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Cómo trazar un adecuado plan de EPP

Cómo aplicar un adecuado plan EPP

1. Inspeccionar el lugar de trabajo:

2. Revisar el equipo:

3. Observar a la fuerza laboral:

4. Dialogar con los trabajadores:

Los “Elementos de Protección Personal”, o también conocidos como EPP, son eslabones
fundamentales dentro de la cadena de seguridad y protección laboral. Por ello, es
indispensable contar con estrategias y herramientas tecnológicas que permitan
inspeccionarlos en forma periódica, detallada y eficiente.

Por su propia naturaleza, así como por diversas consideraciones ambientales, o incluso
geográficas, las actividades productivas e industriales suelen presentar alto nivel de riesgo y
peligro para quienes las realizan. Esto hace imprescindible el uso permanente de “Elementos
de Protección Personal”, o EPP, para resguardar la seguridad e integridad de los trabajadores.

Técnicamente, los EPP son cualquier equipo, aparato o dispositivo especialmente diseñado y
fabricado para resguardar al cuerpo de todo daño, herida o lesión provocado por accidentes
del trabajo o enfermedades profesionales.

En este contexto, la ley obliga al empleador a proveer estos elementos a todos los
trabajadores u operarios que así los requieran, dependiendo del trabajo que realicen y del
consecuente riesgo al cual se expongan.

Importancia de los EPP

Ahora bien, por sí solos los EPP no eliminan los riesgos y peligros presentes en el lugar de
trabajo, pero sí protegen a las personas, y pueden llegar a disminuir sustancialmente la
gravedad de las lesiones sufridas en caso de accidente.

Por ejemplo, elementos de protección tan simples como casco, guantes, antiparras y calzado
de seguridad pueden evitar desde quemaduras o laceraciones en las extremidades, hasta
traumatismos severos y lesiones mortales.

Por este motivo, el uso obligatorio y regulado de los EPP siempre debe enmarcarse dentro de
un plan preventivo que respalde su implementación y permita, además, entregar a los
trabajadores adecuadas herramientas complementarias de información y capacitación
respecto de su uso.

Basta recordar que en cualquier lugar de trabajo que implique riesgo moderado a extremo,
como un yacimiento minero, un edificio en construcción, una zona de explotación forestal, o
una fábrica de productos químicos, entre otros ejemplos, los riesgos que corre la fuerza laboral
son parte de las actividades cotidianas.

Y no sólo se trata de protegerse contra objetos que caen, explosiones o golpes contra
elementos contundentes. También existen múltiples riesgos asociados a otras situaciones que
pasan más inadvertidas, como el exceso de ruido ambiente o la presencia de sustancias
químicas, tóxicas y/o contaminantes.

Todas estas variables exigen que las gerencias de cada empresa, así como los profesionales
encargados de los respectivos departamentos de Higiene y Seguridad Laboral, implementen un
plan adecuado las necesidades de cada empresa. Este debe definir los EPP pertinentes para las
faenas que se desarrollen en, así como establecer un programa de control e inspección
periódico de los elementos dispuestos para resguardar la seguridad de la fuerza laboral.

Cómo aplicar un adecuado plan EPP

En primer término, debemos considerar que todo plan de inspección de los Elementos de
Protección Personal consiste en un proceso que se debe realizar en el mismo lugar de trabajo.
Sólo de este modo será factible garantizar la calidad, estado y buen funcionamiento de cada
uno de estos equipos.

Así mismo, las inspecciones deben ser realizadas por personal especialmente conformado y
capacitado para tal fin. Puede estar constituido por consultores externos, o bien, por
funcionarios de planta. El único denominador común radica en que tengan las competencias y
los conocimientos necesarios para diseñar un plan, aplicarlo y darlo a conocer a todos los
trabajadores de la empresa.

Al mismo tiempo, deben mantenerlo lo suficientemente actualizado como para adaptarse a


eventuales cambios de contexto, o a los nuevos peligros o riesgos que surjan con el avance de
las actividades de largo plazo.

Una vez conformado el equipo de inspección de EPP, es necesario verificar que el proceso se
realice de acuerdo con una metodología clara. Esta puede considerar los siguientes pasos:

1. Inspeccionar el lugar de trabajo:


Identificar los riesgos físicos como, por ejemplo, cables expuestos, entradas de vehículos poco
demarcadas, áreas obstruidas, sustancias químicas o inflamables presentes en el ambiente o
materiales propensos a desprenderse, entre otras variables.

Así mismo, si el lugar de trabajo se ubica en zonas interiores, es necesario asegurar el buen
estado de otros elementos de protección complementarios, como los extintores de incendios,
e identificar y señalizar todas las salidas de emergencia.

2. Revisar el equipo:
Se debe realizar una lista completa de todo el equipo de seguridad que se distribuye a los
trabajadores, tanto de manera individual como colectiva, para identificarlos con claridad y,
simultáneamente, saber con todo detalle qué elementos pueden faltar dentro del inventario.

3. Observar a la fuerza laboral:


Hay que destinar un tiempo prudente para observar y analizar la forma en que los trabajadores
realizan sus actividades cotidianas, así como tener claridad respecto de qué elementos de
protección personal usan efectivamente y, saber, simultáneamente, si lo hacen de manera
correcta para proteger su seguridad y salud.
4. Dialogar con los trabajadores:

Una vez hecha la observación y obtenidas las conclusiones pertinentes, es necesario conversar
con los trabajadores, para aclarar sus dudas e identificar cualquier inseguridad que ellos
adviertan respecto de su lugar de trabajo. De este modo, también será posible identificar las
eventuales causas del mal uso del equipo, y trazar las respectivas estrategias correctivas de
educación y concientización.

Una vez dados todos estos pasos, y tras obtener las conclusiones más relevantes del proceso
de observación y diálogo con los trabajadores, se debe trazar un formato de inspección de EPP
que permita identificar aquellos elementos que estén en buen o mal estado.

De este modo será posible fijar un estándar de acción que permitirá optimizar las estrategias
de protección y cuidado de la fuerza laboral de toda la empresa.

Para lograr la mayor claridad posible en esta fase del proceso es necesario adoptar una
categorización precisa. En este punto los expertos en seguridad laboral recomiendan actuar de
acuerdo con tres parámetros objetivos:

Bueno (B): Se debe calificar como “Buenos” a todos los equipos que se encuentren en estado
óptimo, tanto desde el punto de vista funcional como estructural, para brindar la protección y
seguridad que requiere el usuario.

Regular (R): Se debe calificar como “Regulares” a todos los equipos que solamente cuenten
con alguna de las características de funcionalidad y estado que requieren para brindar
protección óptima. Si no se cumple esta condición, el personal a cargo de la inspección debe
recomendar que no es seguro hacer uso de este elemento, y solicitar su reemplazo lo antes
posible.

Malo (M): Se debe calificar como “Malo” a todo EPP que no cumpla con ninguna de las
características y especificaciones que requiere para brindar protección y seguridad al
trabajador. En estas circunstancias, el personal a cargo debe retirarlo de inmediato, y
reemplazarlo por equipo en buenas condiciones.

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