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EL DÍA DEL SEÑOR SEGÚN LA BIBLIA

“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta” (Apc. 1:10).

El texto citado está siendo tergiversado por “cristianos” que quieren hacer creer a la
humanidad que el día del Señor es el domingo. La verdadera iglesia de Dios que no
nació en Roma sino en Jerusalén, siempre guardaron el día sábado sabiendo que
ese fue y es el día señalado por Dios.

En la pagina de Wikipedia encontramos las siguientes citas: “El término Día del
Señor es usado diecinueve veces en el Antiguo Testamento (Isaías 2:12; 13:6, 9:
Ezequiel 13:5, 30:3; Joel 1:15, 2:1, 11, 31, 3:14; Amos 5:18, 20; Abdías 15; Sofonías
1:7, 14; Zacarías 14:1; Malaquías 4:5) y cuatro veces en el Nuevo Testamento
(Hechos 2:20; 2 Tesalonicenses 2:2; 2 Pedro 3:10). También es aludido en otros
pasajes (Apocalipsis 6:17; 16:14).

“Para la mayoría de los cristianos el término hace referencia al domingo (el


énfasis es mío), siendo el día de adoración pública y el primer día de la semana
litúrgica en la tradición cristiana, al igual que lo es en otras tradiciones culturales. Es
observado por la mayoría de los cristianos como una conmemoración semanal de
la resurrección de Jesucristo quien, según los evangelios, habría resucitado el
primer día de la semana”.

“Para otros grupos cristianos sabatistas, sin embargo, el día del Señor hace
referencia al sábado (El énfasis es mío), afirmando que Dios llama al sábado su
día santo en toda la Biblia, así también como en el cuarto mandamiento; 2 también
en tres ocasiones en el Nuevo Testamento Jesús dice ser el Señor del Sábado; 3 y
que el apóstol Pablo enseñaba en sábado”.
(https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_del_Señor)

Solo la Biblia

Antes de entrar al texto bíblico, haremos referencia a la creencia de la Iglesia


Católica Apostólica Romana. Para la iglesia católica el domingo es el primer día de
la semana y lo reconocen como el día del sol. Catecismo Católico párrafo 2191 dice:
“La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es
llamado con toda razón día del Señor, o domingo”(cf SC 106. (El énfasis es mío).
También reza de la siguiente manera: «Nos reunimos todos el día del sol porque
es el primer día [después del sábado judío, pero también el primer día], en que
Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo
nuestro Salvador resucitó de entre los muertos» (San Justino, Apologia, 1,67).
(Catecismo Católico párrafo 2174).

Ahora, sin querer interpretar por nosotros mismos, si dejamos que la Biblia
se interprete sola, ¿Cuál es el día del Señor? El apóstol Juan, ¿sabía cual era el día
del Señor? Comencemos por el principio.
Al terminar Dios la creación en seis días, Génesis 1:31, inmediatamente en
Génesis 2, nos dice que día reposó Dios. “Fueron, pues, acabados los cielos y
la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que
hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día
séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho
en la creación” (Gén. 2:1-3) (El énfasis es mío). Tres cosas hizo Dios con el
séptimo día, lo reposó, lo bendijo y lo santificó. Es preciso hacer notar, que Dios
estableció el séptimo día como día de reposo antes de la existencia del pecado.

Y según la misma Biblia, el séptimo día es el sábado. "Acuérdate del día del
Sábado, para santificarlo. Trabaja seis días, y en ellos haz todas tus faenas. Pero
el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yavé, tu Dios. Que nadie trabaje:
ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni tus animales, ni los
forasteros que viven en tu país. Pues en seis días Yavé hizo el cielo y la tierra, el
mar y cuanto hay en ellos, y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Sábado
y lo hizo sagrado." (El énfasis es mío) (Exodo, 20:8-11) (Bíblia Católica Online Leia
mais em: https://www.bibliacatolica.com.br/biblia-latinoamericana/exodo/20/).

El hecho, de que la misma Biblia dice que el séptimo día es el sábado, no da


motivo para querer introducir un falso día como día del Señor. Además, el sábado
es el día que se guardó antes del pecado, se debe guardar mientras dure el pecado,
y se guardará según la Escritura en la tierra nueva. El profeta Isaías dice: “Porque
como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de
mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de
mes en mes, y de día de reposo en día de reposo (sábado), vendrán todos a
adorar delante de mí, dijo Jehová” (Isa. 66:22,23).

Pero, veamos cual es el día del Señor según la Santa Escritura. Debemos contestar
una pregunta: ¿A qué día se refiere Dios como día de él? Citaremos varios textos
bíblicos que dejen claro cual es el día que Dios mismo dice que le pertenece.
Comencemos. En Isaías 58:13 Dios dice: “Si retrajeres del día de reposo (sábado)
tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo (El énfasis es mío), y lo llamares
delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios
caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras”. En Ezequiel
20:12 Dios sigue diciendo: "Les di mis sábados para que sean una señal entre yo
y ellos, para que sepan que yo soy Yavé, quien los hace santos." "Respeten mis
sábados, que sean una señal entre yo y ustedes para que así sepan que yo soy
Yavé su Dios." (El énfasis es mío) (Biblia Católica Online).

En el Nuevo Testamento el Señor Jesucristo dice: “Por tanto, el Hijo del Hombre
es Señor aun del día de reposo” (Mrc. 2:28). Citaremos el mismo texto de la Biblia
Católica para que veamos que significa la palabra “Señor”. "Sepan, pues, que el
Hijo del Hombre, también es dueño del sábado." (Bíblia Católica Online). Entre
varios significados de la palabra señor, uno de ellos es que significa “dueño”, que
es el que traduce la Biblia Latinoamericana Católica. Tomemos en cuanta que
cuando Jesús dijo esas palabras de Marcos 2:27-28, allí estaba Juan que era uno
de los doce discípulos. Por lo tanto, es incongruente que Juan se refiera al domingo
en Apocalipsis como día del Señor.

El atrevimiento de muchos cristianos de querer cambiar el día del sábado por el día
falso dedicado al sol, (domingo) deja en entredicho su fe4 en Dios y su fidelidad a
la Palabra de Dios. Los cristianos que aceptan el domingo como día de reposo, no
están obedeciendo a Dios, sino a la Iglesia Católica.

Citaré una buena parte del Catecismo Católico con el afán de que conozcamos que
la iglesia a determinado el día domingo como día de reposo. Reconocen que es un
mandamiento de la iglesia no de Dios. (Resaltaré algunas frases).

CATECISMO CATÓLICO ARTÍCULO 3


EL TERCER MANDAMIENTO
Nota: El catecismo Católico se estudia por párrafos)

«Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos
tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás
ningún trabajo» (Ex 20, 8-10; cf Dt 5, 12-15).

«El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. De


suerte que el Hijo del hombre también es Señor del sábado» (Mc 2, 27-28).

I. El día del sábado

2168 El tercer mandamiento del Decálogo (EN LA BIBLIA ES EL CUARTO NO


EL TERCERO) (Éxodo 20:3-17) proclama la santidad del sábado: “El día séptimo
será día de descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15).

2169 La Escritura hace a este propósito memoria de la creación: “Pues en seis días
hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo
descansó; por eso bendijo el Señor el día del sábado y lo hizo sagrado” (Ex 20, 11).

2170 La Escritura ve también en el día del Señor un memorial de la liberación de


Israel de la esclavitud de Egipto: “Acuérdate de que fuiste esclavo en el país de
Egipto y de que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y tenso brazo; por
eso el Señor tu Dios te ha mandado guardar el día del sábado” (Dt 5, 15).

Nota: El sábado no comenzó con los judíos, comenzó al terminar la creación. Dios
lo reposó.

2171 Dios confió a Israel el sábado para que lo guardara como signo de la
alianza inquebrantable (cf Ex 31, 16). El sábado es para el Señor, santamente
reservado a la alabanza de Dios, de su obra de creación y de sus acciones salvíficas
en favor de Israel.
2172 La acción de Dios es el modelo de la acción humana. Si Dios “tomó respiro” el
día séptimo (Ex 31, 17), también el hombre debe “descansar” y hacer que los
demás, sobre todo los pobres, “recobren aliento” (Ex 23, 12). El sábado interrumpe
los trabajos cotidianos y concede un respiro. Es un día de protesta contra las
servidumbres del trabajo y el culto al dinero (cf Ne 13, 15-22; 2Cro 36, 21).

2173 El Evangelio relata numerosos incidentes en que Jesús fue acusado de


quebrantar la ley del sábado. Pero Jesús nunca falta a la santidad de este día (cf
Mc 1, 21; Jn 9, 16), sino que con autoridad da la interpretación auténtica de esta
ley: “El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado” (Mc
2, 27). Con compasión, Cristo proclama que “es lícito en sábado hacer el bien en
vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla” (Mc 3, 4). El sábado es el día del
Señor de las misericordias y del honor de Dios (cf Mt 12, 5; Jn 7, 23). “El Hijo del
hombre es Señor del sábado” (Mc 2, 28).

II. El día del Señor

¡Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y gocémonos en él! (Sal 118, 24).

El día de la Resurrección: la nueva creación

2174 Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la semana” (Mt 28, 1; Mc
16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el “primer día”, el día de la Resurrección de
Cristo recuerda la primera creación. En cuanto es el “octavo día”, que sigue al
sábado (cf Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la
resurrección de Cristo. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la
primera de todas las fiestas, el día del Señor (Hè kyriakè hèmera, dies dominica), el
“domingo”:

«Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día [después del
sábado judío, pero también el primer día], en que Dios, sacando la materia de
las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de
entre los muertos» (San Justino, Apologia, 1,67).

El domingo, plenitud del sábado

2175 El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede


cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para
los cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del
sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de
la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba
algún rasgo relativo a Cristo (cf 1Co 10, 11):

«Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza,
no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es
bendecida por Él y por su muerte» (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad
Magnesios, 9, 1).
2176 La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el
corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo
el signo de su bondad universal hacia los hombres” (Santo Tomás de Aquino,
Summa theologiae, 2-2, q. 122, a. 4). El culto dominical realiza el precepto moral de
la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador
y Redentor de su pueblo.

La obligación del domingo

2180 El mandamiento de la Iglesia (No de Dios) determina y precisa la ley del


Señor: “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación
de participar en la misa” (CIC can. 1247). “Cumple el precepto de participar en la
misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día
de la fiesta como el día anterior por la tarde” (CIC can. 1248, §1).

2181 La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana.


Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto,
a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el
cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245).
Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.”

2182 La participación en la celebración común de la Eucaristía dominical es un


testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles
proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad
de Dios y su esperanza de la salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el
Espíritu Santo.

2183 “Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la
participación en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles
participen en la liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en
otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el obispo diocesano, o permanezcan
en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en
grupos de familias” (CIC can. 1248, §2).

Día de gracia y de descanso

2184 Así como Dios “cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho” (Gn 2,
2), así también la vida humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institución
del día del Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz
suficiente que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (cf GS
67, 3).

2185 Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se


abstendrán de entregarse a trabajos o actividades que impidan el culto debido
a Dios, la alegría propia del día del Señor, la práctica de las obras de misericordia,
el descanso necesario del espíritu y del cuerpo (cf CIC can. 1247). Las necesidades
familiares o una gran utilidad social constituyen excusas legítimas respecto al
precepto del descanso dominical. Los fieles deben cuidar de que legítimas excusas
no introduzcan hábitos perjudiciales a la religión, a la vida de familia y a la salud.

2186 Los cristianos que disponen de tiempo de descanso deben acordarse de sus
hermanos que tienen las mismas necesidades y los mismos derechos y no pueden
descansar a causa de la pobreza y la miseria. El domingo está tradicionalmente
consagrado por la piedad cristiana a obras buenas y a servicios humildes para
con los enfermos, débiles y ancianos. Los cristianos deben santificar también el
domingo dedicando a su familia el tiempo y los cuidados difíciles de prestar los otros
días de la semana. El domingo es un tiempo de reflexión, de silencio, de cultura y
de meditación, que favorecen el crecimiento de la vida interior y cristiana.

2187 Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada
cristiano debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día
del Señor. Cuando las costumbres (deportes, restaurantes, etc.) y los compromisos
sociales (servicios públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada
uno tiene la responsabilidad de dedicar un tiempo suficiente al descanso. Los fieles
cuidarán con moderación y caridad evitar los excesos y las violencias engendrados
a veces por espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los
poderes públicos deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso
y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus
empleados.

2188 En el respeto de la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos
deben esforzarse por obtener el reconocimiento de los domingos y días de fiesta
de la Iglesia como días festivos legales. Deben dar a todos un ejemplo público de
oración, de respeto y de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución
preciosa a la vida espiritual de la sociedad humana. Si la legislación del país u otras
razones obligan a trabajar el domingo, este día debe ser al menos vivido como el
día de nuestra liberación que nos hace participar en esta “reunión de fiesta”, en esta
“asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos” (Hb 12, 22-23).

Resumen

2189 “Guardarás el día del sábado para santificarlo” (Dt 5, 12). “El día séptimo será
día de descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15).

2190. El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es


sustituido por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la
resurrección de Cristo.

2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es


llamado con toda razón día del Señor, o domingo (cf SC 106.
2192 “El domingo ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de
precepto” (CIC can. 1246, § 1). “El domingo y las demás fiestas de precepto, los
fieles tienen obligación de participar en la misa”(CIC can. 1247).

2193 “El domingo y las demás fiestas de precepto [...] los fieles se abstendrán de
aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría
propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo“
(CIC can. 1247).

2194 La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un “reposo y


ocio suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa” (GS 67, 3).

2195 Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, a otro impedimentos para
guardar el día del Señor.

CONFESIONES CATOLICO ROMANAS

Cardenal James Gibbons, The Faith of Our Fathers, (La fe de nuestros padres),
edición 88, pág. 89:

"Podrás leer la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y no encontrarás ni una


sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras mandan la
observancia religiosa del sábado, el día que nosotros nunca santificamos".

Stephen Keenan, A Doctrinal Catechism (El catecismo doctrinal) , 3a ed., pág. 174:

"Pregunta:
Tiene usted alguna otra forma de demostrar que la Iglesia tiene poder para instituir
festividades de precepto?

"Respuesta:

Si ésta no tuviera tal poder, no podría haber hecho aquello en lo que los religiosos
modernos están de acuerdo con ella -- ella no podría haber cambiado la observancia
del domingo, el primer día de la semana, por la observancia del sábado, el séptimo
día; un cambio para el cual no hay autoridad de la Escritura".

John Laux, A Course in Religion for Catholic High Schools and Academie (Un curso
en la religión para las escuelas secundarias y academias) (1936), vol. 1. pág. 51:

"Algunos teólogos han mantenido que Dios, inclusive directamente, determinó el


domingo como el día de adoración en la Nueva Ley, que El mismo ha sustituido
explícitamente el sábado por el domingo. Pero esta teoría ha sido abandonada
completamente. Ahora es la creencia que Dios sencillamente dio a su IgIesia la
autoridad para apartar cualquier día o días que ella crea apropiados como días
sagrados. La Iglesia escogió el domingo, el primer día de la semana, y en el
transcurso del tiempo añadió otros días como días sagrados".

Daniel Ferres, ed., Manual of Christian Doctrine (Manual de doctrina cristiana)


(1916), pág. 67:

"Pregunta:
¿Cómo se puede comprobar que la Iglesia tiene la autoridad para imponer fiestas y
días festivos?

"Respuesta:
A través del mismo acto de cambiar el sábado al domingo, lo cual aceptan los
protestantes; y, por lo tanto, éstos indulgentemente se contradicen al observar el
domingo estrictamente y romper con otras fiestas ordenadas por la misma Iglesia".

Cardenal James Gibbons, arzobispo de Baltimore (1877-1921), en carta firmada:

"¿Es el sábado, el séptimo día de acuerdo con la Biblia y los Diez Mandamientos?
Yo contesto, sí . ¿Es el domingo el primer día de la semana, y cambió la Iglesia el
séptimo día -- el sábado -- por el domingo, el primer día? Yo contesto, sí . ¿Cambió
Cristo el día? Yo contesto, no !

"Fielmente suyo, Card. J. Gibbons".

The Catholic Mirror (El espejo católico), publicación oficial del cardenal James
Gibbons, 23 de sept. de 1893:

"La Iglesia Católica ... por virtud de su misión divina, cambió el día de sábado a
domingo."

Catholic Virginian (Virginiano católico), 3 de oct. de 1947, pág. 9, art. "To Tell You
the Truth" ("Para decirle la verdad"):

"Por ejemplo, en ninguna parte de la Biblia encontramos que Cristo o los apóstoles
ordenaran que el sábado fuera cambiado al domingo. Nosotros tenemos el
mandamiento de Dios, dado a Moisés, de guardar santo el día sábado, esto es, el
séptimo día de la semana. Hoy muchos cristianos guardan el domingo porque nos
ha sido revelado por la Iglesia [Católico Romana], fuera de la Biblia".

Pedro Geiermann, C.S.S.R., The Converts Catechism of Catholic Doctrine


(Catecismo de doctrina católica de los conversos) (1957), pág. 50.

"Pregunta:
¿Cuál es el día de reposo?

"Respuesta:
El sábado.
"Pregunta:
¿Por qué nosotros observamos el domingo en lugar del sábado?

"Respuesta:
Nosotros observamos el domingo en lugar del sábado porque la Iglesia Católica
transfirió la solemnidad del sábado al domingo".

Martin J. Scott, Things Catholics Are Asked About (Cosas que se les pregunta a los
católicos) (1927), pág. 136:

"En ninguna parte de la Biblia se declara que la adoración se deba cambiar del
sábado al domingo ... Ahora, la Iglesia ... instituyó, por la autoridad de Dios, el
domingo como el día de adoración. Esta misma Iglesia, por la misma autoridad
divina, enseñó la doctrina del purgatorio mucho antes que la Biblia fuera hecha.
Tenemos, por lo tanto, la misma autoridad en cuanto al purgatorio que tenemos en
cuanto al domingo".

Peter R. Kraemer, Catholic Church Extension Society (Sociedad Anexa de la Iglesia


Católica) (1975). Chicago, Illinois, EE.UU.:

"En cuanto al cambio de la observancia del sábado judaico al domingo cristiano,


quisiera llamar la atención a los hechos:

"1) Que los protestantes, quienes aceptan la Biblia como su única regla de fe y
religión, deben por todos los medios regresar a la observancia del sábado. El hecho
de que no lo hacen, pero, por el contrario, observan el domingo, los pone en rídiculo
a los ojos de todo hombre pensante.

"2) Nosotros, los católicos, no aceptamos la Biblia como la única regla de fe.
Además de la Biblia tenemos la Iglesia viva, la autoridad de la Iglesia, como una
regla para guiarnos. Declaramos que esta Iglesia, instituida por Cristo para enseñar
y guiar al hombre por la vida, tiene el derecho a cambiar las leyes ceremoniales del
Antiguo Testamento, y, por lo tanto, nosotros aceptamos su cambio del sábado al
domingo. Declaramos con franqueza que la Iglesia realizó este cambio, hizo esta
ley, al igual que ha hecho muchas otras leyes -- por ejemplo, el viernes de
abstinencia, el celibato sacerdotal, las leyes que tienen que ver con los matrimonios
mixtos, reglamentación de los matrimonios católicos y mil leyes más.

"Siempre causa algo de risa ver a las iglesias protestantes, en el púlpito y a través
de legislación, exigir la observancia del domingo, de la cual no hay nada en su
Biblia".

T. Enright, C. S. S. R., en una disertación, Hartford, Kansas, EE.UU., 18 de feb. de


1884:
"Repetidamente he ofrecido $1,000 [dólares] a cualquiera que me pueda
comprobar, sólo con la Biblia, que estoy obligado a guardar santo el domingo. No
hay tal ley en la Biblia. Es una ley solamente de la Iglesia Católica. La Biblia dice,
'Acuérdate del día sábado para santificarlo'. La Iglesia Católica dice, 'No. Por mi
poder divino yo anulo el día sábado y mando a santificar el primer día de la semana.'
Y, ¡he aquí! El mundo entero civilizado se arrodilla en reverente obediencia al
mandato de la Santa Iglesia Católica".

CONFESIONES PROTESTANTES

Los teólogos y predicadores protestantes de una ancha gama denominacional han


sido bastante cándidos en admitir que no hay autoridad bíblica para observar el
domingo como el día de reposo.

Anglicana/Episcopal

Isaac Williams, Plain Sermons on the Catechism (Sermones sencillos del catecismo)
, vol. I págs. 334, 336:

"Y, ¿dónde se nos dice en las Escrituras que debemos guardar el primer día? Se
nos ordena guardar el séptimo, pero en ninguna parte se nos ordena guardar el
primer día ... La razón por la cual santificamos el primer día de la semana, en lugar
del séptimo, es la misma por la cual observamos muchas otras cosas, no porque la
Biblia sino la iglesia las ha prescrito".

Canon Eyton, The Ten Commandments (Los Diez Mandamientos) , págs. 52, 63,
65:

"No hay palabra ni indicación alguna en el Nuevo Testamento en cuanto a


abstenerse de trabajar en domingo ... En cuanto al descanso dominical, no hay ley
divina ... La observancia del miércoles de ceniza o cuaresma se fundamenta en la
misma base que la observancia del domingo".

Obispo Seymour, Why We Keep Sunday (Por qué guardamos el domingo):

"Nosotros hemos hecho el cambio del séptimo al primer día, del sábado al domingo,
por la autoridad de la Santa Iglesia Católica".

Bautista

Dr. Edward T. Hiscox, en un documento leído ante una conferencia de ministros en


Nueva York el 13 de nov. de 1893, reportado en el New York Examiner, del 16 de
nov. de 1893:

"Hubo y todavía hay un mandamiento para santificar el día sábado, pero ese día
sábado no era el domingo. Se dirá sin embargo, y con cierta muestra de triunfo, que
el día de reposo [el sábado] fue transferido del séptimo al primer día de la semana
... ¿Dónde se puede encontrar el registro de esa transacción? En absoluto no existe
en el Nuevo Testamento.

"A mí me parece inexplicable que Jesús, durante tres años de trato con sus
discípulos, hablando frecuentemente con ellos en cuanto al asunto del sábado ...
nunca hizo alusión a ninguna transferencia del día; tampoco fue insinuada tal
cuestión durante cuarenta días de vida después de su resurrección.

"Por supuesto, yo sé muy bien que el domingo vino a ser usado temprano en la
historia cristiana ... pero, qué pesar que viene marcado con el estigma del
paganismo, y bautizado con el nombre del dios sol, adoptado y sancionado por la
apostasía papal, y dejado como un legado sagrado al protestantisimo".

William Owen Carver, The Lord's Day in Our Day (El día del Señor en nuestro día)
, pág. 49:

"Nunca hubo un cambio formal o autoritativo del séptimo día judío sabático al primer
día de observancia cristiano".

Congregacionalistas

Dr. R. W. Dale, The Ten Commandinents (Los Diez Mandamientos) (New York.
Eaton & Mains), págs. 127-129:

"... es muy claro que, no importa cuan rígida o devotamente nosotros pasemos el
domingo, no estamos guardando el sábado ... El sábado fue fundado sobre un
mandamiento específico divino. Nosotros no podemos abogar por tal mandamiento
para la obligación de observar el domingo ... No hay ni una sola oración en el Nuevo
Testamento para sugerir que incurramos en alguna penalidad por violar la supuesta
santidad del domingo".

Timothy Dwight, Theology: Explained and Defended (Teología: explicada y


defendida) (1823), Ser. 107, vol. 3, pág. 258.

"... el sábado cristiano [domingo] no está en las Escrituras, y no fue Ilamado sábado
por la Iglesia primitiva."

Discípulos de Cristo

Alexander Campbell, The Christian Baptist (El cristiano bautista) , 2 de feb. de 1824,
vol. 1. Núm. 7, pág. 164:

"Pero, dicen algunos, 'fue cambiado del séptimo al primer día'. ¿Dónde? ¿Cuándo
y por quién? Nadie lo puede decir. No, nunca fue cambiado, ni podía ser cambiado,
a menos que la creación volviera a ser. ¡Pues, la razón por el cambio tendría que
ser cambiada antes que la observancia (o el respeto dado a la razón por el cambio)
pudiera ser cambiada! Se trata de fábulas de viejas hablar del cambio del sábado
del séptimo al primer día. Si fue cambiado, fue aquel personaje solemne que lo
cambió -- el mismo que Intenta cambiar las festividades y la ley ex officio -- Creo
que se llama Doctor Anticristo ".

First Day Observance (La observancia del primer día) , págs. 17, 19:

"Al primer día de la semana comúnmente se le llama 'sábado'. Esto es un error. El


sábado de la Biblia era el día que justamente antecedía al primer día de la semana.
Al primer día de la semana nunca se le ha llamado 'sábado' en ninguna parte de las
Escrituras. También es un error hablar del cambio del reposo bíblico del sábado al
domingo. No hay en ningún lugar en la Biblia insinuación alguna de tal cambio".

Luterana

The Sunday Problem (El problema del domingo) , un libro de estudio de la Iglesia
Unida Luterana (1923), pág. 36:

"Hemos visto, gradualmente, como se desvanece la impresión del sábado judío de


la mente de la Iglesia cristiana, y cuan completamente el nuevo pensamiento, que
es la base de la observancia del primer día, tomó posesión de la Iglesia. Hemos
visto que los cristianos de los primeros tres siglos nunca confundieron el uno con el
otro, pero durante algún tiempo celebraron ambos".

Augsburg Confession of Faith (La confesión de fe de Augsburgo) , art. 28; escrito


por Melanchthon, aprobado por Martín Lutero, 1530; como fue publicado en el Libro
de convenio de la Iglesia Evangélica Luterana , Henry Jacobs, ed. (1911), pág. 63:

"Ellos [católicos romanos] se refieren al día sábado como día que fue transformado
al día del Señor, contrario al Decálogo, como tal aparece. Tampoco hay ningún
ejemplo al cual le den tanta importancia como al cambio del día sábado. iSegún
dicen, grande es el poder de la Iglesia puesto que ha hecho caso omiso de uno de
los Diez Mandamientos!"

Dr. Augustus Neander, The History of the Christian Religion and Church (La historia
de la religión e iglesia cristianas) , Henry John Rose, tr. (1843), pág. 186:

"El festival del domingo, como todos los demás festivales, fue siempre solamente
una ordenanza humana, y estuvo lejos de las intensiones de los apóstoles
establecer un mandamiento divino al respecto -- lejos de la mismas y de la Iglesia
apostólica primitiva -- el transferir las leyes del sábado al domingo".

John Theodore Mueller, Sabbath or Sunday (Sábado o domingo) , págs. 15-16:

"Pero ellos yerran enseñando que el domingo ha tomado el lugar del sábado del
Antiguo Testamento y; por lo tanto, debe ser guardado como el séptimo día tuvo
que observado por los hijos de Israel ... Estas iglesias yerran en su enseñanza,
porque la Escritura de ninguna manera ordenó el primer día de la semana en lugar
del sábado. Sencillamente, no hay ninguna ley en el Nuevo Testamento a tal efecto".

Metodista

Harris Franklin Rall, Christian Advocate (Defensor cristiano) , 2 de julio de 1942,


pág. 26:

"Considere el asunto del domingo. Hay indicaciones en el Nuevo Testamento de


cómo la iglesia vino a guardar el primer día de la semana como su día de adoración,
pero no hay ningún pasaje en el que se les mande a los cristianos que guarden ese
día, o que transfieran el sábado judío a ese día".

John Wesley, The Works of the Rev. John Wesley, A.M. (Las obras del Rev. John
Wesley, A.M.) , John y Emory, ed. (New York: Eaton & Mains), Sermón 25, vol. 1.
pág. 221:

"Pero, la ley moral, encerrada en los Diez Mandamientos y reforzada por los
profetas, El [Cristo] no la anuló. Su venida no tuvo por propósito revocar ninguna
parte de la misma. Esta es una ley que nunca puede ser abrogada ... Cada parte de
esta ley tiene que permanecer en vigor sobre toda la humanidad, por todas las
edades, sin depender de tiempo o lugar, o cualesquier otras circunstancias
propensas al cambio, sino de la naturaleza de Dios y la naturaleza del hombre, y su
incambiable relación mutua".

Dwight L. Moody

D. L. Moody, Weighed and Wanting (Pesado y hallado falto) (Fleming H. Revell Co:
New York), págs. 47-48:

"El sábado era obligatorio en el Edén, y ha estado en vigencia desde entonces. Este
cuarto mandarniento empieza con la palabra 'acuérdate', lo que demuestra que el
sábado ya existía cuando Dios escribió la Ley en las tablas de piedra en el Sinaí.
¿Cómo pueden los hombres pretender que sólo este mandamiento ha sido anulado,
cuando todavía admiten que los otros nueve todavía siguen vigentes?"

Presbiteriana

T.C. Blake, D.D., Theology Condensed (Teología condensada) págs. 474-475:

"El sábado es parte del decálogo -- Los Diez Mandamientos. Esto de sí solo resuelve
la cuestión de la perpetuidad de la institución... Por lo tanto, hasta que se pueda
demonstrar que toda la ley moral ha sido abolida, el sábado permanecerá. La
enseñanza de Cristo confirma la perpetuidad del sábado".
(http://www.biblesabbath.org/confesiones.html
Ptr. Rodrigo Pineda Bibiano

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