes merecen una jubilación digna en los
últimos años de su vida. Se trata de una larga historia de postergaciones. De
todos modos, el compromiso que una sociedad debe tener con quienes, con su
trabajo, han contribuido a producir los bienes que todos disfrutamos, no puede
autorizar a esta Corte a alterar nuestro régimen de gobierno sustituyendo al
Congreso de la Nación, que ha habilitado a la Administración a dictar la
reglamentación necesaria para actualizar las remuneraciones. Hacerlo
implicaría ignorar que otros poderes del Estado han válidamente ejercido las
atribuciones conferidas por la Constitución y las leyes aplicables.

Por lo expuesto anteriormente solicitamos la aplicación del índice ISBIC y se


deje sin efecto el decreto 807/16 y Resolución de Anses 56/18

6
SEGUNDO AGRAVIO: Costas

Que esta parte, conforme fue solicitado en la demanda, ha cuestionado esa


norma por no advertir motivo alguno para dispensar a la accionada del principio
general que rige en la materia (art. 68 CPCC), solicitando se declare la
inconstitucionalidad del art. 21 de la ley 24.463 por ser violatorio de los arts. 14
bis, 16 y 17 de la Constitución Nacional.

El Código Procesal Civil y Comercial, en su artículo 68 establece: "La parte


vencida en el juicio deberá pagar todos los gastos de la contraria aun cuando
ésta no lo hubiese solicitado..."

La excepción al régimen procesal de imposición de costas a la vencida,


encuentra su razón de ser cuando hay un vencimiento recíproco, o ambas
pretensiones son rechazadas.

Si se tiene en cuenta que el art. 15 de la ley 24.463 prescribe que “la


Administración Nacional de la Seguridad Social actuará como parte
demandada” claramente se puede concluir que el organismo administrativo
asume la calidad procesal de parte y, por ende, la posibilidad de ser condenada
en costas.

La jurisprudencia ha manifestado en reiteradas ocasiones que “la


responsabilidad que recae sobre el perdidoso en materia de costas, encuentra
su justificación en el hecho de haber generado un proceso o una incidencia sin
éxito, como asimismo en la correlativa necesidad de resguardar la
incolumnidad del derecho que la sentencia reconoce a la parte vencedora,
pues de lo contrario los gastos se traducirían, en definitiva, en una disminución
del derecho judicialmente declarado”. (CN Civ., Sala E, 12-09-96).

“No existe mérito para apartarse del principio general que impone las costas a
la vencida (art. 68, Cód. Procesal) si según las constancias del expediente
administrativo no se cumplen las excepciones establecidas en el inc. 1ro. del
artículo 70 del código citado” (CS, Agosto 2-1988, La Pampa, Provincia de c.
Estado Nacional S/cobro por Coparticipación de Impuestos).

“Las costas deben ser impuestas íntegramente a la parte que dio origen a la
promoción del litigio y al contestar la acción pidió su rechazo in totum y resultó
vencida en el mismo, aun cuando la demanda no prospere en su totalidad”
(CNCom., Sala C, Octubre, 7-1988). ED, 133-769).

No advirtiendo esta parte que exista motivo alguno para dispensar a la


accionada del principio general que rige en la materia, es que solicito así se
decida, determinando por lo tanto que el art. 21 de la ley 24.463 es violatorio de
los arts. 14 bis, 16 y 17 de la Constitución Nacional, y declarando la
inconstitucionalidad del mismo.
7
Recientemente, la cuestión que planteo fue objeto de tratamiento por la Juez
titular del Juzgado Federal de la Seguridad Social N.º 5 de la ciudad de Buenos
Aires quien en un realista, razonado y valiente fallo concluyó: “En materia de
costas, si bien es reiterada la jurisprudencia en cuanto a que en el ámbito
previsional las mismas deben ser impuestas por su orden conforme el artículo
21 de la ley 24463, desplazando la regla general del principio objetivo de la
derrota, considero que asiste razón a lo manifestado por la parte actora en
cuanto a que no escapa al público conocimiento que la conducta reiterada y
abusiva de la ANSeS de desconocer e incumplir la normativa vigente en
materia de otorgamiento de beneficios, obliga inexorablemente al beneficiario a
accionar judicialmente a efectos de hacer efectivos derechos garantizados
constitucionalmente (artículo 14 bis, 16 y 17). En este sentido, cabe recordar
que al momento de decidir quién debe soportar las costas del litigio, debe
primar no solo el resarcimiento de los gastos que el demandante debió afrontar,
sino también tener en cuenta que la conducta recurrente del Estado de
incumplir con sus obligaciones ha otorgado carácter normal a una situación
notoriamente irregular. Ello así, resulta a todas luces evidente que de
continuar avalando la aplicación del artículo 21 de la ley 24463 “el Estado de
antemano conoce que, cualquiera sea su morosidad o arbitrariedad en el
manejo de los fondos de la Seguridad Social en su relación con los
beneficiarios, nunca deberá asumir costo alguno, o éste será –en todo caso-,
mínimo y poco ejemplificador para una superación de la gestión” (Sala II,
C.F.S.S. in re “Gutiérrez, Benito c/ ANSeS).

Conforme lo expuesto y compartiendo los fundamentos expuesto por la parte


actora al fundamentar su petición, para el caso particular de autos, las costas
deberán ser impuestas a la vencida (conf. Art. 68 del C.P.C.C.N).” (“ORTIZ
RAUL GASPAR C/ANSES S/REAJUSTES VARIOS” - Expte.: 48793/2014 -
JFSS N.º 5, Sent. Def.: 54300 - fecha: 27/11/2014).

Al respecto la Sala III de la Exma. Cámara Federal de La Plata en el expte


451054862/2012 Incidente de apelación, en autos “De Paul Alicia Marcela c/
Anses - PENS/ Amparo Ley 16986” ha sostenido “…corresponde declarar la
inconstitucionalidad del art. 21 de la ley 24.463 en su aplicación al caso, por
resultar contrario al carácter integral e irrenunciable de los beneficios de la
seguridad social, a la garantía de igualdad y al derecho de propiedad (artículos
14 bis, 16 y 17 de la Constitución Nacional). No puede obviarse la naturaleza
de la cuestión que se debate en el presente, de contenido alimentario y vital,
así como la conducta asumida en este contexto por el ente demandado…” (del
voto del Dr. Carlos Vallefín), reafirmando el carácter alimentario y vital,
irrenunciable y de orden público que protege a la actora a obtener no solo la
percepción de su crédito, sino también de todas aquellas erogaciones que se
vio compelida a realizar en procura de su derecho, en el caso las costas.

“En efecto, corresponde precisar que lo decidido en primera instancia respecto


de la imposición de las costas a la demandada, se compadece con el criterio de
esta Sala en casos análogos al presente en los que, teniendo en consideración
8
la naturaleza de la cuestión que se debate -de contenido alimentario y vital se
adoptó la doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el
precedente “PATIÑO, Raúl Osvaldo c/ Gobierno Pcia. de San Juan (Unidad de
Control Prev.) s/ amparo por mora”, sentencia del 27/05/2009 (“Fallos”
322:1298). Ello en razón de la ya referida jurisprudencia dominante que
propicia la sujeción a los precedentes del Alto Tribunal –a la que esta Sala
adhiere-, lo que condujo a la declaración de inconstitucionalidad en el caso de
lo preceptuado por el art. 21 de la ley 24.463 y la consecuente aplicación de los
principios generales establecidos en el ordenamiento procesal para resolver la
cuestión (conf. lo resuelto, por la mayoría, en la causa FLP 45104862/2012 “De
Paul”, sent. del 9/10/2014 y causa FLP45100060/2010 “Vivanco”, sent. del
16/02/2016)”

En virtud de lo expuesto, reitero, solicitamos se declare la inconstitucionalidad


del art. 21 de la ley 24463, por resultar el mismo violatorio de las garantías del
art. 14bis, 16 y 17 de la Constitución Nacional, y se impongan las costas de
ambas instancias a la demandada vencida.

III -CUESTION FEDERAL

En el caso se encuentran reunidos los requisitos que configuran el caso


federal, de acuerdo con las hipótesis previstas en el art. 14 de la ley 48, al
plantearse un conflicto entre la Constitución _Nacional y una ley de carácter
federal, de rango inferior. La ley 24463 prácticamente en la totalidad de los
artículos de los títulos I y II se encuentra fuera del orden constitucional,
vulnerando las siguientes disposiciones de la C.N. Asimismo resultan
vulnerados principios y garantías que surgen de los tratados internacionales
aprobados por nuestro país en la materia y que tienen jerarquía constitucional:
En lo referente a las garantías individuales, el derecho a la vida, a la propiedad
y movilidad de la jubilación, la igualdad y garantías judiciales (art. 14, 14 bis,
16, 17 y 18 de la C.N).
En lo referente a la violación de principios fundacionales de nuestra
organización constitucional se destacan los que se refieren a la vigencia de la
división y equilibrio de los poderes del Estado, la supremacía de la C.N y de los
Tratados Internacionales, las atribuciones del poder judicial vinculadas al
respeto de su función de administrar justicia (art. 1, 31, 75 Inc. 22 de la C.N).
A todo evento, mantengo la reserva del caso federal a tenor del art. 14 Inc. 3,
de la ley 48, por debatirse en autos la inteligencia de normas de la C.N en las
cuales fundo la reclamación de mi parte.

IV.- PETITORIO.
Por todo lo expuesto, a V.S, solicito:
1) Me tenga por contestado en legal tiempo y forma el traslado conferido y por
constituido el domicilio procesal indicado.
2) Oportunamente se declare improcedente el recurso de apelación interpuso
por ANSES, recháceselo, sea mantenida la sentencia de 1ra. Instancia; con
costas de 2da. Instancia a cargo de las demandadas
9
3) Tenga por hecha la reserva de caso federal en tiempo propio.

Proveer de conformidad,
SERÁ JUSTICIA

10

También podría gustarte