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Mark 5:22 Y he aquí, vino uno de los príncipes de la sinagoga llamado Jairo, y luego que le vio, se postró a

sus pies,
Mark 5:23y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está a punto de morir; ven y pon tus manos sobre ella para
que sea sana, y vivirá.

Mark 5:24 Y Jesús fue con él, y mucha gente le seguía, y le apretaban.
Mark 5:25 Y una mujer que padecía flujo de sangre por ya doce años,
Mark 5:26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y no había
mejorado, antes le iba peor,
Mark 5:27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud y tocó su manto.
Mark 5:28 Porque decía: Si tan sólo tocare su manto, seré sana.
Mark 5:29 Y al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba sana de aquel
azote.
Mark 5:30 Y enseguida Jesús, sabiendo en sí mismo el poder que había salido de Él, volviéndose a la
multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mi manto?
Mark 5:31 Y le dijeron sus discípulos: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
Mark 5:32 Pero Él miraba alrededor para ver a la que había hecho esto.
Mark 5:33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se
postró delante de Él, y le dijo toda la verdad.
Mark 5:34 Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz, y queda sana de tu azote.

Mark 5:35 Mientras Él aún hablaba, vinieron de la casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha
muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Mark 5:36 Y tan pronto como Jesús oyó la palabra que fue dicha, dijo al príncipe de la sinagoga: No temas,
cree solamente.
Mark 5:37 Y no permitió que le siguiese nadie, salvo Pedro, y Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.
Mark 5:38 Y vino a casa del príncipe de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban
mucho.
Mark 5:39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme.
Mark 5:40 Y se burlaban de Él. Pero Él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la muchacha,
y a los que estaban con Él, y entró a donde la muchacha yacía.
Mark 5:41 Y tomando la mano de la muchacha, le dijo: Talita cumi; que es si lo interpretares: Muchacha, a ti
te digo: Levántate.
Mark 5:42 Y al instante la muchacha se levantó y anduvo; porque tenía doce años. Y estaban atónitos, muy
asombrados.
Mark 5:43 Y Él les encargó mucho que nadie lo supiese, y mandó que se le diese de comer.

Brainstorm:

1- En Cristo, todas las cosas cooperan para el bien: Jairo quiso bendición para su hija y al paso
bendijo a la mujer. La mujer al buscar bendición para si aparentemente hijo que Jairo perdiera
su bendición. En el opuesto, solo la hizo aun más poderosa.
2- Ir a Cristo no es libre de nuestros miedos, pecados y enfermedades más a pesar de nuestros
miedos pecados y enfermedades: Jairo, maestro de la sinagoga mientras los maestros de la ley
ya estaban en lucha contra Cristo, se prostra a Cristo corriendo el riesgo de perder toda su
posición. Su necesidad de Cristo era mayor que su miedo de perder a la hija.

La mujer con flujo, inmunda de acordó con la ley y obligada a estar separada de todos con riesgo
de rechazo y quizá muerte, lucha contra sus miedos y su extrema debilidad para llegar-se a
Cristo. Su necesidad de cura era mayor que su miedo y su debilidad.

3- En Cristo no hay rechazo: Jairo era parte de los enemigos de Cristo, la mujer era inmunda y
estaba quebrando la ley al irse a Cristo. Cristo sanó y amó a ambos.
4- Cristo es la Ley, debemos ir a Él, aunque en transgresión y seremos perdonados, purificados:
Estar entre la multitud ya era para la mujer transgresión, tocar en Cristo peor. Aún así ella lo
hizo. Antes de Cristo era transgresora, inmunda. Así que lo tocó, limpia, ya no había más
transgresión. No había más juzgamiento pues estaba limpia, pura.
5- Desgracia llega a todos, Cristo está para todos: Cuando una niña nascía llena de vida una mujer
muria aun en vida. Cuando la mujer volvía a vida, la niña perdía su vida. Al final, las dos terminan
con vida.
6- Después de irse a Cristo, Él toma para sí el proceso de cura: El hombre se fue y clamó a Cristo.
Cristo tomó el caso para sí. Cuando la niña murió el hombre se desanimó, sintió que estaba
molestando al maestro, quiso apartarse. Cristo ya había tomado su caso. Cristo le fortaleció,
avanzó y traigo a vida la niña.
7- Cristo acepta nuestra fe para traer vida a otros: La fe de Jairo traje vida a su hija. La fe de los
amigos traigo vida al paralítico. Nuestra fe puede traer salvación a los cercanos que no pueden
ejércela:

“Quiero decirle, hermana mía, que no necesita descartar su confianza. Pobre alma temblorosa, descanse
en las promesas de Dios. Si lo hace, las cadenas del enemigo serán quebrantadas, sus insinuaciones
carecerán de poder. No haga caso de los susurros del enemigo. Váyase libre, alma oprimida. Tenga buen
ánimo. Dígale a su pobre corazón desalentado: “Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación
mía y Dios mío”. Salmos 43:5. Sé que Dios la ama. Ponga su confianza en él. No piense en las cosas que
producen tristeza y tribulación; apártese de todo pensamiento desagradable, y piense en el precioso
Jesús. Medite en su poder para salvar, en su infinito e incomparable amor por usted, sí, por usted. Sé
que Dios la ama. Si no puede reposar en su propia fe, hágalo en la de otros. Creemos y esperamos en
lugar de usted. Dios acepta nuestra fe en lugar de la suya.” 2 TPI 286.2

8- Dios no quiere sanar superficialmente, Dios quiere el corazón: Jairo podía creer que Cristo era
un gran maestro y aun así no verlo cómo el Mesías, cuando la hija se murió ya no más podía ser
un maestro para sanar. Habría que ser más que eso. El dolor de la muerte de la hija fue el
camino de Cristo a su corazón para traer la vida del Mesías no solamente a la hija, sino también
al padre. Jairo perdió una hija más ganó un Mesías. La mujer quería ser solamente sanada, pero
el hablar de su historia y resignificarla, cambiando una vida de perdida, dolor y abandono para
una vida de paz bajo el amor de Cristo era lo necesario y así Cristo lo hizo. Ella no solamente
estaba sanada, mas ahora tenía una historia que podía compartir-la
9- Al mirar nuestra historia quebrada y sin sentido. El dolor y traumas que cargamos no por
nuestra culpa sino por la de los otros o por las circunstancias, podemos cambiarnos
deprimidos, tacaños con nuestra alegría y la de los otros. No hay historias perdidas en Cristo,
no hay malo que nos pasó que no sea para bien en Cristo: Los doces años sirvieron para que la
mujer recibiera una palabra del Dios del universo. ¿Quien sabe si no fuera por eso ella nunca
vería el maestro, quien sabe su dinero y orgullo era sus maestros y esta enfermedad no la quito
sus dioses falsos y la llevo en contacto con el Dios verdadero en carne? Su sufrimiento de doce
años era en realidad el preparar de la tierra para las lluvias bendecidas del Señor. Cual es la
maldición, decepción, dolor, arrepentimiento o sufrimiento de nuestras vidas que tanto
odiamos pero que Dios está usando para salvación? Cual parte de nuestra historia Dios busca
resignificar y al revés de irnos a Él, huimos. Cual es la parte de nuestra vida que miramos con
amargura mientras Dios nos invita a gratitud? La gratitud cambia todo, la gratitud cambia
nuestras vidas y la de los en nuestro alrededor.
10- Cristo trae vida más en su tiempo: Jairo vio demora en Cristo, vio su necesidad tan tremenda y
quizá se haya sentido devaluado por Cristo al ver su demora y parada para hablar con la gente,
sanar a enfermos… Cristo estaba en su tiempo. Nunca una obra de salvación atinge solamente a
un alma. Cristo no es un vaso de agua a un alma sedienta, es un rio caudaloso que trae vida a
todo y todos en su alrededor. Descansemos en su tiempo, confiemos que el tiempo de tardanza
no es para muerte sino para abundancia de vida no solo a nosotros sino a todos. Nutramos
gratitud y fe pues aun que parezca que la niña murió, se fue por siempre y ya nadie más puede
traerla nuevamente, ella solo duerme esperando escuchar la voz de su Maestro en el tiempo
correcto. Aunque parezca que lo que nos vino fue para muerte, perdido por siempre y sin
recuperación, en realidad solo duerme. Es solo una pausa mientras el Salvador llegue con su voz
a traer vida en abundancia.
11- Conclusión: Venga a Cristo
a. Venga a Cristo por sus inmundicias que no pueden ser sanadas
b. Venga a Cristo por sus amados que están espiritualmente muertos
c. Venga a Cristo por su historia

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