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- Lucas 19:29-48
La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén está llena de contrastes, y todos ellos tienen
aplicaciones para los creyentes.
Jesús les dice la ubicación del pollino y qué decir a los dueños incluso antes
de enviar el discípulos (así como una ubicación de GPS y un PASWORD).
Jesús poseía conocimiento e hizo cosas más allá de toda comprensión
humana.
Como Dios encarnado, no hay detalles de nuestras vidas que Él no conozca.
No hay pensamiento más allá de Su percepción.
En el Salmo 2, a Dios Padre se le llama Yahvé, a Dios Hijo se le llama Mesías. Este
Salmo predice que la gente rechazará al Mesías cuando venga por primera vez.
Luego vendrá con una vara de hierro.
El Consejo del salmista se encuentra en los versos 11 al 12. Salmo 2:11-12 (Biblia
de Nombres de Dios): “Servid a Yahweh con temed y regocíjaos con temblor. Besa
al Hijo, o se enojará y morirás en tu camino porque su ira estallará en llamas.
Bienaventurado todo aquel que en él se refugia”. Jesús entró humildemente en la
ciudad de Jerusalén montado en un asno.
A. Trataron a Jesús como a un rey (versículo 36). Cuando Jesús entró en la ciudad,
los miles que estaban a lo largo de los caminos Alinearon las calles con ramas
de palmeras, dando la bienvenida a Jesús a la ciudad. Históricamente, el
revestimiento de calles con palmeras dieron la bienvenida a un rey a la ciudad.
C. Dijeron: “Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor: paz en los cielos, y
gloria en las alturas” (versículo 38). El pueblo cantó un antiguo Salmo
mesiánico.
Salmo 118:19-26: “Abridme las puertas de la justicia; entraré por ellas y alabaré
al Señor: Esta puerta del Señor, por la que entrarán los justos. Te alabaré:
porque tienes me escuchaste, y fuiste mi salvación. La piedra que rechazaron
los constructores se ha convertido en cabeza piedra de la esquina. Esto es obra
del Señor; es maravilloso a nuestros ojos. Éste es el día en que el Señor ha
hecho; nos regocijaremos y alegraremos en ello. Salva ahora, te lo ruego, oh
Señor: oh Señor, yo
Te suplico, envía ahora prosperidad. Bendito el que viene en el nombre del
Señor: tenemos os bendijo desde la casa del Señor”.
Cuando Jesús murió, la tierra tembló, el velo del templo se partió, las rocas se
partieron y los sepulcros se abrieron. Las rocas sí gritaron. Incluso la creación
inanimada está bajo el control de la mano de Dios.
4. El Cristo
La palabra Cristo es la palabra Mesías. Isaías 42 revela que el Mesías sanaría a los
ciegos y pondría los cautivos libres (Isaías 42:7). El primer versículo de Isaías 42
dice: “He aquí mi siervo, a quien yo sostengo; mis elegidos, en quienes mi alma se
complace; He puesto mi espíritu sobre él: él traerá juicio a los gentiles”. La frase
“mío elegido” es mi elegido (ְ רִיחיִ ּב- bchir).
El templo se quemó hasta los cimientos el 30 de agosto del 70 d.C. Se cree que
fue el mismo día en que Nabucodonosor destruyó el Templo de Salomón (30
de agosto 586 a.C.). Los que sobrevivieron fueron llevados a Roma como
esclavos o arrojados por la borda para ahogarse en el Mar Mediterráneo.
Según los escritos de Josefo, se cree que cerca de 3 millones de personas
presente en la ciudad cuando Roma atacó. La ciudad quedó completamente en
ruinas y desprovista de habitantes cuando los romanos se marcharon.
Cada día después de la limpieza del Monte del Templo, Jesús regresaba al
templo para enseñar. Mateo revela que Jesús continuó realizando milagros y
enseñando, pero muchos se negaron a hacerlo reconocer que Él era el Mesías.
Hoy, Jesús quiere hacer su entrada triunfal a tu corazón, quiere que en él reine su
paz y amor. Como sus seguidores, exhibimos las mismas cualidades y el mundo ve
el verdadero rey triunfante viviendo y reinando en nosotros
La gente suele decir que si ocurriera un milagro para que ellos vieran, creerían
que Jesús es Dios. El Las Escrituras muestran que la incredulidad a menudo no
se inmuta ante los milagros. Aquellos que están decididos a rechazar a Dios.
siguen sin estar convencidos incluso cuando se enfrentan a verdades
innegables. Los que están buscando son muy atentos a escuchar a Dios.
Cuando uno piensa en los acontecimientos del Domingo de Ramos, queda claro
que Jesús cumple la profecía establecida cientos de años antes de este día. Él
es el Mesías prometido, el Salvador y Redentor del mundo. Todo la humanidad
debe adoración a Dios Hijo por Su maravillosa salvación. Con el salmista de
antaño proclama: “Tú eres mi Dios, y te alabaré: tú eres mi Dios, yo te exaltaré.
Oh, da gracias a