MENEM: CAMPAÑA Y NUEVA CULTURA POLÍTICA
La campaña de Carlos Saúl Menem se caracterizó por
las consignas simples “Síganme que no los voy a
defraudar” en las que prometió medidas como el
salariazo y la revolución productiva, sin dar precisiones
sobre su programa económico para alcanzar dichos
objetivos. Abandonó la tradicional política económica
industrialista y redistributiva del peronismo, adoptó
posiciones de la ortodoxia económica neoliberal y se
alineó internacionalmente con Estados Unidos. Este
cambio radical que significó pasar de un discurso de un
Estado interventor a uno neoliberal, trajo malestar a
los militantes y a los propios políticos del espacio.
Atrajo a los referentes de las derechas conservadoras y
los liberales. Esto generó un cambio en los partidos
políticos que previamente se movían a impulso de la
militancia a convertirse en máquinas para ganar
elecciones. Poco a poco, los partidos políticos se van
alejando de sus bases, que en suma a la creciente
corrupción que se generó en este periodo provocó la
despolitización de la población en general.
Frente a la crisis económica, política y cultural,
inmediatamente el gobierno intensificó la utilización
de los decretos de excepción llamados de necesidad y
urgencia, a través de los cuales el poder ejecutivo
tomó una serie de medidas que eran atribución
exclusiva del Congreso. Esto no era nuevo en la política
Argentina, pero lo que sí fue inusual fue la frecuencia
con la que el Presidente Menem recurrió a ellos. Se
empezó a llamar a esta acción: Decretazo.
La economía argentina en la transición de
gobiernos
Otro de los legados inconclusos fue el aspecto
económico: entre abril de 1989 y marzo de 1990 los
precios al consumidor se incrementaron un 20.594%. A
partir de abril, la hiperinflación se contuvo y los niveles
de inflación se mantuvieron en un promedio entre un
15% y un 10% mensual. Durante estos meses, el
Gobierno siguió el ajuste avanzando en la reforma del
Estado y la privatización de las empresas estatales.
Decretó recortes de gastos en la administración y la
jubilación forzosa de empleados del Estado. Se
privatizaron las empresas nacionales de
Telecomunicaciones Entel y de Aerolíneas argentinas y
también se llamó a licitación para privatizar áreas
petroleras, ferrocarriles, el 40% de la Red Caminera y
empresas químicas y petroquímicas. También reanudó
el pago de los intereses de la deuda externa, que se
había suspendido desde abril de 1988.
CAVALLO Y LA PROFUNDIZACIÓN DE LA
REFORMA NEOLIBERAL.
En diciembre de 1990, domingo Cavallo reemplazó a
González como Ministro de Economía en marzo de
1991, el ministro Cavallo anunció un plan que iba a
entrar en vigencia a partir del primero de abril. El plan
de la convertibilidad cambia el signo monetario y
restableció el antiguo peso como equivalente a 10.000
australes (la moneda del momento), y además
determinó por ley la equivalencia de un peso = 1 USD.
Para asegurar este modelo se estableció la obligación
del Banco Central de mantener el nivel de reservas
equivalentes a la base monetaria (es decir, la cantidad
de moneda que estaba en circulación). Esta reforma
preveía la aceleración de las privatizaciones, la
desregulación de la economía, la continuación de la
reforma administrativa, la renegociación del pago de
intereses de la deuda externa, un aumento de la
recaudación impositiva, la continuidad de la apertura
económica. La flexibilización laboral: la negociación de
mejoras salariales en función del aumento de la
productividad, la redefinición de las leyes de
asociaciones profesionales de trabajo y de las
convenciones colectivas de trabajo, alejando a los
sindicatos de estas funciones. Se extendió la práctica
de contratos laborales temporales. Se modificó el
sistema de obras sociales y la reforma previsional.
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A pesar de la estabilización macroeconómica, a partir
de 1994 se comenzó a registrar un marcado aumento
de la tasa de desempleo. Frente a este panorama, el
ministro Cavallo y los principales funcionarios del
Gobierno explicaron que el aumento de la tasa de
desempleo era producido por factores coyunturales.
Cavallo también atribuyó el aumento del desempleo de
la mayor cantidad de gente que buscaba trabajo y a los
inmigrantes de países vecinos que llegaban a nuestro
país a buscar trabajo en condiciones más ventajosas
que las vigentes en los países de origen. La fase del
desempleo generalizado que se desarrolló desde fines
del año 94 en adelante, transformó la reducción de los
salarios en la clave principal del ajuste argentino.
Distintos Estados provinciales que dispusieron recortes
en los salarios y reducciones de sueldos de los
sectores privados. Desde el establecimiento de la
democracia, Los gobiernos insistieron en la necesidad
de implementar las reformas en el sentido de lograr la
flexibilización laboral.En primer momento se intentó
establecer la negociación salarial de centralizada en las
empresas lo que aumento de la precariedad del
vínculo laboral y en el incremento de la productividad
obrera, es decir, en una intensificación del trabajo sin
un correlativo aumento de salario. El poder de
negociación de los trabajadores se vio debilitado por la
influencia del aumento del desempleo, por la
reducción de las indemnizaciones en caso de despido
sin causa justificada y por las mayores facilidades para
reemplazar a trabajadores a través de modalidades
contractuales temporales. El alto desempleo tuvo un
efecto disciplinar en la fuerza laboral que se manifestó
en la disminución de la protesta social por temor a ser
reemplazado en el trabajo desempeñado.Por alguno
de los millones de trabajadores desocupados.
Durante la fase del plan de convertibilidad, los
funcionarios y los referentes políticos del menemismo
justificaron las ganancias que tenían las grandes
empresas y grupos económicos locales y extranjeros
tras nacionalizados, de acuerdo con la llamada teoría
del derrame. Según esta hipótesis, la super ganancias
obtenidas por la cúpula de poder económico, el
derrame previsto nunca sucedió.
Durante los 10 años de gestión menemista el
funcionamiento de la economía Argentina generó una
grave paradoja: el crecimiento económico se
correspondió con la concentración de la riqueza y el
aumento de la pobreza cuando la economía crecía, el
desempleo se mantenía estructuralmente alto, nunca
inferior al 12%, se expandía el empleo precario,
aumentaba el subempleo y el sobre empleo y la
pobreza crecía lentamente.Inequitativa distribución de
la riqueza que se asentó durante la década de 1990,
fue la contracara de la fuga de capitales al exterior.
Las economías regionales extrapampeanas sufrieron
un generalizado deterioro provocado por las
estrategias del plan económico de ajuste estructural.
En particular, la reforma del Estado, la apertura
importadora, el crecimiento inaccesible y un muy
elevado costo para las pequeñas y medianas empresas
por la reducción del mercado interno debido a la baja
del salario real y la creciente desocupación.