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Fuente: Elaboración Propia.

No es posible obtener resultados de equipo si no existe un objetivo compartido por los miembros
del equipo (cuando no existe un objetivo compartido, estamos en presencia de un grupo, no de un
equipo). La definición de este objetivo, y su comunicación de forma que resulte inspiradora o
movilizadora para el resto, es tarea de el/la líder. En la medida que tenemos un objetivo compartido,
comunicado, conocido y consensuado por la totalidad del equipo, podemos comenzar a planificar
las distintas actividades para la consecución del logro propuesto, gestionando los recursos que estén
disponibles. Una vez planificadas las actividades, la división de tareas en virtud de los conocimientos
y habilidades de los integrantes (organización) permite abordar una ejecución ordenada y
sistemática, en donde el logro de resultados depende más bien de una estructuración del trabajo
que de una improvisación voluntariosa.

Como contrapartida, la ausencia o déficit de cualquiera de estos elementos termina


transformándose, por definición, en un obstaculizador del trabajo en equipo.

La definición de un objetivo que sea compartido por los integrantes de un


equipo provee el alineamiento necesario entre sus miembros,
transformando un grupo de personas en equipo. El poder de esta definición
radica en la visión que otorga a los miembros. Al interior del grupo, pueden
Objetivo existir tantos objetivos individuales como personas; sin embargo, la
consecución de un objetivo compartido comporta la satisfacción de
Compartido aquellos objetivos individuales.
La definición del propósito u objetivo compartido, el “para qué estamos
haciendo lo que estamos haciendo” le da sentido y coherencia al equipo
como tal; vale decir, influye en el desempeño y por consiguiente determina
el o los posibles resultados a alcanzar.
El liderazgo es un fenómeno humano, emerge en aquellas situaciones
donde existe algún desafío que acometer o alguna oportunidad que
Líder abordar, ya sea de manera individual o colectiva, e indistintamente del
ámbito del quehacer. El papel del líder resulta en construir ese objetivo
compartido, escuchando e integrando diversas perspectivas, que logra
inspirar y movilizar hacia la acción los esfuerzos individuales.
EL papel principal del líder es comunicar el propósito u objetivo a los
Comunicación miembros de equipo, generando un alineamiento en torno a ese propósito
de manera inspiradora y movilizadora. La comunicación, en todas sus
facetas y direcciones, permite establecer la coordinación de acciones
necesarias para la consecución del logro / objetivo.
Una vez definido el objetivo del equipo; esto es, compartido por todos sus
integrantes y alineados en torno a él; corresponde identificar los recursos
Planificación / de los que el equipo dispone para abordar el desafío de modo de lograr el
Gestión de resultado deseado. Dichos recursos están dados por las características
propias de la tarea a abordar; el tiempo o plazos asociados; así como las
Recursos destrezas, habilidades y conocimientos de cada uno de sus integrantes. En
base a esos recursos ideamos un plan.
Un plan comporta la realización de un orden secuenciado de actividades
que posibiliten alcanzar el propósito compartido del equipo. Para esto, la
Organización asignación correcta de roles y tareas de acuerdo a los recursos y
capacidades de cada integrante resulta fundamental para optimizar el
desempeño del equipo. Quién hace qué y en qué momento.
En el hacer obtenemos el resultado concreto de las definiciones de las
etapas anteriores. La ejecución corresponde al despliegue, en la acción, de
la estrategia definida; o bien, el resultado de la ausencia de ella. Este
Ejecución resultado provee información que retroalimenta el desempeño del equipo
y posibilita realizar los ajustes necesarios en algún o algunos de los
componentes anteriores, que posibiliten una ejecución más eficiente y/o
eficaz.

Conectando con lo propuesto por Simon Sinek, y su modelo de Círculo Dorado (Sinek, 2009), el Por
qué está dado por el objetivo compartido en torno al cual el equipo se alinea (¿Por qué hacemos lo
que hacemos?). El estilo de liderazgo que se ejerce y la comunicación que se desprende de él dan
forma a la manera en cómo el equipo se planifica y organiza en pos de ese objetivo; estos
componentes representan el Cómo (¿Cómo hacemos lo que hacemos?). Por último, nuestra forma
de accionar genera consistentemente una cierta forma de ejecutar que produce determinados
resultados, el Qué (¿Qué hacemos?); lo que hacemos o ejecutamos tendrá sentido para los
integrantes de un equipo en la medida que el equipo se plantee desde dentro hacia afuera; esto es,
desde el propósito que lo constituye y moviliza, hacia los resultados; y no al revés, donde
encontramos o interpretamos que lo que hacemos carece de sentido.

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