Está en la página 1de 6

INTEGRANTES:

GIL ANAYA JORGE TADEO


HIGUERA TUCARI LUZ ADRIANA
ORTEGA VALENZUELA JUAN ANTONIO
PARRA HARO ALEXA MARÍA
VALENZUELA VERDUGO YAMILETH
OBSERVACIÓN Y ANÁLISIS DE PRÁCTICAS Y
CONTEXTOS ESCOLARES
GRUPO:
2º “D”
MAESTRO:
HÉCTOR CAMPAS IBARRA
LA VIDA EN LAS AULAS

PHILIP W. JACKSON

Dentro de la vida escolar el autor nos habla de cuatro rasgos: la demora, el


rechazo, la interrupción y la distracción social. Los cuales intervienen en la vida
cotidiana del aula. Si los alumnos enfrentar equilibradamente con las exigencias
de la vida en el aula, estos deben de aprender a ser pacientes. El hecho de la
desigualdad de poder es otra de las características de la vida en el aula a la que
deben acostumbrarse los estudiantes.
En la vida cotidiana de las aulas no se puede dejar por un lado la evaluación, la
cual constituye un hecho importante debido a que se considera como un proceso
que se le presenta al alumno con una serie de demandas determinadas a las
que debe adaptarse. Siendo un ejemplo y utilizando muy frecuentemente como
forma de evaluación, los exámenes. El docente se considera como la principal
fuente de evaluación, aunque este no es único, también llegan a participar los
alumnos, formulando una serie de juicios a sus compañeros y también existe la
autovaloración.
Aprender a vivir en el aula supone, entre otras cosas, aprender a vivir en el seno
de una masa. La escuela también es un lugar donde la división entre el débil y el
poderoso está claramente trazada. La evaluación de las cualidades personales
de los alumnos por parte del profesor toma frecuentemente materias como la
capacidad intelectual general, el nivel de motivación y su contribución al
mantenimiento de un aula bien regida.
Las practicas escolares relativas a comunicar evaluaciones positivas
probablemente menos consecuentes que las que informan evaluaciones
negativas.
Un intento de catalogar los intercambios entre alumnos o los movimientos físicos
de los miembros de la clase contribuiría a la impresión general de que la mayoría
de las aulas, aunque aparentemente placidas al contemplarlas a través de una
ventana de pasillo, son más semejantes por su actividad de la proverbial
colmena. Otra tarea que consume tiempo del profesor, al menos en la escuela
primaria, es la de servir como proveedor. El espacio y los recursos materiales
del aula son limitados y debes distribuirlos juiciosamente. La tarea de distribuir
los recursos materiales se halla estrechamente relacionada con la de otorgar
privilegios especiales a alumnos que los merecen. Las cosas que este hace
cuando opera dentro de los límites físicos, temporales y sociales del aula poseen
un efecto limitado sobre los acontecimientos que podría ocurrir si se diese rienda
suelta a los impulsos individuales.
Los alumnos interactúan con el docente en un orden fijo, con el resultado de que
cada estudiante ha de aguardar a que le llegue su turno de hablar y luego esperar
a que el profesor regresa en la próxima vuelta. En las aulas donde los alumnos
gozan de una considerable libertad para desplazarse durante el trabajo individual
y en los periodos de estudio, el propio profesor se convierte a menudo en centro
de pequeños grupos de alumnos que aguardan. El rechazo de un deseo es el
resultado ultimo de muchas de las demoras que tienen lugar en el aula. A veces
se ignora la mano alzada, en algunas ocasiones no se atienden a la pregunta
formulada al profesor y en otras se niega el permiso solicitado. Es muy posible,
por supuesto, que no exista alternativa a esta situación antinatural. Si los
profesores guardasen siempre a que hubieran terminado los alumnos una
actividad antes de empezar otra, la jornada escolar resultaría interminable.
Al comenzar a centrarnos en las formas de abordar estas exigencias
institucionales, debería reconocerse de inmediato que las estrategias de
adaptación dependen de la idiosincrasia de cada uno de los alumnos. El hecho
de que un determinado alumno adquiera o no el deseable equilibrio entre la
acción impulsiva y el retraimiento apático depende en parte, como se ha
indicado, de unas cualidades personales que rebasan al marco del presente
análisis.
La evaluación en el aula. El proceso de evaluación que se desarrolla en el aula
es distinto al que hay en otros ambientes, ya que se presenta al alumno una serie
de demandas particulares a las que debe adaptarse. La diferencia más fuerte
entre la forma en que se produce la evaluación en la escuela y en otras
situaciones consiste en que los exámenes se aplican con más frecuencia que en
otro lugar. Los exámenes no lo son todo, en el proceso de evaluación educativa.
Las dinámicas de la evaluación en clase son muy complejas.
La evaluación procede de más de una fuente:
-La fuente principal de evaluación en el aula es el profesor. Continuamente
formula juicios sobre el trabajo y la conducta de los alumnos y se los comunica
a estos y a otras personas (padres de familia). Otra fuente son los alumnos,
quienes también formulan juicios sobre el trabajo de otros compañeros. Una
tercera fuente es una autovaloración, donde no hay intervención de un juez
exterior.
Las condiciones de la comunicación de las evaluaciones pueden variar de formas
muy diversas, no siempre se les comunican a los alumnos algunos de los juicios
más importantes sobre ellos y su trabajo. Algunos de los juicios solo se
transmiten a los padres. Los juicios que el alumno conoce se comunican con
diferentes grados de discreción. Por ejemplo, el comentario publicado formulado
en presencia de otros estudiantes, los alumnos son a menudo elogiados o
censurados en presencia de sus compañeros. Otra manera de comunicar la
evaluación es de una forma menos publica, cuando el profesor se reúne a solas
con el estudiante para hablar de su trabajo. Un medio más privado para
comunicar las evaluaciones es por medio de la escritura.
Existen al menos otros dos referentes de evaluación muy comunes en las clases
de primaria: Centrado en la adaptación del estudiante a las expectativas
institucionales y posesión de rasgos específicos del carácter.
La evaluación de las cualidades personales de los alumnos por parte del profesor
aborda frecuentemente materias como la capacidad intelectual general, el nivel
de motivación y su contribución al mantenimiento de un aula bien regida. Muchas
de las evaluaciones que parecen relacionarse solo con cuestiones académicas,
implícitamente suponen la evaluación de muchos aspectos no académicos de la
conducta del estudiante.
Las evaluaciones connotan un valor, cada una puede describirse según el tipo y
grado de valor que connota, algunas son positivas, otras negativas. En el aula
se realizan y comunican a los alumnos estimaciones tanto positivas como
negativas.
Aprender a vivir en un aula supone no solo aprender a manejar situaciones en
las que se evalúan el trabajo o la conducta propios, sino también aprender a
presenciar y en ocasiones a participar en la evaluación de otros.
La tercera característica a la que los alumnos se deben acostumbrar es a la
desigualdad de poder, reflejada en la autoridad entre el profesor y el alumno,
esta diferencia que existe entre estos dos puestos, proporciona el rasgo más
importante de la estructura social de la clase y sus consecuencias se relacionan
con las condiciones amplias de la libertad, privilegio y responsabilidad, justo
como se presentan en los asuntos del aula.
Un niño, como una de las primeras lecciones, debe aprender el modo de cumplir
con los deseos de otros, para así después darse cuenta en el mundo en el que
encuentra, y notar uno de los rasgos principales de ese mundo: la autoridad del
adulto. Después pasara del hogar a la escuela, y de su primera autoridad, que
son los padres, a la segunda más importante de su vida, los profesores. Aunque
es claro que en la relación de alumno y profesor es muy diferente que la de
padres e hijos, además de que esta cuenta con lazos emocionales mayores que
la de un profesor, no quiere decir que el alumno no pueda crear un lazo de este
tipo, también cabe la posibilidad que los profesores se sientan atraídos por
ciertos tipos de alumnos, la relación dominante en el aula siempre resulta ser
bastante impersonal a diferencia de la que existe en el hogar.
Esta impersonalidad de la relación profesor-alumno, tiene consecuencias en la
forma en la que se ejerce la clase, ya que los alumnos se encuentran recibiendo
ordenes o cumpliendo los deseos de alguien, aun si no quieren, de alguien que
no conocen.
Pero los hábitos de obediencia o docilidad que se hayan en clases, poseen un
valor muy alto en otros ambientes. Por lo que la estructura del poder se refiere,
las aulas no se encuentras tan diferentes de lo que puede ser una oficina o un
fabrica, esas organizaciones siempre presentes en donde transcurre gran parte
de nuestra vida de adultos. Por lo que podría decirse que la escuela es una
escuela para la vida, pero no en el sentido especial en que lo afirman los
educadores. Puede haber el caso de que se abuse del poder en la escuela como
en otros lugares, pero es un hecho vital al que nos debemos adaptar. El proceso
de adaptación comienza durante los primeros años de vida y mayormente en
nosotros se acelera significativamente el día que entramos en la escuela infantil .
El sistema de gratificaciones de la escuela está ligado al éxito en ambos
currículos. (oculto y oficial).
Así como la conformidad con las expectativas institucionales puede conducir al
elogio, su ausencia puede determinar conflictos.
Se puede decir que la capacidad general o inteligencia constituye un capital a la
hora de atender a todas las exigencias de la vida escolar, tanto académicas
como institucionales. Pero también depende mucho de las actitudes, los valores
y el estilo de vida, todo aquello a lo que llamamos personalidad.
Muchos de los aspectos de la vida en el aula exigen en el mejor de los casos,
paciencia y, en el peor, resignación.
Cuando el alumno aprende a vivir en la escuela, aprende a someter sus propios
deseos a la voluntad del profesor y a supeditar sus propias acciones al bien
común.
Las exigencias de la vida en el aula examinadas en este capítulo plantean
problemas tanto a alumnos como a profesores.
La estrategia del retraimiento psicológico, de reducir poco a poco el interés y la
participación personales hasta un punto en donde no se experimenten ni la
demanda ni el éxito o el fracaso de cada uno a la hora abordada.

El autor maneja varios factores y determinantes que se tienen dentro del aula
de clases que son los papeles que, tanto el docente, el alumno y la sociedad
juegan para que se lleve a cabo la labor y enseñanza dentro del aula escolar.
Primero el autor empieza dándonos un panorama de cómo es el comienzo de
cada día en la vida de quienes tienen que llevar a sus hijos a la escuela, lo que
lleva a cabo cada persona para hacer que los alumnos lleguen a su destino del
diario: la escuela; el lugar en el que se desarrollará una persona durante 19, sino
es que 22; años de su vida, claro está que el ambiente, el aula y la manera en
que se desenvolverá en cada estancia de los niveles educativos cambiará
dependiendo del nivel al que ascienda.
Las diferentes dinámicas de evaluación que se muestran en la lectura, nos
servirán cuando estemos ejerciendo y las podremos aplicar, y no solo la manera
de evaluación es el examen. Es muy interesante saber cómo algo muy simple
puede evaluar el trabajo o la conducta de los alumnos, los estudiantes también
pueden ayudar con la evaluación de sus compañeros o pueden ver como los
evalúan.
Nosotros desconocíamos que los maestros podrían evaluar cuando pedían
puntos de vista de los compañeros, esa es una buena manera de saber lo que
opinan, ya que muchas veces ellos pueden notar errores o aciertos que otros no
perciben o uno mismo. También los maestros ven las reacciones de los alumnos
cuando un niño está exponiendo, muchas veces en las exposiciones de
compañeros en el aula, en ocasiones se equivocan con una palabra y todos
comienzan a reír o cuando a algunos compañeros les sale muy bien su trabajo,
podemos escuchar a los otros compañeros decir cosas positivas sobre ello, eso
es algo muy normal que hemos visto a lo largo de nuestra educación.
Es curiosa la diferencia que hay entre la autoridad de los padres y los maestros,
muchos niños en grados iniciales de escolaridad como preescolar y primaria, ven
a los maestros como una autoridad casi igual que a sus padres, alguien a quien
deben de tener respeto y seguir ordenes, pero deben entender que la forma de
educación es diferente, mientras la de los padres llega a ser más restrictiva,
diciéndoles que no hacer, la de los maestros se extiende de esta misma, a la de
enseñar temas y materias específicas.
Este capítulo nos mostró distintos ejemplos de varios cuestionamientos que nos
hacemos acerca del aprendizaje de los alumnos, cuestionamientos como por
ejemplo ¿por qué los profesores regañan a los alumnos? Nos dimos cuenta de
que los docentes sólo quieren lo mejor para sus alumnos.
También este capítulo nos mostró que tanto el currículo oculto como el currículo
oficial se relacionan y están ligados entre sí.

También podría gustarte