ANÁLISIS REFLEXIVO SOBRE LA PELÍCULA ¿QUÉ PRECIO TIENE LA VIDA?
Quiero partir de la premisa de esclarecer, que, un abogado sin escrúpulos que
explica a sus estudiantes de abogacía el título de la película, al distinguir filosofía de economía. La escena lo pinta en cuerpo y alma, un burócrata frío y calculador que, después del 11 de septiembre de 2001, es llamado por el gobierno para armar un Fondo de Compensación para las víctimas, con el fin de evitar una lluvia de demandas.
Haciendo encajar dicha trama con el comportamiento ético abogadil, puedo
decir, que, en nuestra profesión muchas veces, nos sistematizamos e involuntariamente nos convertimos en máquinas de ejecución de la norma favorable a quien nos proporciona un pago, sin importar, a quien realmente asiste el derecho. Sin embargo, en el desarrollo de dicho escenario, podemos ver, como a través de la conexión del jurista con la parte afectada, vulnerada por el gobierno, renace, verdaderamente el propósito de la profesión, el cual es hacer valer el derecho a quien se le estime vulnerado.
Y es que el jurista debe contar con la ética profesional, la ética es un
componente fundamental en la práctica de la abogacía. La responsabilidad de un abogado no es solo representar a su cliente, sino también asegurar que se haga justicia de manera justa y equitativa. La ética profesional es el conjunto de principios y valores morales que guían el comportamiento de los abogados en su práctica diaria.
Y no debemos en el ámbito profesional, perder de vista el propósito, por el
cual decidimos formarnos en esta carrera, la prisa, el sistema, el lucro y el desarrollo de nuestra vida profesional, son factores que, no podemos permitir que nos lleven a trabajar de forma mecánica, mucho menos deben separar nuestra visión de la objetividad y el cumplimiento de nuestro propósito como hacedores de justicia.