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Cómo escuchar la voz de Dios

Hebreos 1:1-2

La voz tiene 7 cualidades acústicas:


Timbre

Volumen

Tono

Duración

Velocidad

Ritmo
Todas estas relacionadas y ligadas a la postura del cuerpo, el tono muscular y la gestión emocional

La voz es el sonido que hacemos cuando el aire de los pulmones pasa a través de los pliegues
vocales en la laringe haciéndolos vibrar.
La voz es creada por las cuerdas vocales

No hay voz si no hay aire

1 Reyes 19:11-13
Hay que acercarnos más
La voz de Dios es audible y Él no teme usarla. Pero a menudo, cuando quiere que lo escuchen,
cuando lo que tiene que decir es demasiado importante como para que alguien se lo pierda, habla
en un susurro que apenas supera el umbral absoluto de la audición.

La definición de susurro es «hablar en voz muy baja usando solo la respiración, sin las cuerdas
vocales». El uso de la respiración en lugar de las cuerdas vocales es significativo. Así es como Dios
creó a Adán Susurró al polvo y lo llamó Adán.
Adán, una vez, fue un susurro. De modo que eso es lo que tú fuiste. Lo que fue todo lo demás. El
susurro suele emplearse para mantener algo en secreto. No hay otro medio de comunicación más
íntimo que el susurro.

Éxodo 20:7 Consecuencias de usar su Nombre en vano


El efecto Doppler
Por tanto, ¿por qué habla Dios, a veces, en susurros? Cuando alguien se expresa con susurros, el
receptor debe acercarse mucho para escuchar. Es más, debe acercar su oído a la boca de la
persona que susurra. Nos inclinamos hacia el que susurra y eso es lo que Dios quiere. El objetivo
que el Padre celestial persigue no es solo que escuches su voz; es que tengas intimidad con Él.
Dios nos habla en un susurro porque quiere estar lo más cercano de nosotros que sea divinamente
posible. Él nos ama y se deleita mucho con nosotros.

Aunque el Todopoderoso podría intimidarnos con su voz audible, nos conquista con un susurro.
Susurro que es el propio aliento de vida.
Hay un viejo adagio que dice que aquellos que no escuchan la música creen que los que la bailan
están locos. Eso es cierto para aquellos que caminan al ritmo del tambor de Dios. Cuando sigas las
señales que el Espíritu Santo te da, harás cosas que algunas personas pensarán que estás loco.
Que así sea. Obedece al susurro y mira lo que Dios hace. Porque nada tiene más potencial para
cambiar tu vida que el susurro de Dios. Nada determinará tu destino más que tu capacidad para
escuchar su pequeña voz. Así es como nacen los sueños del tamaño de Dios. Así es como suceden
los milagros.
¿Cuándo fue la última vez que invitaste al Espíritu Santo a hablar contigo? ¿Invitas a Dios a que
te hable?

Salmos 32:7
La intimidad con El es mi lugar seguro
¿Alguna vez has tratado de que se haga silencio en una habitación ruidosa? Intentar gritar por
encima de la muchedumbre casi nunca funciona, ¿qué crees? Es mucho más efectivo callar a un
gentío con un shhhhhhh. Ese es el método que Dios emplea. Su susurro nos tranquiliza, nos calma,
nos inmoviliza.
El ruido constante puede ser lo que más impida nuestro crecimiento espiritual. Cuando nuestras
vidas se tornan escandalosas, con el ruido invadiendo cada frecuencia, perdemos la sensación de
ser. Corremos el riesgo de convertirnos en actos humanos más que en seres humanos. Y cuando
nuestros deberes son excesivos, perdemos el sentido del equilibrio; lo cual es una función del oído
interno.
¿Puedo caminar con una sola extremidad?
Tu vida es demasiado ruidosa.
Tu agenda está muy ocupada.
Así es como, por lo que y cuando olvidamos que Dios es Dios. Es muy poco lo que se necesita para
distraernos. ¿Cuál es la solución? El silencio. O, más específicamente, el susurro de Él.
El silencio es todo, menos una espera pasiva. Es un oír proactivo. La voz de Dios va aumentado de
volumen cada día, hasta que es todo lo que podemos oír.
Si quieres escuchar el corazón de Dios, la clave es el silencio.
Si quieres que el Espíritu de Dios te llene, quédate quieto.
El salmista se refería a Dios como su refugio, su fortaleza y su ayuda omnipresente en tiempos de
necesidad. Pero la descripción que prefiero es el «refugio». ¿Sabías que Dios siempre entona
canciones de liberación alrededor de ti? No puedes escucharlo porque están fuera de tu rango de
audición, pero estás rodeado por un escudo sónico. Esas canciones de liberación son lo
suficientemente poderosas como para romper cualquier atadura, vencer cualquier adicción y
resolver cualquier problema.
No sé con certeza qué problemas necesites resolver o qué asuntos debes arreglar, pero oro para
que aprendas a discernir la voz de Dios. Cuando lo logres, sus canciones de liberación te harán
libre. Deja de esconderte de Dios. Escóndete en Él.

Genesis 28:16
Reflexión de onda (Donde su voz se refleja)
Cuando leo la Biblia, veo lugares de susurros(reflexiones de onda) por todas partes.

El de Jacob, fue Betel.

El de Moisés, fue donde estaba la zarza ardiente. Éxodo 3:14

El de Samuel, fue el tabernáculo en Siló. 1Samuel 3:10

El de David, fue la cueva de Adulán.

El de Elías, fue el Monte Carmelo.

El de Daniel, fue una ventana del piso superior que daba a Jerusalén.

El de Jonás, fue el vientre de una ballena.

Al leer la biblia veo a Dios aparecer en lugares extraños, en momentos extraños, en maneras
extrañas. Y no creo que nada haya cambiado. Dios todavía convierte los encuentros casuales en
citas divinas. Todavía trasmite deseos, abre puertas e inspira sueños. Todavía habla a través de
advertencias, de personas y del dolor. Y, tal como lo hizo con Moisés, puede convertir cualquier
porción de tierra en un lugar donde habite El.
Escuchar no es algo que ocurra por defecto; sucede por diseño. Tienes que buscar la soledad, el
silencio. Debes eliminar inexorablemente(si o si) las distracciones. Y tienes que bajarles el volumen
a algunas voces o desconectarlas por completo. Algo tan sencillo como la TV o tan inofensivo como
las redes sociales. ¿Por qué no apagas la radio y hablas con Dios durante tu viaje a casa? ¿O te
desconectas de las redes sociales por una temporada? ¿O haces un retiro aislado y en silencio?
No quiero espiritualizar demasiado lo importante que es un lugar de susurro, pero tampoco quiero
restarle importancia al aspecto espiritual. Aun cuando quitemos el aspecto espiritual de la ecuación,
necesitaremos un espacio o lugar para tener un poco de paz y tranquilidad. Como lo es una cama
por las noches al dormir.
Así que tu lugar de susurro será tan único como lo decidas tú mismo, pero debes apartar un
momento y un lugar para escuchar la tierna y apacible voz de Dios.
¿Tienes un «lugar de susurro»en este momento? Si no lo tienes, ¿dónde podrías ubicarlo? Y si ya lo
tienes, ¿en qué manera te susurra Dios allí?

Filipenses 1:6
¿Qué es lo que Dios anhela que escuchemos?
Los errores que cometes no te identifican. No eres las etiquetas que los demás te han puesto. Ni
eres la mentira que el Enemigo ha intentado venderte. Tú eres la persona que Dios dice que eres.
Eres un hijo de Dios.

Eres la niña de los ojos de Dios.

Él te buscó.

Eres más que vencedor.

Eres una nueva creación en Cristo.

Eres la justicia de Cristo.


En esencia, todos nuestros problemas de identidad se deben a los malos entendidos que
tenemos acerca de la persona que es Dios.
Los problemas de culpa son un malentendido de la gracia de Dios.

Los problemas de control son un malentendido de la soberanía de Dios.

Los problemas de ira son un malentendido de la misericordia de Dios.

Los problemas del orgullo son un malentendido de la grandeza de Dios.

Los problemas de confianza son un malentendido de la bondad de Dios.


Si luchas con algunos de estos problemas, ¡es hora de que permitas que Dios sea la voz más alta y
de más volumen en tu vida!
Dios no nos ama por lo que somos. Nos ama por lo que Él es.
Cuando tenemos éxito, Dios nos dice: «Te amo».

Cuando fallamos, Dios nos dice: «Te amo».

Cuando tenemos fe, Dios nos dice: «Te amo».


Cuando tenemos fe, Dios nos dice: «Te amo».

Cuando dudamos, Dios nos dice: «Te amo».

El amor es su respuesta a todo. ¿Por qué? Porque Él es amor. No hay nada que puedas hacer para
que Dios te ame más o te ame menos. Dios te ama perfectamente. Él te ama eternamente.
Dios anhela que escuchemos lo que nos dice, por lo que debemos prestar atención a su voz. Pero
mucho más que eso, Él quiere que escuchemos la voz de su corazón. Por eso susurra más y más
suave, para que tengamos que acercarnos a Él cada vez más. Y cuando al fin nos acerquemos lo
suficiente, nos envolverá en sus brazos y nos dirá que nos ama.

Romanos 8:29-30
Por otra parte, la voz de la conformidad, la voz de la crítica y la voz de la condena nos han
ensordecido y, además, sus efectos secundarios (lo que acompaña a estos)—como la soledad, la
vergüenza y la ansiedad— nos invaden.
¿Las buenas noticias? Que no solo eres la imagen de Dios, sino que conoces su voz. Es esa voz la
que nos forma en el vientre de nuestra madre. Es su voz la que ordenó cada uno de tus días con
anterioridad, para que cada uno de ellos se convirtiera en realidad. Es su voz la que comenzó la
buena obra en ti y es esa misma voz la que perfeccionará esa obra hermosa.
Nuestra existencia misma respondió a la voz de Dios
Si no puedes escuchar su voz, dedica más tiempo a leer más su Palabra y hazlo de manera
constante.

1 Samuel 3:7-10
La voz que más se debe oír en ti
¿Es posible que lo que percibimos como problemas relacionales, emocionales y espirituales sean
realmente problemas auditivos, oídos que han sido ensordecidos para no escuchar la voz de Dios?
Y es esa incapacidad para escuchar Su voz lo que nos hace perder la voz y perder el rumbo.

¡aprender cómo escuchar la voz de Dios es la solución a miles de problemas!

También es la clave para descubrir nuestro destino y cumplir nuestro potencial.


Su voz es amor

Su voz es poder

Su voz es sanidad.

Su voz es sabiduría.

Su voz es gozo.
Si tu vida no es clara, ¡tal vez sea porque te has ensordecido por el diálogo interno negativo que
no le permite a Dios poder decir ni una sola una palabra!

Tal vez has escuchado la voz de la crítica tanto tiempo que no puedes creer nada más sobre ti
mismo. O tal vez es la voz de condena del Enemigo que dice mentiras sobre quién eres en realidad.
Si no silencias esas voces que están en competencia con Dios, eventualmente te ensordecerán.
No podrás cantar la canción de Dios porque no podrás escuchar su voz.

¿Es la voz de Dios la voz más fuerte en tu vida?


Esa es la pregunta.

Si la respuesta es no, tienes un problema.


Vivimos en una cultura donde todos quieren que se escuche su voz, pero tienen muy poco que
decir. Y eso es porque escuchamos muy poco, especialmente a Dios.
La mejor manera de que la gente nos escuche es que escuchemos a Dios. ¿Por qué? Porque
tendremos algo que decir que valga la pena escuchar.

En definitiva, todos nosotros necesitamos encontrar nuestra voz. Y por voz me refiero al mensaje
único que Dios quiere hablar a través de nuestras vidas. Pero encontrar nuestra voz comienza con
escuchar la voz de Dios.

Si no estás dispuesto a escuchar todo lo que Dios tiene que decir, eventualmente no escucharás
nada de lo que tenga que decir.

Si quieres escuchar su voz reconfortante, debes escuchar su voz convincente(la voz


confrontadora). Y a menudo es lo que menos deseamos oír que necesitamos escuchar más.
¿Quieres escuchar lo que tiene que decir?

¿Estás listo?

¿Cuándo fue la última vez que oíste la voz de Dios?

¿Qué dijo o preguntó?

¿Cómo respondiste?

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