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11.

- Cristo y la salvación
¿Por qué la Biblia testifica que el hombre debe ser salvo? Los no creyentes no saben que están en un
estado del que deben ser salvos. Los cristianos tampoco saben exactamente de dónde fueron salvos
y qué es la salvación. Debemos de entender la salvación correctamente.
1.- El hombre está dentro de un problema severo del cual debe ser salvo.
1) El hombre que no es salvo está sumido en un estado de tinieblas, desorden, y vacío. (Gn1:2). 2 Y
la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se
movía sobre la faz de las aguas.
2) La gente vive trabajada y cargada toda la vida para subsistir. (Mt11:28). 28 Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Heb2:15). 15 y librar a todos los que por el temor de la
muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
3) Los problemas del corazón, el pensamiento, la mente, el cuerpo, el individuo y la familia, y muchos
problemas se siguen repitiendo. (Isa1:5-6). 5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os
rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay
en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con
aceite.
4) Sin importar qué tanto éxito terrenal, qué tanto placer o qué tantas cosas se tengan, es algo
temporal, y al final se está viviendo una vida vacía. (Lc16:19-31). 19 Había un hombre rico, que se vestía
de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado
Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían
de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue
llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus
ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo:
Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y
refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que
recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26
Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren
pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le
envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan
ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 El
entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Más
Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de
los muertos.
5) La muerte no es el fin. Espera el juicio y el castigo eterno después de la muerte. (Heb9:27). 27 Y de
la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
6) La Biblia nos habla de la razón fundamental por la que vienen estos problemas.
1. Esto es porque el hombre, que es un ser espiritual que debe estar con Dios, se separó de
Dios. (Gn3:1-7). 1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y
la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del
árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él,
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol
era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron
abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se
hicieron delantales.
2. Se separó de Dios por causa del pecado, y por esto es que se manifiesta la maldición y el
desastre. (Ef2:1-3). 1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia 3 entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la
voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
3. Satanás se vuelve el Padre espiritual, por lo que el hombre es atado a las fuerzas de las
tinieblas y perece al ser esclavo. (Jn8:44). 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de
vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de
mentira.
2.- La salvación es salir de los tres problemas fundamentales del hombre.
1) El salir de la autoridad de Satanás es la salvación.
1. Jesús es el verdadero rey que vino para destruir la obra del diablo. (1Jn3:8). 8 El que practica
el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para
deshacer las obras del diablo.
2. Fue para liberar al hombre que estaba durante toda la vida sujeto a servidumbre por temor de
la muerte. (Heb2:14-15). 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también
participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es,
al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre.
3. Nos rescató de las tinieblas y nos trasladó al reino de Dios. (Col1:13). 13 el cual nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
2) El recibir solución al problema del pecado y ser liberado del pecado es la salvación.
1. Jesús vino como el verdadero sacerdote para encargarse del pecado de todo el mundo.
(Jn1:29). 29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
2. Jesús vino para dar su vida en rescate por muchos. (Mr10:45). 45 Porque el Hijo del Hombre no
vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
3. Se encargó de nuestros pecados derramando su sangre por nosotros. (1Pe2:24). 24 quien
llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
4. Nos liberó la ley del pecado y de la muerte a través del rescate de la cruz (Ro8:1-2). 1 Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del
pecado y de la muerte.
3) El que nosotros, que estamos cortados de Dios, nos encontremos con Dios es la salvación.
1. Jesús es el verdadero profeta que vino a buscar y salvar a los perdidos. (Lc19:10). 10 Porque
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
2. A través de la muerte en la cruz, abrió camino nuevo y vivo para encontrarse con Dios.
(Heb10:19-20). 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre
de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
3. Es la propiciación por nuestros pecados, por lo que reconcilió a Dios y al hombre. (1Jn2:2). 2
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de
todo el mundo. (1Jn4:10). 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
4. Jesús es el único camino para encontrarse con Dios. (Jn14:6). 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
3.- La salvación es que todos los problemas son solucionados a través de
la solución del problema fundamental.
1) Es porque Jesús el Cristo resolvió el problema fundamental que trae todos los problemas.
(Jn19:30). 30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza,
entregó el espíritu.
2) Dios está con nosotros a través del Espíritu Santo, por lo que se restaura el estado original del
hombre. (cual estado…el de la verdadera relación con Dios)
(Gn1:27-28). 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y
los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces
del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
3) Esta salvación es algo que nadie puede quitar.
(Jn10:28-29). 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi
Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
(Ro8:38-39). 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (estamos unidos en verdadero amor)
(2Cor5:5). 5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
4) Para el hijo de Dios, todo ayuda a bien, por lo que ya no hay problema. (Ro8:28). 28 Y sabemos que
a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.
5) Por eso ya no tenemos temor de la muerte y no vivimos como esclavos del diablo o por nosotros
mismos.
(Heb2:14-15). 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar
a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
6) Para los salvos, el yo que estaba bajo la potestad de Satanás atado por el pecado y enemistado de
Dios muere, y ahora viven una vida de la que Cristo se adueña.
(Gál2:20). 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
7) Aquellos verdaderamente nacidos de Dios no viven de acuerdo a la carne sino son guiados por el
Espíritu Santo. (Ro8:3-17).
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la
ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5 Porque los que
son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu . 6
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los
designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y
los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a
causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que
levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en
vosotros. 12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13
porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15 Pues no habéis
recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
8) No son atados por la vida carnal propia sino que viven por Dios, quien los llamó.
(2Tim2:3-4). 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda
en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
9) Viven por Cristo, quien murió y vivió de nuevo por nosotros.
(2Cor5:15-17). 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y
resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si
a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
10) Vivimos en esta tierra por la evangelización mundial que Dios nos encarga.
(2Cor5:18-19). 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles
en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
(Hchs1:8). 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

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