Está en la página 1de 1

EL BUÑUELO

CLASIFICACIÓN: Se trata de un documento iconográfico puesto


que es una viñeta de naturaleza histórica. Atendiendo al contenido
es político, ya que constituye una crítica al sistema de la
Restauración. Tiene carácter público, puesto que no es ningún
documento secreto y puede ser conocido por todos. Es una fuente
primaria porque es contemporánea a los hechos a los que alude.
La imagen se publicó en el periódico El Buñuelo, revista de
carácter satírico y antimonárquico en los años 80 del siglo XIX,
durante el reinado personal de Alfonso XII, cuando comenzaba el
Régimen de la Restauración ideado por Cánovas del Castillo.
ANÁLISIS: La idea principal es la crítica al sistema político basado en “el turno pacífico de partidos”. Lo
compara con uan noria movida de manera mecánica por un animal. En los cangilones de la noria aparece
siempre el rostro de Cánovas porque aún, en esa fecha, no se había producido una alternacia en el poder.
Sólo después llegó Sagasta. De esta manera el autor, que se firmó como Demócrito, denuncia la
permanencia en el poder de Cánovas y su inmovilismo a pesar del aparente o nominal dinamismo.
COMENTARIO: Antonio Cánovas del Castillo había sido el principal valedor de los derechos de la dinastía
borbónica durante los años del Sexenio Democrático y él ideó el Sistema de la Restauración basado en su
pensamiento político. Diseñó un sistema basado en el turno pacífico de dos partidos en el poder y plasmado
en la Constitución de 1876. El Partido Conservador, dirigido por el propio Cánovas del Castillo, y Partido
Liberal, liderado por Sagasta.

El sistema de turno tuvo la virtud de garantizar la alternancia pacífica en el poder, poniendo fin durante un
largo periodo al intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, fue un puro artificio
político, destinado a mantener apartados del poder a las fuerzas que quedaban fuera del sistema diseñado por
Cánovas: las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.

El turno en el poder no era la expresión de la voluntad de los electores, sino que los dirigentes de los
partidos lo acordaban y pactaban previamente. El fraude electoral generalizado que caracterizó el sistema
del turno tiene lugar en el contexto de un país agrario y atrasado. La clave de la adulteración electoral estaba
en los “caciques”, que eran personajes ricos e influyentes en la España rural (terratenientes, prestamistas,
notarios, comerciantes...) que amañaban las elecciones con métodos variados: violencia y amenazas; cambio
de votos por favores; o simplemente trampas en las elecciones, el conocido popularmente como el
“pucherazo”.

La viñeta se enmarca en el reinado personal de Alfonso XII (1875-1885), con predominio de gobiernos
conservadores presididos por Cánovas. Se caracterizó por un progresivo afianzamiento del régimen gracias a
factores como el agotamiento político de la sociedad española tras la inestabilidad del sexenio; la favorable
coyuntura económica, los éxitos pacificadores de Alfonso XII con los carlistas y con los insurrectos de Cuba
(Paz de Zanjón) y la propia popularidad de Alfonso XII, acrecentada tras su temprana viudedad.

La prematura muerte de Alfonso XII abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo
(1885-1902). Cánovas y Sagasta reafirmaron, en el Pacto del Pardo (1885), el funcionamiento del sistema de
turno. En el denominado "gobierno largo" de Sagasta (1885-1890) se aprobaron reformas como libertades de
cátedra, asociación y prensa; en 1890 sufragio universal masculino. Sin embargo, el sistema de turno siguió
basándose en la adulteración sistemática de las elecciones, aunque el sufragio universal permitió que los
republicanos obtuvieran un puñado de diputados en las ciudades, donde no funcionaba el caciquismo.

También podría gustarte