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ESCUELA DE EDUCACIÓN SECUNDARIA Nº63 6°2º

ACTIVIDADES DE CONTINGENCIA PEDAGÓGICA

GEOGRAFÍA DE 6ºAÑO

MAIL DE CONSULTAS: maximo.n.rodriguez@gmail.com

PARTE I
Actividad de diagnóstico y los “NO” lugares
ACTIVIDAD: Deberán entrar a los siguientes enlaces y responder las preguntas que se
encuentran debajo. La primera se responde con lo que recuerden de datos anteriores y la
segunda con la información que se encuentra en el mismo enlace.
Ambos formularios van a generar una nota del 1 al 10, que se van a enterar cuando nos
veamos. No olviden escribir bien sus correos al comenzar.

Actividad de diagnóstico:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfPqmAuQbKoYdLSgwgnrTNQdEUhFcm
y33QDX6TsE4cn4D4VNQ/viewform
Los “NO” lugares
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfmJ9KjqJy-4RgeJKHgBnel-
dO815scGkSmRgl14zli9ByKRg/viewform

PARTE II
Los “NO” lugares, actividad en la carpeta
1. Leer el siguiente texto y responder en tu carpeta, las preguntas que se encuentran
al final:

Los shopping centers, la utopía neoliberal


Emir Sader

En su fase neoliberal, el capitalismo implementa, como nunca en su historia, la


mercantilización de todos los espacios sociales. Se diseminan los llamados no-
lugares –como los aeropuertos, los hoteles, los shopping centers–,
homogeneizados por la globalización, sin espacio, ni tiempo, similares en todo el
mundo.

Los shopping centers representan la centralidad de la esfera mercantil a


expensas de la esfera pública en los espacios urbanos. Para la esfera mercantil
lo que importa es el consumidor y el mercado. Para la esfera pública, es el
ciudadano y los derechos para todos.

Los shopping centers representan la ofensiva avasalladora contra los espacios


públicos, son el contrapunto de las plazas públicas. Son cápsulas espaciales
condicionadas por las estéticas del mercado, según la definición de Beatriz
Sarlos. Un proceso que homogeneíza a todos los shopping centers de San Pablo
a Dubai, de Los Ángeles a Buenos Aires, de la ciudad de México a Ciudad del
Cabo.

La instalación de un shopping rediseña el territorio urbano, redefiniendo, desde


el punto de vista de clase, las zonas donde se concentra cada clase social. El
centro –donde todas las clases circulaban– se deteriora, mientras cada clase
social se atrinchera en sus barrios, con claras distinciones de clase.

Los shopping, como ejemplos de no-lugares, son espacios que buscan que
desaparezca todo lo específico –no tienen reloj ni ventanas–, donde desaparece
la ciudad en que está inserto, junto con el pueblo, el país. Esos vínculos son
sustituidos por la conexión con las mismas marcas globalizadas de los otros
shopping del mundo, liquidando con las diferencias y las particularidades de cada
país y ciudad, achatando todas las formas de consumo y de vida.

El shopping pretende sustituir la misma ciudad. Su aparición termina llevando


al cierre de los cines tradicionales de las plazas públicas, sustituidos por docenas
de salas de los shopping, que promueven la programación estándar de las
grandes cadenas de distribución.

El shopping no puede controlar el ingreso de las personas, pero, como por


milagro, sólo están ahí los que tienen poder adquisitivo; los pobres están
ausentes.

Hay un filtro, muchas veces invisible, constrictivo, otras veces explícito, para
que sólo ingresen los que cuentan: los consumidores. Al igual que al capitalismo
neoliberal.
Los shopping centers constituyen la utopía del neoliberalismo, un espacio
donde todo es mercancía, todo tiene precio, todo se vende, todo se compra, todo
está mercantilizado. Junto con los espacios públicos, desaparecen los
ciudadanos y sus derechos. Que sólo interesan mientras sean productores de
las mercancías a ser consumidas en los shoppings.

La inseguridad en las ciudades –la real y la explorada por los medios–, el mal
tiempo, la contaminación del aire, el tránsito, proyectan a la gente que puede a
refugiarse en esa cápsula, que la abriga aparentemente de todos los riesgos.
Casi ya es posible nacer y morir en un shopping –sólo faltan la maternidad y el
cementerio, hoteles ya hay. La utopía –sin pobres, sin ruidos, sin calles mal
cuidadas, sin niños pobres vendiendo chicles en las esquinas o pidiendo
limosnas. El mundo del consumo, reservado para pocos, es el reino absoluto del
mercado, que determina todo, no sólo quién tiene derecho de acceso al
shopping, sino también la distribución de las tiendas, los espacios obligatorios a
circular, todo comandado por el marketing.

Como toda utopía capitalista, está reservada para pocos, porque basta el
consumo de 20 por ciento de la población para dar salida a las mercancías y los
servicios disponibles y alimentar a la reproducción del capital.

Para que esas cápsulas ideales existan, es necesaria la superexplotación de


los trabajadores –niños, adultos, ancianos– en las oficinas clandestinas, con
trabajadores paraguayos y bolivianos en San Pablo y en Buenos Aires, así como
en Bangladesh y en Indonesia, que producen para que las grandes marcas
exhiban sus ropas y tenis lujuosos en sus esplendorosas tiendas en los
shoppings.

Es un espacio privatizado de las ciudades, reservado para algunos. Cuando


jóvenes –como ahora en Brasil– deciden celebrar sus encuentros en los
shoppings, causan pánico en los gerentes de las tiendas, que no saben qué
hacer, porque no pueden prohibir su ingreso, pero la vez saben que no son los
consumidores de lujo a los que están dirigidas las tiendas.

El choque entre el mundo de los shoppings y los espacios públicos tradicionales


–plazas, espacios culturales, clubes deportivos abiertos– es la lucha entre la
esfera mercantil y la esfera pública, entre el mundo de los consumidores y el
mundo de los ciudadanos, entre el reino del mercado y la esfera de la ciudadanía,
entre el poder del consumo y el derecho de todos.

Es un choque que está en el centro del enfrentamiento entre el neoliberalismo


y el posneoliberalismo, entre la forma extrema que asume el capitalismo
contemporáneo y las formas de sociabilidad solidaria de las sociedades que
asumen la responsabilidad de construir un mundo menos desigual, más humano.

Actividad:

1. Explicar con tus palabras el título del artículo.


2. ¿Qué son los “no-lugares”? Ejemplificar.
3. ¿Qué criticas realiza el autor en relación a los shoppings y los espacios públicos?

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