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Kaufman- psicología normal de la vejez

se considera a la vejez como un periodo o etapa de la vida en el desarrollo del hombre. Se la trata como un estado
crónico en donde se pierde un respaldo social y económico.
1. Fenómenos sicos del envejecimiento
Con frecuencia se dice que el envejecimiento es sinónimo de deterioro sico, y entre las opiniones que consideran a
la vejez como un proceso que conduce a la muerte, se halla la tesis de que la gente muere a causa de enfermedades.
esta teoría señala que, con los años, se reduce la capacidad de restablecer la homeostasis y que, poco a poco, se
deterioran las funciones orgánicas fundamentales
En la consideración de los fenómenos del envejecimiento se debe incluir una evaluación de la necesidad de la
persona de edad de adaptarse, tanto sica como psicológicamente. a un deterioro general del funcionamiento sico
que puede abarcar todo el organismo o una enfermedad especí ca de un órgano o conjunto de órganos
Al comienzo de la vida se establece una auto-imagen que luego guarda una importante relación con el concepto de lo
corporal, de modo que los cambios sicos y de la energía que acompañan al envejecimiento exigen una alteración de
la “imagen del cuerpo”. Desde el punto de vista psicológico, puede ser tarea di cil asimilar tal cambio. de suerte que
la autoes ma de la persona de edad puede disminuir. Es posible, entonces, que ésta ponga a contribución una gran
diversidad de defensas a n de comba r esa amenaza
En el anciano, a menudo es di cil dis nguir la incapacidad sica de los efectos de un prolongado o intenso con icto
emocional que ha quedado sin resolver. El supuesto de que el envejecimiento es más o menos sinónimo de deterioro
sico no cuenta con el consenso universal. Quienes dan importancia al papel de los factores emocionales sos enen
que, si se resuelven ciertos con ictos de tal carácter, mejoran muchos de los síntomas sicos o son más fáciles de
soportar
2. Componentes estructurales de la psique:

a) El ello: En el ello, los impulsos ins n vos y los correspondientes con ictos reprimidos permanecen en estado
inalterable, intemporal. Las emociones contradictorias de amar y odio existen una junto a la otra. Toda vez
que los impulsos que con ene el ello son intemporales, el proceso del envejecimiento no los cambia. Lo que
cambia son las estructuras psíquicas por medio de las cuales los impulsos alcanzan el estado de conciencia, el
aparato sico apropiado para la descarga de los impulsos, y la reacción del mundo exterior frente al
organismo. Uno de los fenómenos clínicos destacados del envejecimiento es el que se re ere a la directa
expresión de los impulsos. Con el envejecimiento, la expresión de un impulso sexual o agresivo es menos
probable que esté rodeada de mo vaciones derivadas. El obje vo del impulso puede estar algo alterado,
pero existen menos inhibiciones en cuanto a su expresión
La posibilidad de una satlsfacci6n sus tu va de los impulsos en la vejez, sobre todo la sexualidad regresiva y
la secreta ranía del débil es, por cierto, muy discu da. La discusión se re ere, por lo común, a los controles
del yo y no al carácter del impulso

b) El yo: Las diversas funciones del yo son las de hallar modos aceptables dc expresión para los ins ntos,
cumplir con las exigencias del medio, sa sfacer al superyó y facilitarse la posibilidad de desarrollo.
Los ins ntos del yo, que en general son de autoconservación en el sen do de que su meta es la de hacer que
el hombre se adapte al medio, se hallan ahora junto a las tensiones de la libido y la agresión como
mo vaciones fundamentales de la conducta
Los problemas especí cos vinculados con la vejez y con los cuales el yo debe luchar, son los cambios
corporales internos y externos, la pérdida de status, la pérdida de las personas de gravitación, la modi cación
en cuanto al campo de las ac vidades posibles y, desde un punto de vista más losó co, todo cuanto
signi que prepararse para la muerte

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Las observaciones en el sistema de defensas parecen indicar que los dis ntos mecanismos pasan a primer
plano porque sirven de manera especí ca a la personalidad en esta etapa del desarrollo.
las defensas más propias del envejecimiento parecen ser la regresión, el aislamiento, el encasillamiento y la
negación.
- Regresión: el criterio u lizado para este mecanismo es referirlo a una regresión al servicio del yo, como
una forma de adaptación para mantener el equilibrio entre el ello, el superyó, ac vando en el sujeto
formas, conductas anteriores, como recurso para responder a las situaciones actuales. Cuanto más libre
de con icto el desarrollo libidinal del sujeto se haya realizado, más efec vo el uso de este mecanismo.
En el anciano cumple la función básica de la represión en el joven. Se encuentra al servicio del yo, es
adapta va y su nalidad es mantener el equilibrio homeostá co alterado por la posible defusión pulsional y
presiones del medio.
- Aislamiento: es la forma que hace posible manejar términos y situaciones tales como muerte,
enfermedades, ín mamente ligadas a su presente, sin verse tan afectados por eso, ya que se produce
una separación entre el concepto y el afecto que forma parte de esa idea o representación.
En la vejez supone cortar los lazos vinculantes del afecto con las representaciones, lo que permite tolerar sin
angus as ciertas situaciones.
- Encasillamiento: se mani esta tanto en su conducta como en sus relatos. Con frecuencia se los escucha
repe r historias y situaciones, también su conducta pierde plas cidad y adopta cierta rigidez en las
respuestas, tratando de resolver diferentes situaciones con la misma conducta. Ante la angus a o
sensaciones displacenteras que aparecen frente al temor de ser desaprobado, recurren al
encasillamiento.
En la vejez implica enfocar aspectos del mundo interno y externo, a par r de reiterar y repe r rígidamente
esquemas de conducta.
- Negación: la negación en muchos casos es selec va, aunque también se encuentra ligada a procesos
psíquicos y sicos.
En esta edad se admite en el nivel consciente contenidos destruc vos y hos les sin la perturbación que
podría suscitar en otros periodos evolu vos. El anciano ene menos juicio ajeno.

c) El superyó: En la vejez, la reorganización del superyó, en muchos sen dos termina como comienza la primera
forma del desarrollo del superyó se da como una iden cación global con la gura de los padres. Su
crecimiento se efectúa por el agregado de cada vez más iden caciones con los individuos y componentes
de la estructura social, Sí las iden caciones exitosas son las su cientes y enen un alcance lo bastante
amplio, se veri ca la ordenación de un sistema de valores y el desarrollo de una conciencia exible,
orientada hacia la realidad. Al parecer, este proceso puede inver rse en el anciano. Aunque todavía estén
expresados en términos y apariencias de personas de vida adulta, los intercambios que se desean en la
relación con la gente parecen los que eran aceptables para el ideal del yo en épocas anteriores de la vida. La
necesidad de aportes narcisistas directos parece ser el aspecto principal de este retorno a una forma anterior
de la relación yo-ideal. La diferencia importante entre esto que ocurre en los ancianos y el impulso regresivo
en el adulto joven es la adecuación de la forma a las necesidades de esta etapa del desarrollo
3) Vicisitudes de la sexualidad y la agresión
Los ancianos enen que habérselas con los impulsos de la libido y de la agresividad a la vez que afrontan cambios
en su estructura sica y emocional. Muchas de las caracterís cas sexuales y agresivas de las primeras etapas del
desarrollo subsisten cuando la persona ya ha entrado en años
A menudo, la cultura tolera mejor las reacciones de enojo del anciano que las de las personas jóvenes. A causa
de los impedimentos sicos y del hecho de que la vida diaria se halla en relación con las exigencias de la cultura,
el paciente de edad ene más que su cientes frustraciones y problemas para permi rse racionalizar y jus car la
expresión de una agresividad considerable
4) Relaciones interpersonales:
Como sucede en todas las etapas del desarrollo el anciano necesita de relaciones interpersonales para sustentar
su vida emocional. Esas relaciones interpersonales de la persona de edad se ven in uidas por pautas de
personalidad anteriores, por la existencia o el grado de algún impedimento orgánico y por la estructura del yo. El
cambio más patente en las relaciones de la persona de edad con sus allegados es su tendencia a volver a formas
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de conducta anteriores. Con frecuencia, la persona de edad adjudica el papel de padres sus tutos a los
miembros importantes de la familia o a otros, en par cular a los médicos.
La preocupación por el cuerpo, ya sea en cuanto a la inges ón de alimentos, al funcionamiento intes nal, a los
accidentes o a las operaciones, no es tema que brille por su ausencia en las conversaciones de las personas de
edad. Estas preocupaciones son en general más aceptables para otras personas de edad, las cuales enden a
responder de la misma manera. Pero, en muchos sen dos, esta conducta es análoga a las formas de juego
paralelas de los niños de las escuelas maternales, donde la presencia de la otra persona y sus ac vidades dan
alguna jus cación a los intereses narcisistas
5) Implicaciones sociales y culturales del envejecimiento:
En muchas personas, el síndrome del re ro comienza antes de la jubilación. La obsolescencia es tan propia de la vida
diaria que, mucho antes de jubilarse, el trabajador de edad siente que no es ya ese nuevo y estupendo paradigma
que todo el mundo pide en los anuncios. El individuo de edad se sume en la preocupación acerca de su desempeño
en el trabajo y se siente inseguro en su puesto. Así, en caso de abandonar su empleo actual, a sus años podría
costarle hallar otro parecido; y, suponiendo que quedase cesante, lo corriente es que se deba estar a lo que salga.
Los problemas vinculados con el re ro parecen estar, en parte, determinados por la cultura
6) psicopatología:
dentro del conjunto de patologías que encontramos en la vejez las más comunes a ver son:

- Depresión
- Duelos
- Melancolía
- Demencias
- Reacción psicógena aguda
- Neurosis

Quizás los fenómenos patológicos más perturbadores para la sociedad sean las alteraciones de conducta que a veces
se presentan en la ancianidad. Estas pueden ser la con nuación de una forma de conducta psicopá ca de toda la
vida, o secuela de una perturbación emocional u orgánica del funcionamiento cerebral
El exhibicionismo, el voyeurismo, el sadismo, las preocupaciones perversas y la masturbación son rela vamente
comunes entre las manifestaciones psicopatológicas del envejecimiento
Ciertas manifestaciones psicó cas del envejecimiento se hallan indudable y directamente relacionadas con los
cambios orgánicos. No obstante, de las autopsias surge que, con frecuencia, no existe una correlación directa entre
las manifestaciones psicopatológicas y las alteraciones seniles o por arteriosclerosis del cerebro. La alteración mental
o de la conducta de los pacientes que mani estan cambios neurológicos focales ene relación, con más frecuencia,
con una lesión especí ca del cerebro
El problema psicológico que con más frecuencia se presenta en los ancianos, y por el cual es más probable que se
sometan a tratamiento psiquiátrico, es la depresión. Puede a rmarse que, por lo menos uno de los coadyuvantes
fundamentales para un buen envejecimiento, es la capacidad de tolerar la depresión
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