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El ángel y el monstruo

Autora: Sharon Harlette Rehbein Fuentes

No me gusta el suspenso, en ninguna de sus formas, odio la sensación que me trae, estar
alerta, con el corazón acelerado y respirando a duras penas. Solo me trae recuerdos de esa
noche.

Era una niña, no recuerdo bien qué película estábamos viendo, pero si la sensación de
tranquilidad por estar acurrucada junto a mi mamá, disfrutando un chocolate caliente, esos
eran mis momentos favoritos. Siempre había pensado que mi mamá era un ángel, protectora
y cariñosa, tal y como esos seres de los que ella me hablaba, sin duda no había mejor forma
para describirla.

Creo que estaba terminando la película, mis ojos se cerraban de sueño, pero yo me negaba a
dormir porque deseaba ver el final, hasta que alguien tocó la puerta. Estaba algo confundida
y atontada, no solo por el sueño, sino también porque no entendía por qué alguien nos visitaría
tan tarde, ¿no era ya la hora de dormir?

Bastaron solo dos segundos para conseguir una respuesta, era mi padre, gritando que lo
dejáramos pasar, odiaba el sonido de su voz agresiva y borracha. Corrí asustada a esconderme
bajo la mesa, no era la primera vez… Mi mamá era un ángel, pero mi padre alcohólico era
un monstruo.

Los gritos del monstruo siempre eran como una espada afilada, capaz de atravesar la puerta
cerrada y mis manos que presionaban mis orejas con fuerza en un tonto esfuerzo por no
escucharlo. Ese día, tras entrar, estaba especialmente molesto, las palabras del ángel para
tranquilizarlo eran tan inútiles como una gota de agua intentando apagar un incendio.

El monstruo tenía una botella en la mano, eso no era inusual, pero esta vez la rompió… En
la cabeza del ángel para hacerla callar.

Odio el suspenso, porque recuerdo la noche en la que el monstruo mató al ángel.

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