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Lucas 2.

Un Evangelio para la gente sencilla

Lucas 2:8-20 RV 1960 Había pastores en la misma región, que velaban y


guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les
presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y
tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os
doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido
hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto
os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un
pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las
huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las
alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! 15 Sucedió que
cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a
otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el
Señor nos ha manifestado. 16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a
María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a
conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron,
se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba
todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores
glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto,
como se les había dicho.

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1 Problemas en las fechas y datos históricos.
Existen controversias acerca de si realmente fue ordenado el censo por el emperador
Augusto.
También se dice que el censo de Publio Sulpicio Quirino (51 a.C.-21 d.C.) tuvo lugar el año
6 de nuestra era, cuando fue depuesto Arquelao, y solo afectó a Judea, que, tras la
deposición de Arquelao, había pasado a ser gobernada por un prefecto romano.

Mensaje principal: Noticias de salvación a la gente común y no a los poderosos.

En las circunstancias en que escribe Lucas, es decir, en una época en la que el Imperio ya
está consolidado, relacionar el nacimiento de Jesús con el primero de los emperadores
sugiere que el verdadero artífice de la paz y de la salvación del mundo es un niño que
nació en la ciudad de David y cuyo nacimiento fue proclamado por mensajeros celestes
(Fitzmyer, II, 199).

2 El viaje de Nazaret a Belén


También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en
Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, 5 para empadronarse con su
prometida María, que estaba encinta.

Se hace énfasis a la Ciudad de David. Belén, como lo dice la profecía de Miqueas. De


donde procedería el Mesías.
Frente a los poderosos, los débiles, representados por una familia muy modesta, a la que
solo le caben obedecer, aunque la esposa deba recorrer, embarazada, los 160 km de Nazaret
a Belén.
Miqueas 5:2 RV 1960
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que
será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
El verdadero rey de Israel contra un rey espurio.

2
3 El nacimiento
6 Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto 7 y dio a luz a su
hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio
para ellos en la posada.

Hijo primogénito.
Parece sugerir que María tuvo otros hijos. La Biblia lo corrobora, aunque la iglesia católica
Romana intente decir lo contrario.
Marcos 6:3 RV 1960
¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón?
¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él.
Lucas 8:19-21 RV 1960
Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de
la multitud. 20 Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren
verte. 21 El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen
la palabra de Dios, y la hacen.

Lo envolvió en pañales.
¿Qué quiere decir Lucas? La respuesta se ha buscado en un texto del libro de la Sabiduría
en el que Salomón habla de su nacimiento. Es importante citarlo completo. «Al nacer, yo
también respiré el aire común // y al caer en la tierra que todos pisan // estrené mi voz
llorando, igual que todos. // Me criaron con mimo, entre pañales. // Ningún rey empezó de
otra manera // idéntica es la entrada de todos en la vida e igual en la salida» (Sab 7,3-6)
Símbolo de la debilidad y humanidad. Jesús, Mesías en la línea de David, queda igualado
por su nacimiento a cualquier hombre. No hay que esperar que el Mesías descienda del
cielo, creencia común en el tiempo de Jesús.
El texto en su conjunto parece subrayar la pobreza y humildad de la familia.

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4 Anuncio del ángel a los pastores.
Estructura
Un ángel del Señor se les presentó.
La gloria del Señor los envolvió de claridad.
Se llenaron de gran temor.
Mensaje del ángel: Os anuncio una buena noticia.
Será de gran alegría para todo el pueblo.
Hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.
La señal; encontrareis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

Se apareció una legión del ejercito celestial que alababa a Dios que decía:
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Cuando se fueron los ángeles los pastores decían: Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que
ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado.
Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores.
María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y
visto.

En Mateo, una estrella anuncia a los magos de Oriente que ha nacido el Mesías.
En Lucas el mensaje se transmite a través de un ángel, a unos pastores. La buena noticia
llega, ante todo, a los marginados de la sociedad.

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5 Los pastores.
La profesión de pastor, aunque recuerde a los antiguos patriarcas de Israel, era de las más
despreciadas y odiadas en aquel tiempo, sobre todo por los campesinos. En la escala social
de la época, ocupaban el penúltimo lugar, el de las clases impuras, porque su oficio se
equiparaba al de los ladrones. Y pasar la noche al aire libre, vigilando el rebaño, no es la
ocupación más agradable. El hecho de que el ángel se dirija a ellos deja clara la «política
incorrecta» de Dios. El gran anuncio del nacimiento del Mesías no se comunica al Sumo
Sacerdote de Jerusalén, ni a los sacerdotes y levitas, ni a los estudiosos escribas, ni a los
piadosos fariseos. «Para Lucas, son precisamente estas gentes pobres, sencillas y
despreciadas por los poderosos, las elegidas por Dios para recibir, como los primeros y
auténticos destinatarios, la revelación celeste sobre Jesús» (Escudero, 291).

La aparición angélica.
Se describe de forma mucho más solemne que en los casos de Zacarías y María. No solo se
manifiesta un ángel, sino que «la gloria del Señor los envolvió de claridad». Este verbo
solo vuelve a aparecer en el NT cuando Pablo describe su conversión camino de Damasco:
«un mediodía nos envolvió a mí y a mis acompañantes una luz celeste más brillante que el
sol» (Hch 26,13).

Reacción de los pastores: Miedo a lo sagrado. Temieron con gran temor.

Mensaje. Las buenas noticias. El ángel cumple la misión de evangelizador.


Isaías 52:7 RV 1960 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres
nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del
que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!
Esa buena noticia será motivo de alegría para todos.

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El nacimiento de alguien con tres títulos.
Salvador, que es Mesías Señor en la ciudad de David.

Isaías 9:6 RV 1960


Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Salvador. Título que se aplica a Dios.


Isaías 45:21-22 BLA
O si no hablen, presenten sus pruebas;
si es necesario, consúltense unos a otros:
¿Quién había anunciado estas cosas
y las había publicado desde hace tiempo?
¿No he sido yo, Yavé?
No hay otro Dios fuera de mí.
Dios justo y Salvador no hay fuera de mí. 22 Vuélvanse a mí para que se salven,
desde cualquier parte del mundo,
pues ¡yo soy Dios y no tengo otro igual.

Este título es controversial tanto para judíos como para paganos.


«Este título, en su forma griega sôtêr, era aplicado en el mundo helenístico, tanto a las
divinidades que ejercían su influjo salvador hacia el hombre (Zeus, Asclepio, Serapis),
como a emperadores romanos y soberanos orientales, divinizados por sus pueblos y
culturas. Su nacimiento o el comienzo de su reinado era designado como una buena noticia
(evangelio)» (Escudero, 281). ¿Va a ser este niño uno más en la serie de divinidades
paganas, o va a acabar con todas ellas? ¿Es un competidor del emperador romano? ¿En qué
consistirá su salvación?
La importancia de la figura de Augusto y del día de su nacimiento se expresan claramente
en la Inscripción de Priene, del año 9 a.C.
6
La divina Providencia, al enviarnos a Augusto, ha colmado las expectativas beneficiosas de
los hombres virtuosos, presentándose como un salvador para nosotros, acabando
definitivamente la guerra y restableciendo el orden de todas las cosas; César, con su
epifanía, ha sobrepasado las esperanzas de todos los que habían recibido antes esta buena
nueva (εὐανγέλια πάντων ὑπερέθηκεν), no solo superando con sus actos benéficos las
acciones de sus predecesores, sino también poniendo muy alto el listón para poder
superarlos. Para el cosmos, el día natalicio del dios ha dado inicio a una serie de buenas
nuevas anunciadas por él mismo.

Señor. Es el título habitual de Dios.


Para observar el mandamiento de no usar su nombre en vano, los judíos decidieron no
mencionar el nombre de Yahvé; se vocalizó en hebreo ’adonay, y la Septuaginta lo tradujo
«Señor».
El título lo han usado Isabel (1,25.28), Gabriel (1,32), María (1,58), Zacarías (1,68), y lo
usarán los pastores (2,15). Aplicarlo a Jesús parece un atrevimiento inadmisible, igual que
el de Salvador.
Los tres títulos que aplica el ángel a Jesús lo sitúan a una altura inimaginable, increíble y
casi blasfema para un judío. Por eso, el ángel ofrece enseguida una señal para que puedan
comprobar lo que les ha dicho. Pero la señal no puede ser más desconcertante. No les
dice que vayan a Jerusalén, a casa del sumo sacerdote o de un gran personaje. Allí no se
atreverían a entrar. Y lo que encontrarán no será la riqueza y el esplendor del Mesías que
esperaban algunos contemporáneos, sino la debilidad y pobreza de un niño envuelto en
pañales y recostado en un pesebre.

6 El himno de los ángeles


El canto que entonan es muy breve y se ha prestado a dos traducciones distintas: «Gloria a
Dios en el cielo, y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor», o bien: «Gloria a Dios
en el cielo, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad».
La primera pone el énfasis en la actitud de Dios; la segunda, en el comportamiento
humano.

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7 Implicaciones del mensaje a los pastores.

Reacción ante el mensaje recibido.


El ángel no ha ordenado a los pastores marchar a la ciudad de David; solo les ha sugerido lo
que encontrarán en caso de ir. Cuando se marchan los ángeles, ellos dialogan, no para
discutir o poner en duda lo ocurrido, sino para animarse a ir a Belén y ver lo que el Señor
les ha comunicado. Esta gente, tan despreciada socialmente, corre hacia Jesús, cree que un
niño envuelto en pañales y en un pesebre puede ser el futuro salvador, aunque ellos no se
beneficiarán de nada, porque, cuando ese niño crezca, ellos ya habrán muerto. Su actitud
recuerda a la de los magos de Oriente, en Mateo, que, tras ver la estrella del Mesías, se
ponen en camino.

Estos pastores se convierten en los primeros evangelizadores, porque transmiten la buena


nueva que les ha comunicado el ángel a propósito del niño. Son los precursores de los
apóstoles y misioneros. ¿Cómo reaccionará la gente ante su mensaje?

«Toda la vecindad quedó sobrecogida; lo sucedido se contó por toda la serranía de Judea, y
los que lo oían reflexionaban diciéndose: ¿Qué va a ser este niño?» (Lc 1,65-66).

Pero quienes oyen a los pastores no sienten un miedo sagrado, no propagan la noticia ni se
preguntan qué va a ser este niño, porque ya lo han dicho los pastores: Salvador, Mesías,
Señor. Su única reacción es asombrarse. Lucas utiliza este verbo para referirse a algo que
la gente no consigue explicarse, no entiende, o le admira (Lc 1,21; 2,33; 4,22; 7,9; 8,25;
9,43; 11,14.38; 20,26; 24,12.41).

Es importante advertir que este grupo anónimo no está presente en el lugar del nacimiento.
No ve nada, solo escucha lo que cuentan. Si los pastores recuerdan a la primera generación
cristiana, a los testigos que vieron y escucharon a Jesús, este grupo recuerda a la segunda
generación, que no vio a Jesús y lo ha conocido a través de las palabras de otros. Es la
generación de la que dice la primera carta de Pedro: «No lo habéis visto, y lo amáis; sin
verlo, creéis en él y os alegráis con gozo indecible y glorioso» (1 Pe 1,8).

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Para María, a partir de ese momento, todo lo relacionado con Jesús le resulta nuevo y
desconcertante: lo que dicen los pastores, lo que dirá Simeón, lo que le dirá Jesús a los
doce años, cuando se quede en Jerusalén. En esas circunstancias, María no repite:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor».
Se limita a callar y meditar, igual que hará a lo largo de toda la vida pública de Jesús.

Los pastores se vuelven alabando y dando gloria a Dios.


El niño ha supuesto una gran alegría para ellos.
Muchas cosas han vivido desde el anuncio del ángel.
Al día siguiente estarán de nuevo con el rebaño, vigilando en medio del frío.
Sin embargo, su vida ha cambiado, y la dureza de su trabajo no les impide alabar y dar
gloria a Dios.
Con ello se convierten en un ejemplo perfecto para el cristiano.
Al mismo tiempo, su visita anticipa lo que dirá Jesús más tarde:

«Te alabo Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y
entendidos y las has revelado a la gente sencilla».

Mateo 11:25 BLA* En aquella ocasión Jesús exclamó: "Yo te


alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido
ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la
gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado.

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