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UNIDAD 3.

FILOSOFÍA DEL LENGUAJE Y


LÓGICA.

Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela. Antes de morir, le reveló
su secreto:
– La uva está hecha de vino, le susurró.
Marcela Pérez-Silva me lo contó, y yo pensé: Si la uva está hecha de vino, quizá
nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos.
Eduardo Galeano. El libro de los abrazos.

I. Filosofía del lenguaje

A. Algunas historias sobre el lenguaje1


Toda la Tierra hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. Al
emigrar los hombres desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y
se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros:
«Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Emplearon
ladrillos en lugar de piedras y betún en lugar de
argamasa; y dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una
torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos
así famosos y no andemos más dispersos sobre la faz
de la Tierra». Pero Yahveh descendió para ver la
ciudad y la torre que los hombres estaban edificando y
dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua;
siendo este el principio de sus empresas, nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que
se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo
que no se entiendan los unos con los otros».
Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la
construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel​, porque allí confundió Yahveh la
lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
Génesis, 11:1-9.

Los reyes de los escitas determinaron enviar un heraldo que le regalase de su


parte un pájaro, un ratón, una rana y cinco saetas. Los persas no hacían sino preguntar
al portador les explicase qué significaba aquel presente, pero él les respondió que no
tenía más orden que regresar con toda prontitud una vez entregados los dones, y que
bien sabrían los persas, si eran tan sabios como presumían, descifrar lo que significaban
los regalos. Ahora bien: Darío interpretó el presente como símbolo de que los escitas se

1
En la imagen: La Torre de Babel, de Pieter Brueghel el Viejo (1563).

1
rendían a su soberanía entregándole el aire (el pájaro), la tierra (el ratón) y el agua (la
rana), así como las armas (las cinco saetas). Pero Gobrias, uno de los entendidos que
arrebataron al mago trono y vida dio una interpretación completamente distinta: Si
vosotros, persas, no os vais de aquí volando como pájaros, o no os metéis bajo la tierra
como ratones, o de un salto no os echáis a las aguas, como ranas, todos quedaréis
sepultados por estas saetas.
Heródoto. Historia, Libro IV.

B. ¿Qué es la filosofía del lenguaje?2


Ninguna filosofía responsable puede prescindir de la investigación sobre el
lenguaje. ¿Por qué? Porque no hay filosofía sin lenguaje. Ahora bien, nos
encontramos ante una paradoja, pues solo podemos hablar del lenguaje con el
lenguaje y desde el lenguaje.
Y es aquí donde aparece la filosofía del lenguaje como rama de la filosofía
que se encarga del estudio del lenguaje como Idea y problema. Algunas de las
preguntas que se plantea la filosofía del lenguaje son:
- ¿Qué es el lenguaje? ¿De qué se
compone?
- ¿Cómo y cuándo surge?
- ¿El lenguaje es natural o convencional
(creado, construido)?
- ¿Los animales poseen lenguaje?
- ¿Cómo se relacionan el pensamiento, el
lenguaje y la realidad? ¿Puede el
lenguaje expresar verdaderamente la realidad? ¿Se puede separar el
pensamiento (o conciencia) del lenguaje?
- ¿Existen estructuras lingüísticas innatas en nuestra mente? ¿O las
aprendemos?
Si bien la pregunta por el lenguaje ha existido a lo largo
de toda la historia de la filosofía, la filosofía del lenguaje como
disciplina tuvo su auge en el siglo XX. Ludwig Wittgenstein es
el padre de este movimiento que se preocupa por el lenguaje.
En su obra Tractatus logico-philosophicus (1921), afirmó: “5.6.
Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”3.
Hoy, esta frase tiene su correlato en la popular sentencia que
apunta que “lo que no se nombra no existe”.
Según G. Bueno, esta identificación es abusiva e idealista, puesto que el
mundo real desborda el lenguaje, es decir, va más allá de él. También ocurre lo
mismo en la dirección contraria: el lenguaje va más allá del mundo, por ejemplo,
creando universos imaginarios. Así lo cuenta Irene Vallejo:
2
En las imágenes: Washoe, la primate que aprendió lengua de signos y después Wittgenstein.
3
Esta obra pertenece a su primera etapa. Normalmente, se suele decir que existen dos
Wittgensteins, el primero y el segundo; pero no porque sean dos personas diferentes, sino porque en
su segunda etapa dio un giro completamente radical a su posicionamiento filosófico.

2
Narramos, escribimos y leemos porque hemos fabricado la fabulosa herramienta
del lenguaje humano. Por medio de las palabras, podemos compartir mundos interiores
e ideas quiméricas. Cuando un animal fantasea —si tal cosa es posible—, carece de
herramientas para contárselo a otro animal. Algunas especies están dotadas de
habilidades comunicativas, en ocasiones asombrosamente complejas, pero ninguna
puede compararse con las nuestras en flexibilidad, libertad y riqueza de matices. Este
prodigio lingüístico nos permite coexistir en dos geografías: el espacio tangible que
habitamos junto a miles de seres vivos y un universo paralelo que nos pertenece en
exclusiva —el de la fantasía, el de las posibilidades, el de los símbolos—, al que ninguna
otra criatura puede acceder.
Irene Vallejo. Manifiesto por la lectura.

C. El descubrimiento del poder de la palabra: los sofistas


Como ya vimos en el tema anterior, la primera pregunta de la historia de la
filosofía tenía que ver con el arché de la physis. Según los presocráticos, la
soberanía la ejercía la naturaleza, ya fuera el agua, el aire, los números, los
átomos… Pero en el siglo V a.n.e. la cosa cambia. Se produce lo que los
doxógrafos llaman “el giro antropológico”: los temas de la filosofía de la naturaleza
pasan a un segundo plano y los intelectuales se inclinan por el estudio de
cuestiones relacionadas con el ser humano, la educación, la moral y la política.
Este cambio de intereses viene motivado por cuestiones históricas,
económicas y políticas. A comienzos del siglo, los griegos ganan a los persas en las
Guerras Médicas, iniciándose la Pentecontecia (en griego, “periodo de cincuenta
años”), una etapa de paz y prosperidad en la que Atenas se convierte en el centro
militar, cultural y comercial. Allí, comienza a gobernar Pericles, quien fomentó la
cultura, las artes y las letras, reuniendo en la polis a los hombres más excelentes de
toda la Hélade. Pero, además, impulsó el desarrollo de la democracia, lo que
amplió los derechos de ciudadanía a las clases populares.
En una sociedad donde el poder reside en el pueblo (formado por los
hombres libres), en la Asamblea y en los tribunales populares de justicia, no basta
con el linaje (“ser hijo de”), sino que se requiere preparación. Aparecen así los
sofistas. En la primera generación destacan: Protágoras de Abdera, Gorgias de
Leontinos, Pródico de Ceos e Hipias de Élide.
La palabra sofista originalmente designaba al “experto en sabiduría”, pero
después adquirió una connotación peyorativa. Los sofistas fueron los primeros
profesionales de la enseñanza. Cobraban grandes sumas de dinero por una
instrucción humanística. Cada uno era especialista en una rama o técnica. Por
ejemplo, Protágoras era experto en política y Gorgias en retórica. Pero todos ellos
hicieron énfasis en el valor combativo de la palabra. Aquel que controla el
lógos4, la palabra o el discurso, puede controlar a la Asamblea, al tribunal o al
mismo pueblo.

4
La palabra lógos en griego tenía múltiples acepciones: palabra, discurso, discurso racional y crítico.

3
Y es que, aunque en ocasiones hablamos por hablar, sin tomarnos muy en
serio lo que decimos y las implicaciones que puede tener eso que decimos; sin
embargo, no se puede negar la tremenda eficacia de las palabras. Son instrumentos
gracias a los cuales podemos hacer infinidad de cosas. Podemos hacer
afirmaciones, predicciones, promesas, peticiones, advertencias y objeciones,dar
órdenes, insultar o amenazar, dimitir de nuestros cargos, convocar a un grupo de
personas, agradecer un favor, bromear, imaginar otros mundos, conocer a fondo
nuestro mundo… y muchas otras cosas. Los sofistas fueron los primeros en advertir
este uso de la palabra y refinar su enseñanza y aprendizaje.
Todos los sofistas, si bien no forman una escuela ni un grupo, compartían una
negación: es imposible acceder a la verdad universal. Da igual si la declaran los
dioses (de hecho, Protágoras se autodeclaraba agnóstico) o la declaran los filósofos
en la naturaleza. Esta posición se conoce como relativismo.
Si no podemos conocer la verdad, entonces el lenguaje no es más que un
instrumento creado por los seres humanos. Según Protágoras, “el hombre es la
medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son, y las que no son, en
tanto que no son”. Esto significa que la verdad es relativa al que conoce. Si la
verdad depende de la opinión de cada uno, entonces si dominas el lenguaje podrás
convencer a los demás de tu verdad e imponérsela. Gorgias es más radical.
Propone un argumento para refutar a Parménides partiendo de la tesis de que “nada
existe”5.
En fin, los sofistas concluyeron que el poder de la palabra reside en su
utilidad. Es posible convertir el argumento más débil en el más fuerte, tal y
como afirma Protágoras, si se sabe manejar bien el lenguaje. Por ejemplo, una
de las cosas que observaron es que la palabra bella persuade más que la palabra
fea. Además, a las personas les gusta oír lo que ellos piensan y si alguien se
enfrenta a ellos frontalmente es poco probable que estén dispuestos a escucharle.
Gorgias advirtió también que existe un buen discurso para cada edad, para sexo,
para cada acción y para cada uno de nosotros. Si sabes hablar desde tu propia
posición, habrás ganado ya mucho. ¿Y si pudiéramos usar todos esos trucos para
convencer a la gente de que nuestro discurso es el mejor y que tienen que hacernos
caso?

D. La oposición socrático-platónica a los sofistas


Platón advirtió con gran lucidez que los sofistas como profesores de retórica,
al enseñar a expresarse de modo persuasivo y convincente a los hijos de
adinerados y aristócratas en la Asamblea, para convencer a los demás de que
votaran esto o lo otro, producían una desigualdad de oportunidades entre los
miembros de la comunidad política. Los sofistas se vanagloriaban de ser capaces
de hacer del argumento más débil, el más fuerte, de ser lo suficientemente hábiles
retóricamente para que cualquier mentira pudiera aparecer como verdad. Imagínate

5
La argumentación es esta: 1. Nada existe. 2. Si existiera, no podría conocerse. 3. Si se pudiera
conocer, no se podría comunicar.

4
el poder de aquellos que adquiriesen la habilidad retórica y la pusiesen en práctica
en la Asamblea.
Para Sócrates y Platón, por el contrario, la única retórica legítima consiste en
decir la verdad, porque solo la verdad convence de verdad. Y es que existe,
según ellos, una verdad universal, que todos podemos
conocer a través del razonamiento y que aparece en el
lenguaje. “Tu verdad” y “mi verdad” son la misma verdad.
Por mucho de que me intentes convencer de que “2+2=5”
porque tú lo digas (o el Gran Hermano lo diga6), eso no
implica que sea cierto. Podrás crear un discurso hermoso,
cargado de figuras retóricas para convencerme. Podrás
borrarme la memoria o manipularla. Podrás crear una
sociedad del espectáculo que oculte que “2+2=4” o que
“lo justo no es lo mismo que lo conveniente7”. Pero “la
verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero”, tal y como dijo Antonio
Machado.
En este sentido, alguien no es mejor porque pueda convencerme de que es
el mejor. El virtuoso debe demostrar que es el mejor, el excelente, no solo con sus
palabras, sino también con los hechos (y por supuesto con sus pensamientos). Es
decir, debe haber una coherencia entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace.
¿Te imaginas una Escuela en la que las notas dependieran no del conocimiento,
sino de la apariencia de conocimiento? ¿Te imaginas las hordas de alumnos
tratando de convencer a los profesores de lo buenos que son, lo mucho que
estudian, cuánto se esfuerzan…?
A Sócrates y a Platón les escandaliza que los sofistas cobren grandes
sumas de dinero por sus enseñanzas. Pues así convierten la educación (y, con
ella, la verdad) en una mercancía en manos de aquel que la pueda comprar: los
ricos y los hijos de los ricos.
En lugar de vender el “hacer mejores a los demás”, Sócrates defiende que
cada uno debe tratar de conocerse a sí mismo.
Seguía la máxima del Oráculo de Delfos:
“Conócete a ti mismo”8. En la Apología de
Sócrates, Platón pone en boca de Sócrates una
frase que ha pasado a la historia de la
humanidad: “una vida sin examen no merece
ser vivida”. Desafortunadamente, ya sabemos
adonde le condujo eso. Y tú, ¿estás tratando de
conocerte a ti mismo?

6
Referencia al libro 1984 de George Orwell.
7
“Lo conveniente” es lo que conviene a alguien: a ti, a mí, a todos…
8
En la imagen, el Templo de Apolo, en Delfos.

5
II. Lógica

A. Lenguajes naturales contra lenguajes formales


Los lenguajes naturales son las lenguas que habitualmente utilizan los
miembros de una comunidad humana. Por ejemplo, el español, el inglés, el chino, el
japonés…Se denominan así por oposición a los lenguajes artificiales (que veremos
más adelante). Fuera de este contexto, la denominación sería incorrecta, ya que
ninguna de las lenguas llamadas “naturales” es natural. Son todas creaciones
culturales.
Los lenguajes naturales poseen símbolos (el vocabulario), reglas para
manejar dichos símbolos (sintaxis) y operaciones (concatenación,
transformación…). Poseen una gran riqueza y capacidad expresiva, pero presentan
ciertas dificultades para su uso científico. Por ejemplo, la falta de univocidad de los
vocablos, la relajación en las reglas,etc. Por todo ello, se hace necesario recurrir a
lenguajes artificiales unívocos en sus símbolos y cuyas reglas estén perfectamente
definidas.
Un lenguaje formal es un lenguaje artificialmente construido. En dicho
lenguaje, los símbolos no tienen significado; lo único que cuenta es su uso, su
aplicación en fórmulas y las operaciones que se realicen se hagan conforme a las
reglas acordadas.
Las matemáticas utilizan el lenguaje formal. Pongamos este caso:
Enfrente de mi casa hay una tienda de electrodomésticos que está de rebajas por liquidación
del negocio. Ofrece un lote de un televisor y un equipo de música por 100 euros. El precio del
televisor marca 20 euros más que el del equipo de música. ¿Cuál es el precio de cada uno de ellos?
¿Cómo lo resolverás? Tendrás que aplicar el lenguaje formal matemático.
¿Importará acaso que te haya mentido, pues delante de mi casa no hay ninguna
tienda de electrodomésticos? ¿Importará que no exista ninguna tienda que venda un
pack de televisor más equipo de música por 100 euros -un precio demasiado
barato-?
La lógica también hace uso del lenguaje formal. Vamos a verlo. Pero antes,
hemos de constatar que otras ciencias empíricas, como la física o la química,
aunque utilicen fórmulas y sus símbolos no tengan significado, sí se refieren a
fenómenos del mundo. Por ejemplo, en la fórmula f=m*a (segunda ley de Newton),
¿a qué fenómenos hacen referencia los símbolos? Por ello, no podemos decir que
sean lenguajes formales.

B. ¿Qué es la lógica?
La palabra “lógica” proviene del griego logikē epistēmē (ciencia del
pensamiento, ciencia de la razón o del razonamiento). Este a su vez viene de la
palabra lógos (palabra, discurso, razón, discurso racional).
Se suele definir la disciplina filosófica así porque la lógica no se ocupa de los
actos del pensar (objeto de la psicología) ni tampoco de los diferentes objetos o

6
materias de pensamiento (de los que tratan las diversas ciencias), sino del orden
que han de seguir o la forma que deben tener los contenidos del pensamiento.
Las leyes del pensamiento o del razonamiento que estudia la lógica, por ser
formales, son también universales y necesarias, válidas para todo pensamiento
o razonamiento (sea cual sea su objeto o materia). Por esta razón, se ha
considerado tradicionalmente a la lógica como el órganon o instrumento para el
estudio de todas las demás ciencias. En el plan de estudios de las escuelas
filosóficas antiguas y medievales, el que se iniciaba en la filosofía comenzaba
precisamente por el aprendizaje de la lógica, pues no en vano es ella la ciencia (o
el arte) que enseña a pensar o razonar bien.
Hoy en día, se considera la versión aristotélica9 de la lógica como la “lógica
tradicional o clásica”. La aplicación del método matemático a la lógica clásica ha
dado lugar a que la versión contemporánea de la lógica contenga capítulos tales
como el cálculo de proposiciones, predicados, clases y relaciones. Las aplicaciones
de la lógica, en la versión matemática de nuestros días, son incontables. Por
ejemplo, la informática (con el código binario).

C. Lógica proposicional
La lógica proposicional, también denominada lógica de enunciados, se ocupa
de las proposiciones y los razonamientos.

-El estudio de las proposiciones


Una proposición es una oración enunciativa, esto es, una oración que
afirma o niega algo y que, por tanto, puede ser verdadera o falsa. Ejemplos: “las
moscas son insectos”, “el invierno pasado no llovió mucho”. Pueden ser:
● Simples o atómicas, si no se pueden descomponer en partes que, a su vez,
sean proposiciones. Sirvan como ejemplo las arriba mencionadas.
● Complejas o moleculares, si se pueden descomponer en proposiciones
simples a través de conectores. Ejemplo: “Las moscas son insectos y el
invierno pasado no llovió mucho”.
Para simbolizar las proposiciones simples, se recurre a las letras
minúsculas del alfabeto a partir de la p: p, q, r, s, etc. Estas letras se denominan
variables proposicionales.
Una proposición simple cualquiera es verdadera o falsa, pero no puede ser
ambas cosas a la vez. Por eso, para cualquier proposición solamente hay dos
valores de verdad posibles, que se representan del siguiente modo:
p… cualquier proposición
1… verdadera
0… falsa
Las proposiciones simples se conectan utilizando unas partículas llamadas
conectores o conectivas. Las partículas conectivas se representan mediante las
constantes lógicas:

9
Es decir, de Aristóteles.

7
a. Negador: Se simboliza: ¬. Se lee: no, no es el caso que.
Si p simboliza una proposición, ¬p constituye su negación. Si se
aplica a una proposición verdadera, la convierte en falsa, y
viceversa, tal y como se observa en la tabla de verdad de la
derecha.
En realidad, el negador no es una conectiva en sentido estricto,
pues no conecta dos proposiciones entre sí, sino que actúa sobre una proposición
alterando su valor de verdad.

b. Conjuntor: Se simboliza: ∧. Se lee: y.


Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p∧q constituye la
conjunción de ambas: p y q. Dicha unión solamente es verdadera
cuando las proposiciones de las que se compone son verdaderas,
tal y como se muestra en la tabla de verdad de la derecha.

c. Disyuntor: Se simboliza: ∨. Se lee: o.


Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p∨q constituye
su disyunción: p o q. La disyunción es verdadera si al menos una
de sus proposiciones lo es, siguiendo la tabla de verdad de la
izquierda.

d. Condicional: Se simboliza: →. Se lee:


si… entonces.
Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p→q constituye
una fórmula condicional: si p, entonces q. La fórmula condicional
es verdadera siempre, a excepción de que el antecedente sea
verdadero y el consecuente falso.

e. Bicondicional: Se simboliza: ↔. Se lee: si, y solo si…


entonces.
Si p y q simbolizan dos proposiciones, la fórmula p↔q constituye
una fórmula bicondicional: si, y solo si p, entonces q. Es verdadera
si las proposiciones que la componen tienen el mismo valor de
verdad (ambas verdaderas, ambas falsas).
p↔q equivale a (p→q)∧(q→p). Como podemos observar en esta
manera de expresarlo, los paréntesis, así como los corchetes,
evitan confusiones acerca del modo de agrupación de los elementos.

Partiendo de las tablas de verdad de las conectivas, es posible establecer la


tabla de verdad de cualquier fórmula compleja. Basta con descomponer la fórmula y
establecer las tablas de verdad de sus componentes, hasta alcanzar la tabla de
verdad de la fórmula total. Veamos varios ejemplos:

8
● p∨¬p

● p∧¬p

● (p→q)∧p

● [(p∨¬q)∧p]→¬q

Si los resultados de la fórmula son siempre verdaderos, como en el primer


ejemplo, estamos entonces ante una tautología o ley lógica. En el caso de que los
resultados sean siempre falsos, como en el segundo ejemplo, nos hallamos ante
una contradicción. Por último, si ocurre que algunos de los valores resultantes son
verdaderos y otros falsos, como en el tercer y cuarto ejemplos, es una fórmula
indeterminada.

- El estudio de los razonamientos


Un razonamiento es un proceso que consiste en extraer o inferir un
enunciado, que se denomina conclusión, a partir de otros, denominados premisas.
Por ejemplo:

9
Premisa 1: Todos los primates son mamíferos.
Premisa 2: Todos los chimpancés son primates.

Conclusión: Luego todos los chimpancés son mamíferos.


Si la conclusión se sigue necesariamente de las premisas, entonces el
razonamiento es válido. Esto significa que si las premisas son verdaderas, la
conclusión será necesariamente verdadera. Por el contrario, si un razonamiento
tiene premisas verdaderas y la conclusión es falsa, será inválido o incorrecto. Es
importante resaltar que a la lógica no le interesa la verdad de sus proposiciones. Por
ejemplo:
Todos los perros son reptiles.
Todos los gatos son perros.

Luego todos los gatos son reptiles.


Como vemos, los tres enunciados son falsos. Sin embargo, el razonamiento
es válido: aunque su contenido sea falso, su estructura es válida, lógicamente
correcta:
Todo A es B.
Todo C es A.

Luego todo C es B.
Para comprobar la validez de un razonamiento, hallaremos las tablas de
verdad de cada una de las premisas y de la conclusión. Con ellas, comprobaremos
si en algún caso sucede que todas las premisas son verdaderas y la conclusión es
falsa. Si esto ocurre, el razonamiento es incorrecto; si no ocurre, es válido. Por
ejemplo:
1. p→q
2. p
__________________________
⊢q
Esto es, como veremos más adelante, el modus ponens, cuya tabla de
verdad es:

No hay ninguna línea en la cual las premisas (p→q, p) sean verdaderas y la


conclusión (q) falsa. El razonamiento es válido. Sin embargo, analicemos este otro
razonamiento:

10
1. p→q
2. ¬p
__________________________
⊢¬q

Como se observa en la tercera línea, ambas premisas son verdaderas


mientras que la conclusión es falsa. El razonamiento es, pues, inválido.
Cualquier razonamiento se puede convertir en una fórmula condicional, cuyo
antecedente es la conjunción de todas las premisas y cuyo consecuente es la
conclusión. El razonamiento del modus ponens equivale a la fórmula condicional:
[(p→q)∧p]→q. Para comprobar su validez, debemos comprobar si se trata de una
fórmula tautológica. Solamente en ese caso será correcto.

- Las principales reglas de inferencia


Cuando se debe comprobar la validez de razonamientos con muchas
variables, aumenta el número de columnas y líneas en las tablas de verdad. De ahí
que, cuando las variables proposicionales son tres o más, resulta útil recurrir a las
reglas de inferencia.
Una regla de inferencia es una norma que establece un modo válido de
operar pasando de unas proposiciones a otras. Su expresión formal son los
esquemas de inferencia. Las principales reglas de inferencia son:

NOMBRE REGLA ESQUEMA

Doble De una premisa, puede p ¬¬p


negación concluirse su doble negación, y _______ ________
(DN) viceversa. ⊢¬¬p ⊢p

Conjunción De dos proposiciones, tomadas 1. p


(Con.) como premisas, puede concluirse 2. q
la conjunción de ambas. __________
3. p∧q

Simplifica- De una conjunción puede p∧q p∧q


ción (S) concluirse cualquiera de las ______ _____
proposiciones que la componen. ⊢p ⊢q

11
Adición De una proposición, tomada p
(Ad.) como premisa, puede concluirse _________
la disyunción de esta con ⊢p∨q
cualquier otra proposición.

Modus De una fórmula condicional y la 1. p→q


ponens (MP) afirmación de su antecedente 2. p
como premisas puede concluirse _________
la afirmación del consecuente. ⊢q

Modus De una fórmula condicional y la 1. p→q


tollens (MT) negación de su consecuente 2. ¬q
como premisas puede concluirse __________
la negación del antecedente. ⊢ ¬p

Silogismo De una disyunción y la negación 1. p∨q 1. p∨q


disyuntivo de uno de sus miembros como 2. ¬p 2. ¬q
(SD) premisas puede concluirse la _______ _________
afirmación del otro. ⊢q ⊢p

Transitivi- Cuando las premisas son dos 1. p→q


dad (Tr.) condicionales y el antecedente 2. q→r
de una es el consecuente de la _________
otra, puede concluirse una ⊢ p→r
fórmula condicional formada por
el antecedente de esta y el
consecuente de aquella.

Dilema (Dil.) De una disyunción y dos 1. p∨q


condicionales cuyos 2. p→r
antecedentes son las 3. q→s
proposiciones que forman la _________
disyunción, puede concluirse la ⊢ r∨s
disyunción de los consecuentes
de tales condicionales.
Pongamos algunos ejemplos de cómo usar las reglas para alcanzar la
conclusión, siempre que el razonamiento sea válido:
Ejemplo 1:
1. r∧q
2. r→p
_____________
⊢p
Los pasos son los siguientes:
1. r∧q
2. r→p
3. r ………………….. (S 1).
4. p …………………. (MP 2,3).

12
Ejemplo 2:
1. ¬(¬p∧¬q)
2. p→r
3. ¬r
_______________
⊢q∨s
Los pasos son los siguientes:
1. ¬(¬p∧¬q)
2. p→r
3. ¬r
4. p∨q ……………….. (DM 1)
5. ¬p ………………… (MT 2,3)
6. q …………………… (SD 4,5)
7. q∨s ………………….. (Ad. 6)

D. Falacias
Los seres humanos no razonamos siempre correctamente. Hay veces en
las que el fallo es evidente. Pero hay otros casos en los que el razonamiento parece
válido pero no lo es. Este tipo de razonamientos son las falacias o sofismas10.
Hay dos tipos de falacias: formales e informales.

-Falacias formales
Las falacias lógicas o formales son aquellos razonamientos no válidos debido
a la forma o estructura de la argumentación. Es decir, aquellos razonamientos que
vulneran alguna regla lógica. Las más comunes son las falacias que atentan contra
el modus ponens y el modus tollens:
● Falacia de negación del antecedente:
Si p, entonces q.
No p
Luego, no q.
Ejemplo:
Si llueve, las calles se mojan.
No llueve.
Luego, las calles no se mojan.
El hecho de que no haya llovido no garantiza que las calles no estén
mojadas. Podrían haber sido regadas, por ejemplo.
● Falacia de afirmación del consecuente:
Si p, entonces q.
q,
Luego, p.
Ejemplo:
Si llueve, las calles se mojan.
Las calles se mojan,
Luego, llueve.
10
Ojo, deriva de la palabra “sofista”.

13
Por la misma razón, el hecho de que las calles estén mojadas no garantiza
que haya llovido.

- Falacias informales
En este caso, la falta de validez tiene que ver con el contenido de las
premisas, y no con la forma lógica del razonamiento. Algunas de este tipo son:
● Argumento o falacia ad hominem (“contra el hombre”): Se comete cuando
se ataca a la persona que defiende una tesis en vez de atacar a su tesis.

● Petición de principio (“petitio principii”) o círculo vicioso: Tiene lugar


cuando las premisas presuponen la conclusión que se pretende demostrar.

● Falacia de la causa falsa: Consiste en situar erróneamente la causa de un


fenómeno en algo aparentemente relacionado con él. La forma más común
de este tipo de falacia se denomina “post hoc ergo propter”, “después de
esto; luego, por causa de esto”, y se produce cuando se confunde la
sucesión temporal con la relación causa-efecto.

● Argumento o falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad): Cuando


se busca que la conclusión sea aceptada basándose en su aceptación por
parte de personas respetables.

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● Argumento o falacia ad baculum (recurso “al bastón”): Cuando se
recurre a amenazas para obligar a aceptar la tesis que se defiende.

● Argumento o falacia ad ignorantiam (recurso “a la ignorancia”): Cuando


se utiliza como prueba de que algo es verdadero el hecho de que no se ha
demostrado que sea falso.

● Falacia del Hombre de paja: Consiste en ridiculizar al oponente exagerando


o tergiversando su argumento, de tal manera que pierde su validez. El
argumentador no ataca al hombre real y sus afirmaciones, sino a un hombre
falso de paja que crea para atacar. Después, dice haber derrotado a la
persona real.

● Argumento o falacia ad populum: Se produce cuando se apela a la opinión


de la mayoría en lugar de presentar pruebas sólidas.

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● Argumento o falacia ad antiquitatem (apelación a la tradición): Consiste
en hacer creer que lo correcto o verdadero es aquello que lleva haciéndose
desde hace mucho tiempo.

● Argumento o falacia de la pendiente resbaladiza: Consiste en


correlacionar argumentos encadenados de manera tal que se llegue a una
conclusión inaceptable.

Existen muchos más tipos de falacias: ad novitatem (creer que algo es mejor
por ser más nuevo o moderno), ad hoc (explicar un hecho después de haber
sucedido), falso dilema (exponer dos opciones como las únicas posibles), etc. Si
quieres saber más, te recomiendo investigar la siguiente página: Retóricas:
Ejemplos de Argumentos y Falacias (retoricas.com) Ve pinchando en las falacias:
encontrarás su definición y ejemplos y te aparecerán más.

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