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eá como
La tensiémmyen muchos casos el dilema moral, entre dar cabida - Creo que la mejor forma de entender la democracia
Yo del
a la difereemiay
ser justo con todos los miembros de los grupos un modelo para organizar el ejercicio público y colect¡
minoritawris impulsa el debate actual sobre el multicultura= poder en las instituciones más importantes de la socied ad,
el
lismo haeciruna nueva fase. Una vez que reconocen cómo las - basándose en el principio de que las decisiones que afectan
ado
demandassyerla convivencia multicultural pueden ser inevita= bienestar de una colectividad pueden verse como el result
blemente-—anflictivas dentro del Estado democrático liberal, los de un procedimiento de deliberación libre y razonada entre
ver-
teóricos amiliculturales y democráticos deben entonces abo= - personas consideradas moral y políticamente iguales. Es
carse al te=nade las reivindicaciones de ciudadanía diferenciada dad que cualquier definición de conceptos esencialmente con-
en las sowzidades democráticas liberales. Quisiera distinguir - trovertidos, como democracia, libertad y justicia, nunca es una
entre diveems modelos normativos que han lidiado con estas mera definición. Lo mismo sucede con la definición propuesta
temáticas= masenso liberal superpuesto, igualitarismo liberal, - arriba. Mi propio enfoque de la democracia pri ilegia un
jerarquías= “ poder pluralistas entrelazadas y el enfoque de la modelo deliberativo por encima de otro tipo de consideracio-
democracaisdeliberativa. En el siguiente capítulo, delinearé los nes normativas. Esto no quiere decir que el bienestar econó-
contrastess ere ellos para resaltar las fortalezas y debilidades de mico, la eficiencia institucional y la estabilidad cultural no sean
los diversemsafoques sobre los dilemas del multiculturalismo,y también relevantes al juzgar la aptitud de una visión norma-
para explísarlas razones por las que prefiero el modelo de “ tiva de democracia. Las reivindicaciones por el bienestar eco-
democractiadeliberativa por encima de los otros. Nómico y las necesidades de la identidad colectiva deben estar
Satisfechas para que las democracias funcionen a lo largo d‘e]
tiempo. Sin embargo, la base normativa de la democracia
el aprendizaje
como una forma de organizar nuestra vida colectiva ney Juchas multiculturale, y es alli donde tiene lu_grar
ci n Sostengo que
camente ni la satisfacción del bienestar económico, ni
moral y político y las cambios en la valora
culturales, a tra-
zación de un sentido de identidad colectiva. Puesto: este énfasis en la resolción de los dilemas multi
como el logro de ciertos niveles de bienestar económico p ón y la voluma-d en la
vés de procesos de famación de la opini
tres condlcmn?s
ser compatibles con un gobierno político autori sociedad civil, es períctamente compatible con
voluntaria
los regímenes antidemocráticos pueden tener más éxitey normativas: recprocilad igualitaria, autoadscripción
democráticos en asegurar un sentido de identidad colega y libertad de sali da
y asocia ción. Creo que estas normas am-
La base de la legitimidad en la democracia debe rast: y reciprocidad iguali-
plían los principiose respeto universal
el presupuesto de que las instituciones que reivindican taria, fundamentalespara la ética del discurso.
el poder irrevocable lo hacen porque sus decisiones El modelo discurivo de la ética postula los principios más
tan una perspectiva igualitaria en interés del conjunto.. generales y las intuicones morales que subyacen a las reivin.di-
presupuesto sólo puede cumplirse si dichas decisiones caciones de validezé& un modelo deliberativo de democracia.!
abiertas, en principio, a procesos adecuados de delibes Los detalles procedinentales de situaciones de argumentación
pública por parte de ciudadanos y ciudadanas iguales y li específicas denomindas discursos prácticos —igual oportuni-
dad para los particiantes de introducir cualquier tema consi-
derado relevante mpecto de la norma problemática que se
discute; cuestionamiento reflexivo de las reglas para establecer
DEMOCRACIA DELIBERATIVA Y ÉTICA DEL DISCURSO la agenda a discutir-no son automáticamente transferibles al
nivel macroinstitudnal, y tampoco es necesario que lo sean.
En este capítulo analizo si un modelo deliberativo de Las restricciones pricedimentales del modelo discursivo pue-
cia, basado en la ética del discurso, puede ofrecer rí den actuar como wrificadores para evaluar críticamente los
convincentes a los desafíos planteados por las reivindie . criterios de pertenacia, las reglas para establecer la agenda y la
multiculturalistas. Al compararlo con otras posturas acEuales, estructuración delebate público dentro de las instituciones y
como la de John Rawls y Brian Barry, la fuerza del m0delo entre ellas. Los disarsos prácticos no son programas de acción
deliberativo consiste en su enfoque de doble vía de la X para las institucions, pero pueden ayudar a evaluar los arre-
Este tipo de enfoque se centra, por un lado, en las instituciOles glos institucionalesexistentes.
establecidas, como la legislatura y el poder judicial en las SOSie-
dades democráticas liberales. Por otro lado, las actividades ¥las 1 En años recienes, helibido un debate generalizado sobre distintos modelos
luchas politicas de los movimientos sociales, las asociacioPE y de democraciadelibefiva y existen una serie de modelos relacionados,
los grupos de la sociedad civil se analizan en el contexto EE la aunque sutilmente igónicos, que circulan en la literatura sobre el tema. Los
más importanies sonfohen (1989); Dryzek (1990); Fishkin (1991); Gutmann y
teoría de la esfera pública democrática. Es en la esfera pr i Thompson (1996);ilermas (1996a). En Benhabib (1996a), analizo las
situada dentro de la sociedad civil, donde se produce® las diferencias tamo contffuales como sociológicas entre algunos de estos modelos.
__
182 | s REIVINDICACIONES
DE 14 CULTURA
A DEl MOCRACIA R e DELI BERATIVA
IVA Y LOS LOS DILEMAS
DILEMAS MULT RAl
MULTICULTURALES | 183
La premisa básica de
la ética del discurso afirma É
son válidas las norm
as y los arreglos
justificación de los presupuestos de lala conversa-
edir dir jus a
ins titucionales NOrmat ción ¥ a PE 3 En el marco de la teoríaA de la democrzc. ia
que pueden acorda i es. de o
rse entre todos los
interesados, de a i tiva,
E Y“h? 5
€S o s principios pueden cumplirse por me: 10
» e de arreglos políticos y legales, así como de asociaciones y
seri
cticas no institucionalizadas
instituci ionali en la s ociedad
- civil. . —
á¡alcas ion entre la metanorma de la ética del d¡l E
válidas mediante Pr prin _-65dde respeto universal y reciprocidad
iproci igualitaria
alitaria yy "la
ocedimientos que
Su vez, esta Mmet satisfagan este Crifter —
íbases »con: s titucionales de las democracias ias liberales
liberales no es
anorma presupone los pri
moral universal y de ncipios de resp cia o deducción. Las premisas más generaleí/ en "lasdg.¿que
i á
reciprocidad
igualitaria.
que un “ 710rma es una Quisiera 4 — iginan dichas constituciones
- ituci —a saber, laa ga;
garantía
e -
regla para la acció;
nizació - olíticos,
í civile
i
civiles A
y humanos s basicos— pueden S mé
- pla encarnacion y contextualizacion de dlchlas E
innecesario” o “los wf" 2 ipios en contextos juridicos,
i culturalq y]socl;iológicar
ogfl(m)fiaq
ciudadanos deben ser
igualitaria”. Los Pri tratados de fo Eintos,
isti
istintos, istóri
así í com 0 históricamel nte variables.
A Las E
filosofías
ncipios permiten una varied
Zaciones normativas; los ad de comgy 4 les generales que subyacen a las garanuas;) de .
mismos principios pueden
sentados en instancia
s concretas ser re les de los derechos politicos,
— íticos, civiles
ivil 'y4y humane
N 0s básicos
M ada
a través de distintas diversas reconstrucciones normativas: TC
instituciones, Defino normas
los principios de Tes
peto universaly — liberalismo político, basada en una" concepción
' itEa
procidad igualitaria
de la siguiente mane
requiere que Tecono ra: el respeto u mulada de la persona, y el modelo habermasiano AT
zcamos el derecho
ces de habla y acción de todos los seres: cia deliberativa son sólo dos ejemplos
j de estas teo rías s
a Ser participantes en
moral el principio de la Conversación:
recipr ocidad igualitaria, interp
dentro de los confines retado: En Situating 5 the self: gender,
ender, community, and “ d postmodernism
po i s in c ontemporary
e
de la ética del discurso, y ethics (v99°§ diferencié entre las normas de ¡…pl¡?c:u P
tro de los discursos cad estipula que den=: “complementarias”.
a diversos actos de
a uno debería tener el
mismo derecho sentarias” Defino la rocidadrecpoid formal co e p
habla, a iniciar nuevos tem Principalmente
a a través
través dede normas
nor i quon‘.\ls,\)publxfi\:n,]‘
REEO o
as de conwersa- Ienur a s formillan de siguiente manera: “Si yo :k_fgu… AE
2 He explicado antes que ten - ne s tú tienes la obligación de no .mpedxjmf… e
emos Obligaciones morales
son capaces de habla y hacia los seres que 59). Defino la reciprocidad comp lementaria de la sig de u
(véase el capitulo 1). Las acción, o ue lo son sólo en un sentido limita no
de
obligaciones morales haci do p ‘I] hg;mpcmy\upnmdemmm, formas de E
medirse por la capacidad de a los demás no pueden u……lc
as . que el otro S0 v e se sienta
'…………o…u…)…n………………qu; 1n r e ser =
los otro s de Con vertirse
E fi 0 individu:
misa del lberalismo como imparcialidad. El trabajo dey iva que defiendo
en
jemocracia deliberat supo-
parte gran parte de las premisas con Rawls, cia a pre
Pero tam|
diferencia del liberalismo político al enfrentar
3 mo él, rechazo “la tenden stica
mi tintivos son 1-a caracterí
ulturales dis
directamente los desafíos que presentan las d¡SPutas es grupales
s grupos” (305). Las identidad
turales a los principios políticos liberales, ry en que
Segundo, coincido con Bar
ser culturiza das. están en ge¡?eral b¡e¡:
as no
o5 valores de libertad e parigua aldintadro-
líticas muhicul(uralist
PO ón más convincente
. Ter o ;aÍP; Barry la raz
cerPºY derechos
Jos derechos grupales es que “un sistema de
ir los de :;í:;
as que- sufrenluna fiewef;tí
”1:5 para aquellas person ]
cumplir con la exigenci
temática sea una forma de
tener menos rccu.rso y;
‘ ia de que la gente no debe
Hegel dijo que el búho de Minerva emprende su que estas inequidades
idades que los demás, toda vez
amanecer y la teoría de la justicia de Rawls brinda que no son responsa:
jsurgido de circunstancias por las
plo perfecto. Incluso en 1971, cuando se publicó tos tipos devpoh-
manera alguna” (13). Barry apoya cier
ar la igual-
justicia, la naturaleza individualista de la ciuda
de acción afirmativa y acepta que, para asegur
como
loportunidades, se debe apuntar a ciertos grupos
y de la “nueva izquierda”). [....] Desde entonces, E Niores de medidas redistributivas especiales. Además de las
al paradigma liberal han crecido en volumen y Aimorías racializadas”, los niños y niñas de la clase trabaja-
amplios sectores creen que está profundamente 0ralos discapacitados cuentan con su beneplácito. En gene-
sus principios (2001: 8). Ml Batry defiende la redistribución por sobre el reconoci-
Y parece pensar que el multiculturalismo se basa ya sea
La obra de Barry intenta vindicar la concepción Nenoro en mala voluntad, o en ambos.Y es en este punto
liberal de justicia con vistas al multiculturalismo- Mue disiento con El.
mino, se hacen muchos floreos retóricos malandolfl
de enemigos ideológicos.> El enfoque de Barry es MES —
<7o eivos al multculuralismo
e e posicionan en la
y s e posicions
5 Alo largo de Culture and equality (2001), Barry ataca las POSCionEl “_ » como Todd Gitlin, no comparten esas simpatías pero
“nueva izquierda”,afirm ando que ls defensor es de las ¡dentidad! b e Conider arían de izquierda-— sugiere que hay tan poco consenso
son “antiuniversalistas en su ofensiva” (5); que sus teorías “Mal K a Cuson s en la izquierda como entre autores como Will
con el esencialismo de la Contra Ilustración” (11), que la Pg""ºº) —
'lih…¡esn¡yf“l… Carens y Melissa Williams, que se describen como
multicultural produce “Comisar iosón Política" Gl
de Correcci lla
g 02125 deliberativos”.
'emóci el P La polarización& innecesaria
e a creada
creada
embargo, la amplia gama de autores que analiza —algunos de retóri Z
*tóricos de Barry les resta méritos v
a sus argumentos.
| 193
ONES DE LA CULTURA Los DILEMAS MULTICULTURALES
192 | LAS REIVINDICACI
¿A DENO (un…n…mx…x“
vistas de
ecuencias mpre
0 6); (4) las cons y el
Si no es la cultura, ¿cuál es el problema y cug] esla
el capítul ivas en las democraci: capitalistas
blema p; ara em
En muchos casos, no existe un pro para grupos cul-
¡¿djstrib ut
de co ndición protegida
jdades 3); y por
éase el capítulo
chas pnlitiws (v ci ocultu-
ión so
ntes de integrac
el trato igualitario para las minorias es sólo unp modelos cambia dental . Aun-
es
acias liberales occi
trario dentro de una secuencia continua enty re qalista en las democr nd ac io nes de Barry
de las recome
erdo con muchas cr eo qu e su deses-
ticas específicas,
alidad
encontrar ningún mérito el n la neutrali (317 aplementar P olí ismo demuestra una falta de consi-
Jtural
y del multicu bios que enfrentan
. ica ante el tipo de cam
sta desestimació = der
ría de Barry como en la de
culturalís[;Txíjíins;?cn
ijí;?;a?;ia u C_Onside U ciedades: Tanto en la teo re
E _SdPºs_'glº descart por analizar la relación ent
EA ERE E AN [nO cierta impaciencia cultura del entorno. a
Est
multicu]l[ eml¡. ad y la pol ipios politicos liberales y la a c\'mura en la política y
diferencia -de las que el las m“'º iTO del
vado- como si sólo reflejaraIndusºa'_¡';…ººfººes y displicente hacia el trabajo
aciedad liberales pro duc e una visión atrofiada de la de-
AA A Ea
aa si las elites fueg Y de l relación entre la acción legislativa y la lucha
E eee iculturales falsas para teoría de la democracia
a la
fica. Lo que hace única
la int era ccion entre los compromi-
iva es su visión de bási-
civiles y humanos
EElles con los derechos políticos,
;1¿ la población. Como no adhiero a las teorías dellad
(yu deb%d? proceso y las luchas políticas democrá ticas en la
aíígxíi;'g';;í';í; ::;:hteslmanipuladoras
lpo; uf‘;“ as masas lo.que quie d;lvú Qu¡sma desarrollar en profundidad las caracte-
Hn
eee reson;ndaq élas reivindicse tintivas de este modelo.
doméstica, el maltrato infantil y el acoso sexual en el cul Jtural e intergrupal, y si los espacios para el diálogo son
desar
trabajo inter ione: 0-
rolló en muchos países en respuesta tarde o temprano estas tensiones interce
actividades de concientización de los grupo
a la militancia y —itarias entonces
mw‘mdos
encontrarán otras vías de escape. Como se des-
s de
existe contradicción alguna entre el trabajo culturalmujery es,
el po M . - -t mis'adélante, existen determinadas ins-
tico de los movimientos sociales: grupo É dcllrn- Áue lo‘ r;lejor es la separación de hecho de diversas
s y asociaciones de |y
sociedad civil, por un lado, y la ampliaci ‘mflas:];;qu través de la secesión politica. Entre las expe-
ón de la agenda
debate en las democracias liberales,
por el otro. Con mi E . dac Ja guerra fría multicultural; aseguradas por contro-
frecuencia, son los movimientos socia
les los que, mediante g los caldeados
:Z:_gya(e"y los
nñ;o';cs enfrentamientos que llevan a la sece-
compromisos casi si.empre tibif)s
actividades de oposición en defensa de las y mmldnérf
mujeres y las pej
nas homosexuales, discapacitadas y maltr jrritantes en la vida de ciudadanos y ciudadanas comunes den
atadas, amplían e
significado de derechos igualitarios y convierten tro de las democracias liberales. Es para ellos fiue los encuentros
lo que par
cían cuestiones meramente privadas en en la sociedad civil serán edificantes, y también Perturbadores.
cuestiones de intej
colectivo. El enfoque democrático deliberati Entre los teóricos actuales del multiculturalismo, algu'xrfos
vo se centra
esta interacción vital entre las instituciones
formales de pluralistas sostienen que ciertas diferencias culturales y religio-
democracias liberales, como las legislaturas,
los tribunales y sas son irreconciliables y no pueden acomodarse bajo una
burocracia, y los procesos no oficiales de la Túbrica constitucional uniforme, como intentan propugnar los
so iedad civil, tal
como se articulan en los medios de comunicación igualitaristas liberales y los demócratas dehbcra.uvos. l.)e.be
y las asocia
ciones y movimientos sociales. aceptarse el pluralismo —dirán— no sólo en la socle-dad cwgl y
L
Una de las objeciones típicas al enfoque de doble via del mo> sus instituciones, sino también en la esfera pública oficial.
delo de la democracia liberal es el argument
o de que este mod Algunos pluralistas instan a reconocer la multiplicidad de
lo presupone, ingenuamente, que los compromi jurisdicciones que derivan de la experiencia de grupos nómos
sos entre 108"
distintos grupos de la sociedad civil generarán distintivos (Shachar); otros defienden la pluralización cultural
resultados “civiz
les” y mutuamente aceptables. De hecho, es muy frecuente que o lingjiistica de la esfera pública (Kymlicka, Parekh, Carens).
resulte en lo opuesto: sobre todo en sociedades muy polar
izadas
—en las que coexisten diferentes grupos lingii
isticos, étnicos Y
culturales— puede ser mejor mantener al
mínimo los encuen-
tros espontáneos entre estos grupos. Son muchos EL ENTRELAZAMIENTO DE JERARQUÍAS
los ejemplos
de la memoria reciente y lejana que apoyan esta DE PODER PLURALISTA
objeción. No -
obstante, esta objeción puede volverse en contra: si la hostili=
*
dad entre los diferentes grupos es demasiado inten
sa, la ley El argumento más interesante para reconciliar los derechos de
puede controlar el estallido de las hostilidades sólo
hasta cierto Mujeres, niños y niñas con los intereses multiculturalistas fue
punto. Si es imposible llegar a ningún tipo de entendimiento Presentado por Ayelet Shachar. Ella está muy consciente de lo
ICULTURALES | 207
206 | LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA
E RATIVA Y LOS DILEMAS HULT
confun-
s institucionales no deberían
de educación obligatoria hasta los 16 años, tal cor tión : las com u?] idades
io normativo en cues
la Corte Suprema de los Estados Unidos en el higes derecho de privar a sus n?ño s y niña s {l?l
Wisconsin v. Yoder). O bien pueden crearse es torio de la humani-
privadas confesionales, o administradas por otro r 4 mi ulado y del logro civilizaE si tienen el dere-
— ar sus P’ ropias formas de vida;
nización comunitaria; no recibirían subsidios es de sus formas de
lea su descendencia las bases
eso comprometería la neutralidad del Estado libe:
E tido con el
ormas de conocimiento comparradi
sólo estarían subsidiadas sobre la base de un pring cont cciones,
— . nidad. Es obvio que habrá
de ser aplicado a todas las escuelas. Por ejemple eña s, pero es parte
nza
confesionales o parroquiales podrían recibir pr É 'hum:emione entre estas ens
lidiar con dichas contra-
DC‘:‘nz’ia humana aprender a
apoyo gubernamental para los niños y niñas dl patible con la
y tensiones. El oscurantismo no es com
quienes tengan discapacidades de aprendizaje, o g moral y política. En muchos casos,
puede que sea
prometería la neutralidad del Estado. Se les podríag que las comu-
ficil implementar estas políticas y hacer
ces a estas escuelas privadas que siguieran un pl el hecho de
involucradas las acepten, pero sólo por
uniforme en determinadas áreas temáticas obligate & eS correcto no es factible, ello no deja de ser correcto.
ciencia, matemática, historia e instrucción en el idií
de mis principales objeciones a la posición pluralista es
mas oficiales del país, provincia o Estado en cuestió Ne traza una distinción clara entre lo normativamente
escuela privada musulmana en Barcelona podría of Y lo institucionalmente factible y que, con mucha fre-
ción no sólo en arábigo, sino también en catalán y la prudencia moral y la perspicacia política se confun-
que el catalán es el idioma oficial en Barcelona, pe s reivindicaciones por la justicia. La justicia cierta-
llano se emplea en todas las negociaciones Pl Mplica “ecuanimidad”, como sostiene Joe Carens en su
gobierno central español y en los medios de comU Elibro sobre el multiculturalismo (2001). Pero la justi-
Sería posible que el Estado liberal fuese aun masi 2 E meramente ecuanimidad, ya que las reivindicaciones
al definir formas escolares permisibl ire Jsticia aspiran a la imparcialidad, para representar lo
abstuviera de dictaminar los requisitos curria q "_'ºjºr para todos aquellos que son considerados seres
lugar, con la apli n de pruebas estandarizadas Y € "eualmente valiosos”. Estas reivindicaciones pueden
finales, las autoridades públicas pueden asegurars UN conflicto. Si no queremos que la ecuanimidad se
ten ciertos aspectos comunes en los planes de estudl ( U0 especie de casuística moral, debe ser capaz de
. a
temáticas cruciales están tratadas con un nivel d M— Mturaleza contextualmente específic de muchas
E
Ones i
demostrable. En el estado de Nueva York los € , s. No
,? Políticas, también respecto de los principio
otorgados por el Consejo Escolar; Alemania cue{l" 0 1SCapaconfundir lo que Kant llamaría “ingenio ” (Klug-
bitur; Israel exige el Bagrut. Puede haber una coNSEEg m
Pacidad de actuar con tacto y comprensión estraté-
#
5 1 & y U 108
ción de diseños y rediseños institucionales en es
208 1 LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTU
RA
DELIBERATIV A Y LOS DILEMAS MULTICULTURALES | 209
1A
i DENOCEA
gica en cuestiones morales Y
políticas, con las a
en prin cipios. La buena política
siempre requeri ragrupal es como precondición , necesa-
;
s n conte E s …¿[lenudadcs grupales, o renuncian a sus
de talento estratégico—y no sólo a los efectos de
lag
i d
retener 5l s como el precio a pagar por la prote-ccmn h
multicultural, pero
este talento 110 puede daes grup? eh s básicos” (405). Una solución posible a
<on argumento ni depe r
y justificación principistas
Las observaciones de Ayel
EN este 4 NE 0505 e crear jerarquías jurisdiccionales
cial en cuestiones educativa
et Shachar no se en
s, sino en el derecho M in oo posce la! mtoridad de san:-
razón, señala que d“í?legwl y de resolver una disputa legal deter
mi-
4 dispon ibles:
4 val…::as opciones institucionales
tradicionalmente, diversas comi
unidades reliy
nales) han utilizado la regula Nemporal. La jurisdicción puede estar dividida entre las
ción del matrimo
cio de la misma forma que del Estado y del grupo nómoi en distintas elapés
los estados moder
zado el derecho ciudadano . El matrimonio puede estar sancionado por la- reli-
: para delinear con cl 1
está adentro y quién está afuera del ero el divorcio y la separación sólo permitidos mediante
colectiy las autoridades estatales.
familiar cumple esta función dem
arcativa al
legi timos en el plano legal sólo det
erminado tip el sistema dual. Las partes retienen la opción de recu-
monio y de reproducción sexu ?
al, en tanto rotu las autoridades seculares o religiosas para otorgar
demás como ilegítimos (2000:
394). ¥ la separacion. Una vez que una de las partes haya
do una demanda de divorcio civil -Shachar se centra en
La convivencia multiculturalista en este
ámbito, de las mujeres judías practicantes, incluidas las hasídi-
asignación de poderes jurisdiccionales
sobre el mi EE parte debe aceptar eliminando todas las barreras
el divorcio a los diversos grupos nómoi,
puede 1f Mueimpiden volver a casarse. Pero aunque el sistema
carga desproporcionada sobre las
mujeres. Las SER Muy apropiado para resolver los casos de
ginales de Shachar están dirigidas a resol opre-
ver esto S
La autora sostiene que una serie de enfoques ETal mo brinda un incentivo para que los distintos
redi FEN Sus normas discriminatorias
la paradoja de la vulnerabilidad mult internas.
icultural, com
de la opción de ciudadanía reuniversali e de ad
zada, 010 deu g, º"'“_'"“º"6 conjunta, Las personasp Pº“º
nomina “el argumento de costos
inevitables? de U
t“ººdcena4
multiculturalista fuerte (405 y s5.), “requiere ae ación, |, qse’yfadd‘e""ddd comrqla
d. Por ejempá); FT¡H,L c} aporte de diverC…_Z ?S ílsPecd(
sas l-fm;tcsm]es;sa…s&
otros miembros del grupo en riesgo potencial @
Entre sus derechos como ciudadanas y ciud adanoSE
— fdves de ¡rxhu¡nalgs ml.] flcu s ; ;i a
tidades grup al
O es
aceptan
. la violación de sus derel e, , 61UDOS pueden interactuar ent Ae
“ Y negociar las soluciones a diversas dispu
212 | LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA DELIDERATIVA Y LOS DILEMAS MULTICULTURALES | 213
(1 DELIBE
A penocRAC
pueden ser administrados por distintos gr 4 ! stas propuestas institucionales tan creativas
estas
Brupos nón Jigro de e
proceso jurídico á
del carácter
se especifica la capacidad de los principios conse BO gencia a r! c¿gumdar al
para prevalecer por sobre otro tipo de nºrmat¡…“ q mn-mpyevmh Je del diálogo politico y cultural. Como
s es,
posible que no estemos resolviendo la paradoja e É ;L Jos argum! entos de Brian Barry analizado ant
s -
bilidad multicultural, sino simplemente permiti uestas de Sha char también se le otorgan cierto pri
culación sin solución en todo el sistema, B icos expensas del político y culturl Labús-
La extensa definición de grupos nómoi que d y “da de acuerdos multiculturales puede resultar en un tipo d.e
principio de su argumento plantea serios problen E mmulticultural puede haber paz aunque no reconci-
refeudalización de la ley. Sus propuestas funcionag puede haber negociación pero no comprensión mutua;
los grupos nómoi concentrados territorialment hiber impasses y empates, que son menos el resultado
Druze en Israel, los pueblos originarios en EdlO por las posiciones de los otros, que del miedo a los
genes de Australia y los grupos indígenas en 8 Bs poco probable que en las sociedades democráticas
Incluso en esos casos, no deberíamos confiar dem jalguna vezla politica pueda resolverse más allá de estas
posibilidad de reconciliar los derechos de muje Mías; el poder es ubicuo y lo seguirá siendo. Es precisa-
niñas con los intereses de la autonomía cultural. iporque el multiculturalismo, en tantas de sus manifesta-
Resulta interesante que el grupo que Shachar 8 desafía los presupuestos básicos de las democracias libe-
mayor detalle —los hassidim— no constituyen un precisa liberar su potencial conflictivo y explosivo en
rial. Más bien, los hassidim y los haredim ( @ civil pública a través del diálogo, la controversia y el
israelitas deben su estatus privilegiado dentro dee daca de ciudadanos y ciudadanas comunes. La cultura
en parte, al hecho de que Israel no practica unas 18 1as valoraciones culturales están profundamente liga-
entre Estado y religión. En Israel no existe un del BUEStras interpretaciones de nuestras necesidades, nues-
MORES de la buena vida y nuestros sueños para el futuro.
secular sobre el divorcio y el matrimonio, y laspa
yentes y no practicantes deben someterse a la E SS valoraciones tienen una raíz tan profunda, como
rituales de matrimonio y divorcio de los judíos 9 0S Y ciudadanas de sistemas democráticos liberales
este punto, la paradoja de la vulnerabilidad multie min E :ñ;líndg a vivir con lo que Michael Walzer ha deno-
afecta a las sectas religiosas judías sino más bien a2l i eralismo y el arte de la separación” (1984). Como
religiosos y no practicantes. La opción de matrimotss :S:í Preciso saber cuándo se llega al límite de nuestra
cio secular para todas las confesiones y 85UPOS S ¡—dzd Obstante, tenemos que aprender a vivir con la
derecho fundamental de autonomía ¡ndívidtnlal en
@ de elo OO cuyas formas de ser pueden ser muy ame-
- Para nuestr: a forma de ser. ¿De qué otra forma se
moderno; las necesidades de los grupos 1ot no del Ograr el ay
Prendizaje politico, excepto a través de estos
rizarse a expensas de la violación de este derecho a “Atros en | A sociedad civil? De lo contrario, el multicultu-
ría judía.
214 | LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA
(1A DELIBERA VA Y LOS DILEMAS MULTICULTURALES | 215
e !
ralismo puede convertirse tan sólo
el N
dar la balcanización de comunidad una reg etap scurso de las corporaciones bajo la
uede estararlo el di de “dinero blando” ya.
(véase Sunstein,¡
entre sí.* El peligro de esta situación eseSqueY cosmoyigr
tan pro, s
¡puciones
qa de con'r ibuci ur
q ok ). Sólo comprendemos los límites fundamen "
ronan las estructuras autoritarias que gobiersn ! de 97 7). S L indicaciones de derechos dentro de una
rente
- entre los grupos, asomarían: los odios et s | getodas s &0la . el asi a como la validez
ali de esaan reivindic
emradica.
religiosas, las venganzas culturales ¥ los ostracisn nwnslilu
cuando los nuevos grupos reivin-
cos. Ejemplos históricos de ellos serían la del contexto, " -
siyuacte —más alláTE cho del que inicialmente estaban excluidos. El
Central y del Este y los Balcanes después
de la 4 wdemgcrélica, así como el hermenéutico jurídico, se
imperios austro-húngaro y otomano, al finalide ! Cn el reposicionamie _ " u
nto y la rearticulación de rei-
Guerra Mundial, y del comunismo soviético, al fi
Cjones de derechos en las esferas públicas de las demo-
hecho, a veces es preciso una guerra fría para des
S liberales. A veces la ley guía este proceso, por el he_d“’
étnico; pero tal como lo ha demostrado el fin de la Gy
a reforma jurídica puede ir por delante de la concien-
sin un espacio público civil de comprensión y enfr
pular y puede crear conciencia popular en torno de la
multicultural, de resignificación y de re-narración,
ución. La ley también puede quedar detrás de la con-
haber futuro para un sistema de gobierno democráti
i popular y tal vez sea preciso empujarla para ajustarse
posición mental para una ciudadanía demos
Enuna democracia liberal multicultural vibrante, las
brinda el marco dentro del que se realiza el trab
as jurídicas no deberían reprimir el-conflicto cultural
y la política. Las leyes, como sabían los antiguos, $ 60, ni el aprendizaje a través del conflicto. Son los pro-
de la ciudad, pero el arte y las pasiones de la política. dadanos y ciudadanas democráticos, y no sólo los jue-
cabo dentro de esos muros (véase Arendt [1958)y
egisladores, los que deben aprender el arte de la separa-
mucha frecuencia la política lleva a la caída de estasl Biobando los límites de su consenso aparentemente
al menosa la garantía de su permeabilidad (véasei
Por lo tanto, hay una dialéctica entre los imperí i
eo
Encia multicultural pluralista en la esfera jurídica
titucionales y la política real del liberalismo polítie tene, T eN cuenta los siguientes principios:
rechos y otros principios sobre los que yace el Est la
Crático liberal ~como el imperio de la ley, la sepat N Procidad ; 'Sualitaria. Los miembros de minorías cultu-
poderes, el recurso de inconstitucionalidad—debend m Teligiosa
rearticularse periódicamente en la esfera pública Mgrado S, linguístic y otras no dehfen tener d/erech()
y enriquecer su sentido original. Es sólo mediante el Wtura e:‘cn‘" de derechos civiles, políticos, econémicos
len > que los miembros de la mayoría, en virtud de su
derecho a la libertad de expresión, estipulada ef :
3 dfm a dicha minoría,
Enmienda, que aprendemos por qué o cómo la d B- Pción voluntaria, Una persona no debe ser auto-
bandera puede no estar protegid, a por esa enmil ienda, y Mente signada
a un grupo cultural, religioso o lin
216 | LAS REIVAINDICACIONES DE LA CULTUR
A
LA DEMOCRACIA DELIBERATIVA Y LOS DILEMAS MULTICULTURALES | 217
DEMOCRACIA DELIBERAT
IVA, AUTODETERMINACI
Y MULTICULTURALISMO ÓN los ivos de un modelo d)c con-
sesgos cognitivos y afectivos !
_- ͺn… bativo; y las preocupaciones i politicas
ític e ins
institucio-
Jorge M. Valadez sintetiza
las inquietudes de los demó,
— “ i í
s
pales en torno de los lí l í
mites m i t e s de
de l ala p política
ha
deliberativa.
a .
diré en dos grandes conjuntos: las inquietudes que divi-- Pugnen acuerdos institucionales sacrificando a los má
inquietudes epistémicas en Ventajados y disconformes.
220 | LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTU
RA RALES 221
LIBER ATIVA Y LOS DILEMAS MULTICULTU
eMoCR ACIA DE
19
Estas condiciones
i i
normativas de inclusión 1 e razones >:esiitestádo
cq del acto de esgrimir está seng
aunque tornan atractiva
i la democracia deliberas 0 ya públic:
gblica esapasionadas
ñ A
del discurso”. ? Te Ter--
Ed 5
convierten en sospechosa. Tal como Sucede stractas y d
pormá:
modelo normativo, siempre se a condición
- dellegaraun “acuerdo razonado”, en par-
pueden señalar lag Habermas, eleva demasiado el
existentes de íncqu¡dad.jerarquía,
explotación en la versión de Júrgen
| te.
probar que “esto puede ser verd
ad En teoría perg n
del consenso, un requisito poco realista y excluyen
tica” (Kant [1793], 1994). La
respuesta a este an argu—l
entre norma y realidad es rabilidad. Con respecto a la primera serie dc'
simplemente decir en el
mundo todo fuese como deber siera recordar en este punto lo que aseveré
ía ser, tampoco
necesidad de crear modelos nor h la inconmensurabilidad fuerte, e insis-
mativos. El 2:::::08 :ll: inconmcnsurabilidad‘e.s una posición
modelo normativo no se corresponda con la ente, porque si dicha inconmensurabilidad de marcos
razón para desecharlo, ya que la
necesidad de la
surge precisamente porque los seres isiones existiera, no podríamos saberlo ya que no se-
humanos: eipaces de decir en qué consiste. Con mayor frecuencia
dad en la que viven con principi
os y promesas qu Se cree, como contemporáneos epistémicos, somos
esta realidad (véase Benhabib, 1986).
Así, la cue ites de que algunas de nuestras creencias pueden ser
€s: ¿nos permite un modelo normativ
o analizal ame ite excluyentes y contradictorias con las que sostie-
principios racionales de prácticas e insti
tucione 0s conciudadanos y conciudadanas. También se
tal modo que podamos utilizar estas recoi
ccio casi seguro sobre la falta de validez cognitiva de
les como directrices críticas para evaluar las
de de sus supuestos, aunque en la esfera pública de las
de hecho existen? Algunos demócratas deliberal
Clas liberales debemos aceptar el derecho igualitario
argumentar que el problema no es sólo la faltadé
Mltetlocutores que sostienen dichas creencias a ser respe-
dencia entre lo normativo y lo empírico, sino quel Moralmente. Me refiero a los casos controvertidos, como
algo profundamente errado en el modelo norm Plucionismo frente al creacionismo. Esta controversia
at
que sostienen este argumento por lo general se E Extremo |, 0s cánones establecidos de demostración y
sesgo cognitivo y afectivo muy arraigado, que ses
860N, científicas, aunque como contemporáneos episté-
el que silencia las voces de determinados tipos del p democra as liberales debemos aprender a convi-
en las deliberaciones democráticas. ope
y Tar en conse
Bociaciones jos escolares y en comités bibliotecarios
La acusación de sesgo epistémico asume diversas
mero, que el modelo de democracia deliberativa. d
puede en verdad conciliar sistemas de creenciasyES é
profundamente divergentes, incluso tal vez incol ME "Mos|, 0s intentos vehe mentes de Walter Lippmann para diferenciar
Segundo, que el énfasis que pone el modelo delibe las may, Orí€ asun de“simple gobierno de la mayoría”, y refutar la afirmación
mocr dticas pueden determinar las verdades de la
222 | LAS REIVINDICACIONES
DE (A CULTURA IRERATIVA Y LOS DILEMAS ULTICULTURALES | 223
MOCRA 1A DEL
180€
He utilizado la expresión conte;
Mporáneos eny - d entre diversos sistemas de creen-
el capítulo 2 para una explicación más detalla, yradicció n y exclusivida
contemporáneos epistémicos. Los sistemas
plicar a qué me refiero con ello: algunas fo y cluso ¿n¡“: agentes comunes no tienen el nivel de cohe-
miento se tornan disponibles sólo como resil 1 encia de 10 cidad de las cosmovisiones científicas. Los
experiencias !históricas y descubrimientos p a y siste! —
rantes polí íticos y morales no tienen mentes car-
logo democrático, la mayor
y parte del tiempo ¢ 0
horizonte epistémico. Los casos más difiilesaipid frecuen
Ncon!coniradicc
cia pueden no estar conscientes de sus
iones. Por ejemplo, las creencias sobre
- a
la deliberación democrática son aquellos que in s ‘mcder"a de los que profesan la religión de la Cien-
mas de vida social que coexisten en el mismo a contradicen los preceptos de la ciencia moderna.
que no pertenecen al mismo
horizonte tempor todo la ciencia moderna y
cia. Este es el caso por lo general ) ellos no rechazan del
cuando los abe logia, puesto que continúan usando la electricidad, lgs
pueblos nativos se enfrentan a sus colo
nizadore 8 óviles, el aire acondicionado y también el moderno sis-
res, usurpadores e imperialistas altamente teen bancario. La mayor parte del diálogo democrático no es
la actualidad no son los conquistadores, sing 1e8l [Oinconmensurable, sino sobre creencias divergentes y
del gobierno brasileño o mexicano, o las corporad Enles, y con frecuencia no sabemos cuán profundas
nacionales, los que despojan a las tribus del Am bdivergencias, o cuánto se superponen, hasta que nos
Yucatán de su forma de vida y las catapultan
105 en la conversación. Sin embargo, si la intensidad
futuro un par de siglos, en sólo unos poco añí Agmitud de la supuesta inconmensurabilidad sólo puede
No obstante, la mayoría de los debates y Ecerse mediante el diálogo deliberativo, ¿entonces qué
sociedades actuales no son los choques entre ing S fazones puede haber para desechar este diálogo como
lidades extremas, aunque habrá grados de in SN0l suficientemente imparcial antes de involucrar-
M ECluso los grupos y los individuos con creencias pro-
Mente divergcn¡e> se sienten motivados a practicar la
ciencia, la filosofía y la ética: “Cuando la mayoría ejercela
destruir la escuela pública, es posible quela minoría tenga Sión democrática, porque existe alguna convergencia
un tiempo ante esta fuerza, pero no existe razón alguna quel qu Tespecta
SSPECta a intereses materia: les y formas de vida
: com-
pork
aceptar el resultado. Porque los votos de la mayoría no tiel n deliberaciación
ón d democrátic
J a entre contemporáne á os
injerencia intrínseca sobre la dirección de una escuela. SOMMEERS B CNYAS accio ONES y actos se afectan entre
ser tomados en cuenta, como el clima o el peligro sí se asienta en
Escucla, la guía puede provenir en última instancia dede incendig
los edl T8encias BC UEctas de PR e b L que
cuestión de o que será enseñado como biología sólo n en n forma
f, -
1mperfecta. ¢
los biólogos. Los votos de la mayoría no deciden nada PuedelEaa
aqui¥®
do 3
derecho a ser respetados en absoluto. D óricos multiculturalistas y deliberativos se preo-
equivocada; no hay nada en el principioPuede estaren 100 T.
de la mayoría que lss 3 A Nconmens y
rabilidad, suponen que la causa prin-
correcto o equivocada” (Lippmann [1947], 1965: 1344 — —
tá en la posicionalidad social o en la pers-
=
Y LOS DILEMAS MULTICULTURALES | 225
TIVA
224 | LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA L y DEMOCRACIA DELIBERA
propuestas de Shachar sobre jerarquías jurisdiccionales entrela= adividades democrát deliberativas, que de hecho no se
r formas
zadas también se motivan en el reconocimiento de que los reducen tan sólo a los argumentos, sino a encontra
mutuamente aceptables de cooperar y continua r coexisti endo.
derechos de las mujeres, niños y niñas son reivindicaciones de
justicia universal que deben conciliarse de alguna manera en el sin embargo, sin dejar de reconocer la lógica empirica de los
marco de las particularidades jurídicas y culturales de grupog procesos de deliberación democrática y de creación de volun-
humanos diferentes. Aunque el requisito de Habermas de que- tad, no es necesario resignar el principio regulador de que la
el acuerdo alcanzado por medio del consenso debería conven= lógica de la justificación pública requiere imparcialidad, a tra-
cer a todas las partes basado en las mismas razones es una con=: vés de la cual se toman en cuenta los intereses de todos los afec-
dición demasiado exigente para juzgar los resultados de las (ados como seres morales y políticos iguales. Por lo tanto, con-
deliberaciones democráticas —que en su mayoría se basan en cluyo que la critica en cuestión —según la cual un marco de
formas mixtas de razonamiento moral, estratégica y éticamente democracia deliberativa basado en la ética del discurso con-
especificos—, este requisito todavía resulta útil para comprender tiene demasiados sesgos epistémicos y afectivos como para fun-
cómo difiere la lógica de las reivindicaciones de justicia univer= cionar imparcialmente dentro de contextos interculturales y
salizantes de la lógica de las reivindicaciones tanto estratégica transculturales— es exagerada y que estas cuestiones pueden
como éticamente especificas. Los discursos son procesos de - conciliarse sin resignar las premisas fundamentales del modelo.
aprendizaje moralesy políticos. 1 Además de la acusación del sesgo epistémico y afectivo que
Bohman propone que consideremos las deliberaciones pú- pesa sobre los modelos de democracia deliberativa, sus criticos
blicas como si implicaran “compromisos morales”. Los requi= sostienen que se basan en un marco político unitario y no pue-
sitos de moralidad y los del compromiso no precisan ser mu= den hacer honor ni a los arreglos culturales pluralistas para
tuamente excluyentes, como a veces lo sugiere Habermas. La - compartir el poder, ni a las demandas culturales y nacionalis-
deliberación pública, como señala Valadez acordando con
tas secesionistas. El siguiente capítulo analiza estos temas en un
estudio de caso de los problemas de inclusión, más que de se-
Bohman, “es, ante todo, una actividad social cooperativa que
apunta a resolver situaciones problemáticas concretas” (Vala= cesión. Sostengo que cuando analizamos las prácticas de ciu-
dadanía actuales y aún en desarrollo, podemos observar mejor
dez, 2001: 63). Bohman define el compromiso moral como una
tanto los costos morales como las contradicciones políticas de
situación en la que “las partes no modifican el marco de refe= -
rencia para alcanzar la unanimidad, aunque puede que lo la secesión dentro del sistema del moderno Estado-nación.
hagan cuando los conflictos no son tan profundos. Más biem
modifican sus interpretaciones contradictorias del marco para -
que cada una pueda reconocer los valores y estándares morales
de la otra como parte del mismo” (1996: 91). El compromiso
moral es una forma de aprendizaje moral, y concuerdo cof
Bohman y Valadez en que dichos procesos son cruciales para las