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Iglesia Nazaret Sur
Curso Nuevos Líderes y Anfitriones de Célula
Pastor Edwin Francisco Concul

EL CUIDADO DEL CORAZÓN DEL LÍDER

Hoy en día se tiene una vida muy agitada y una cosmovisión individualista e independiente. Lo
cual ha producido una generación de líderes agotada emocionalmente y, por la integralidad
del ser humano, los problemas emocionales provocan problemas en otras áreas, incluyendo lo
familiar y lo ministerial.

Irónicamente, un problema que vemos a


menudo en la comunidad Cristiana es que
la gente se involucra más en la religión y
menos en la conexión que prescribe la
Biblia, y como resultado se enferman más.
Por la misma razón, mucha gente se siente
desconectada de Dios porque no está
conectada con su Cuerpo (Henry Coud y
John Townsend, Cómo crecemos, 126).

Nuestro pueblo está enfermo emocionalmente y por lo mismo, no ha estado cuidando su


corazón. Por ejemplo, son comunes los siguientes casos:

 Usted puede ser un predicador de Dios dotado y dinámico en público y un esposo y


padre poco cariñoso en casa.
 Puede funcionar como miembro de la junta de ancianos o líder de un ministerio guiado
por una profunda necesidad personal de reconocimiento para compensar una molesta
sensación de fracaso.
 Puede memorizar libros enteros de la Biblia y aun no tener conciencia de su depresión
e inclusive proyectarlas sobre otras personas.
 Puede ayunar y orar medio día a la semana durante años como una disciplina espiritual
y criticar constantemente a otros, justificándolo como discernimiento.
 Puede ser exteriormente cooperativo en la iglesia pero tratar inconscientemente de
destruir a su supervisor no cumpliendo con sus responsabilidades.
 Puede estar muy ocupado en actividades religiosas y haciéndolo por sus propias
fuerzas, sin someter nada a Dios, sin la dependencia a Dios a y otros.

El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede
decir que lo conoce? (Jeremías 17:9, RVC).
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Se tiene claramente un problema:

Se tiene a líderes con excepcionales habilidades, con un desarrollo impresionante de


capacidades, con recursos como nunca antes se había tenido, pero sigue la lista de
líderes que caen en la desgracia y fracaso personal, familiar, ministerial y laboral.

¿Por qué? ______________________________________________________

¿Qué se debiera hacer? ___________________________________________

_______________________________________________________________

La Palabra de Dios enseña cómo el creyente ha de participar intencionalmente,


motivado por su amor a Dios y capacitado por la gracia de Dios. El cuidado del corazón es
una obra:

1. Constante: Dios tiene el propósito de transformar al creyente progresiva y


constantemente hacia la imagen de Cristo. La esencia de ser cristiano es entrar en
relación con Dios por Jesucristo y crecer en esta relación que transforma el corazón.

2. Intencionada: La Palabra de Dios enseña cómo el creyente ha de participar


intencionalmente, motivado por su amor a Dios y capacitado por la gracia de Dios.

3. Integral: El cuidado del corazón debería afectar los problemas relacionales, los
problemas emocionales y todos los problemas de la vida. No existe por un lado
“vida espiritual” y por otro lado “vida secular”. Todo es una sola cosa.

A través de la muerte de Cristo, Dios ha puesto en el cristiano el deseo de agradarle y


le ha libertado del dominio del pecado. Le ha dado al Espíritu Santo, la Palabra de Dios, el
acceso a su presencia y el apoyo de otros cristianos. Dios tiene grandes deseos y
expectativas que sus hijos caminen de la mano con él y que sean cambiados a la imagen de
de su Hijo. Él ha hecho todo de su parte para que estas expectativas sean una realidad.

La teología de la redención es una teología de demolición total, de comenzar de cero, de


nacimiento. No nos van a «mejorar», sino a crucificar para nacer otra vez. Como dice Pablo,
al hombre Viejo lo han crucificado y todas las cosas han sido hechas nuevas (2 Corintios
5:17; Gálatas 2:20). Recuerde, él dice «nuevas», no «completas», como algunos quizás
enseñen. De modo que necesitamos entrar en un proceso de desarrollo total. (Cómo
crecemos, 149).
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¿Qué debe hacer el creyente para caminar con firmeza, gozo y fruto en la senda
de una relación personal con Dios y para ser transformado a la imagen de Dios?

A. EL CUIDADO DEL CORAZÓN DEL LÍDER EMPIEZA AL SER


TRANSFORMADA POR LA PALABRA DE DIOS

¿Cómo leer la Biblia de tal manera que tenga sentido en mi vida?

¿Qué dice Hechos 17:11?

La Biblia contiene principios necesarios para el crecimiento espiritual, y por lo tanto,


sobre el cuidado del corazón. Nos provee principios para la solución a las luchas
espirituales. Con el estudio de la Palabra, Dios habla a nuestra vida y corazones y nos
hace entrar en contacto con el Creador y la forma en que Él ve a su creación,
principalmente, al hombre.

Sin embargo, Él nos habla como comunidad, como su pueblo, y necesitamos de otros
para oír la voz de Dios (Efesios 4). “La Biblia arroja verdad y luz en nuestras vidas y
corazones, de modo que el enemigo tenga menos influencia sobre nosotros” (Cómo
crecemos, p. 205).

Enseñanzas trascendentales:

1) ¿Quién es Dios?

Dios está en control de todo lo que sucede y actúa conforme a su carácter santo, justo
y amoroso. Dios es omnipotente y capaz de contestar nuestras oraciones,
fortalecernos, darnos sabiduría y cumplir el ministerio que nos ha encomendado.
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Lee Isaías 40:12-25 y describe 3 atributos divinos que le impactaron:

Isaías 40-66 describen el plan de Dios de atraer el corazón de su pueblo nuevamente a


Él. Dios se revela como el “incomparable” para hacerles ver a su pueblo la necedad de
buscar otro dios que no puede salvarlos.

Lee Jeremías 10:1-16, ¿Cuáles atributos presenta Jeremías al pueblo para que se
acerquen a Dios?

Lea Isaías 55:9 y Apocalipsis 15:3-4

2) La nueva identidad del creyente

La nueva identidad proporciona al creyente altos privilegios como parte de la familia de


Dios, del Cuerpo de Cristo y de ser parte del Templo del Espíritu Santo; además,
ciudadanos del Reino de los cielos (Efesios 1:3-7; 1 Pedro 1:3-5; Hebreos 10:19-22).

Dios nos ha dado el evangelio a fin de crear un medio seguro para mirar bajo la
superficie. No tengo que probar que soy valioso o amable. No tengo que tener la
razón todo el tiempo. Puedo estar indefenso y ser yo mismo aun si los demás no
me aceptan. Puedo aun arriesgarme y fallar. ¿Por qué? Porque Dios ve el 90% del
iceberg oculto bajo la superficie, y me ama total e intensamente en Cristo (Peter
Scazzero, Una iglesia emocionalmente saludable, 90).

Lea Juan 1:12, 2 Corintios 5:17, 1 Pedro 2:9-10 y respondan, ¿Cuál es la nueva
identidad de los que están en Cristo?
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3) El plan de Dios para la vida del creyente

a) Ser transformado.

La voluntad de Dios es que le glorifique por medio de la manifestación de su


amor, su gracia, su santidad y otras cualidades de Dios a los que viven
alrededor; es decir, ser transformado en la imagen de Cristo. La transformación
que Dios quiere hacer es primeramente en el corazón—las intenciones, las
actitudes y los pensamientos. El hace los cambios desde adentro para afuera
porque Dios mira el corazón (Romanos 12:2; 1 Samuel 16:7). Las relaciones con
el Cuerpo de Cristo son parte de la obra de Dios para crecer (Efesios 4:11-16)

Lean Romanos 8:29, 2 Corintios 3:18 y Gálatas 4:19 y respondan: ¿Cuál es la


meta de esa transformación que se opera de adentro hacia afuera?

b) Ser un instrumento de la transformación de Dios en la vida de otros.

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos…


enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado….Mateo 28:19-
20

…Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando


a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a
todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando en toda sabiduría, a fin de
presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; Colosenses 1:27-29

4) Reconocer que el pecado siempre trae consecuencias y creer que el pecado


no tiene dominio sobre el creyente y que él no está obligado a ceder a la
desobediencia.

El creyente necesita creer y confiar que, por la muerte de Cristo, no es necesario


obedecer al pecado y que ni su corazón, su carácter ni su conducta son dominados por
él. También, el cristiano reconoce que, aunque es perdonado por el Señor, todo pecado
trae consecuencias –en su carácter, su mente, sus emociones, su ministerio, su familia,
su iglesia y sus discípulos.

En grupos de tres, lean Romanos 6:2-7 y respondan ¿Cuál es la relación del creyente
con el pecado?
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Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron he
aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17

Si en la mente inicia el cambio, si el cristiano está consciente de su nueva posición en


Cristo, de su nueva naturaleza, del proyecto que Dios tiene para su vida…

¿Qué debe hacer? ¿Cuáles son sus responsabilidades en ese proceso de madurez y
crecimiento?

B. ROMPIENDO CON LA ESCLAVITUD DE MOMENTOS DEL PASADO

Según Génesis 3, ante nuestro pecado, la reacción natural es la de escondernos. En nuestra


familia se llevan a cabo momentos especiales de felicidad, desarrollo en sus diferentes áreas,
buenos modelos de los padres, sentimientos de seguridad y otros, pero también existen malos
patrones de crianza, o momentos traumáticos que nos acompañan y que muchas veces no
nos permiten vivir con libertad, incluso la nueva vida en Cristo.

Toda familia ha sido dañada. Como todo el mundo en la raza humana, yo desciendo
también del árbol familiar de Adán y Eva. Su intento tras desobedecer a Dios fue
esconderse y protegerse a sí mismo de Dios y el uno del otro. Esta aspiración de
protegernos a nosotros mismos de Dios y de los demás se manifiesta de diferentes
maneras: controlando, componiendo, temiendo, retirándonos, ignorando, negando,
apaciguando, o en conflictos, soledad, ansiedad, frustración, resentimiento, inculpando y
más (Una iglesia emocionalmente sana, 97).

Un ejemplo: David, el hombre conforme el corazón de Dios. Él fue un hombre temeroso de


Dios y que amaba su familia, pero sucedió que algunos patrones pecaminosos se
transmitieron de generación en generación. David fue un hombre que buscaba agradar a Dios,
pero Deuteronomio 17:17 no fue un mandamiento que cumplió a cabalidad. Él se hizo de
varias esposas: Mical, Abigail, Ahinoam, Maca, Haglit, Egla, Betsabé (la mujer de Urías), otras
mujeres y concubinas (pecado sexual). Salomón, el hijo de David, tuvo 700 mujeres y 300
concubinas (adicción sexual). Roboam, el hijo de Salomón tuvo 18 esposas y 60 concubinas
(pecado sexual). Pablo, hablando sobre la historia de Israel en el AT expresó: “Pero todo esto
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sucedió como un ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas, como ellos
lo hicieron” (1 Corintios 10:6, RVC). Un pequeño test para iniciar a explorar la parte profunda
del iceberg.
¿Existe alguna carga emocional o cuestión inconclusa de mi pasado que afectara mi liderazgo
o mi matrimonio hoy?

Describa las relaciones de sus padres.

¿Cómo se manejaron los conflictos en su familia? ¿Los disgustos? ¿Las tensiones?

¿Cómo se desarrollaron los papeles y la autoridad según el sexo en su familia? ¿Fue el padre
la autoridad? ¿Fue el padre el líder espiritual?

¿Qué tan bien funcionó su familia al hablar sobre los sentimientos?

¿Cómo lo describiría su familia? ¿Cómo cree que su familia piensa de usted?

¿Alguien lo dañó severamente en el pasado y aún no lo ha perdonado?

¿Cómo se habló o no se habló sobre la sexualidad? ¿Cuáles fueron los mensajes implícitos?

¿Hubo algunos «secretos» familiares (tales como embarazos fuera del matrimonio, incesto, o
escándalos financieros mayores)?

¿Qué se consideraba «exitoso» en su familia?


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¿Cómo se manejaba el dinero? ¿La espiritualidad? ¿Los días festivos? ¿Las relaciones con la
familia extendida?
¿Hubo pérdidas traumáticas en el pasado o presente, tales como muerte súbita,
enfermedades prolongadas, nacimientos de un niño muerto/embarazos frustrados, bancarrota,
o divorcio?
Estas preguntas debieran ayudarnos como una guía para revisar nuestra vida a la luz del
desarrollo de la escuela y la universidad; de la vida en la iglesia, cualquiera sea nuestro
trasfondo y también en el ámbito de la amistad y relaciones. Si existe remordimiento en el
corazón hacia una persona, esto lo está deteniendo.

Todos están quebrantados, estropeados, fracturados y son imperfectos. Es un denominador


común para toda la humanidad, aun para aquellos que niegan las realidades de su vida.
(Una iglesia emocionalmente sana, 123).

Dios nos da una nueva identidad (hijo de Dios), una nueva naturaleza que nos hace participar
de la naturaleza divina (2 Pedro 1:4), una nueva herencia (bendiciones espirituales y recursos
en abundancia), un nuevo poder para sobreponerse a los enemigos, todo ello con el fin de
participar y disfrutar de la nueva vida en Cristo con libertad, familiaridad. Existe una nueva
dinámica en mi vida interior, la vida de Jesús por el Espíritu que fluye en nosotros.

Este es un mundo caído, estamos aún luchando con una naturaleza caída, entonces, el
fracaso y la debilidad es parte de nuestra realidad. Por otro lado, el pedir a Dios el apoyo
como también tener la humildad de recibir de la familia de Dios ayuda, son los caminos que
Dios utiliza para sanar nuestro corazón. Eleve una oración a Dios clamando para el que sane
sus heridas, pero también pídale a Dios humildad para recibir sanidad a través de su familia
de la fe.

Piense en un hermano al cuál se acerca para buscar apoyo espiritual. El grupo de


consejeros en Nazaret Sur son buenos candidatos.

C. COMPRENDIENDO MIS LIMITACIONES

Las personas emocionalmente saludables saben que tienen uno, dos, tres o ¡diez dones! Sin
embargo, están convencidos que tienen límites y por lo tanto, viven felices buscando ser las
personas que Dios quiere que sean buscando las fortalezas de los demás para crecer.
Nuestras limitaciones no son un obstáculo, sino un don de Dios porque si no fuese así,
colapsaríamos.

Jesús estuvo sujeto a limitaciones. ¿Cuáles son tus limitaciones en cuanto a tu vida personal?
¿Cuáles son tus limitaciones en el ministerio? ¿Cuáles son algunas limitaciones de nuestra
congregación actualmente?
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¿Verdad que cuando hablamos de nuestras limitaciones lo vemos como debilidad y eso no
nos gusta? Lo vemos como obstáculos y no como un don de Dios.

Vamos más a fondo y examinemos más el asunto:

Aprenda a discernir sus limitaciones:


1. Observe su personalidad
2. Observe la estación de su vida
3. Observe la situación de su vida
4. Observe sus capacidades físicas, intelectuales y emocionales
5. Observe sus emociones negativas
6. Observe las cicatrices y las heridas de su pasado familiar

D. EL CREYENTE HA DE CULTIVAR SU RELACIÓN PERSONAL CON DIOS Y CAMINAR


CON ÉL.1

1) Mantener constante su fe en Dios—total confianza en su carácter, en su


Palabra y en sus promesas.

Dios ha diseñado las circunstancias, las oportunidades, las capacidades y aún el


servicio del creyente de acuerdo a los atributos perfectos y los propósitos santos de Él.
Su Palabra orienta al creyente para que sepa los principios, medios y planes de Dios
que rigen la vida de sus hijos. Para disfrutar el perdón, la paz, el gozo, la seguridad y la
esperanza, el creyente necesita conocer, creer y vivir a la luz de las promesas de Dios.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6

2) Crecer constantemente en su conocimiento y amor a Dios.

Dios y su voluntad han de ser la pasión de su vida. No debe dejar que ningún otro
deseo, como de placer, posición, poder, posesiones o reputación, tome la importancia
que Dios ha de tener en su vida. Esta relación se cultiva por un creciente conocimiento
de Dios a través de vivir en la Palabra de Dios, comunicarse con Dios y reconocer la
obra que Dios hace en su vida. Su vida estará enfocada en glorificar a Dios a toda
costa, viviendo de tal manera que “no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina”
(1 Timoteo 6:1).

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Esta sección ha sido tomada de notas inéditas del Dr. Stanford Orth con modificaciones. Seteca, 2007.
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Y amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:30

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero. Juan 17: 3

Ya no os llamaréis siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he


llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
Juan 15: 15

Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te
anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así
como te he mirado en el santuario. Salmo 63:1-2

3) Ser sensible al pecado y cuando lo reconozca en su vida, confesarlo,


arrepentirse (decidir no seguir en lo mismo), renunciarlo y tomar pasos que
contribuyen a la obediencia a Dios.

El pecado interrumpe la comunión y la comunicación con Dios y, por eso, es urgente


que el creyente reconozca la ofensa contra Dios y que restaure la comunión con Dios.
La confesión significa mucho en su relación con Dios. La confesión debe incluir la
decisión de rechazar el pecado y pasos de obediencia que manifiestan frutos del
arrepentimiento. ¿Me maravillo del amor y la gracia de Dios que me acepta, me
levanta y me fortalece aún cuando le he ofendido y entristecido?

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su


oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro
Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
Isaías 59:1-2

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y


ve si hay en mi camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.
Salmo 139:23-24

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y


limpiarnos de toda maldad.
1ª Juan 1:19
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Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no


despreciarás tú, oh Dios.
Salmo 51:17

4) Tener un corazón sumiso a Dios y abierto hacia él --aceptar y seguir su


voluntad, sus caminos y las circunstancias que él trae a su vida.

El apóstol Pablo enseña que el creyente tiene la opción de presentar sus miembros al
pecado o de presentarse al control de Dios. En todo momento, su responsabilidad y su
deleite ha de ser no solamente obedecer a Dios y agradarle sino aún gozarse en medio
de todas las experiencias y personas que Dios trae a su vida. Una evidencia de esta
actitud es el contentamiento—la aceptación y el gozo en medio de las situaciones y
personas que Dios ubica a su alrededor y la victoria sobre el espíritu de queja. Como
en varios de estos pasos, es requerida la humildad.

¿Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Romanos 12:1

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como
instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de
entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Romanos 6:12-13

…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir


humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para
estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:11-13

5) Depender radicalmente de Dios y rechazar el espíritu de autosuficiencia.

El cristiano necesita creer con convicción las palabras de Jesús que “separado de mí,
nada podéis hacer”—nada que de gloria a Dios (Juan 15:5). Tiene que dejar la actitud
del corazón que dice, “¡Yo puedo!” porque se considera preparado, con experiencia,
inteligencia, talento o sabiduría. El glorificar a Dios y llevar fruto para él está cimentado
en la realidad de su debilidad y la de la sabiduría y el poder de Dios (2 Corintios 12:9-
10). El Espíritu Santo quien mora en el creyente es el que fortalece al creyente para
resistir el pecado y que produce en él las cualidades del carácter de Dios. Cuando el
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cristiano responde a la Palabra de Dios, cuando confía en Dios y aprovecha su


privilegio de acceso a Dios a través de la oración verá la obra sobrenatural de Dios en
su corazón, en su vida y en su servicio. (Hebreos 4:14-16)

“Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí....separados de mí nada podéis hacer”
Juan 15:4-5.

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad.
Filipenses 2:13

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis (mejor: “no satisfaceréis”) los deseos
de la carne.
Gálatas 5:16

Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza...
Gálatas 5:22-23.

6. Las disciplinas espirituales para mitigar las influencias de la naturaleza


pecaminosa y fomentar la transformación del corazón.

6.1. Meditar regularmente y responder a las Escrituras.

El creyente ha de exponerse al poder de la Palabra de Dios, reflexionar sobre su


significado y aplicar sus verdades a sus actitudes, móviles, pensamientos, hablar y
acciones. Esta es una manera imprescindible que Dios ha provisto para conocerlo más,
para escucharle, para darse cuenta de su amor, para entender la clase de persona que
Dios quiere que sea y para que él Señor le muestre su pecado y el Espíritu Santo obre
cambios en su corazón. El creyente debe estar convencido que esta es la acción más
poderosa que él puede realizar para cooperar con Dios en los cambios que él quiere
hacer en su vida.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.
2 Timoteo 3:16-17.

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.


Juan 17:17
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Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Santiago 1:25

Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche…. Salmo 1:2

¿Estoy llenando mis pensamientos y corazón con la perspectiva divina?

¿Está mi delicia en conocer las Escrituras y asimilar constantemente el mensaje de


Dios para mi corazón y vida?

¿Hago los ajustes en mis actividades y mi horario con el fin de apartar tiempo para
conocerlo mejor y cultivar mi relación personal con él?

¿Tomo en serio lo que dice y tomo las decisiones apropiadas con el fin de conformar mi
vida a la voluntad de Dios?

6.2. Velar y orar en humilde dependencia de Dios.

El cristiano ha de permitir que los temas que encuentra en su meditación en las


Escrituras le guíen y le entrenen en la oración. Estos temas sugieren peticiones por los
cambios que Dios quiere hacer en su corazón y su carácter. La meditación bíblica y la
oración fortalecen al creyente para que resista la tentación y experimente la
transformación que el Espíritu Santo desea obrar en el corazón. Expresémosle gratitud
por su gracia y su amor, que estamos pendientes y sumisos a su voluntad y que
dependemos desesperadamente de la sabiduría y el poder de él.

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil.
Mateo 26:41

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15:5

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y


hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:16

....Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la
poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.
1 Pedro 5:5-6
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¿Oro al Señor en humilde dependencia—pidiendo su poder para resistir la tentación y


para que él desarrolle y fortalezca cualidades específicas de actitud, móviles,
emociones, hablar y conducta?

6.3. Con la ayuda de Dios y con decisión personal continuamente “renunciar a la


impiedad” y vivir sobria, justa y piadosamente (Tito 2:12).

La Biblia usa una variedad de vocabulario para decir al creyente que ha de despojarse
de los patrones viejos, ser renovado y vestirse de una nueva manera de vivir. Es
importante reconocer que la Biblia no habla de cambios sólo de conducta, sino de
carácter, de actitudes, de móviles, de pensamientos como también del hablar y de
comportamiento. Usa lenguaje que describe no solamente el resistir pecados
específicos en momentos de tentación, sino vestirse de las virtudes y cualidades de
Jesucristo, llegando a ser, tanto en el corazón como en la conducta un “nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y la santidad en la verdad”.

…renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria,


justa y piadosamente.
Tito 2:12

ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,


sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Romanos 6:13

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros....


Colosenses 3:5

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 4:22-24
Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, vistámonos las armas de la luz....vestíos
del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Romanos 13:12-14

...despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia
la carrera que tenemos por delante.
Hebreos 12:1

Huye, también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con
los que de corazón limpio invocan al Señor.
2 Timoteo 2:22
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¿Es posible que esté entregando mis miembros al pecado?


¿Estoy haciendo provisión para la naturaleza pecaminosa? O
¿Soy exigente conmigo mismo, entregando mis miembros a Dios como instrumentos de
justicia y, con la ayuda de Dios, rechazando en el mismo momento el pensamiento,
actitud o comportamiento que no le agrade?

6.4. Responder bíblicamente a las pruebas y otros desafíos que Dios permite en
su vida.

El creyente sufre pruebas, sufrimientos, pérdidas, oposición, enfermedad, debilidad,


fracasos, tentaciones, presiones económicas, crítica, personas difíciles y presiones en
el ministerio. La vida es difícil. Dios está moldeándole en las profundidades de su
corazón. En vez de alejarse de Dios, amargarse, depender de sí mismo y tomar
decisiones que no sean bíblicas, el creyente necesita acercarse a Dios, depender de él
y tomar las decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios. Esto requiere que el cristiano
sea fiel y constante siempre en su relación con Dios para que esté preparado para las
experiencias difíciles.

Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo
que la prueba de vuestra fe produce paciencia, mas tenga la paciencia su obra
completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Santiago 1:2-4

En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,


tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea
hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis
sin haberle visto….
1 Pedro 1:6-8

¿Cuáles son los desafíos y pruebas en mi vida ahora? ¿Cómo respondo? ¿Cuáles son
los cambios que Dios está obrando en mí?

6.5. Cultivar relaciones de edificación mutua con otros creyentes.

El cristiano necesita obedecer la Palabra de Dios que le manda a buscar la edificación


de otros y ofrecerles también ánimo, exhortación, oración, apoyo y otros muchos
ministerios recíprocos en el Cuerpo de Cristo. Esto requiere iniciativa, apertura y
humildad.

Y considerémonos unos a otros, para estimularnos al amor y a las buenas obras, no


dejando de congregarnos, como algunos tiene por costumbre, sino exhortándonos….
Hebreos 10:25
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¿Quiénes son los que permito que me edifiquen, animen y amonesten?


¿Estoy aprendiendo de ellos? ¿Les agradezco? y ¿Llevo a cabo acciones concretas?
¿A quiénes estoy edificando y animando? ¿Mi carácter y mis relaciones atraen a otros
hacia Dios?

6.6. Involucrarse en amar y servir a otras personas, cristianos y no cristianos.

El segundo de los principales mandamientos que Jesús declaró es amar al prójimo. Si


el creyente ama a Dios, el deseo de agradarle a Él le impulsa a servirle y también de
amar y servir a los demás, tanto los creyentes como a los que todavía no tienen una
relación personal con Jesucristo. Dios ha destinado obras de servicio para todo
creyente, no sólo los que se llaman “siervos de Dios” (Ef. 2:10; 4:12-13).

El servicio del creyente, de cualquier tipo, debe ser motivado por el amor a Dios y el
sincero amor por los humanos. Crecer en el espíritu de siervo y en el servicio
sacrificado requiere que en lo más profundo del corazón exista la humildad. La
humildad nos lleva a obedecer a Dios y servir en la manera y en el lugar que Él quiere.
Además, la humildad nos lleva a quitar la vista de nosotros y enfocar a nuestro prójimo,
un paso grande hacia vencer el egocentrismo arraigado en nuestra naturaleza vieja.

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida
en rescate por muchos.
Marcos 10:45

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15:5

Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de
hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día
de la salvación…
Honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder
a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.
1ª Pedro 2:12; 3:15-16 NVI

CONCLUSIÓN:

Quizás el cristiano podría desanimarse pensando que tiene que hacer tantas cosas para
agradar a Dios y para crecer en la vida cristiana. Sin embargo, los temas bíblicos que se
encuentran en estas notas sobre la vida cristiana no son como una lista de comprobación que
a través de toda la vida, el creyente necesita revisar y chequear cada día. Los temas
describen un estilo de vida de todo cristiano que ama a Dios, reconoce el señorío de
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Jesucristo y desea con todo su corazón que su vida traiga gloria para Dios. El cristiano
escucha a Dios en su Palabra, persevera en ella y le responde en la oración, en sus
decisiones y por medio de la obediencia a Su voluntad (Salmo 51:17; Juan 14:21).

El creyente está siendo transformado maravillosamente a ser como Su Hijo (2 Corintios 3:18).
Esta es la vida de un creyente agradecido quien se maravilla constantemente que Dios
siempre le trata con amor y con gracia no merecida—gracia que le perdonó cuando confió en
Jesús, que le cambia constantemente y que le perdona y le levanta cuando falla. Este
cristiano está creciendo constantemente en su conocimiento de Dios y su amor a Él. Su deseo
más fuerte en la vida es agradarle (Marcos 12:30-31; Juan 14:21; 1 Corintios 10:31).

La vida se llena de expectativa cuando a través de su Palabra detectamos los cambios que Él
propone hacer en nosotros. Nos emocionamos al cooperar con Él y miramos su obra de
moldearnos en maneras sorprendentes. Hay gozo y satisfacción cuando observamos la
transformación de nuestro carácter, actitudes, relaciones y servicio. Dios obrará para que el
cristiano crezca en la fe, la santidad, el amor, la paz, el gozo y la esperanza. Y Dios es
glorificado cuando él toca las vidas de otras personas a través de una vida transformada.

En resumen, algunas áreas en las que debemos crecer:

 Establecer una relación de amor y adoración con Dios y sus caminos.


 Mantener relaciones espirituales profundas y transparentes con otros.
 Sentirse libres para tomar decisiones basadas en valores más que en temores o
sentimientos de culpa.
 Saber de qué somos responsables y de qué no.
 Aceptar nuestra maldad y debilidad tanto como las de los demás.
 Comportarnos como adultos y no como niños en la vida en las relaciones de amistad
con otros.
 Lograr superación en algún trabajo o en algún aspecto de nuestra actividad
profesional.
 Tener una moralidad clara y balanceada.
(Henry Cloud y John Townsend, Cómo crecemos, 284-285.

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